Versión deliberadamente romántica y fantaseada de un hecho real que sucedió de forma completamente diferente. Evidentemente. Una muy buena película de aventuras con unos apoteósicos Sean Connery y Brian Keith, este último como Teddy Roosevelt.

De buena factura, pero excesivamente blanda y hollywoodense, tiene sin embargo mucho mérito al ser una de las pocas películas que refleja las atrocidades de una dictadura comunista. Hay muchas películas dedicadas al genocidio de los judíos por los nazis( lo que está muy bien), muchas más dedicadas a la guerra civil española y al franquismo(en cantidad tan grande, que ya es pasarse), pero muy pocas dedicadas a los horrores de las democracias populares. Y son: 5 millones de víctimas de Lenin, 15 millones de Stalin, 50 millones de Mao, varios millones la dinastía Kim, y Pol Pot se cargó a dos millones de un país de 7 millones de habitantes. Buena ambientación y buenos actores.

La atracción por la violencia, la fascinación por personalidades fuertes y carismáticas, el irracionalismo misticista, el rechazo por la clase media y sus valores en nombre de una visión épica de la vida, una atracción secreta o no tanto por los valores militaristas y patrioteros que supuestamente critica. Un individualismo bigger than life. Todo indica que Oliver Stone, tras su fachada progre, es un nietzscheano con veleidades que se pueden calificar de fascistoides . Su evidente admiración por Fidel no es por los mismos motivos que pueda tener un izquierdista radical propiamente dicho. Stone ve en el una imagen de tirano carismático que personalmente le mola.

La típica y tópica historia generacional de la llamada generación X, producida desde el llamado cine independiente americano, y que refleja el, por llamarlo de algún modo, mundo personal de su autor, el típico eterno adolescente conformista y gregario disfrazado de alternativo rupturista. Bajo un barniz de aparente crítica e irreverencia, hay gran complacencia hacia el mundo y tipo de personajes que retrata. Visualmente es muy fea. Y vuelvo a repetir, Kevin Smith es un catequista progre.

Producto de qualite Made in Weinstein Factory. Correcta, pastelosa y soporífera. Versión políticamente correcta, y por tanto falsa y anacrónica de la Guerra de Secesión americana. Minghella es, sin duda, el director que mejor supo plasmar el concepto de cine de Harvey Weinstein, una comercialidad hollywoodiense descarada disfrazada de cultureta.