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Críticas ordenadas por utilidad
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6,8
59.532
9
11 de enero de 2011
11 de enero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando hay calidad se nota. Ya sea en una superproducción (véase Origen con Christopher Nolan) o en pequeñas producciones como esta película. Qué grande es Danny Boyle, que, de una historia que no se puede sacar mucho jugo, con su enorme creatividad y talento consigue sacar petróleo, ayudado de un James Franco que sorprende con una actuación muy realista (equiparada a la de Ryan Reynolds en Buried).
Parecida en su planteamiento a la española Buried (en lo referente a la lucha por la supervivencia de un hombre en una situación totalmente adversa), cada director resuelve la situación de dos maneras totalmente diferentes (y ambas con un resultado muy bueno). Mientras Boyle hace referencia al pasado y pensamientos del protagonista mediante flashbacks y otros recursos (el sueño de la tormenta), Rodrigo Cortés se centra sólo en el presente, en la lucha a contrarreloj que su protagonista ha de llevar a cabo para salir de la situación en la que se encuentra, sin "darle" un segundo de respiro para centrarse en sus imaginaciones o recuerdos (93 minutos íntegros de Ryan Reynolds).
Supongo que a Boyle se le criticará de un montaje demasiado visual y "videoclipero" que no deja identificarte con el personaje y sentir lo que él siente, que se centra más en la estética que en la historia, pero yo realmente me emocioné con el tramo final del film. Precisamente es esa manera de rodar la que me hace sentir la frustración, la locura, la soledad y los deseos que el personaje tiene a lo largo de la película. Los recursos que utiliza Boyle (primeros planos, batería de escenas que le dan un colorido espectacular, banda sonora emocionante...) son los que hacen de esta película una película emocionante, entretenida y hacen que desprenda una energía, un positivismo y unas ganas de vivir sorprendentes. Una pequeña joya!
Realmente admiro la capacidad de este director de crear la atmósfera adecuada para cada una de sus películas (28 días después y Trainspotting son claros ejemplos) que hace que me meta de lleno en la historia que me está contando.
Parecida en su planteamiento a la española Buried (en lo referente a la lucha por la supervivencia de un hombre en una situación totalmente adversa), cada director resuelve la situación de dos maneras totalmente diferentes (y ambas con un resultado muy bueno). Mientras Boyle hace referencia al pasado y pensamientos del protagonista mediante flashbacks y otros recursos (el sueño de la tormenta), Rodrigo Cortés se centra sólo en el presente, en la lucha a contrarreloj que su protagonista ha de llevar a cabo para salir de la situación en la que se encuentra, sin "darle" un segundo de respiro para centrarse en sus imaginaciones o recuerdos (93 minutos íntegros de Ryan Reynolds).
Supongo que a Boyle se le criticará de un montaje demasiado visual y "videoclipero" que no deja identificarte con el personaje y sentir lo que él siente, que se centra más en la estética que en la historia, pero yo realmente me emocioné con el tramo final del film. Precisamente es esa manera de rodar la que me hace sentir la frustración, la locura, la soledad y los deseos que el personaje tiene a lo largo de la película. Los recursos que utiliza Boyle (primeros planos, batería de escenas que le dan un colorido espectacular, banda sonora emocionante...) son los que hacen de esta película una película emocionante, entretenida y hacen que desprenda una energía, un positivismo y unas ganas de vivir sorprendentes. Una pequeña joya!
Realmente admiro la capacidad de este director de crear la atmósfera adecuada para cada una de sus películas (28 días después y Trainspotting son claros ejemplos) que hace que me meta de lleno en la historia que me está contando.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Destacar la escena del show televisivo donde Franco despliega sus dotes interpretativas y la escena "final" que está muy bien filmada y es extremadamente realista

6,6
55.839
8
22 de diciembre de 2010
22 de diciembre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo como esta película no la han nominado para ningún oscar, no digo que sea un peliculón pero creo que se merece estar nominada por lo menos a mejor película y a mejor fotografía (en lugar de Harry Pottery el misterio del príncipe). Resaltar la magnífica ambientación y la fantástica química que existe entre Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee (su relación de padre e hijo en la película es totalmente realista y creíble).
Le doy un 8
Le doy un 8
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Finalmente, la escena de los supervivientes en el sótano esperando a ser devorados por caníbales (es bastante fuerte)

6,8
97.258
10
22 de diciembre de 2010
22 de diciembre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no comentaba ninguna película por aquí, pero creo que esta película merece ser comentada porque es de lo mejor que he visto (y que se va a ver) en este año cinematográfico junto con las ya vistas Buried y Origen.
