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4,1
1.869
3
2 de noviembre de 2024
2 de noviembre de 2024
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Las comedias románticas mal hechas se convierten en un telefilm de sobremesa. Esta es una de ellas. "La idea de tenerte", con la que se ha comparado, es otra. Por lo menos en la de Hathaway y Galitzine se esfuerzan un poco. En "Un asunto familiar" se dedican a hacer el ganso y lo hacen mal (Joey King es insufrible). Kidman se limita a cobrar el cheque.
Sobre la diferencia de edad de los protagonistas dentro y fuera de la pantalla me parece un nuevo síntoma machista. Si hubiera sido al revés ni siquiera se plantearía. Ahí ha estado Harrison Ford con compañeras de 30 años menos y ahí está Robert De Niro de padre-abuelo con una niña recién nacida.
La excepción es Kathy Bates, la única además que puede medirse a nivel interpretativo con la Kidman. Es la mayor y disfruta como una niña, es la del papel más desagradecido y la que da con él una leccion de saber estar ante una cámara incluso en los peores momentos, demostrando así, por mucho que nuestra sociedad piense lo contrario, que cumplir años no es sinónimo de fosilizarse, al revés, puede ser la mejor receta ante tanta anodina superficialidad que hoy empasta y cicla muchos trabajos para cine y televisión que por ese motivo pudieron llehar a mucho más de lo que son. Una pena que muchas actrices como ella hayan sido relegadas al ostracismo solamente por su edad.
Sobre la diferencia de edad de los protagonistas dentro y fuera de la pantalla me parece un nuevo síntoma machista. Si hubiera sido al revés ni siquiera se plantearía. Ahí ha estado Harrison Ford con compañeras de 30 años menos y ahí está Robert De Niro de padre-abuelo con una niña recién nacida.
La excepción es Kathy Bates, la única además que puede medirse a nivel interpretativo con la Kidman. Es la mayor y disfruta como una niña, es la del papel más desagradecido y la que da con él una leccion de saber estar ante una cámara incluso en los peores momentos, demostrando así, por mucho que nuestra sociedad piense lo contrario, que cumplir años no es sinónimo de fosilizarse, al revés, puede ser la mejor receta ante tanta anodina superficialidad que hoy empasta y cicla muchos trabajos para cine y televisión que por ese motivo pudieron llehar a mucho más de lo que son. Una pena que muchas actrices como ella hayan sido relegadas al ostracismo solamente por su edad.

4,8
4.285
4
1 de enero de 2023
1 de enero de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Sino en una trama que partía de un planteamiento interesantísimo, pero que, pasados 15-20 minutos, pierde totalmente su interés para al final derivar en un alegato cutre y confuso hasta el punto que no se sabe si arremete contra la misoginia, el clasismo, la diversidad social, o todo a la vez pero con un desarrollo que no puede ser más chusquero. Es como si hubieran cogido el peor capítulo de "The Walking Dead" y hubieran sustituido a los zombies por aliens y a la filosofía distópica por las pajas mentales amplificadas.
Lástima sobre todo de actores tan buenos en su mayoría y tan desaprovechados. Jaenada casi ni sale. Nick Jonas no tiene el mismo nivel que los otros pero tampoco para darle algo tan insustancial. Y desde que hizo de hombre araña, el esforzado Hollander, mejor actor de lo que aparenta ("El diablo a todas horas" por ejemplo), solo parece interesar para lucir rentas de gimnasio. Solo el gran Mikkelsen logra algo en condiciones, y eso que pone piloto automático en su casi recurrente papel de villano, que en este caso tampoco es nada del otro jueves.
Lástima sobre todo de actores tan buenos en su mayoría y tan desaprovechados. Jaenada casi ni sale. Nick Jonas no tiene el mismo nivel que los otros pero tampoco para darle algo tan insustancial. Y desde que hizo de hombre araña, el esforzado Hollander, mejor actor de lo que aparenta ("El diablo a todas horas" por ejemplo), solo parece interesar para lucir rentas de gimnasio. Solo el gran Mikkelsen logra algo en condiciones, y eso que pone piloto automático en su casi recurrente papel de villano, que en este caso tampoco es nada del otro jueves.
