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Críticas ordenadas por utilidad
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6,3
12.516
7
27 de agosto de 2013
27 de agosto de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo dejar claro desde un principio que no soy ninguna admiradora de Lynch, de hecho hasta el momento sus películas surrealistas no me habían convencido (tampoco es que haya visto muchas).
Hasta ahora esta es la película que más me ha gustado del Lynch surrealista. Probablemente sea porque es la última que he visto y por ello la he sabido apreciar mejor. A medida que voy viendo más cine voy explorando nuevas posibilidades y me resulta menos difícil digerir diferentes experiencias. Recuerdo que, la primera vez que vi una película surrealista de Lynch: “Carretera perdida”, me pareció una aberración (y aún sigue pareciéndomelo puesto que no la he revisado); la segunda que vi: “Mulholland Drive”, me entretuvo, aunque tampoco me convenció, y la última que he visto: “Inland Empire” me ha gustado.
¿Qué opino de Inland Empire? Pues que es impresionante, y con esto no me refiero a obra maestra, me refiero a que no deja indiferente a nadie. Te puede encantar o puedes odiarla, pero está claro que no vas a quedar impasible ante ella.
Esta película no sigue un guion coherente, pero no lo hace porque no lo necesita. Digo más, si esta película tuviera un argumento coherente entonces no sería lo que es. No es una tomadura de pelo, es otra forma de hacer cine, puede no agradar a la mayoría pero eso no significa que no tenga sentido.
Inland Empire no cuenta una historia física como las que solemos ver, cuenta una historia mental. El cine, desde sus comienzos, nació con la intención de reflejar la realidad y con esta película el realismo ha alcanzado su máxima expresión. Ahora no somos observadores pasivos y externos de una historia, ahora nos introducimos en ella. Ya no vemos desde fuera como se sufre la locura, la vivimos nosotros mismos, en nuestra piel. Experimentamos las mismas sensaciones surrealistas, oníricas e incongruentes que percibe nuestra protagonista.
Si estamos en la mente de alguien trastornado psicológicamente evidentemente no podemos esperar coherencia, porque la enajenación es incongruente. Si nuestra protagonista no comprende lo que la sucede nosotros tampoco lo vamos a comprender, compartimos su confusión con respecto a lo que la rodea. Pero lo que si comprendemos es la angustia y el miedo que ella siente, porque también lo sentimos. Para mí Inland Empire supone una experiencia, he experimentado la locura, he sentido que nada era real, que estaba soñando.
Lynch consigue todo esto con una dirección más que sobresaliente: primeros planos ansiosos, planos subjetivos, juegos de luces, movimientos de cámara desquiciantes, música angustiosa.... Todo esto, mezclado con un montaje vertiginoso, crea una atmósfera asfixiante que nos cautiva durante todo el film.
Entiendo que a muchos no les guste, sobre todo si esperaban una trama lógica. Probablemente si yo la hubiera visto hace un par de años me habría parecido un engendro. Evidentemente, estas emociones de las que hablo son propias, la interpretación es libre, pero la que yo he hecho me ha servido para disfrutar la cinta.
A pesar de todas las alabanzas hechas esta película no me ha convencido del todo. En primer lugar me ha parecido excesivamente larga, con hora y media de experiencia surrealista habría sido suficiente. Por otro lado el final me ha resultado demasiado extremo, está claro que sigue en la línea del resto de la película, pero a Lynch se le va la pinza demasiado.
Evidentemente este director aún no ha conseguido ganarse mi absoluta admiración (en el ámbito surrealista, con “El hombre elefante” lo ha hecho y sobrado). De todas maneras un notable para mi, hasta ahora, enemigo Lynch, es una notaza.