Creo que la gente que va al cine atraídos por la idea de ver como se creó el facebook sale de la sala decepcionado y pensando que se iban a encontrar otra cosa, porque lo que realmente narra el film es el duro camino hacia el éxito, donde se ha de ser muy retorcido para llegar a la meta.
Algunos pensaran “esta historia se ha contado muchas veces en el cine”, pero yo les diré "¡pero que manera tiene David Fincher de contarlo!!!" como juega con los flashbacks y que bien colocados que están y como aportan dinamismo al film, qué banda sonora tan bien escogida y adecuada para cada momento.
Mención a parte merece el pedazo de guión de Aaron Sorkin (ojalá el oscar esté entre él y Christopher Nolan por Inception) que sigue en la fantástica línea de "El Ala Oeste de la Casa Blanca” avasallándote con una batería de diálogos rápidos y muy elaborados y con una capacidad para mantenerte pegado a la butaca consiguiendo que a medida que pasa la película quieras que te de más, más y más historia sin que las 2 horas que dura se te hagan pesadas (cuando acabó el film pensé “ya se ha acabado?¿?¿?¿ quiero más!).
Yo le doy un 9 largo
PD 1: qué persona la de Mark Zuckerberg que de la noche a la mañana ha creado el futuro y gran parte de la sociedad actual y con tan sólo 26 años...
PD 2: y qué persona también la de Jesse Eisenberg que hace unos días se lució bien lucido en el programa americano de Conan O’brien...
Creo que la gente que va al cine atraídos por la idea de ver como se creó el facebook sale de la sala decepcionado y pensando que se iban a encontrar otra cosa, porque lo que realmente narra el film es el duro camino hacia el éxito, donde se ha de ser muy retorcido para llegar a la meta.
Algunos pensaran “esta historia se ha contado muchas veces en el cine”, pero yo les diré "¡pero que manera tiene David Fincher de contarlo!!!" como juega con los flashbacks y que bien colocados que están y como aportan dinamismo al film, qué banda sonora tan bien escogida y adecuada para cada momento.
Mención a parte merece el pedazo de guión de Aaron Sorkin (ojalá el oscar esté entre él y Christopher Nolan por Inception) que sigue en la fantástica línea de "El Ala Oeste de la Casa Blanca” avasallándote con una batería de diálogos rápidos y muy elaborados y con una capacidad para mantenerte pegado a la butaca consiguiendo que a medida que pasa la película quieras que te de más, más y más historia sin que las 2 horas que dura se te hagan pesadas (cuando acabó el film pensé “ya se ha acabado?¿?¿?¿ quiero más!).
Yo le doy un 9 largo
PD 1: qué persona la de Mark Zuckerberg que de la noche a la mañana ha creado el futuro y gran parte de la sociedad actual y con tan sólo 26 años...
PD 2: y qué persona también la de Jesse Eisenberg que hace unos días se lució bien lucido en el programa americano de Conan O’brien...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena final es brutal con la canción de los beatles sonando de fondo, donde se ve que se ha quedado solo en la vida y lo único que le queda es su creación, el facebook.

7,1
8.297
7
14 de febrero de 2013
14 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película del chileno Pablo Larraín justamente nominada al Oscar a mejor película extranjera, NO nos narra la campaña propagandística que propició la derrota de Pinochet en el plebiscito chileno del 1988. Con una apariencia propia de imagen de archivo, Larraín acierta en aportar esos toques sutiles de humor negro a esta crónica histórico-política aunando, así, consciencia social con entretenimiento. Una obra vitalista y firme candidata a robarle la estatuilla dorada a la favorita Amour de Michael Haneke.
Adrián Peña (@thebigkahuna3)
http://bigkahuna3.blogspot.com.es/
Adrián Peña (@thebigkahuna3)
http://bigkahuna3.blogspot.com.es/

5,8
28.607
5
21 de agosto de 2012
21 de agosto de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La simbólica escena inicial del Legado de Bourne nos deja las cosas claras. Jason Bourne ya no está, es cosa del pasado y Aaron Cross nada hacia las profundidades de las aguas —allí donde vimos nacer y “morir” a Bourne— para recoger su testigo.
Así, como si de una carrera de relevos se tratase, empieza una nueva historia, con nuevo(s) protagonista(s) y distintas señas de identidad, pero con algunas conexiones a la saga Bourne y es que, Tony Gilroy, el que fuera responsable del guión de las tres entregas anteriores, no sólo vuelve a escribir el libreto, sino que también dirige el filme.
