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Críticas ordenadas por utilidad
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8
8 de junio de 2014
8 de junio de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una fotografía prodigiosa y una dirección de diez nos llega Metéora.
Película que abarca un tema mil veces tratado pero desde una visión poética y metafórica de una sensibilidad exquisita. Con una cámara en la mayoría de ocasiones fija, usando unos planos largos (uno de ellos larguísimo, la escena del picnic entre los dos protagonistas), nos introduce en la vida de estas dos personas que han decidido entregar su vida a Dios. No obstante, se valdrá de una animación al estilo gótico europeo del siglo XIV para contrastar su vida de obediencia con sus verdaderos deseos y pasiones ocultas.
La composición plástica de los diferentes planos nos intrucirán en un breve repaso de la historia del arte, con escenas como la de el monje preparando la carne, donde el claroscuro y la luz entrando por el ventanal, construirán artificalmente una obra barroca. La inmensidad de lo sublime que transmite el paisaje con la soledad de un arbol al fondo será muy parecida a cualquiera de las obras de Friedrich, escena la cual será precedida por una clara alusión a El origen del mundo de Gustave Courbet, una abrupta ruptura que nos llevará de lo romántico a lo realista en cuestión de sengundos.
Película que abarca un tema mil veces tratado pero desde una visión poética y metafórica de una sensibilidad exquisita. Con una cámara en la mayoría de ocasiones fija, usando unos planos largos (uno de ellos larguísimo, la escena del picnic entre los dos protagonistas), nos introduce en la vida de estas dos personas que han decidido entregar su vida a Dios. No obstante, se valdrá de una animación al estilo gótico europeo del siglo XIV para contrastar su vida de obediencia con sus verdaderos deseos y pasiones ocultas.
La composición plástica de los diferentes planos nos intrucirán en un breve repaso de la historia del arte, con escenas como la de el monje preparando la carne, donde el claroscuro y la luz entrando por el ventanal, construirán artificalmente una obra barroca. La inmensidad de lo sublime que transmite el paisaje con la soledad de un arbol al fondo será muy parecida a cualquiera de las obras de Friedrich, escena la cual será precedida por una clara alusión a El origen del mundo de Gustave Courbet, una abrupta ruptura que nos llevará de lo romántico a lo realista en cuestión de sengundos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Escenas muy destacadas por su belleza plástica, auditiva y simbólica son por ejemplo las animaciones que muestran el sentimeinto de culpabilidad de ambos jóvenes, cayendo de su ambiente protector, es decir, su monasterio, al peor de los infiernos. También, siguiendo dentro de este mundo de emociones y deseos reprimidos, la culpabilidad que siente el joven ante Cristo, al que cree traicionar, por lo que inunda con su sangre todo aquello que rodea. Pero sin duda, la escena más bella es sin lugar a dudas el fuerte deseo salvaje que siente la monja por liberar su cabellera, la cual es reacia a mostrar, para entregarle la llave de su deseo al monje que ama.
La crueldad del mundo real, lejos de lo divino, dentro de lo terrenal, se muestra en la escena, ésta vez sin plano fijo, más bien en un estilo más cercano al DOGMA, en la que se asesina a una cabra con tal de poder conseguir alimento de ella.
Las campanas sonando durante minutos enteros a un nivel ensordecedor nos muestra el peso de la culpa de la monja, así como el llamamiento de Dios y de la vida monástica, iracundos hacia su comportamiento, castigándola y recondándola cual es misión en la vida.
Por última, otra escena simbólica importante se puede observar en el instante que ambos jóvenes consuman su amor, alejados en una cueva. Detrás de los dos vemos dos rayos de sol entrando divinamente. Se trata de Dios. No es que haya dos dioses, es que ambos religiosos son conscientes de que Dios está presente, y aun así, no pueden resistir el deseo humano natural que sienten el uno por el otro.
La crueldad del mundo real, lejos de lo divino, dentro de lo terrenal, se muestra en la escena, ésta vez sin plano fijo, más bien en un estilo más cercano al DOGMA, en la que se asesina a una cabra con tal de poder conseguir alimento de ella.