5
26 de septiembre de 2021
26 de septiembre de 2021
11 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su época pre-Vaquerizo, dijo una por entonces muy sabia Alaska que lo único que le molestaba reconocer de sus operaciones de cirugía plástica es que todas las que lo hacían pasaban a ser directamente "las operadas", cuando había muchas personas que no las reconocían y estaban muchísimo más operadas que ellas.
Algo así pasa con Nicole Kidman y otras actrices. La Kidman, pese a ser la mejor de su generación y a ofrecernos varias de las mejores interpretaciones de la década parece que, pese a tener su talento actoral intacto, últimamente ya no interesa como actriz. Lo que ahora interesa, y para mal, son sus retoques faciales, parcialmente confesados por ella misma. Con "The Undoing" y "Nine Perfect Strangers" han sido especialmente crueles con ella en ese aspecto, con una mala baba que en nada tiene que envidiar a la que aguanta, por ejemplo, Renée Zellweger pese a estar reciente y merecidamente oscarizada.
Da igual que en "Nine Perfect Strangers" la Kidman nos haya ofrecido un impagable acento ruso-USA, necesario de ver en la versión original, o que nos haya regalado unos primeros planos de infarto con esos ojos azules que miran al cielo y que en este caso tienen un puntazo de locura al estilo de la más homófoba hija de Putin. Lo que ha importado, y para mal, es el bótox que le paraliza la zona superior de la frente, sus implantes de pómulos o los rellenos que borran las arrugas de alrededor de sus labios. Unas operaciones, por cierto, a las que se han sometido más del 80% de las actrices que frecuentan Hollywood.
Lo más curioso es que casi tanta mala baba viene de unos 10 años a esta parte; cuando, en realidad, el aspecto físico de Kidman empezó a cambiar mucho tiempo antes. De hecho, "Prácticamente magia" (1998) fue su última película en la que lució sin intervenciones. Ya en "Los otros", "Moulin Rouge", "Cold Mountain" o "Las horas" (por la que que obtuvo un Oscar) lució párpados, nariz, pómulos y pechos nuevos y empezó a aplicarse sus primeras inyecciones de bótox. No fue hasta "Australia" cuando perdió las riendas en el quirófano, sobre todo por esa sobredosis botulínica con la que apenas podía mover el rostro, esos pómulos excesivos y esos labios demasiado abultados. Ella misma reconoció no estar nada contenta con su actuación en esa película, y sus excesos estéticos no eran otros que los auténticos motivos. Unos años después reconoció estar enganchada al bótox y menos mal que su amiga Meryl Streep, apenas retocada, le aconsejó frenar un poco el tema, porque a partir de ahí ciertas modificaciones fueron corregidas y otras desaparecieron.
Por todo eso, tanto me muero de la risa cuando leo "pobre Nicole Kidman, nada recuerda ya a la de "Moulin Rouge", como me muero del terror cuando leo "Qué se retire, no expresa nada, ya no sirve para actuar".
Siempre se acusa, y con razón, al tiránico machismo de la industria del cine, a su obsesión por tener a mujeres eternamente jóvenes en pantalla y al hecho de que lo que consideran ellos (porque casi todos son varones) unas "arrugas de más", de arruinar y seguir arruinando carreras y contratos (solo unas pocas -Kate Winslet, Emma Thompson, Frances MacDormand- se han rebelado realmente contra esa dictadura estética heteropatriarcal, y en algunos casos, han pagado por ello). Pero el verdadero enemigo es esa audiencia inmisericorde (en este caso sí, hombres y mujeres) que, en el momento que ve una pata de gallo, comienza a murmurar "está vieja, ¿eh?". Ese juguete roto llamado Marilyn Monroe y el personaje de Alexandra del Lago de Tennesse Williams, además de precursores símbolos, ilustran perfectamente y de distintas formas, los estragos de esa tiranía sexista y edadista.