Hasta ahora esta es la película que más me ha gustado del Lynch surrealista. Probablemente sea porque es la última que he visto y por ello la he sabido apreciar mejor. A medida que voy viendo más cine voy explorando nuevas posibilidades y me resulta menos difícil digerir diferentes experiencias. Recuerdo que, la primera vez que vi una película surrealista de Lynch: “Carretera perdida”, me pareció una aberración (y aún sigue pareciéndomelo puesto que no la he revisado); la segunda que vi: “Mulholland Drive”, me entretuvo, aunque tampoco me convenció, y la última que he visto: “Inland Empire” me ha gustado.
¿Qué opino de Inland Empire? Pues que es impresionante, y con esto no me refiero a obra maestra, me refiero a que no deja indiferente a nadie. Te puede encantar o puedes odiarla, pero está claro que no vas a quedar impasible ante ella.
Esta película no sigue un guion coherente, pero no lo hace porque no lo necesita. Digo más, si esta película tuviera un argumento coherente entonces no sería lo que es. No es una tomadura de pelo, es otra forma de hacer cine, puede no agradar a la mayoría pero eso no significa que no tenga sentido.
Inland Empire no cuenta una historia física como las que solemos ver, cuenta una historia mental. El cine, desde sus comienzos, nació con la intención de reflejar la realidad y con esta película el realismo ha alcanzado su máxima expresión. Ahora no somos observadores pasivos y externos de una historia, ahora nos introducimos en ella. Ya no vemos desde fuera como se sufre la locura, la vivimos nosotros mismos, en nuestra piel. Experimentamos las mismas sensaciones surrealistas, oníricas e incongruentes que percibe nuestra protagonista.
Si estamos en la mente de alguien trastornado psicológicamente evidentemente no podemos esperar coherencia, porque la enajenación es incongruente. Si nuestra protagonista no comprende lo que la sucede nosotros tampoco lo vamos a comprender, compartimos su confusión con respecto a lo que la rodea. Pero lo que si comprendemos es la angustia y el miedo que ella siente, porque también lo sentimos. Para mí Inland Empire supone una experiencia, he experimentado la locura, he sentido que nada era real, que estaba soñando.
Lynch consigue todo esto con una dirección más que sobresaliente: primeros planos ansiosos, planos subjetivos, juegos de luces, movimientos de cámara desquiciantes, música angustiosa.... Todo esto, mezclado con un montaje vertiginoso, crea una atmósfera asfixiante que nos cautiva durante todo el film.
Entiendo que a muchos no les guste, sobre todo si esperaban una trama lógica. Probablemente si yo la hubiera visto hace un par de años me habría parecido un engendro. Evidentemente, estas emociones de las que hablo son propias, la interpretación es libre, pero la que yo he hecho me ha servido para disfrutar la cinta.
A pesar de todas las alabanzas hechas esta película no me ha convencido del todo. En primer lugar me ha parecido excesivamente larga, con hora y media de experiencia surrealista habría sido suficiente. Por otro lado el final me ha resultado demasiado extremo, está claro que sigue en la línea del resto de la película, pero a Lynch se le va la pinza demasiado.
Evidentemente este director aún no ha conseguido ganarse mi absoluta admiración (en el ámbito surrealista, con “El hombre elefante” lo ha hecho y sobrado). De todas maneras un notable para mi, hasta ahora, enemigo Lynch, es una notaza.

7,2
86.988
6
14 de octubre de 2012
14 de octubre de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Coches, violencia y dinero cine alternativo? Llamemos a las cosas por su nombre, esta es una película totalmente comercial con un toque indie para satisfacer la nueva moda gafapasta. En mi opinión cine alternativo es el cine de la 2, no esta película, que es candidata perfecta para ser televisada en antena 3 como “El peliculón”.
La historia principal de “Drive” no está mal y la película podría haber estado mucho mejor si no fuera por dos cosas: las interrupciones constantes con escenas totalmente pretenciosas con las que el director parece querer demostrar lo cool y alternativo que es; y una historia de “amor” totalmente inverosímil y vacía en la que no pasa nada; toques que no aportan absolutamente nada, al contrario, enlentecen el film y le dan un toque de “quiero y no puedo”. En definitiva, la peli es entretenida aunque lenta y tiene, para mí, una gran pega, que es la de ser un claro ejemplo de la nueva moda hipster, que supone la paradoja de la moda antimoda.