Las campanas sonando durante minutos enteros a un nivel ensordecedor nos muestra el peso de la culpa de la monja, así como el llamamiento de Dios y de la vida monástica, iracundos hacia su comportamiento, castigándola y recondándola cual es misión en la vida.
Por última, otra escena simbólica importante se puede observar en el instante que ambos jóvenes consuman su amor, alejados en una cueva. Detrás de los dos vemos dos rayos de sol entrando divinamente. Se trata de Dios. No es que haya dos dioses, es que ambos religiosos son conscientes de que Dios está presente, y aun así, no pueden resistir el deseo humano natural que sienten el uno por el otro.

8,2
81.155
9
5 de julio de 2013
5 de julio de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine clásico hollywoodiense que imperaba en la época en la que Orson Welles estrenó Ciudadano Kane, en el año 1941, existían ciertas normas no escritas de cómo debía de ser contada una historia mediante el cine. La industria americana realizó durante décadas, utilizando a los directores y demás técnicos como empleados, como artesanos, un sinfín de películas que compartían siempre los mismos métodos a la hora de desarrollar lo que contaban. Esto impedía que se reconociera a la figura del director como artista, pues no estaba en su poder dar un toque propio en su cine como pasa hoy en día. La historia debía ser siempre lineal, narrada de una manera extradiegética, con un inicio, un desarrollo, un nudo y un final. La intención era ni más ni menos que la de dejar claro aquello que se está contando, el espectador debía de saber quien era el bueno, quien era el malo y cómo acababa la película, sin dejar lugar a dudas con ningún tipo de ambigüedad. Orson Welles, no solo no respeta estas normas existentes con una originalidad patente en planos picados, contrapicados, con profundidad de campo (inspirado por algunos planos de La diligencia (1939) de John Ford), sino que además innova una nueva manera de presentar la historia que se cuenta. No sólo tenemos un narrador, la historia es contada por diferentes personas, y es el personaje del periodista Thompson quien creando un vínculo con el espectador, le sirve para cohesionar todas las diferentes narraciones con la de unir y mostrarnos lo que realmente ha ocurrido. No obstante, es ya obra del director, del narrador extradiegético, quien nos sorprende al final resolviéndonos la duda inicial y qué nadie acaba conociendo sobre qué significa Rosebud.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La linealidad de la historia está inteligentemente planeada ya que el periodista conoce una parte de la historia e inmediatamente se le recomienda que vaya a entrevistarse con otra persona que conoce lo que sucedió después. Primeramente el documental nos muestra un preludio de lo qué veremos, es una presentación de la vida pública de Kane. En la biblioteca, Thompson accede al diario del tutor de Kane, el señor Thatcher, en el que puede leer la vida de Kane desde que es adoptado por él hasta que se independiza. Se le recomienda visitar al señor Bernstein, que luego lo envía a verse con el señor Leland, conociendo así la vida en el periódico de Kane, viendo su ascenso y su primer matrimonio, así como su desastre electoral y su segundo matrimonio. Se nos empieza a mostrar la decadencia moral del personaje, sobre todo con su conflicto con Leland. Ya es cuando su segunda mujer, Susan, accede a hablar con el periodista que la degradación moral y la infelicidad y soledad de Kane se hace patente, empezando a mostrarlo como alguien digno de dar lástima. Por último, el mayordomo explica con soltura los últimos años de Kane, cerca de la locura. La escena final nos muestra el motivo de su desdicha.

7,9
2.682
9
8 de marzo de 2015
8 de marzo de 2015
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El semidesconocido director soviético Mikhail Kalatozov, ganador de la Palma de Oro de Cannes en 1958 por la inmortal Cuando pasan las cigüeñas (1957), estrenó en 1964 esta particular visión de la revolución cubana explicada a partir de cuatro historias independientes que ordenan cronológicamente los factores que favorecieron el movimiento revolucionario así como su puesta en marcha. Influenciado por su compatriota Sergei Eisenstein, no realiza un film exaltando la figura de los líderes revolucionarios como podrían ser Fidel Castro o Ernesto Guevara, sino que como podemos ver en Octubre (1927) del mentado Eisenstein, es el pueblo el que se levanta y lleva a cabo una revolución.
