Es extraño que esta serie haya sido tan poco vista en FA y que no tenga ni una crítica. Puede ser por el exceso de oferta de películas y de series. Hay tantas que si una no está muy recomendada, pasa inadvertida, como esta.
Son ocho episodios de una hora que nos cuenta el agitado panorama político y social de Polonia poco antes de que fuera invadida por los nazis y, acabada la guerra, estar bajo la bota soviética hasta 1989.
Todos los personajes están muy bien dibujados. El guión, como abundantes flashback es consistente, salvo algunas repeticiones que parecen sobrar.
Es dura de ver en algunos momentos, por violencia y crímenes muy explícitos.
El sindicalista socialista es, la vez, un mafioso que exige impuesto revolucionario.
La película es, además, es una muestra del antisemitismo en Polonia en esta época. Después, en el genocidio nazi, casi el 30% de las víctimas fueron polacos, un 15% judíos y un 13% polacos no judíos.
Y cuando escribo esto se habla de si habrá o no guerra en Ucrania. Está claro, el ser humano no aprende nada de la historia.

Aconsejo no fiarse de este 6 de media. Es una buena película, con una trama interesante y unos actores y actrices magníficos, destacando Ben Affleck, que casi nunca me ha convencido y aquí está lleno de credibilidad, de matices, de sensibilidad. Lo mismo Lili Rabe, como madre. Genial. Y el niño.
Se me ha hecho corta y deseaba que la historia continuara.
Como dirección, Cloony no es que sea un fuera de serie, pero cumple.
Agradecería que alguien que la haya visto y le ha puesto más de un seis, se asomara aquí, a ver si le subimos la nota.

Qué extraño que esta sea la primera crítica aquí de esta magnífica película. Desde luego que es cine-teatro para minorías, sin acción trepidante ni efectos especiales, pero qué maestría e inteligencia en guión y,qué genialidad en la interpretación, sobre todo de Ian Mckellen y de todos.
Un viejo actor de teatro, ya en las últimas, que consigue representar una vez más El rey Lear de Shakespeare.
Solo eso, pero muy bien hecho. Unos dramas callados, unos sentimientos soterrados, una especie de egoísmo que se atreve a decir su nombre.
Todo tan bien hecho que te mete en la angustia de una representación teatral que no se sabe cómo puede acabar.

Hay cosas perennes en esta película de 1935. Una, el folklore aragonés, que sigue siempre vivo. Una excelente fotografía. Ser un documento de la España rural de hace más de tres cuartos de siglo. La cara de Imperio Argentina, una mujer pequeña pero hermosísima. El que todavía entonces se entendiera la importancia de la honra de una mujer, que no es más que otro aspecto de la honradez.
Se ve que escaseaban los medios, que faltaban algunos técnicos, pero hay emoción, sencillez y gusto.
Una película sin duda imprescindible en la historia del cine español.

Suele tener alergia al cine español actual (salvo excepciones, en las que no está el pesao de Almodóvar) y no suelo verlas.
Pero de vez en cuando hago una cata. Y viendo la diferencia entre el 5,4 de media y las buenas críticas de aquí, me dije: voy a probar.
Menos mal que lo hice: es una comedia viva, divertida, con un guión inteligente y unos actores y actrices que se salen de buenos, espontáneos y naturales.
Además, con momentos emocionantes, de verdadero cariño familiar. ¡Ese trato a la abuela, una delicia!
Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien con una comedia. Tiene su puntito de exageración, pero no se pasa nunca de rosca.
Quizá tenga mucho que ver que me pirrian las sevillanas. Sólo oírlas ya entro en un mundo de alegría.
Así que aviso. No fiarse del 5,4. Habiendo tanta morralla por ahí, no perdáis el tiempo. Ved esta.
Y conste que no sabía quien era Carolina Yuste ni ninguno de los otros actores y actrices.
Chistes como el de “yo sé qué es el trabajo duro, he sido muchos años liberado sindical” no tienen precio.
¡Ah! Y se entiende lo que dicen, a diferencia de tantas otras pelis españolas de ahora.