Además, en cuanto a los actores, Ryan Gosling, no sé cómo, consigue darme la sensación de que sobreactúa con el papel más inexpresivo que existe.
En lo relativo a lo bueno me parece que esta película tiene gran calidad técnica, la fotografía y la banda sonora me han parecido buenas pero, al no acompañarse de un guión del mismo nivel, vemos como resultado escenas emocionalmente vacías que, a mi, lo más que me transmiten es aburrimiento.
En conclusión, la cinta sirve para pasar el rato pero en mi opinión es muy pretenciosa y está totalmente sobrevalorada.
La historia principal de “Drive” no está mal y la película podría haber estado mucho mejor si no fuera por dos cosas: las interrupciones constantes con escenas totalmente pretenciosas con las que el director parece querer demostrar lo cool y alternativo que es; y una historia de “amor” totalmente inverosímil y vacía en la que no pasa nada; toques que no aportan absolutamente nada, al contrario, enlentecen el film y le dan un toque de “quiero y no puedo”. En definitiva, la peli es entretenida aunque lenta y tiene, para mí, una gran pega, que es la de ser un claro ejemplo de la nueva moda hipster, que supone la paradoja de la moda antimoda.
Además, en cuanto a los actores, Ryan Gosling, no sé cómo, consigue darme la sensación de que sobreactúa con el papel más inexpresivo que existe.
En lo relativo a lo bueno me parece que esta película tiene gran calidad técnica, la fotografía y la banda sonora me han parecido buenas pero, al no acompañarse de un guión del mismo nivel, vemos como resultado escenas emocionalmente vacías que, a mi, lo más que me transmiten es aburrimiento.
En conclusión, la cinta sirve para pasar el rato pero en mi opinión es muy pretenciosa y está totalmente sobrevalorada.

6,6
6.624
3
22 de octubre de 2023
22 de octubre de 2023
17 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es verdad que no había leído mucho sobre esta película antes de entrar al cine, pero iba a verla esperando que tratase el tema de la trata de niños con un enfoque social. Sin embargo, me he encontrado una cinta de acción sobre un héroe americano, que utiliza la trata de niños como móvil para desarrollar la trama.
Es una película basada en hechos reales, sobre un policía americano que lleva 10 años dedicándose a detener pedófilos. Un hombre atractivo, padre de familia, con 8 hijos y una devota esposa que cuida de ellos cuando él no está. Un día este policía, a raíz de un comentario aislado de un compañero, cae en la cuenta de que ha detenido muchos pederastas, pero no ha salvado ningún niño. Aunque no existe un desarrollo del personaje que nos explique sus motivaciones, el enfoque que este policía tiene sobre su trabajo da un giro de 180 grados y pasa a querer recuperar niños raptados.
Su primer éxito nace a raíz de engañar a uno de los delincuentes que había detenido. Pero este éxito no es suficiente, ya que el niño que ha salvado tiene una hermana, y el padre de ambos le espeta “imagine que es la cama de su hija la que está vacía todos los días”. Nuestro héroe americano, a pesar de que difícilmente podría ver la cama de su propia hija vacía (porque poco tiempo parece que pase en su casa junto a sus hijos) pasa a obsesionarse de manera enfermiza con salvar a esta niña. No importan el resto de chavales, no le importa salvar 20, 30, o 50 niños si la niña no está entre ellos. No le importa perder su vida y dejar a su esposa viuda y a sus hijos huérfanos porque “imagine que fuera la cama de su hija la que está vacía todos los días”.
