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Críticas ordenadas por utilidad
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7,1
72.255
4
29 de octubre de 2012
29 de octubre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre manos nos traemos 'Hijos de los hombres', película de 2006 dirigida por Alfonso Cuarón, el tío ese que dirigió una peli de Harry Potter. Pues que os voy a decir que no sepáis... ah, si, que la peli del Harry estaba mucho mejor que esta, eso parece que nadie lo ha entendido.
Nos encontramos ante lo que es a mi parecer una de las películas más sobrevaloradas de todas. Sí, al parecer a la gente le mola el rollo ese de que el director lleve la cámara como si fuera un reportero en medio de una guerra. Si ese era el objetivo, bravo señor Cuarón, pero a mí no me gusta. Y es que los planos se alargan demasiado, eso para una película de falso documental vale, pero aquí aburre en demasía.
Los personajes se nos presentan, bueno ahí está el error, no se nos presentan. Aparecemos de repente, como si estuviésemos a mitad de la película. No sabemos por qué la gente ha dejado de tener hijos, y menos aún por qué la chica sí puede tenerlos. Y entonces yo me hago la pregunta ¿qué sentido tiene si no lo explicas? Y de una forma tan mágica como dejar de ser fértil de sopetón, aparecen zombies que repiten una y otra vez la frase "Es que solo es un pretexto para mostrarnos lo que pasaría o las peripecias de un grupo de personajes...".
Qué problema hay con eso, que los personajes por lo ya comentado no nos importan, y se muere uno y se muere el otro y tú con cara de me importa un pimiento.
Y solo queda la historia, lo único que puede salvar esta película... pero resulta que es de lo más aburrida, y sabéis por qué: porque es muy realista. Y para eso ya tengo la realidad.
Nos encontramos ante lo que es a mi parecer una de las películas más sobrevaloradas de todas. Sí, al parecer a la gente le mola el rollo ese de que el director lleve la cámara como si fuera un reportero en medio de una guerra. Si ese era el objetivo, bravo señor Cuarón, pero a mí no me gusta. Y es que los planos se alargan demasiado, eso para una película de falso documental vale, pero aquí aburre en demasía.
Los personajes se nos presentan, bueno ahí está el error, no se nos presentan. Aparecemos de repente, como si estuviésemos a mitad de la película. No sabemos por qué la gente ha dejado de tener hijos, y menos aún por qué la chica sí puede tenerlos. Y entonces yo me hago la pregunta ¿qué sentido tiene si no lo explicas? Y de una forma tan mágica como dejar de ser fértil de sopetón, aparecen zombies que repiten una y otra vez la frase "Es que solo es un pretexto para mostrarnos lo que pasaría o las peripecias de un grupo de personajes...".
Qué problema hay con eso, que los personajes por lo ya comentado no nos importan, y se muere uno y se muere el otro y tú con cara de me importa un pimiento.
Y solo queda la historia, lo único que puede salvar esta película... pero resulta que es de lo más aburrida, y sabéis por qué: porque es muy realista. Y para eso ya tengo la realidad.

5,8
19.919
7
12 de enero de 2016
12 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film bastante mejor de lo que me pensaba, un humor tronchante de lo ridículo que resulta, y que acompaña toda la película. No es casualidad, ni es una bochornosa dirección. Aquí hay críticas, bastante claras, hacia la sociedad occidental en general y hacia los EEUU en particular. Despúes de Transformers, saga a la que no apruebo en ninguna de sus entregas, Michael Bay me ha sorprendido gratamente y me ha pillado totalmente desprevenido, y de este modo me ha resultado muy disfrutable, la verdad.
La escena, sin duda,
La escena, sin duda,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
la muerte del productor porno: "¡¡Me ha llamado puto aficionado!!".
Sublime. Egocentrismo e ignorancia en ingentes cantidades.
Sublime. Egocentrismo e ignorancia en ingentes cantidades.

5,0
14.823
1
11 de agosto de 2012
11 de agosto de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y como también dicen, esto no es los vídeos domésticos más divertidos de América. Y será la crítica número 2873 que lo menciona: Esto no es cine. Ni se le acerca.