A diferencia de las anteriores películas, esta vez, Gilroy, no parte de ninguna de las novelas de acción de Robert Ludlum —el verdadero “padre” de Jason Bourne— para imaginar las aventuras de este nuevo agente secreto interpretado por el flamante hombre de acción en Hollywood, Jeremy Renner.
Esa orfandad ha permitido a Gilroy introducir en la saga una de las temáticas que imperan en el cine hollywoodense actual, los superpoderes. No es nada descabellado pensar que Aaron Cross es la versión suavizada del Capitán América. A lo largo de los —excesivos— 135 minutos de metraje, sobrevuela la idea de que los agentes del programa “Outcome” están sometidos a una modificación genética que les aleja de su condición humana ordinaria —ver la conversación sobre los lobos que mantienen Cross y otro agente del programa “Outcome” en una cabaña— y les convierte en una especie de supersoldados dotados de unas habilidades sobrenaturales, capaces de saltar más alto, pensar más rápido y tolerar un mayor grado de dolor.
Ese es el principal planteamiento encargado de reinventar y, a la vez, deteriorar la saga. Mientras Jason Bourne huía de la CIA en busca de su propia identidad, Aaron Cross huye de la CIA en busca de esa permanente condición de supersoldado sin la necesidad de medicarse para ello. El personaje de Bourne no sólo revolucionó el arquetipo del espía por su descomunal contundencia, su tremenda rapidez y su enérgica violencia física, sino que también lo hizo por la inusual profundidad psicológica que poseía, capaz de enamorarse o jugarse la vida poniendo Moscú patas arriba sólo para pedir perdón a la hija de sus primeras víctimas. Aaron Cross posee las mismas funciones motrices que Bourne pero carece de las psíquicas, siendo un personaje absolutamente plano e incapaz de generar algún tipo de empatía con el espectador.
Dejando a un lado la ingeniería genética, Gilroy ha sabido mantener los temas que caracterizaban a la franquicia como son la manipulación de la información y el permanente control de la vida privada por parte de los gobiernos, la paranoia persecutoria instaurada en las sociedades contemporáneas —ya tratada en filmes como Conspiración (1997), Enemigo Público (2007) o La conspiración del pánico (2008)—, la maquiavélica idea “el fin justifica los medios” representada en los controladores de la CIA o la deshumanización de los soldados.
Pero el gran logro de Gilroy es haber sabido entrelazar la historia de Bourne con la historia de Cross sin que esa mezcla chirríe. El legado de Bourne ocurre paralelamente a El Ultimátum de Bourne, de tal manera que, sin los sucesos ocurridos en la tercera entrega, no existiría esta cuarta. En el primer tercio de la película, consigue hilvanar, a modo de prólogo, un perfecto entramado de información que nos recuerda al sensacional guión de su ópera prima, Michael Clayton (2007), exigiendo al espectador —y, sobre todo, a aquél que no haya visto las películas anteriores— la máxima atención posible para cazar todos los detalles de la trama.
Esos 30-35 minutos iniciales van acompañados de una dirección que nos hace rememorar los mejores momentos de la saga: abundante información en poco tiempo, ritmo frenético, un excelente uso del montaje paralelo para crear suspense, una puesta en escena ágil con constantes movimientos de cámara, unas secuencias con un gran número de planos. Después de esos primeros minutos y una vez ubicados en la historia, Gilroy apuesta por un clasicismo que lastra el devenir del filme eliminando, así, los cánones visuales característicos de las pasadas entregas y, cuando los intenta recuperar —ver secuencia final—, no logra alcanzar el nivel que Paul Greengrass consiguió con El mito de Bourne y El ultimátum de Bourne. Como consecuencia de ello, el guión se torna demasiado explicativo, la puesta en escena reposada y el ritmo narrativo fatigoso.
Por todo lo expuesto podríamos resumir que esta reinvención ha supuesto un retroceso a la franquicia y una disolución —parcial— del espíritu de un Jason Bourne que nos ha legado una innecesaria continuación de aquél magnífico broche final en el “East River” de Manhattan.
SI TE HA GUSTADO LA CRÍTICA, LA PUEDES ENCONTRAR EN MI BLOG PERSONAL: http://bigkahuna3.blogspot.com.es/
Así, como si de una carrera de relevos se tratase, empieza una nueva historia, con nuevo(s) protagonista(s) y distintas señas de identidad, pero con algunas conexiones a la saga Bourne y es que, Tony Gilroy, el que fuera responsable del guión de las tres entregas anteriores, no sólo vuelve a escribir el libreto, sino que también dirige el filme.