Con esa idea nuestro amigo lleva a cabo múltiples planes, ayudado de su jefe americano, un atractivo rico americano y un ex convicto americano que vive en Colombia. Planes que, a pesar de parecer difíciles de desarrollar en la realidad, se llevan a cabo con gran facilidad y tiempo récord.
La película no logra conmover, o por lo menos no a mí, a pesar de que el protagonista suelta una lagrimilla en cada uno de los primeros planos en los que aparece, que no son pocos. Pero es difícil conmover cuando una gran parte de la historia muestra machotes bebiendo alcohol, fumando puros y cerrando negocios, otra gran parte muestra a un héroe jugándose la vida de manera increíble para salvar a una niña, y solo una mínima parte nos muestra realmente a los niños.
En conclusión, bajo mi punto de vista, esto es una película de acción muy mediocre, como otras muchas que tratan sobre como los americanos desmantelan carteles mexicanos. Un americano guapo y padre de familia, junto a varios compañeros (también americanos), salva a niños latinos de las garras de hombres latinos muy malos y muy feos, y de una mujer latina muy mala pero muy guapa.
La realidad es que, si el móvil de la trama hubiera sido la droga, en vez de la explotación infantil, la película habría funcionado igual. Pero es verdad que no habría vendido tanto.
Es una película basada en hechos reales, sobre un policía americano que lleva 10 años dedicándose a detener pedófilos. Un hombre atractivo, padre de familia, con 8 hijos y una devota esposa que cuida de ellos cuando él no está. Un día este policía, a raíz de un comentario aislado de un compañero, cae en la cuenta de que ha detenido muchos pederastas, pero no ha salvado ningún niño. Aunque no existe un desarrollo del personaje que nos explique sus motivaciones, el enfoque que este policía tiene sobre su trabajo da un giro de 180 grados y pasa a querer recuperar niños raptados.
Su primer éxito nace a raíz de engañar a uno de los delincuentes que había detenido. Pero este éxito no es suficiente, ya que el niño que ha salvado tiene una hermana, y el padre de ambos le espeta “imagine que es la cama de su hija la que está vacía todos los días”. Nuestro héroe americano, a pesar de que difícilmente podría ver la cama de su propia hija vacía (porque poco tiempo parece que pase en su casa junto a sus hijos) pasa a obsesionarse de manera enfermiza con salvar a esta niña. No importan el resto de chavales, no le importa salvar 20, 30, o 50 niños si la niña no está entre ellos. No le importa perder su vida y dejar a su esposa viuda y a sus hijos huérfanos porque “imagine que fuera la cama de su hija la que está vacía todos los días”.
Con esa idea nuestro amigo lleva a cabo múltiples planes, ayudado de su jefe americano, un atractivo rico americano y un ex convicto americano que vive en Colombia. Planes que, a pesar de parecer difíciles de desarrollar en la realidad, se llevan a cabo con gran facilidad y tiempo récord.
La película no logra conmover, o por lo menos no a mí, a pesar de que el protagonista suelta una lagrimilla en cada uno de los primeros planos en los que aparece, que no son pocos. Pero es difícil conmover cuando una gran parte de la historia muestra machotes bebiendo alcohol, fumando puros y cerrando negocios, otra gran parte muestra a un héroe jugándose la vida de manera increíble para salvar a una niña, y solo una mínima parte nos muestra realmente a los niños.
En conclusión, bajo mi punto de vista, esto es una película de acción muy mediocre, como otras muchas que tratan sobre como los americanos desmantelan carteles mexicanos. Un americano guapo y padre de familia, junto a varios compañeros (también americanos), salva a niños latinos de las garras de hombres latinos muy malos y muy feos, y de una mujer latina muy mala pero muy guapa.
La realidad es que, si el móvil de la trama hubiera sido la droga, en vez de la explotación infantil, la película habría funcionado igual. Pero es verdad que no habría vendido tanto.
