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Críticas ordenadas por utilidad
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7,8
57.850
6
19 de agosto de 2016
19 de agosto de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un clásico de Hitchcock que, para mi gusto, no está a la altura de sus grandes obras. El suspense y la tensión se mantienen muy bien durante toda la película a pesar -incluso- de las escenas con efectos de doble montaje que hoy en día podrían darnos más risa que miedo. La trama de los pájaros tiene un impacto interesante pero la historia paralela es floja y los personajes tienen un desarrollo muy superficial. Es una pena que el director decidiera sacar una de las escenas donde se profundizaba un poco más en la relación de los protagonistas. Según cuenta Hitchcock en la entrevista concedida a Truffaut, decidió cortar este episodio durante el montaje porque le pareció que aburriría al espectador. No sé cómo era exactamente esta escena en el guion original pero, por los detalles que narra el director y por lo sesgada e inconexa que queda la trama paralela en la versión final, me parece que hubiera sido mejor incluirla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay distintos simbolismos a destacar en la película. En distintas situaciones los personajes parecen estar encerrados en una jaula, transmitiendo la misma sensación de claustrofobia al espectador. El paralelismo simbólico entre los pájaros y la protagonista es igualmente curioso: los pájaros ponen patas arriba el pueblo de la misma manera que el personaje de Tippi Hedren irrumpe en la monotonía de la familia Brenner. En ambos casos se trastoca el inmovilismo estático que parece caracterizar tanto al pueblo como a la familia. A su vez las tórtolas simbolizan el amor y están muy presentes en diálogos y planos
En cualquier caso, la subtrama de la familia -la posesividad de la madre, el exagerado cariño de la hermana por la recién llegada, la presencia de la ex novia del protagonista y su absurda e innecesaria muerte, el rápido enamoramiento de personajes que apenas nos han presentado, etc- es bastante floja.
En cualquier caso, la subtrama de la familia -la posesividad de la madre, el exagerado cariño de la hermana por la recién llegada, la presencia de la ex novia del protagonista y su absurda e innecesaria muerte, el rápido enamoramiento de personajes que apenas nos han presentado, etc- es bastante floja.

8,1
38.425
8
19 de agosto de 2016
19 de agosto de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La veo por segunda vez -después de varios años- y tengo la sensación de que me gusta un poco menos. Tiene buenos diálogos y tensión asegurada, pero quizá le falta la chispa y lo inesperado de verla por primera vez. Las actuaciones están bien y la narración mantiene buen ritmo. Los argumentos nietzscheanos sobre los que gira gran parte del debate de los personajes no son demasiado interesantes en contenido, pero sí le dan un impulso muy atractivo a la trama. Uno de los puntos fuertes del guion -presente también en otros trabajos del director- es la complicidad que se comparte con el público. La película no intenta mantener la intriga ocultándole algo al espectador sino acrecentando la tensión sobre un hecho que ya conoce.
A pesar de que cada diez minutos se pueden apreciar cortes debido a la ínfima duración del rollo de aquella época, se trata de la primera película pensada para ser grabada en un único plano secuencia. Como curiosidad, cabe destacar que durante su entrevista con Truffaut -veintiséis años después del estreno de "la soga"- Hitchcock dijo que le parecía una estupidez haberla rodado así porque una de las principales claves del cine es precisamente el montaje.
A pesar de que cada diez minutos se pueden apreciar cortes debido a la ínfima duración del rollo de aquella época, se trata de la primera película pensada para ser grabada en un único plano secuencia. Como curiosidad, cabe destacar que durante su entrevista con Truffaut -veintiséis años después del estreno de "la soga"- Hitchcock dijo que le parecía una estupidez haberla rodado así porque una de las principales claves del cine es precisamente el montaje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película se basó en una obra de teatro que, a su vez, estaba inspirada en una historia real. Las sutiles pero evidentes alusiones a la homosexualidad de los protagonistas lograron pasar desapercibidas y sortear la censura.

6,6
7.918
2
16 de mayo de 2016
16 de mayo de 2016
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Malèna es una película que da tanta vergüenza ajena como muchas de las críticas que he leído sobre ella. El guión es hueco y la narración lenta y plana. El argumento, que pretende excusarse en el contexto de otra época, es un alegato patriarcal a voz en grito. La mayoría de las interpretaciones son pésimas o pasables, con algunas escenas totalmente sobreactuadas. La música y la fotografía parecen ser lo único rescatable de este delirio cinematográfico plagado de clichés. Es decepcionante que el director de una gran obra como "Cinema Paradiso" demuestre que, no sólo no es capaz de producir otra genialidad así sino que, además, puede dirigir sin escrúpulos este tipo de bodrios.
