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TPA
Seychelles Seychelles · Coldwater
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Críticas 57
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7 de septiembre de 2012
17 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de José Luis Garci es conocido por, entre otras cosas, su conservadurismo formal, estéticamente clásico y argumentalmente debido, a menudo, a textos novelados de corte costumbrista y terrenal, lejos de lo fantasioso o alucinado. Desde Volver a empezar (1982) hasta Sangre de mayo (2008), pasando por El abuelo (1998) o Ninette (2005), todas las obras de Garci se definen por ello, y así lo hace también Holmes & Watson Madrid Days, nuevo trabajo que sigue esa estela y que aunque flirtea mucho más con la ficción pura y se permite destellos de imaginería e irrealidad, nunca deja de tener los pies en el suelo.

La llegada del detective más famoso de la Historia y su fiel acompañante Watson a la España de finales de siglo diecinueve la describe Garci con la misma seriedad con la que trataría a cualquier personaje real, a años luz por supuesto de las piruetas y fliperíos varios del bueno de Guy Pearce o las atrevidas reinvenciones de Mark Gatiss, Steven Moffat y su serie Sherlock. Aquí son Holmes y Watson los mismos ingleses respetables que Doyle describía en sus escritos, encarnados por unos solventes Gary Piquer y José Luis García Pérez que desfilan con solemnidad por el hipotético Madrid decimonónico. No obstante, hay algo en ese Madrid, y en fin, en todo el metraje, que no funciona, que empieza como un ligero temblor para acabar zarandeando todo el film. La capital española de finales de mil ochocientos se ve falsa, puro atrezo, disfraz manufacturado pero disfraz al fin y al cabo de una época y unas gentes que se ven impostados, poco creíbles. El Madrid de Holmes & Watson es como la Andalucía de Bandolera, decorado rígido y acartonado en el que todo está donde se supone que debería, y aun así huele a chamusquina y a telefilm. Y como su vertiente artística y sus decorados, tampoco funciona el guión, que en sus aspiraciones humanizadoras –Garci y Torres-Dulce ahondan en los aspectos más íntimos de la pareja británica; amoríos, principalmente– dispersan enormemente la atención de un público que no sabe hacia dónde mirar. La impermeabilidad sentimental de Holmes, la cohibida promiscuidad de Watson, se mezclan extrañamente en el argumento con las villanías del serial killer por excelencia, quien no conforme con las prostitutas londinenses se ensaña, presuntamente, también con las madrileñas.

No ayuda ésta dispersión como tampoco lo hacen algunos dejes casi subliminales, ya sea la conversación taurina entre los dos protagonistas o la aparición estelar de un Gallardón barbado en el papel del compositor Isaac Albéniz, además de algunos clichés bochornosos –el risueño revisor del tren, que canturreando demuestra lo alegre que es España, o la prostituta jerezana, analfabeta pero tan simpática, tan jubilosa–. No obstante, tampoco se arrugan Garci y Torres-Dulce a la hora de ser críticos con una clase alta madrileña en la que la corrupción es el pan de cada día, y es el mismo Holmes que la define como «oscura». Sea como sea, Holmes & Watson Madrid Days da la sensación de ser un film malogrado, que aun contando con los conocimientos de un gran aficionado a las aventuras del detective británico –Torres-Dulce pertenece a un club londinense dedicado a éste–, los decorados de un veterano bastamente galardonado –Gil Parrondo ha ganado el Oscar en un par de ocasiones, y tiene hasta cuatro Goyas–, un reparto más que notable y la dirección de José Luis Garci, ninguna de sus facetas llega a satisfacer plenamente.

Lo mejor: a pesar de sus deficiencias, es un film orgulloso y con personalidad.

Lo peor: la dirección artística y el guión, faltos de frescura.

[Tupeli.es]
TPA
5 de agosto de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que no valga como película de entretenimiento familiar, ni valga tampoco como una hora y media de cine ameno. No es que su banda sonora sea hortera y ñoña. No es que caiga en los tópicos más reiterados, ni tampoco es que los actores y el doblaje sean pésimos.

Es que los valores en los que basa el guión son perjudiciales para la sociedad, es que, siendo cine familiar, refleja un punto de vista, unos diálogos y unas conclusiones clasistas y machistas. Es que, según esta película, las mujeres son seres irracionales movidos por los celos y las segundas intenciones. Y es que la viril figura del patriarca familiar y jefe de mil empleados es el eje central en el que se sujeta una familia como Dios manda, en la que el resto; mujeres, niños, y trabajadores de clase media con recursos limitados (es decir, los NO triunfadores) están felizmente supeditados.

Y es por todo eso (y algo más), por lo que esta pseudoproducción de cine familiar tendría que ser, únicamente, un elemento destinado al estudio sociológico.
TPA
9 de julio de 2012 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resultaría infructuoso preguntarse a estas alturas la necesidad de un nuevo comienzo de las andanzas del joven Hombre-araña cuando tan sólo han pasado diez años desde que Sam Raimi y Tobey Maguire cogieran las riendas de éste con notables resultados, aunque no está de más recriminar la volatilidad del cine hollywoodiense y la insistencia con la que se suele pretender substituir lo ya hecho. El caso es que ahora viene de nuevo a nosotros un Amazing Spider-man empaquetadito y a estrenar para comenzar otra vez con una franquicia que si bien es cierto que decaía con cada entrega, tenía unos cimientos suficientemente sólidos como para abogar por lo continuista.