11 de mayo de 2013
11 de mayo de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película que cuenta con una buena idea, un buen guion, una buena presentación y un buen montaje. Sin embargo el modo de introducir la historia falla: un Mr. Nobody de 120 años en un mundo futuro que nos narra todas las posibles vidas que podría haber vivido.
Si se hubiera prescindido de la historia sobre este Nobody anciano, en mi opinión, podríamos haber visto una película mejor. Esta historia queda descolgada del resto, su estilo no encaja con el de las demás ni en el modo narrativo ni en la presentación visual. Es como un mal corto de ciencia ficción introducido en un drama sobre la existencia y el azar.
La cinta tiene una esencia más profunda de lo que cabría esperar al leer la sinopsis. Muestra como, las diferentes decisiones de una persona, pueden cambiar su vida; existen muchas posibles vidas que podríamos tener y que nunca llegaremos a vivir. De las infinitas existencias posibles solo preexistirá una, pero todas podrían haber sido igual de reales.
Además, la forma de presentar la historia es diferente, muy visual, me recuerda mucho al estilo narrativo de “Big fish”, extraño pero atractivo. La banda sonora y las imágenes están muy bien enlazadas y son acompañadas a veces de una voz en off que nos da breves explicaciones. Digo breves porque no son suficientes, es necesario estar bien atento a la cinta y esforzarse para captar su naturaleza.
En definitiva: muy buena esencia y muy buena presentación que son ensombrecidas por una historia bastante innecesaria, o bueno, necesaria como forma de planteamiento, pero sustituible por otra más sencilla e igualmente válida para presentar la "trama".
Si se hubiera prescindido de la historia sobre este Nobody anciano, en mi opinión, podríamos haber visto una película mejor. Esta historia queda descolgada del resto, su estilo no encaja con el de las demás ni en el modo narrativo ni en la presentación visual. Es como un mal corto de ciencia ficción introducido en un drama sobre la existencia y el azar.
La cinta tiene una esencia más profunda de lo que cabría esperar al leer la sinopsis. Muestra como, las diferentes decisiones de una persona, pueden cambiar su vida; existen muchas posibles vidas que podríamos tener y que nunca llegaremos a vivir. De las infinitas existencias posibles solo preexistirá una, pero todas podrían haber sido igual de reales.
Además, la forma de presentar la historia es diferente, muy visual, me recuerda mucho al estilo narrativo de “Big fish”, extraño pero atractivo. La banda sonora y las imágenes están muy bien enlazadas y son acompañadas a veces de una voz en off que nos da breves explicaciones. Digo breves porque no son suficientes, es necesario estar bien atento a la cinta y esforzarse para captar su naturaleza.
En definitiva: muy buena esencia y muy buena presentación que son ensombrecidas por una historia bastante innecesaria, o bueno, necesaria como forma de planteamiento, pero sustituible por otra más sencilla e igualmente válida para presentar la "trama".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por si alguien le interesa leerlo aquí va mi interpretación de la película:
No creo que haya una explicación clara como puede haber en una historia sencilla con introducción, nudo y desenlace. Aquí lo importante es lo que el director nos intenta transmitir: la influencia que tiene una mínima decisión sobre nuestro futuro; el efecto mariposa; como, algo que no consideramos importante, puede cambiar el curso de nuestra vida. Por ejemplo una simple frase como “yo no me baño con idiotas” acaba con las posibilidades de un futuro matrimonio.
Esta idea se nos presenta a través de un niño que escribe como podrían ser sus posibles vidas. Las posibilidades se multiplican tantas veces como decisiones tome. Un niño que conoce su futuro y, al hacerlo, tiene más facilidades para elegir (o en realidad no*). Un niño que podría no existir y que, realmente, no sabemos si existe. Pero esta peli no trata de lo que es real y lo que no, trata de lo que PODRÍA ser real y, mientras no se tome una decisión, todo es posible.