A diferencia de las anteriores películas, esta vez, Gilroy, no parte de ninguna de las novelas de acción de Robert Ludlum —el verdadero “padre” de Jason Bourne— para imaginar las aventuras de este nuevo agente secreto interpretado por el flamante hombre de acción en Hollywood, Jeremy Renner.
Esa orfandad ha permitido a Gilroy introducir en la saga una de las temáticas que imperan en el cine hollywoodense actual, los superpoderes. No es nada descabellado pensar que Aaron Cross es la versión suavizada del Capitán América. A lo largo de los —excesivos— 135 minutos de metraje, sobrevuela la idea de que los agentes del programa “Outcome” están sometidos a una modificación genética que les aleja de su condición humana ordinaria —ver la conversación sobre los lobos que mantienen Cross y otro agente del programa “Outcome” en una cabaña— y les convierte en una especie de supersoldados dotados de unas habilidades sobrenaturales, capaces de saltar más alto, pensar más rápido y tolerar un mayor grado de dolor.
Ese es el principal planteamiento encargado de reinventar y, a la vez, deteriorar la saga. Mientras Jason Bourne huía de la CIA en busca de su propia identidad, Aaron Cross huye de la CIA en busca de esa permanente condición de supersoldado sin la necesidad de medicarse para ello. El personaje de Bourne no sólo revolucionó el arquetipo del espía por su descomunal contundencia, su tremenda rapidez y su enérgica violencia física, sino que también lo hizo por la inusual profundidad psicológica que poseía, capaz de enamorarse o jugarse la vida poniendo Moscú patas arriba sólo para pedir perdón a la hija de sus primeras víctimas. Aaron Cross posee las mismas funciones motrices que Bourne pero carece de las psíquicas, siendo un personaje absolutamente plano e incapaz de generar algún tipo de empatía con el espectador.
Dejando a un lado la ingeniería genética, Gilroy ha sabido mantener los temas que caracterizaban a la franquicia como son la manipulación de la información y el permanente control de la vida privada por parte de los gobiernos, la paranoia persecutoria instaurada en las sociedades contemporáneas —ya tratada en filmes como Conspiración (1997), Enemigo Público (2007) o La conspiración del pánico (2008)—, la maquiavélica idea “el fin justifica los medios” representada en los controladores de la CIA o la deshumanización de los soldados.
Pero el gran logro de Gilroy es haber sabido entrelazar la historia de Bourne con la historia de Cross sin que esa mezcla chirríe. El legado de Bourne ocurre paralelamente a El Ultimátum de Bourne, de tal manera que, sin los sucesos ocurridos en la tercera entrega, no existiría esta cuarta. En el primer tercio de la película, consigue hilvanar, a modo de prólogo, un perfecto entramado de información que nos recuerda al sensacional guión de su ópera prima, Michael Clayton (2007), exigiendo al espectador —y, sobre todo, a aquél que no haya visto las películas anteriores— la máxima atención posible para cazar todos los detalles de la trama.
Esos 30-35 minutos iniciales van acompañados de una dirección que nos hace rememorar los mejores momentos de la saga: abundante información en poco tiempo, ritmo frenético, un excelente uso del montaje paralelo para crear suspense, una puesta en escena ágil con constantes movimientos de cámara, unas secuencias con un gran número de planos. Después de esos primeros minutos y una vez ubicados en la historia, Gilroy apuesta por un clasicismo que lastra el devenir del filme eliminando, así, los cánones visuales característicos de las pasadas entregas y, cuando los intenta recuperar —ver secuencia final—, no logra alcanzar el nivel que Paul Greengrass consiguió con El mito de Bourne y El ultimátum de Bourne. Como consecuencia de ello, el guión se torna demasiado explicativo, la puesta en escena reposada y el ritmo narrativo fatigoso.
Por todo lo expuesto podríamos resumir que esta reinvención ha supuesto un retroceso a la franquicia y una disolución —parcial— del espíritu de un Jason Bourne que nos ha legado una innecesaria continuación de aquél magnífico broche final en el “East River” de Manhattan.
SI TE HA GUSTADO LA CRÍTICA, LA PUEDES ENCONTRAR EN MI BLOG PERSONAL: http://bigkahuna3.blogspot.com.es/
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