Me parece una estupidez que esta sucesión de gags (con bastante poca gracia, la verdad) tenga incluso más de un 3. Y como no tienen suficiente, hacen una segunda parte, y una tercera, y partes intermedias... y lo que queda por llegar a nuestras pantallas. Es insultante para la mente humana.
Así se demuestra que el mundo que nos enseñaba la película 'Idiocracia' se está acercando cada vez más al presente, o viceversa. Esto es un mataneuronas en toda regla.
Y antes de volverme analfabeto total gracias a esta película, escribo estas líneas para que los que no esteis interesados en ver idiotas haciendo lo que suelen hacer los idiotas sean precavidos y no se topen con algo tan desagradable (hablando de cine, claro).
Me parece una estupidez que esta sucesión de gags (con bastante poca gracia, la verdad) tenga incluso más de un 3. Y como no tienen suficiente, hacen una segunda parte, y una tercera, y partes intermedias... y lo que queda por llegar a nuestras pantallas. Es insultante para la mente humana.
Así se demuestra que el mundo que nos enseñaba la película 'Idiocracia' se está acercando cada vez más al presente, o viceversa. Esto es un mataneuronas en toda regla.
Y antes de volverme analfabeto total gracias a esta película, escribo estas líneas para que los que no esteis interesados en ver idiotas haciendo lo que suelen hacer los idiotas sean precavidos y no se topen con algo tan desagradable (hablando de cine, claro).

6,0
10.789
7
22 de abril de 2012
22 de abril de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para unos mejor, para otros peor. Yo siempre he comprendido las películas de venganza, y me encantan. La primera que me vino a la mente nada más acabar fue Sentencia de muerte, ya que en varios aspectos son muy parecidas (ambas del 2007): A los 10 minutos de peli matan a un ser querido del prota (el cual es una persona completamente normal, incluso débil), y este tras meditarlo decide tomarse la justicia por su mano. Sin embargo, mientras la peli de Kevin Bacon se dirige poco a poco hacia una serie B digna de Machete, esta no deja de lado su racionalidad en ningún momento.
En respuesta al comentario "Es que todas son iguales":
1º-¿Y qué? ¿preferías que hubieran grabado la vida de la protagonista desde que se levanta, va al trabajo, vuelve a casa, se acuesta, se levanta al día siguiente, va al trabajo,... hasta que cuando faltan 20 minutos para que acabe la peli aparezca un fundido en negro con el cartel "10 años después", y se ve a Terrence Howard atrapando a los asesinos y llevándolos a juicio para que les condenen a 10 años de prisión y Jodie Foster se vaya indignada a casa diciendo "diez años para esto"? Pues esto habría sido la versión más realista pero, ¿a quién puede interesarle? 2º-Ni mucho menos son iguales. Neil Jordan no nos da una pelicula de acción al estilo Venganza o Sed de venganza. La mezcla con el drama, hace que veamos la experiencia que vive Foster, y en mayor o menor medida, nos atrapa. Se centra más en la mentalidad de la justiciera.
Quizás esa es la razón de mi nota, que el comienzo es muy dramático y lento. Pero gracias a que no rechazo una película por su comienzo he podido descubrirla y me he quedado satisfecho.
En respuesta al comentario "Es que todas son iguales":
1º-¿Y qué? ¿preferías que hubieran grabado la vida de la protagonista desde que se levanta, va al trabajo, vuelve a casa, se acuesta, se levanta al día siguiente, va al trabajo,... hasta que cuando faltan 20 minutos para que acabe la peli aparezca un fundido en negro con el cartel "10 años después", y se ve a Terrence Howard atrapando a los asesinos y llevándolos a juicio para que les condenen a 10 años de prisión y Jodie Foster se vaya indignada a casa diciendo "diez años para esto"? Pues esto habría sido la versión más realista pero, ¿a quién puede interesarle? 2º-Ni mucho menos son iguales. Neil Jordan no nos da una pelicula de acción al estilo Venganza o Sed de venganza. La mezcla con el drama, hace que veamos la experiencia que vive Foster, y en mayor o menor medida, nos atrapa. Se centra más en la mentalidad de la justiciera.
Quizás esa es la razón de mi nota, que el comienzo es muy dramático y lento. Pero gracias a que no rechazo una película por su comienzo he podido descubrirla y me he quedado satisfecho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La frase "¿Descubro las calles, o ellas me descubren a mi?" sinceramente me hizo reir. Creo que se pasaron con el sustrato filosófico.