Ah, y por cierto. Ellos también se retocan, se lustran, se operan y se requeteoperan. Hoy tanto o más que ellas. Desde rostros nuevos (los hay que han estrenado cuatro o cinco en varias décadas), esteroides, rellenos varios e injertos capilares, hasta implantes de bíceps, pectorales y abdominales, postizos y tintes. Pero claro, son tíos, y en este caso, no importa. Todo está permitido para ellos y a casi nadie (lo de Vin Diesel es un caso aislado) se les ocurre decir que se jubilen o se replanteen su aspecto. Ya tiene que ser un caso muy calamitoso para despertar críticas, y aun así no le siguen faltando papeles agradecidos. Son varones, a ellos se les perdona el paso del tiempo y se les aplica el "free the nipple". Como mucho, se les reclama con indulgencia que no se les desvanezca mucho la "uve" del abdomen aunque pasen de los 60.
Respecto a "Nine Perfect Strangers", no decepciona pero sí se queda a medio gas. Lo que podía haber sido un 8 (el material tampoco daba para más) se queda en un 5. Puntos a su favor: un guion bien elaborado, una narración hipnótica, una estética fascinante y, sobre todo, unas interpretaciones excelentes (me quedo con Bobby Cannavale, Regina Hall y Samara Weaving -que sale poco porque su personaje en el libro aún sale menos-, aunque Michael Shannon y Kidman están también brillantes). Puntos en contra: le falta la mala leche y hasta el punto de sadismo que tiene "The White Lotus" (con la que, inevitablemente, se ha comparado, y que es lo que hace a ésta última superior, pese a tener un material más o menos similar y unos intérpretes, salvo excepciones, más flojos), el escaso partido que se le ha sacado a lo que debía ser una de las cuestiones principales, sobre todo en los tiempos que corren (esos gurús a lo compi-yogui que remueven más conciencias de lo que se piensan y no siempre para bien), y ese final muy cogido por los pelos en varias de sus tramas y personajes.
Aun así, una propuesta sugerente y estimulante, que ya es mucho para lo que nos tragamos actualmente, y que, en gran parte, no hubiera sido posible sin la implicación de Nicole Kidman, intérprete y mujer inteligente y sensible aunque ahora deba "desaparecer del mapa" por ser "la actriz más operada y más inexpresiva del mundo".
Algo así pasa con Nicole Kidman y otras actrices. La Kidman, pese a ser la mejor de su generación y a ofrecernos varias de las mejores interpretaciones de la década parece que, pese a tener su talento actoral intacto, últimamente ya no interesa como actriz. Lo que ahora interesa, y para mal, son sus retoques faciales, parcialmente confesados por ella misma. Con "The Undoing" y "Nine Perfect Strangers" han sido especialmente crueles con ella en ese aspecto, con una mala baba que en nada tiene que envidiar a la que aguanta, por ejemplo, Renée Zellweger pese a estar reciente y merecidamente oscarizada.
Da igual que en "Nine Perfect Strangers" la Kidman nos haya ofrecido un impagable acento ruso-USA, necesario de ver en la versión original, o que nos haya regalado unos primeros planos de infarto con esos ojos azules que miran al cielo y que en este caso tienen un puntazo de locura al estilo de la más homófoba hija de Putin. Lo que ha importado, y para mal, es el bótox que le paraliza la zona superior de la frente, sus implantes de pómulos o los rellenos que borran las arrugas de alrededor de sus labios. Unas operaciones, por cierto, a las que se han sometido más del 80% de las actrices que frecuentan Hollywood.