Contando con una de las direcciones más virtuosas en la Historia del Cine, con unos movimientos de cámara que si bien no son tan escandalosamente rápidos como en Como pasan las cigüeñas, sirven para movernos dentro del contexto de una Cuba, la cual se dirige al espectador mediante una voz en off, en plena efervescencia de un deseo colectivo de cambio, nos sumergimos en la primero de estos capítulos. Kalatozov sabe como reflejar el delirio y el componente más salvaje de la noche habanera prerrevolucionaria, un sinfín de derroche, una locura colectiva de alcohol, música y mujeres solo al alcance de los más ricos y de los estadounidenses que vienen a divertirse a la isla. El fluir de este tipo de fiestas parece la versión cinematográfica del desenfreno narrado sobre este tipo de acontecimientos en la novela del cubano Gabriel Cabrera Infante que firmaría tres años después titulada Tres tristes tigres. El episodio termina con unos de los norteamericanos abandonando el poblado de una joven prostituta, descubriendo un mundo nuevo para él, la Cuba real donde los pobres y la miseria sustituyen los casinos y los bares.
Contando con una de las direcciones más virtuosas en la Historia del Cine, con unos movimientos de cámara que si bien no son tan escandalosamente rápidos como en Como pasan las cigüeñas, sirven para movernos dentro del contexto de una Cuba, la cual se dirige al espectador mediante una voz en off, en plena efervescencia de un deseo colectivo de cambio, nos sumergimos en la primero de estos capítulos. Kalatozov sabe como reflejar el delirio y el componente más salvaje de la noche habanera prerrevolucionaria, un sinfín de derroche, una locura colectiva de alcohol, música y mujeres solo al alcance de los más ricos y de los estadounidenses que vienen a divertirse a la isla. El fluir de este tipo de fiestas parece la versión cinematográfica del desenfreno narrado sobre este tipo de acontecimientos en la novela del cubano Gabriel Cabrera Infante que firmaría tres años después titulada Tres tristes tigres. El episodio termina con unos de los norteamericanos abandonando el poblado de una joven prostituta, descubriendo un mundo nuevo para él, la Cuba real donde los pobres y la miseria sustituyen los casinos y los bares.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El segundo relato, perfectamente engranado con el primero, muestra la vida de estos campesinos que sufren un revés por parte de su terrateniente, del dueño de unas tierras que otros las trabajan y que vende sin pensar en las repercusiones de sus trabajadores. De nuevo vemos la miseria pero en esta ocasión la explotación explícita de los poderosos y la el surgimiento de un espíritu de protesta, el nacer de una consciencia de clase primitiva que decide atentar contra el poder establecido desde la manera más inmediata y poco meditada, la destrucción de la propiedad.
El fuego destructor sirve para enlazar el siguiente acontecimiento. Los jóvenes, los estudiantes, la elite intelectual, despierta mediante el acceso a la cultura. Atenta contra las figuras que representan el sistema asesino y represor. Se levantan con fervor contra Batista y son por ello duramente reprimidos. Volvemos a ver la influencia de Eisenstein situando una de las escenas cumbre en una escalinata, rememorando la sublevación social y la mortífera represión policial filmada en la escalera de Odessa en la obra universal El acorazado Potemkin (1925), la cual también está presente a la hora de mostrar el homenaje que rinde el pueblo a la figura del revolucionario asesinado por el gobierno.
Por último, acabamos con la represión en la ciudad para volver a evidenciarla en el campo de batalla, donde los soldados detienen a los revolucionarios en busca de acabar con Fidel Castro. Regresamos de nuevo al mundo campesino y vemos el despertar revolucionario a partir de Mariano. El vivir en paz es lo único que motiva a él y a su familia en un contexto de infinita pobreza. No cree en la necesidad de usar las armas para mejorar las situaciones sociales de su entorno hasta que se ve literalmente bombardeado por un gobierno que hasta entonces tan solo lo ignoraba mientras trabajase sus tierras. Surge en él el ideario revolucionario que representa a miles de ciudadanos que ven nacer en sí una imperiosa necesidad patriótica de cambiar las cosas haciendo por fin posible la ansiada revolución.