La mirada paternalista del director y del protagonista respecto a Malèna pretende contraponerse a la mirada explícitamente ofensiva del resto de personajes, pero no por ello es menos machista. Los personajes femeninos son representados como cándidas seductoras o como envidiosas puritanas, es decir, a través del infravalorante esquema de puta o santa con el que se encasilla a las mujeres desde hace siglos. Los personajes masculinos, por su parte, se pueden analizar en función de la actitud que toman respecto a la protagonista: por un lado están los babosos más invasivos que hacen lo que se les antoja sin importar un rábano la voluntad de ella, y por el otro están los babosos paternalistas que, sin agredirla de forma directa, se creen con derecho a juzgar y absolver sus conductas.
Pero lo peor de todo es el desatinado clima con el que se nos presenta esta historia. La mezcolanza de géneros es desastrosa, hasta el punto de forzar escenas de explícita o solapada violencia machista dentro de un deformado escenario con tufillo a comedia italiana (de las malas, encima). Sin comerlo ni beberlo, nos terminamos fumando a estos simpáticos y estereotipados italianos que te miran y te acosan, sonrientes, con esa galantería tan dicharachera, te meten mano intercalando alguna línea humorística en el guión, te chantajean, abusan de su poder y su fuerza con esa chispa tan divertida, te violan durante un rato, chistosamente, con algún tropiezo o broma de por medio para que no se tense la escena, porque es una escena cómica, claro... ¡no vaya usted a tomarse en serio estas cosas!
Y así durante hora y media de pretendida gracia. La misma con la que tan a menudo se banaliza la violencia machista en el cine. Para morirse de risa.
La mirada paternalista del director y del protagonista respecto a Malèna pretende contraponerse a la mirada explícitamente ofensiva del resto de personajes, pero no por ello es menos machista. Los personajes femeninos son representados como cándidas seductoras o como envidiosas puritanas, es decir, a través del infravalorante esquema de puta o santa con el que se encasilla a las mujeres desde hace siglos. Los personajes masculinos, por su parte, se pueden analizar en función de la actitud que toman respecto a la protagonista: por un lado están los babosos más invasivos que hacen lo que se les antoja sin importar un rábano la voluntad de ella, y por el otro están los babosos paternalistas que, sin agredirla de forma directa, se creen con derecho a juzgar y absolver sus conductas.
Pero lo peor de todo es el desatinado clima con el que se nos presenta esta historia. La mezcolanza de géneros es desastrosa, hasta el punto de forzar escenas de explícita o solapada violencia machista dentro de un deformado escenario con tufillo a comedia italiana (de las malas, encima). Sin comerlo ni beberlo, nos terminamos fumando a estos simpáticos y estereotipados italianos que te miran y te acosan, sonrientes, con esa galantería tan dicharachera, te meten mano intercalando alguna línea humorística en el guión, te chantajean, abusan de su poder y su fuerza con esa chispa tan divertida, te violan durante un rato, chistosamente, con algún tropiezo o broma de por medio para que no se tense la escena, porque es una escena cómica, claro... ¡no vaya usted a tomarse en serio estas cosas!
Y así durante hora y media de pretendida gracia. La misma con la que tan a menudo se banaliza la violencia machista en el cine. Para morirse de risa.

5,9
2.848
8
14 de junio de 2016
14 de junio de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas y cortos de Paula Ortiz tienen un estilo tan propio que, normalmente, no dan lugar a medias tintas: o te atrapan hasta sumergirte en la historia o te dejan indiferente. Personalmente, este primer largometraje me parece un trabajo impecable que presenta una narrativa interesante a través de una estética muy cuidada. Su guion sencillo pero potente y su magnífica fotografía plasman la particular mirada cinematográfica de la directora. Las interpretaciones están a la altura de una trama que no podría funcionar con actrices y actores mediocres. Puede que esta sea la razón por la que Paula Ortiz ha recurrido y recurre habitualmente a parte del elenco (Luisa Gavasa, Leticia Dolera, Carlos Álvarez-Nóvoa) para sus cortos y películas. A nivel narrativo la historia se desarrolla con absoluta fluidez: tres mujeres se enfrentan a distintos desafíos personales dentro de sus respectivos contextos. En lo relativo a esto último, quizá la mayor pega de la película es que hay algunas situaciones en las que se desarrolla una ambientación histórica demasiado difusa o estereotipada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Más allá de que la construcción del personaje de Violeta -interpretado por Leticia Dolera- tenga diversas influencias, su historia me parece un bonito e inconfundible guiño a la obra de García Lorca "Doña Rosita la soltera".

7,1
27.011
9
2 de noviembre de 2015
2 de noviembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo largometraje del director Carlos Vermut, con el que se consagra en del panorama del cine español. Una película que no se puede catalogar dentro de un género concreto y que va transformándose radicalmente sin necesidad de recurrir a cambios bruscos.