Se hace, en relación a este tema, una referencia a la felicidad, y se plantea si ésta es cuestión de azar o, por el contrario, de esfuerzo y dedicación. Nemo en unas vidas opta por dejar las decisiones al azar mientras que en otras es él quien las toma y se esfuerza por conseguir lo que quiere. Llega un punto en el que el protagonista ha conseguido todo lo que se proponía y, aun así, “se aburre que te cagas” por lo se entrega al destino. Quizás la suerte sea nuestra única aliada para ser felices (no opino lo mismo)
Para no desvelar el misterio, la película comienza con un anciano que nos está contando sus posibles vidas, pero realmente no es él quien lo está haciendo, es el niño el que narra. Este viejo es solo una más de todas las potenciales existencias que resultan de las decisiones.
Por último, se introducen a lo largo de la peli “mini documentales” que nos hablan sobre el tiempo. Tras el big bang el universo está en continua expansión: el humo nunca vuelve al cigarro, los colores del puré no se pueden volver a juntar… Al igual que sucede con el universo sucede con nuestras vidas: con cada decisión el camino de la vida se bifurca en dos vías (imagen metafórica de las vías de tren que aparece recurrentemente). Esta bifurcación da lugar a una expansión de posibilidades que fluyen hacia el futuro pero que no permiten la vuelta a atrás, la dimensión del tiempo tiene un único sentido posible.
Además este tema da lugar a otra posible interpretación, aunque puede fusionarse con lo anterior. El "big ban" y el "big crunch", expansión y contracción, marcan los dos extremos de la existencia del universo. Estos extremos forman un bucle de expansión-contracción que provoca la creación de repetidos universos. Nemo, como se dice al principio, no fue tocado por el ángel, éste no borro sus recuerdos y por tanto es capaz de acordarse de lo que sucedió en otros universos o vidas anteriores. El anciano nos está contando sus infinitos recuerdos de todas las vidas que ha vivido y, cuando el reloj marca el final, el "big crunch" cambia el sentido del tiempo y todo retrocede para volver a empezar.
*Al final el anciano hace una referencia a una jugada de ajedrez en la que la única posibilidad es no mover pieza. Esto se relaciona con el momento en el que el niño tiene que tomar una decisión y, puesto que conoce el resultado de cada una de las opciones, es incapaz de hacerlo y opta por no mover pieza (no tomar ninguna decisión).
No creo que haya una explicación clara como puede haber en una historia sencilla con introducción, nudo y desenlace. Aquí lo importante es lo que el director nos intenta transmitir: la influencia que tiene una mínima decisión sobre nuestro futuro; el efecto mariposa; como, algo que no consideramos importante, puede cambiar el curso de nuestra vida. Por ejemplo una simple frase como “yo no me baño con idiotas” acaba con las posibilidades de un futuro matrimonio.
Esta idea se nos presenta a través de un niño que escribe como podrían ser sus posibles vidas. Las posibilidades se multiplican tantas veces como decisiones tome. Un niño que conoce su futuro y, al hacerlo, tiene más facilidades para elegir (o en realidad no*). Un niño que podría no existir y que, realmente, no sabemos si existe. Pero esta peli no trata de lo que es real y lo que no, trata de lo que PODRÍA ser real y, mientras no se tome una decisión, todo es posible.
Se hace, en relación a este tema, una referencia a la felicidad, y se plantea si ésta es cuestión de azar o, por el contrario, de esfuerzo y dedicación. Nemo en unas vidas opta por dejar las decisiones al azar mientras que en otras es él quien las toma y se esfuerza por conseguir lo que quiere. Llega un punto en el que el protagonista ha conseguido todo lo que se proponía y, aun así, “se aburre que te cagas” por lo se entrega al destino. Quizás la suerte sea nuestra única aliada para ser felices (no opino lo mismo)
Para no desvelar el misterio, la película comienza con un anciano que nos está contando sus posibles vidas, pero realmente no es él quien lo está haciendo, es el niño el que narra. Este viejo es solo una más de todas las potenciales existencias que resultan de las decisiones.