No ha sido así y el resultado es en cierto modo decepcionante, aunque sin duda digno y sumamente entretenido. Dirige el renacimiento el joven Mark Webb, realizador que debutó con la fantástica (500) días juntos (2009) y que abandona con Spider-man el cine independiente yanqui para meterse de lleno en las grandes dimensiones sin dejar apenas rastro de su primer pequeño gran pino cinematográfico. Y es que quizás es por aquella peliculilla romanticona, moderna e inteligente que filmó hace tres años que The Amazing Spider-man nos parece ahora convencional y desapasionada, producto salido del engranaje estandarizador del cine de masas. No por ello, sin embargo, se debe renunciar a darle una oportunidad, pues podemos encontrar en ella algunos logros destacables propios del director de Indiana; su humor perspicaz y su sentido del romance, aparte de lo entretenido de la trama per se y, ni qué decir tiene, su 3d y potentes efectos visuales, son motivos suficientes como para disfrutar de los más de ciento veinte minutos que dura la película.

El reparto del film lo encabeza el joven Andrew Garfield, ofreciendo una óptica de Peter Parker alejada de la de su predecesor. Ahora Parker es un perdedor guay, skater de sonrisa seductora al que la aureola de primo –que tan bien encajaba con Maguire– no le aguanta ni tres escenas. En este sentido, se pierde la interesante dualidad que ofrecía el anterior Spider-man –esto es, el contraste entre lo carismático del superhéroe y lo fome del ciudadano de a pie desapercibido– en favor de la atención teenager y las carpetas forradas. Aun así, y más allá de su físico, Garfield resuelve con solvencia su papel como lo también lo hace Emma Stone y el mad doctor Rhys Ifans, cómplices todos de la correcta actualización de un Webb que, más comedido que valiente, sabe que un gran poder (económico) conlleva una gran responsabilidad (recaudatoria).

Lo mejor: sus dejes cómicos, escasos pero muy acertados.

Lo peor: Peter Parker, cool en exceso.

[Tupeli.es]
TPA
4 de mayo de 2012 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasa desapercibida la presencia de Elena Anaya en esta producción francesa como la misma película por nuestras carteleras, repletas últimamente de estimables títulos que, por mucho que se diga en algunos círculos, corroboran el buen momento creativo en que se encuentra el séptimo arte. Tanto es así que obras notables como Cuenta atrás, de agradecido visionado y fácil digestión, quedan en segundo plano, eclipsadas por films de mayor envergadura y similar calidad, léase Drive, Los idus de marzo, o Indomable.

El caso es que el nuevo trabajo de Fred Cavayé es una película a reivindicar, cine molón y satisfactorio con muchas dotes y poco que reprochar. Cuenta atrás es una fiesta, atracción de feria de alto standing que te clava en el sillón con tanta maña como fuerza y te ofrece nada más que ocio de calidad, una buena dosis de adrenalina audiovisual. Su ligereza no es inconveniente, más bien al contrario; como un buen vino joven con el que embriagarse sin tener resaca, Cuenta atrás no deja más secuela que sonrisas palomiteras y sensación de sacio cinematográfico.

Y es que la propuesta de Cavayé es un drama eufórico, cine negro con gancho de blockbuster y alma independiente para comer y disfrutar, hamburguesa afrancesada a la que engullir sin remordimientos. Todo en la película está al servicio del público; sus aspectos formales se deben a la ritmo de la trama, a la que se amoldan con máxima efectividad, y los artísticos están supeditados, de la misma forma, al desarrollo fluido de la acción. Fotografía y sonido solidifican la propuesta, y el elenco, con Gilles Lellouche, Elena Anaya, Roschdy Zem y Gérard Lanvin, confirma la unanimidad cualitativa de un film terrenal, recíproco en su relación con el público, al que trata sin pretensiones ni miradas altivas. ¿Su fórmula? Así de simple: cine de ocioso y de calidad es igual a pleno disfrute del espectador.

Lo mejor: es puro entretenimiento.

Lo peor: que se la subestime por ligera.

[Tupeli.es]
TPA
4 de mayo de 2012 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Sé lo que tú quieras ser, haz lo que tú quieras hacer, y no dejes que otros te lo digan», «No sacrifiques la vida en ser como a los demás les satisface que seas, porque lo primero es estar satisfecho con uno mismo». Etcétera. Lo mejor de Eva no es, desde luego, su moralina rimbombante, que suena a libro de autoayuda, enciclopedia de obviedades. Lo mejor de Eva tampoco es su guión, que vive al filo de la fábula más evidente para adultos con frigidez emocional. En definitiva, la de Eva no es, seguramente, la mejor y más original historia que nos habrán contado, por sus inclinaciones hacia la moraleja fácil y su telefílmica narración.

La nueva obra de Mariano Barroso es entretenida nada más, película de entre horas que cumple su función perfectamente, solvente, sin estridencias ni ínfulas. La historia de una joven juez que investiga el caso del asesinato de una prostituta, y cómo en el transcurso del caso se verá inmersa en la clásica relación imposible es lo que nos plantea el director, coguionista junto con Alejandro Hernández. El eterno y sudado duelo entre la cabeza y el corazón, el raciocinio y la pasión, se formula aquí de nuevo sin más frescura que la notable actuación de Leonor Watling, buena conductora de esta dualidad y máximo incentivo del filme en tanto que personificación de la premisa romántica por excelencia; dejarse llevar por la vehemencia del amor y saber que ésta lleva al precipicio. El resto, no mucho más: cine negro y romance sexy de fácil digestión para las masas, que se embolsarán las susodichas moralejas como propina.

Lo mejor de Eva es, en definitiva, que cumple con su finalidad recreativa sin andarse por las ramas ni perderse entre marañas argumentales. El de Barroso es un pasatiempo ligero y efectivo que deja para el recuerdo una única escena, la final, en la que algunos tópicos se evaporan dejando un sabor de boca agradable y efímero. Puro ocio.

Lo mejor: la escena final.

Lo peor: es una obra (muy) menor.

[Tupeli.es]
TPA
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