Soy Cuba en sin duda un film propagandístico, pero no por ello vamos a dejar de admirarnos por la belleza de su fotografía, el mimo de sus composiciones y su inolvidable dirección. A su vez, resulta una historia magistralmente narrada y un nuevo ejemplo que evidencia el poder del cine como arma propagandística masiva.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/09/soy-cuba-1964.html
El fuego destructor sirve para enlazar el siguiente acontecimiento. Los jóvenes, los estudiantes, la elite intelectual, despierta mediante el acceso a la cultura. Atenta contra las figuras que representan el sistema asesino y represor. Se levantan con fervor contra Batista y son por ello duramente reprimidos. Volvemos a ver la influencia de Eisenstein situando una de las escenas cumbre en una escalinata, rememorando la sublevación social y la mortífera represión policial filmada en la escalera de Odessa en la obra universal El acorazado Potemkin (1925), la cual también está presente a la hora de mostrar el homenaje que rinde el pueblo a la figura del revolucionario asesinado por el gobierno.
Por último, acabamos con la represión en la ciudad para volver a evidenciarla en el campo de batalla, donde los soldados detienen a los revolucionarios en busca de acabar con Fidel Castro. Regresamos de nuevo al mundo campesino y vemos el despertar revolucionario a partir de Mariano. El vivir en paz es lo único que motiva a él y a su familia en un contexto de infinita pobreza. No cree en la necesidad de usar las armas para mejorar las situaciones sociales de su entorno hasta que se ve literalmente bombardeado por un gobierno que hasta entonces tan solo lo ignoraba mientras trabajase sus tierras. Surge en él el ideario revolucionario que representa a miles de ciudadanos que ven nacer en sí una imperiosa necesidad patriótica de cambiar las cosas haciendo por fin posible la ansiada revolución.
Soy Cuba en sin duda un film propagandístico, pero no por ello vamos a dejar de admirarnos por la belleza de su fotografía, el mimo de sus composiciones y su inolvidable dirección. A su vez, resulta una historia magistralmente narrada y un nuevo ejemplo que evidencia el poder del cine como arma propagandística masiva.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/09/soy-cuba-1964.html
8
22 de mayo de 2014
22 de mayo de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El joven Carlos Marqués-Marcet debuta con esta 10.000K km. que ha triunfado allí por donde ha pasado consiguiendo dos premios en el Festival SXSW de Austin al mejor actor y a la mejor actriz y arrasando en el Festival de Málaga siendo la clara ganadora con cinco premios, entre ellos mejor película, director y actriz.
Y es que esta película no es para menos. Se abre un con largísimo plano-secuencia (el más largo de la historia del cine español) en la que la rutina fluye hasta que un mail inesperado lo rompe todo dejando la pantalla en negro. 10.000 km.
La historia se narra usando las nuevas tecnologías, veremos el devenir de una relación a distancia durante un año a partir de webcams, whatsapps, perfiles de Facebook o mails. Este toque contemporáneo a la dirección le da dinamismo y encanto, siendo una especie de Her española, pero tratando sobre una relación amorosa usando las nuevas tecnologías como instrumento y no como pareja.
La relación a distancia la vivimos gracias a pequeños trazos de conversaciones dilatados en el tiempo donde vemos a Sergi y a Alex evolucionar como pareja. Se vive la naturalidad del amor así como sus altibajos, sus preocupaciones o sus peleas. Asistimos atónitos a su dolor, descolocación y dudas, lo cual es posible gracias a la inolvidable actuación que nos brindan sus protagonistas, regalándonos escenas poderosas llenas de fuerza y de puro sentimiento, de amor, dolor, tristeza y desilusión.
A medio camino entre la comedia y el drama, nos encontramos con la veracidad de la vida misma, el continuo debate entre el futuro laboral y el familiar, la constatación de que no hay nada fijo en la vida y que todo es un devenir de acontecimientos los cuales se deberán de enfrentar como individuos y como pareja.
