El cine independiente vuelve a la carga, y se sitúa a un buen nivel con la melancólica, “A Ghost Story”. Una película en la que el cine de autor, el independiente y el puro anticine de hoy en día se dan la mano, en una fantástica, original e inspirada historia, que no esta hecha para todo el mundo, primer aviso. El ritmo de la película pone a prueba la paciencia del espectador, con un ritmo tan lento y tan basado en la observación, que más de uno se autoexpulsará de la película antes de acabarla, segundo aviso. A cambio, te recompensa con una calidad sorprendente y difícilmente apreciable, cargada de un tono tan triste y solemne, como es la perdida de un ser querido. La historia es simple, pero con algunas sorpresas escondidas que hacen de ella una maravilla de explorar, y toda la propuesta visual y el uso del silencio se combina tan bien con el resto de la cinta, que formula un producto con carisma y personalidad propia. Los personajes de Rooney Mara y Casey Affleck son simples, pero están muy bien interpretados, tanto que no cuesta nada entenderlos y ponerse en su situación. Concluyendo, una propuesta interesante y muy personal, hecha para un público mínimo y que nos devuelve la esperanza de que en el cine pueden contarse historias interesantes, fuera de lo comercial y los conceptos clásicos del género, tercer aviso. 7,2/10