Lo más curioso es que casi tanta mala baba viene de unos 10 años a esta parte; cuando, en realidad, el aspecto físico de Kidman empezó a cambiar mucho tiempo antes. De hecho, "Prácticamente magia" (1998) fue su última película en la que lució sin intervenciones. Ya en "Los otros", "Moulin Rouge", "Cold Mountain" o "Las horas" (por la que que obtuvo un Oscar) lució párpados, nariz, pómulos y pechos nuevos y empezó a aplicarse sus primeras inyecciones de bótox. No fue hasta "Australia" cuando perdió las riendas en el quirófano, sobre todo por esa sobredosis botulínica con la que apenas podía mover el rostro, esos pómulos excesivos y esos labios demasiado abultados. Ella misma reconoció no estar nada contenta con su actuación en esa película, y sus excesos estéticos no eran otros que los auténticos motivos. Unos años después reconoció estar enganchada al bótox y menos mal que su amiga Meryl Streep, apenas retocada, le aconsejó frenar un poco el tema, porque a partir de ahí ciertas modificaciones fueron corregidas y otras desaparecieron.
Por todo eso, tanto me muero de la risa cuando leo "pobre Nicole Kidman, nada recuerda ya a la de "Moulin Rouge", como me muero del terror cuando leo "Qué se retire, no expresa nada, ya no sirve para actuar".
Siempre se acusa, y con razón, al tiránico machismo de la industria del cine, a su obsesión por tener a mujeres eternamente jóvenes en pantalla y al hecho de que lo que consideran ellos (porque casi todos son varones) unas "arrugas de más", de arruinar y seguir arruinando carreras y contratos (solo unas pocas -Kate Winslet, Emma Thompson, Frances MacDormand- se han rebelado realmente contra esa dictadura estética heteropatriarcal, y en algunos casos, han pagado por ello). Pero el verdadero enemigo es esa audiencia inmisericorde (en este caso sí, hombres y mujeres) que, en el momento que ve una pata de gallo, comienza a murmurar "está vieja, ¿eh?". Ese juguete roto llamado Marilyn Monroe y el personaje de Alexandra del Lago de Tennesse Williams, además de precursores símbolos, ilustran perfectamente y de distintas formas, los estragos de esa tiranía sexista y edadista.
Ah, y por cierto. Ellos también se retocan, se lustran, se operan y se requeteoperan. Hoy tanto o más que ellas. Desde rostros nuevos (los hay que han estrenado cuatro o cinco en varias décadas), esteroides, rellenos varios e injertos capilares, hasta implantes de bíceps, pectorales y abdominales, postizos y tintes. Pero claro, son tíos, y en este caso, no importa. Todo está permitido para ellos y a casi nadie (lo de Vin Diesel es un caso aislado) se les ocurre decir que se jubilen o se replanteen su aspecto. Ya tiene que ser un caso muy calamitoso para despertar críticas, y aun así no le siguen faltando papeles agradecidos. Son varones, a ellos se les perdona el paso del tiempo y se les aplica el "free the nipple". Como mucho, se les reclama con indulgencia que no se les desvanezca mucho la "uve" del abdomen aunque pasen de los 60.
Respecto a "Nine Perfect Strangers", no decepciona pero sí se queda a medio gas. Lo que podía haber sido un 8 (el material tampoco daba para más) se queda en un 5. Puntos a su favor: un guion bien elaborado, una narración hipnótica, una estética fascinante y, sobre todo, unas interpretaciones excelentes (me quedo con Bobby Cannavale, Regina Hall y Samara Weaving -que sale poco porque su personaje en el libro aún sale menos-, aunque Michael Shannon y Kidman están también brillantes). Puntos en contra: le falta la mala leche y hasta el punto de sadismo que tiene "The White Lotus" (con la que, inevitablemente, se ha comparado, y que es lo que hace a ésta última superior, pese a tener un material más o menos similar y unos intérpretes, salvo excepciones, más flojos), el escaso partido que se le ha sacado a lo que debía ser una de las cuestiones principales, sobre todo en los tiempos que corren (esos gurús a lo compi-yogui que remueven más conciencias de lo que se piensan y no siempre para bien), y ese final muy cogido por los pelos en varias de sus tramas y personajes.
Aun así, una propuesta sugerente y estimulante, que ya es mucho para lo que nos tragamos actualmente, y que, en gran parte, no hubiera sido posible sin la implicación de Nicole Kidman, intérprete y mujer inteligente y sensible aunque ahora deba "desaparecer del mapa" por ser "la actriz más operada y más inexpresiva del mundo".