Por último, se introducen a lo largo de la peli “mini documentales” que nos hablan sobre el tiempo. Tras el big bang el universo está en continua expansión: el humo nunca vuelve al cigarro, los colores del puré no se pueden volver a juntar… Al igual que sucede con el universo sucede con nuestras vidas: con cada decisión el camino de la vida se bifurca en dos vías (imagen metafórica de las vías de tren que aparece recurrentemente). Esta bifurcación da lugar a una expansión de posibilidades que fluyen hacia el futuro pero que no permiten la vuelta a atrás, la dimensión del tiempo tiene un único sentido posible.
Además este tema da lugar a otra posible interpretación, aunque puede fusionarse con lo anterior. El "big ban" y el "big crunch", expansión y contracción, marcan los dos extremos de la existencia del universo. Estos extremos forman un bucle de expansión-contracción que provoca la creación de repetidos universos. Nemo, como se dice al principio, no fue tocado por el ángel, éste no borro sus recuerdos y por tanto es capaz de acordarse de lo que sucedió en otros universos o vidas anteriores. El anciano nos está contando sus infinitos recuerdos de todas las vidas que ha vivido y, cuando el reloj marca el final, el "big crunch" cambia el sentido del tiempo y todo retrocede para volver a empezar.
*Al final el anciano hace una referencia a una jugada de ajedrez en la que la única posibilidad es no mover pieza. Esto se relaciona con el momento en el que el niño tiene que tomar una decisión y, puesto que conoce el resultado de cada una de las opciones, es incapaz de hacerlo y opta por no mover pieza (no tomar ninguna decisión).

7,4
38.953
9
7 de enero de 2014
7 de enero de 2014
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La gran Belleza” es una cinta que se define perfectamente con su título. Supone un equilibrio perfecto entre continente y contenido, un ejercicio de estilo cinematográfico que no se pierde únicamente en la forma sino que aporta un riquísimo fondo que invita a la reflexión.
Un formalismo técnico brillante nos invita a disfrutar de la belleza de esta gran ciudad que nos ocupa. El perfecto uso de la cámara y el montaje al ritmo de la música componen una magnífica sinfonía de imágenes perfectamente dirigida por Paolo Sorrentino.
Con esta suave dirección paseamos por Roma, esa bellísima ciudad de imponentes edificios, descomunales fiestas, moda, bailes y pizza. Pero también esa ciudad que se oculta tras el esplendor de su pasado, del que ya no queda nada, y que en su interior no esconde más que mentiras y fragilidades adornadas con botox y purpurina.
“La máxima ambición de Flaubert era escribir una novela sobre la nada, si hubiera conocido la Roma de “La gran Belleza” habría escrito un gran libro”. Y eso es esta película, un relato sobre la nada, sobre la frivolidad de la belleza.
Gep no quería ser simplemente un mundano, quería convertirse en el rey de los mundanos. Y lo consiguió.
Un formalismo técnico brillante nos invita a disfrutar de la belleza de esta gran ciudad que nos ocupa. El perfecto uso de la cámara y el montaje al ritmo de la música componen una magnífica sinfonía de imágenes perfectamente dirigida por Paolo Sorrentino.
Con esta suave dirección paseamos por Roma, esa bellísima ciudad de imponentes edificios, descomunales fiestas, moda, bailes y pizza. Pero también esa ciudad que se oculta tras el esplendor de su pasado, del que ya no queda nada, y que en su interior no esconde más que mentiras y fragilidades adornadas con botox y purpurina.
“La máxima ambición de Flaubert era escribir una novela sobre la nada, si hubiera conocido la Roma de “La gran Belleza” habría escrito un gran libro”. Y eso es esta película, un relato sobre la nada, sobre la frivolidad de la belleza.
Gep no quería ser simplemente un mundano, quería convertirse en el rey de los mundanos. Y lo consiguió.
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