Película muy irregular, que a nivel de trama está bien, aceptable, con sus ingredientes suficientes para mantener tensión en el conflicto, y lo que empuja a seguir viéndola hasta el final. Pero a nivel técnico me parece bastante mala, de serie B. Infinidad de planos y contraplanos en los que se ve claramente el cambio de postura de los actores/actrices, en el 90% de las secuencias sucede: ahora en un plano tengo el vaso lleno, en el siguiente lo tengo vacío, en el siguiente tengo la mano puesta en la cabeza, en el siguiente no hay mano... En cuanto a las actuaciones, Brandon sólo pone caras, parece una momia, y Maiden es quien sostiene en ese sentido el reparto, porque los demás ni fu ni fa. Tiene cosas buenas como el momento de duda del amigo traicionero, con una serie de planos que expresan perfectamente la situación, pero teniendo en cuenta el nivel técnico del resto de la peli me parece que fue suerte. Finalmente, en cuanto al tema, sí está bien expresada la cuestión de la amistad, traición y venganza, es tal vez donde mejor destaque este film. Aprobado.

Serie noruega muy simpática, especie de comedia negra con toques de thriller a lo Fargo, con una trama rocambolesca bien trenzada salpicada de realismo mágico, y unos personajes muy dignamente interpretados. No te deslumbra pero brilla con luz propia.

Frenético drama de notable nivel que va a mantenerte desasosegado casi las (poco) más de dos horas de metraje, apenas sin tregua. Y ojo porque no es una película de acción, es una historia de personajes con un nivel de estrés elefantiásico, que además está muy bien contada con una realización basada en primeros planos que abundan en esa sensación inquietante, donde no se sabe en qué momento puede "saltar la rana". El guión es estupendo, plagado de detalles donde sobra muy poco, y muy bien acompañado por un Adam Sandler que ha sido ampliamente capaz de encarnar a su detestable personaje. Recomendable si se está dispuesto a pasar un par de horas verdaderamente incómodas.

Stephen Chbosky se lanza de nuevo, cinco años después, tras "Las ventajas de ser un marginado", con otra cinta generacional, dando en este caso un pasito hacia atrás en cuanto a la madurez de sus protagonistas: donde allí aquellos estaban en plena adolescencia, aquí Chbosky se centra más en los inicios de la misma. Y ahora, si bien el núcleo central vuelve a ser el mismo -la vida interior de un marginado-, el hilo conductor no se centra en un personaje excluido por ser tímido e introvertido, sino, simplemente, por ser feo. El tratamiento del tema es bastante sencillo, pero cargado de una sensibilidad arrolladora, tanto que en no pocas ocasiones podría decirse que se coquetea con la sensiblería más fácil, aunque Chbosky siempre logra salir victorioso de ese duro juicio. Como resultado: baño de situaciones donde el desfavorecido consigue solucionar sus dificultades, donde siempre ganan los buenos. Ideal para verla en familia y para proyectarla en colegios, porque, aunque la vida es mucho más difícil y compleja, no esta mal que de vez en cuando siempre ganen los marginados.

Película de costuras muy bien acabadas, donde interpretaciones, guión y montaje configuran un resultado cinematográfico final muy disfrutable. Esta última película del malogrado Ted Demme (Beautiful Girls) ha sabido encajar el paso de los años perfectamente, pudiéndose llegar a convertir en un clásico del género (biopic de drogas) por derecho propio. Notable.