5,7
1.271
4
7 de noviembre de 2022
7 de noviembre de 2022
10 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como hombre gay aplaudo esta iniciativa de la Universal aunque hayamos tenido que esperar a 2022 para que un gran estudio haya rodado una comedia romántica 100 % LGTBQ+. La verdad es que hubiera sido mucho mejor hacerlo en 1990 y no tener que aguantar solo unos años después las barbaridades homófobas que se escuchaban en las salas de provincias cuando proyectaban "El banquete de boda" o "M. Butterfly", ni soportar que en "El silencio de los corderos" o en "Instinto básico" los gays, los bisexuales y las lesbianas quedaran retratadas como enfermas psicópatas, ni mucho menos tolerar que en "Ace Ventura" el ser humano transgénero quedase como lo más vomitivo del mundo.
Pero bueno, más vale tarde que nunca, o eso solemos decir en esta sociedad que desde los terroríficos años 80 que tanto añoran los de "Stranger Things" está cada vez más alienada, aborregada, polarizada y crispada. Razones para esto último desde luego no nos faltan.
Por tanto, bienvenida sea "Bros" con todos sus defectos (muchos) y todas sus virtudes (pocas). Es como si la reciente Reforma Laboral de España se hubiera reencarnado en película. Enhorabuena, aunque nos den un plato de paja con media docena de granos. Espero que su batacazo no se traduzca en más involución que la que estamos padeciendo a diario, aunque por donde menos se esperaba (Irán y Pakistán) haya esperanza, incluso para el colectivo LGTBQ+.
Creo que no voy a entrar a fondo en las razones de ese pinchazo porque tendría para una encíclica. Solo diré tres de ellas y seré muy escueto: parte de una base desfasada, el histrionismo por muy bienintencionado que sea siempre pasa factura (por eso y por muchos motivos más nos cae mejor el desdibujado personaje de Luke Macfarlane que el prota abrumador y casi omnipresente de Billy Eichner) y la mediocridad de la cinta (mas cercana a una versión gay de "Sucedió en Manhattan" que a otra cosa) espanta a cualquier tipo de audiencia desde un principio.
Solo cuando la mala leche fluye, y lo hace en menos ocasiones de las que dicen, es cuando la cosa funciona. No hubiera estado mal entonces que tirarán por ahí, pero no, han preferido cogérsela con papel de fumar y mostrar todo el espectro del colectivo de forma tan meapilas que da hasta vergüenza ajena por momentos. Para eso haberla ambientado en uno de los desfiles de moda de Marko Marko, que son mucho más estimulantes y rompedores y donde todo el colectivo LGTBQ+ (heteros incluidos) sí que esta realmente representado.
Pero bueno, más vale tarde que nunca, o eso solemos decir en esta sociedad que desde los terroríficos años 80 que tanto añoran los de "Stranger Things" está cada vez más alienada, aborregada, polarizada y crispada. Razones para esto último desde luego no nos faltan.
Por tanto, bienvenida sea "Bros" con todos sus defectos (muchos) y todas sus virtudes (pocas). Es como si la reciente Reforma Laboral de España se hubiera reencarnado en película. Enhorabuena, aunque nos den un plato de paja con media docena de granos. Espero que su batacazo no se traduzca en más involución que la que estamos padeciendo a diario, aunque por donde menos se esperaba (Irán y Pakistán) haya esperanza, incluso para el colectivo LGTBQ+.
Creo que no voy a entrar a fondo en las razones de ese pinchazo porque tendría para una encíclica. Solo diré tres de ellas y seré muy escueto: parte de una base desfasada, el histrionismo por muy bienintencionado que sea siempre pasa factura (por eso y por muchos motivos más nos cae mejor el desdibujado personaje de Luke Macfarlane que el prota abrumador y casi omnipresente de Billy Eichner) y la mediocridad de la cinta (mas cercana a una versión gay de "Sucedió en Manhattan" que a otra cosa) espanta a cualquier tipo de audiencia desde un principio.