Por su parte, el guión me parece muy bien pensado, tanto a nivel narrativo como a nivel argumentativo. En el primer aspecto, llama la atención lo bien que logran transmitir la mayoría de las problemáticas que se presentan sin recurrir a diálogos explicativos. En el segundo aspecto, el desarrollo de la película va dándose como un péndulo de favores, chantajes y manipulaciones entre los distintos personajes, hasta que finalmente la historia se cierra de forma circular. Carlos Vermut pone sobre la mesa una serie de situaciones que, sin ser cotidianas, son factibles; dándole finalmente una coherencia interna a lo que parece no tenerla. La trama es arriesgada si no se hilan algunos puntos bien, lo cual me parece que hace a la perfección sin por ello renunciar a la libre interpretación del público en relación a otros aspectos. Por otro lado, es curioso cómo parecen existir cuatro puntos cumbres de la película en los que, según el desarrollo que se esté dando, te hace sentir una empatía mayor con el personaje de turno (primero con Luis, luego con Bárbara, en tercer lugar con Damián y por último con Alicia).
La actuación de Bárbara Lennie sobresale en el reparto, mientras que la joven Lucía Pollán representa un muy buen papel en su primera actuación en el cine. La duda que tengo es sobre Luis Bermejo: no tengo claro si lo que no me gusta es el personaje o el actor. Si bien se va entendiendo que es un personaje introvertido y calculador a lo largo de la película, no me gusta esa contención constante y forzada que tiene el personaje o que sobre-interpreta el actor.
Por lo demás, seguro que me dejo muchas más cosas por valorar, pero me ha gustado mucho la utilización de la música, especialmente en la escena final. La escenografía, por su parte, juega un papel importante dentro de ese lenguaje audiovisual en el que se presuponen cosas sin necesidad de utilizar el diálogo explicativo. Además, la cotidianidad de un vecindario de clase obrera, el bar de la esquina, la biblioteca del barrio y la situación personal de los personajes que viven ese contexto (desempleo, desesperación, empobrecimiento), contrasta muy acertadamente con un mundo de ostentación en el que lo material no es el principal problema de los personajes que lo habitan.
En definitiva, y sin ser la gran obra maestra del mundo mundial, me parece de muy buen gusto que una película no trate al público como mero sujeto pasivo al que hay que darle todo mascado. En Magical Girl la estimulación hacia el espectador es constante y el esfuerzo por utilizar todos los recursos audiovisuales sin recurrir a trucos explicativos se agradece. A mí, al menos, me atrapan por ahí.
Por su parte, el guión me parece muy bien pensado, tanto a nivel narrativo como a nivel argumentativo. En el primer aspecto, llama la atención lo bien que logran transmitir la mayoría de las problemáticas que se presentan sin recurrir a diálogos explicativos. En el segundo aspecto, el desarrollo de la película va dándose como un péndulo de favores, chantajes y manipulaciones entre los distintos personajes, hasta que finalmente la historia se cierra de forma circular. Carlos Vermut pone sobre la mesa una serie de situaciones que, sin ser cotidianas, son factibles; dándole finalmente una coherencia interna a lo que parece no tenerla. La trama es arriesgada si no se hilan algunos puntos bien, lo cual me parece que hace a la perfección sin por ello renunciar a la libre interpretación del público en relación a otros aspectos. Por otro lado, es curioso cómo parecen existir cuatro puntos cumbres de la película en los que, según el desarrollo que se esté dando, te hace sentir una empatía mayor con el personaje de turno (primero con Luis, luego con Bárbara, en tercer lugar con Damián y por último con Alicia).
La actuación de Bárbara Lennie sobresale en el reparto, mientras que la joven Lucía Pollán representa un muy buen papel en su primera actuación en el cine. La duda que tengo es sobre Luis Bermejo: no tengo claro si lo que no me gusta es el personaje o el actor. Si bien se va entendiendo que es un personaje introvertido y calculador a lo largo de la película, no me gusta esa contención constante y forzada que tiene el personaje o que sobre-interpreta el actor.
Por lo demás, seguro que me dejo muchas más cosas por valorar, pero me ha gustado mucho la utilización de la música, especialmente en la escena final. La escenografía, por su parte, juega un papel importante dentro de ese lenguaje audiovisual en el que se presuponen cosas sin necesidad de utilizar el diálogo explicativo. Además, la cotidianidad de un vecindario de clase obrera, el bar de la esquina, la biblioteca del barrio y la situación personal de los personajes que viven ese contexto (desempleo, desesperación, empobrecimiento), contrasta muy acertadamente con un mundo de ostentación en el que lo material no es el principal problema de los personajes que lo habitan.
En definitiva, y sin ser la gran obra maestra del mundo mundial, me parece de muy buen gusto que una película no trate al público como mero sujeto pasivo al que hay que darle todo mascado. En Magical Girl la estimulación hacia el espectador es constante y el esfuerzo por utilizar todos los recursos audiovisuales sin recurrir a trucos explicativos se agradece. A mí, al menos, me atrapan por ahí.
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