El fruto de todo esto es una película angustiosa, que te sumerge de lleno en ella, evidenciando que el cine es un instrumento que usa la ficción para empaparnos de verdad.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/05/10000-km-2014.html
Y es que esta película no es para menos. Se abre un con largísimo plano-secuencia (el más largo de la historia del cine español) en la que la rutina fluye hasta que un mail inesperado lo rompe todo dejando la pantalla en negro. 10.000 km.
La historia se narra usando las nuevas tecnologías, veremos el devenir de una relación a distancia durante un año a partir de webcams, whatsapps, perfiles de Facebook o mails. Este toque contemporáneo a la dirección le da dinamismo y encanto, siendo una especie de Her española, pero tratando sobre una relación amorosa usando las nuevas tecnologías como instrumento y no como pareja.
La relación a distancia la vivimos gracias a pequeños trazos de conversaciones dilatados en el tiempo donde vemos a Sergi y a Alex evolucionar como pareja. Se vive la naturalidad del amor así como sus altibajos, sus preocupaciones o sus peleas. Asistimos atónitos a su dolor, descolocación y dudas, lo cual es posible gracias a la inolvidable actuación que nos brindan sus protagonistas, regalándonos escenas poderosas llenas de fuerza y de puro sentimiento, de amor, dolor, tristeza y desilusión.
A medio camino entre la comedia y el drama, nos encontramos con la veracidad de la vida misma, el continuo debate entre el futuro laboral y el familiar, la constatación de que no hay nada fijo en la vida y que todo es un devenir de acontecimientos los cuales se deberán de enfrentar como individuos y como pareja.
El fruto de todo esto es una película angustiosa, que te sumerge de lleno en ella, evidenciando que el cine es un instrumento que usa la ficción para empaparnos de verdad.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/05/10000-km-2014.html

7,6
23.252
8
5 de julio de 2013
5 de julio de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al final de la escapada (1960) es una película del director francés Jean-Luc Godard perteneciente a la corriente autodenominada por sus creadores, críticos y directores de cine al mismo tiempo, nouvelle vague. La intención de estos artistas era la de crear un nuevo lenguaje cinematográfico que se contrapusiera a los convencionalismos existentes y dejar observar lo que ellos entendían por realidad, que era el proceso de la creación del relato en el cine. No intentan esconder el montaje sino que obligan al espectador a que sea consciente de que lo que está viendo es una construcción artificiosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película pertenece al género policiaco ya que el protagonista Michel Poiccard es un hombre que roba y se mueve por un ambiente de ilegalidad criminal y es perseguido por un inspector sobre todo desde el momento en que cuando es seguido por un motorista por la carretera mientras conduce temerariamente, se detiene y al ver llegar al motorista le dispara causándole la muerte. Las pesquisas del inspector, la conversación con la amante del criminal Patricia, los negocios y las deudas truculentas del Michel, la confesión de Patricia al inspector y el final con la muerte del protagonista podrían indicarnos que en cuanto al argumento, se trata de una película totalmente convencional sobre el género policíaco. Nada más lejos de la realidad. Si bien estos parámetros nos hacen etiquetarla como tal, el argumento en realidad no supone sino un pretexto para que Godard explaye su idea de la construcción del relato. No es propio del cine policiaco, ni del cine entendido en los convencionalismos del momento, que los personajes encarnen valores filosóficos para enfrentar la vida ni que se profundice en la psique de estos siendo esto de mucha más importancia que la resolución del relato en lo que se refiere a lo policial. Escenas como la que los dos amantes están en la cama y se alarga hasta unos veinticinco minutos nada tienen que ver con la trama pero si en la profundización de sus personalidades. Es remarcable que en esta misma escena se cite a Faulkner, escritor que reformuló la construcción del relato al igual que hizo Godard con esta película. Otros elementos a resaltar son los cuidadísimos planos secuencia o como la cámara adopta el punto de vista de un ser humano, sin importarle el encuadre propio del cine sino que observa lo que una persona ve, en movimiento, mirando arriba o abajo y viendo la calle por la que pasa con su coche. El hecho de que el protagonista se dirija dos veces al espectador también es rompedor con el montaje invisible o visible con intención de ser realista.
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