Solo cuando la mala leche fluye, y lo hace en menos ocasiones de las que dicen, es cuando la cosa funciona. No hubiera estado mal entonces que tirarán por ahí, pero no, han preferido cogérsela con papel de fumar y mostrar todo el espectro del colectivo de forma tan meapilas que da hasta vergüenza ajena por momentos. Para eso haberla ambientado en uno de los desfiles de moda de Marko Marko, que son mucho más estimulantes y rompedores y donde todo el colectivo LGTBQ+ (heteros incluidos) sí que esta realmente representado.
4 de enero de 2023
4 de enero de 2023
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Thompson es una de las mejores actrices de las cuatro últimas décadas por muchas razones. Una de ellas, la más potente a lo mejor, es por hacer que los lodazales en los que se mete de vez en cuando, y ya son unos cuantos, huelan menos a ciénaga gracias a ella.
Este remake no es una excepción, y aunque las comparaciones sean odiosas, en este caso son inevitables. La niña por mucho que cante no es ni de lejos Madeline Zima, la madre parece un clon deslucido de Cathy Moriarty (nada que ver tampoco con Rhea Perlman) y el padre parece otro calco deslucido, pero esta vez de Dallas Roberts (nada que ver tampoco con Danny De Vito). La única que consigue destacarse es Lashana Lynch por la gran emotividad que le pone al personaje.
Pero la Thompson se las come vivas a todas. Aconsejo ver por lo menos la parte musical en versión original subtitulada porque encima la tía siempre ha cantado muy bien, y si a eso se le suma que es una robaplanos de mucho cuidado, ya tenemos otras dos de las razones por las que es una de las mejores actrices de las últimas décadas. Ni "Cruella" en cine ni "Years to years" en televisión, por nombrar dos de sus trabajos recientes, hubieran tampoco sido lo mismo sin ella.
Respecto a la película en general, la verdad es que me la esperaba mucho peor. Me gusta el toque oscuro y perverso que tiene, pero por mucho que las actrices canten bien, Thompson a la cabeza, es la parte musical la que veo que más falla. A mí es que la adaptación de los 90 tampoco me gustó.
La verdad es que a Roald Dahl lo veo muy inadaptable, por mucho que sea de los escritores más adaptados. Ni las versiones de "Matilda", ni de "La fábrica de chocolate" logran captar apenas la mágica esencia de sus fábulas. Solo "Las brujas" (la primera, por supuesto) y "James y el melocotón gigante" se acercaron un poco.
Este remake no es una excepción, y aunque las comparaciones sean odiosas, en este caso son inevitables. La niña por mucho que cante no es ni de lejos Madeline Zima, la madre parece un clon deslucido de Cathy Moriarty (nada que ver tampoco con Rhea Perlman) y el padre parece otro calco deslucido, pero esta vez de Dallas Roberts (nada que ver tampoco con Danny De Vito). La única que consigue destacarse es Lashana Lynch por la gran emotividad que le pone al personaje.
Pero la Thompson se las come vivas a todas. Aconsejo ver por lo menos la parte musical en versión original subtitulada porque encima la tía siempre ha cantado muy bien, y si a eso se le suma que es una robaplanos de mucho cuidado, ya tenemos otras dos de las razones por las que es una de las mejores actrices de las últimas décadas. Ni "Cruella" en cine ni "Years to years" en televisión, por nombrar dos de sus trabajos recientes, hubieran tampoco sido lo mismo sin ella.
Respecto a la película en general, la verdad es que me la esperaba mucho peor. Me gusta el toque oscuro y perverso que tiene, pero por mucho que las actrices canten bien, Thompson a la cabeza, es la parte musical la que veo que más falla. A mí es que la adaptación de los 90 tampoco me gustó.
La verdad es que a Roald Dahl lo veo muy inadaptable, por mucho que sea de los escritores más adaptados. Ni las versiones de "Matilda", ni de "La fábrica de chocolate" logran captar apenas la mágica esencia de sus fábulas. Solo "Las brujas" (la primera, por supuesto) y "James y el melocotón gigante" se acercaron un poco.
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