Comienzo a ver con interés 'El Último Mohicano' pensando que me va a aportar algo más allá de la pura experiencia audiovisual. Hago oídos sordos de las escenas tarzanescas y gratuitas de los primeros instantes de película pero pronto se me agria el rostro al ver el ridículo de la primera escena de "acción", una gresca al nivel de las películas de Bruce Lee pero con una ambientación de hace 300 años. 'El Último Mohicano' presenta personajes arquetípicos (el héroe, la princesa, el malo sin escrúpulos), un desenlace previsible y un desarrollo insufrible, aderezado por una historia de amor tan edulcorada que da ganas de apagar la pantalla. De hecho fue lo que hice por momentos. Quo vadis, Daniel Day-Lewis? ¿Cómo lo convencería Michael Mann para un producto tan comercial y vacío? Ay.

Una genialidad, tan inteligente que le hace a uno sentirse idiota tratando de escribir algo sobre ella. Es un falso documental lleno de sutilezas que claramente no vale para todo el mundo (de ahí el miserable 4,3 que tiene mientras escribo esto), pero si tienes la suerte de que encaje contigo es difícil no acabar lleno.

Llevo un rato intentando escribir algo sobre ‘Death Note’ pero es que me ha matado, no me sale nada. La he intentado ver sin prejuicios, tratando de no juzgar si era fiel o no al anime sino si funcionaba como película, pero no he sido capaz de aguantarla. No ha habido por dónde cogerla. Entre que el personaje principal no tiene dos dedos de frente (ha pasado de ser un genio a un tío inseguro, manipulable y sin ideas propias), que se han inventado una serie de reglas nuevas ridículas (algo pasa si quemas una página, pero sólo una vez), que las deducciones no siguen ningún tipo de lógica convencional hasta acabar sintiéndote insultado, que repiten el puto recurso de suprimir el sonido y subir la música 18 veces, que hay testosterona y bates de béisbol y cheerleaders y bailes de graduación por todas partes como para demostrar lo súper yankis que son, que el director hace un par de incursiones en el género del terror para descojonarse… Es imposible sentir un mínimo de empatía por un personaje así, y con eso el debate de la historia original simplemente no existe.

He dejado la serie a falta del último capítulo porque no podía importarme menos. Me gustan las historias en las que cuesta entender lo que está sucediendo porque se te ocultan ciertas claves, y a medida que te las van mostrando todo va cobrando sentido… pero en esta serie da exactamente igual: la confusión viene no de argucias narrativas, sino de la paranoia del autor. El hilo argumental que enlaza una escena con otra es mínimo, todo sucede porque sí y al final seguirlo es un acto de fe: si compras lo que te está contando puedes aguantar un capítulo más; si no, se convierte en una serie frustrante que no gana con cada episodio, más bien lo contrario. Cuatro horas mal invertidas.

Desde que puntúo películas he puesto más dieces que unos. Me parece más fácil hacer una película perfecta que una película perfectamente ridícula, porque hasta en las más malas hay algo que funciona, y si no siempre hay un último recurso que es la risa (ahí está 'Sharknado'). 'Contratiempo’ parecería una broma si no fuera por lo en serio que se toma a sí misma. Ni siquiera da margen al cachondeo. La supuesta chispa de las dos horas de película es la revelación a última hora de un detalle secreto que te llevan poniendo en las narices desde el primer minuto. El problema está en que se ve a kilómetros y eso hace a la película un tetris de lo más previsible. Si fuera sólo eso. Pero a los protagonistas los fuerzan a interpretar situaciones esperpénticas con registros de película americana mal doblada, el arco y la profundidad de los personajes están diseñados por un niño de doce años y el desarrollo de los acontecimientos explota todos los principios de la lógica. De principio a fin la película no para de contradecirse a sí misma buscando reavivar algo que está más que muerto.