7,1
27.012
3
12 de junio de 2016
12 de junio de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre camina por el paseo de una veraniega playa, junto al ruido de las olas. Cuando termina su largo paseo, que no presenciamos al completo gracias a unas cuidadosas elipsis, se encuentra frente a un restaurante que, al parecer, es uno de los mejores de la costa dado que sirve platos exquisitos y se sirve de una gastronomía tan peculiar como única, alejada de esa morralla para paladares ignorantes que año tras año invade las carteleras de los kioscos playeros.
Sin dudar ni un instante, el hombre cruza la calzada y se planta en el interior de dicho restaurante. A paso inusitadamente lento, recorre la sala principal y se dirige a la terraza en busca de un poco de sol, intentando encontrar un solo sitio en el que una luz ténue no sea la protagonista de la escena cromática. Llegado a tal, escoge una de las mesas, se sienta ante ella y espera, y espera, y espera pacientemente a que se acerque algún camarero (o alguien que, aún no siéndolo, se presente como tal) y proceda a tomarle nota.
Una vez aparece en escena, el camarero le pregunta por los alimentos que desea, y nuestro protagonista (que ya no era tal porque el camarero había pasado a formar parte junto a él de una serie de historias cruzadas) se decide a pedir un bocata de gaviota japonesa, a sabiendas de que en aquel restaurante, a pesar de la fama que tenía en cuanto a comidas extrañas, le sería tremendamente dificil de comer, y ello llevaría a sus responsables por una larga odisea (que incluye todo tipo de prácticas extorsionadoras y sexuales) para conseguir esos dichosos pájaros japos para un cliente que seguramente no vuelva a pasarse por allí en su vida.
Tras unos interminables minutos en los que observamos como nuestro hombre observa con cara de palo el horizonte, pretendiendo ser humanamente dramático, por fin llega el ansiado plato.
Tras un larguísimo plano con encuadre fijo, a larga distancia, en el que observamos cómo el hombre se sirve agua en su vaso, se pone la servilleta al cuello, y le da un bocado a ese manjar, la historia se precipita sin más dilación hacia su última escena, inesperada y tremendamente impactante, en la cual la cara del protagonista cambia a un pálido rostro para posteriormente, aseverar: "Me he comido a mi hijo".
Fin. Ale, ahora adivina de qué iba la película.
Sin dudar ni un instante, el hombre cruza la calzada y se planta en el interior de dicho restaurante. A paso inusitadamente lento, recorre la sala principal y se dirige a la terraza en busca de un poco de sol, intentando encontrar un solo sitio en el que una luz ténue no sea la protagonista de la escena cromática. Llegado a tal, escoge una de las mesas, se sienta ante ella y espera, y espera, y espera pacientemente a que se acerque algún camarero (o alguien que, aún no siéndolo, se presente como tal) y proceda a tomarle nota.
Una vez aparece en escena, el camarero le pregunta por los alimentos que desea, y nuestro protagonista (que ya no era tal porque el camarero había pasado a formar parte junto a él de una serie de historias cruzadas) se decide a pedir un bocata de gaviota japonesa, a sabiendas de que en aquel restaurante, a pesar de la fama que tenía en cuanto a comidas extrañas, le sería tremendamente dificil de comer, y ello llevaría a sus responsables por una larga odisea (que incluye todo tipo de prácticas extorsionadoras y sexuales) para conseguir esos dichosos pájaros japos para un cliente que seguramente no vuelva a pasarse por allí en su vida.
Tras unos interminables minutos en los que observamos como nuestro hombre observa con cara de palo el horizonte, pretendiendo ser humanamente dramático, por fin llega el ansiado plato.
Tras un larguísimo plano con encuadre fijo, a larga distancia, en el que observamos cómo el hombre se sirve agua en su vaso, se pone la servilleta al cuello, y le da un bocado a ese manjar, la historia se precipita sin más dilación hacia su última escena, inesperada y tremendamente impactante, en la cual la cara del protagonista cambia a un pálido rostro para posteriormente, aseverar: "Me he comido a mi hijo".
Fin. Ale, ahora adivina de qué iba la película.
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