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8
20 de diciembre de 2018
20 de diciembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene la sana virtud de reírse de uno mismo y de no tomarse muy en serio Elías León Siminiani. Es un documental ágil, con muchos recursos originales, con un ritmo constante y acelerado como los pensamientos de esa voz en off que te va narrando la película, que es la película al fin. ''Anda, sigue y cállate ya...'', muy buen final para los que necesitamos que a veces nos unan al suelo.
Hay mucho cine aquí, de escasos recursos pero abundante ímpetu. Cómo graba todo, cómo continúa grabando cuando sufre un accidente de coche, cuando lo llevan en ambulancia, hasta que se lo impiden. Es como el poeta que va buscando todo el día versos sueltos para componer un poema, como el niño detective que busca pistas para inventar una historia. Anda, sigue y cállate ya.
La idealización del amor es el tema central de la película, algo que tal vez sea más frecuente en la juventud, cuando todo son expectativas sobre la vida y esta todavía está abierta a ser cualquier cosa. Pero es un acto de análisis íntimo ante todo, siempre divertido y peculiar, riéndose de uno mismo. Cállate ya.
Hay mucho cine aquí, de escasos recursos pero abundante ímpetu. Cómo graba todo, cómo continúa grabando cuando sufre un accidente de coche, cuando lo llevan en ambulancia, hasta que se lo impiden. Es como el poeta que va buscando todo el día versos sueltos para componer un poema, como el niño detective que busca pistas para inventar una historia. Anda, sigue y cállate ya.
La idealización del amor es el tema central de la película, algo que tal vez sea más frecuente en la juventud, cuando todo son expectativas sobre la vida y esta todavía está abierta a ser cualquier cosa. Pero es un acto de análisis íntimo ante todo, siempre divertido y peculiar, riéndose de uno mismo. Cállate ya.

7,0
45.765
8
9 de octubre de 2018
9 de octubre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas noches que sabes que lo que vas a ver te va a gustar. Había oído hablar en su día del último estreno de Polanski, y por lo que contaban me quedé con las ganas de verla. Me sorprendió que hubieran pasado 7 años! En mi cabeza habían pasado un par, estaba ahí en ese estante de películas para ver la próxima semana. Pero es lo que tiene la era digital, que si se te escurre el film al fondo del armario ya no lo recuperas.
Es una buena película, con enormes actores (especialmente para mí Jodie Foster), y rodada con tal maestría que el no salir del interior de un piso se convierte en el quinto personaje en discordia. Porque en ese reducido escenario hay mucha discordia, y comedia. Adaptación de una obra de teatro. No sé si será un género en sí, pero películas como El método, 7 años, o la teatral serie Secretos de un matrimonio avalarían su creación. Por necesidad son películas que se sostienen en guión y actores.
Querría recordar en el futuro lo que muestra la película, que estamos a un paso siempre de perder las convenciones y ser incivilizados, y a otro paso de estar a un paso de matarnos. Como los simios de Odisea en el espacio. La primera escena de Un dios salvaje me parece una alegoría de la larga escena inicial del film de Kubrick, con un grupo de adolescentes filmados desde lejos, una especie de trifulca y redoble de tambores, y uno que coge un palo del suelo y atiza a otro en la cabeza.
Y lo otro memorable dentro de un guión interesante de principio a fin es lo que le dice el personaje más agresivo e incorrecto de los cuatro a la más estricta moralmente. Dice algo así como un murmuro del demonio entre tinieblas, que somos hijos de un dios salvaje, y que el origen de la ley está en la fuerza bruta. Carnage.
Es una buena película, con enormes actores (especialmente para mí Jodie Foster), y rodada con tal maestría que el no salir del interior de un piso se convierte en el quinto personaje en discordia. Porque en ese reducido escenario hay mucha discordia, y comedia. Adaptación de una obra de teatro. No sé si será un género en sí, pero películas como El método, 7 años, o la teatral serie Secretos de un matrimonio avalarían su creación. Por necesidad son películas que se sostienen en guión y actores.
Querría recordar en el futuro lo que muestra la película, que estamos a un paso siempre de perder las convenciones y ser incivilizados, y a otro paso de estar a un paso de matarnos. Como los simios de Odisea en el espacio. La primera escena de Un dios salvaje me parece una alegoría de la larga escena inicial del film de Kubrick, con un grupo de adolescentes filmados desde lejos, una especie de trifulca y redoble de tambores, y uno que coge un palo del suelo y atiza a otro en la cabeza.
Y lo otro memorable dentro de un guión interesante de principio a fin es lo que le dice el personaje más agresivo e incorrecto de los cuatro a la más estricta moralmente. Dice algo así como un murmuro del demonio entre tinieblas, que somos hijos de un dios salvaje, y que el origen de la ley está en la fuerza bruta. Carnage.
6
9 de octubre de 2018
9 de octubre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una buena idea para un seguidor de Nacho Vegas: que muestre su ciudad, tan presente en sus canciones, desde su día a día. Con bastante naturalidad, con pequeñas conversaciones y encuentros en bares. Pero es un documental sobre la nostalgia de un Gijón muy cultural y revulsivo. Sobre la gente que se fue y vuelve, sobre los que se quedaron en una tierra donde es difícil encontrar un hueco.
Entre paseo y paseo va llegando a bares y librerías donde se encuentra con otros creadores, pintores, filósofos. El desencanto, pero ya un desencanto frío, de cenizas medio olvidadas el día después, está en el ambiente. También algo de renovación, de asunción de una realidad más normal que la añorada de una época más excitante. Hay dignidad en esta gente, y elegancia. Me queda la idea de que tal vez añoren su juventud sobre todo.
Entre paseo y paseo va llegando a bares y librerías donde se encuentra con otros creadores, pintores, filósofos. El desencanto, pero ya un desencanto frío, de cenizas medio olvidadas el día después, está en el ambiente. También algo de renovación, de asunción de una realidad más normal que la añorada de una época más excitante. Hay dignidad en esta gente, y elegancia. Me queda la idea de que tal vez añoren su juventud sobre todo.
Episodio

6,5
16.848
7
9 de octubre de 2018
9 de octubre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este caso voy a comentar este capítulo en lugar de la serie en global. Como el resto de esta serie son mediometrajes independientes entre sí. Con un mismo guionista, Charlie Brooker apoyado en algunos capítulos por otros colegas. Y con gran variedad de directores, repitiendo creo que uno o dos de ellos en más de un capítulo. Curiosamente los dos de Owen Harris estarían entre mis favoritos de la serie. Sobre todo San Junípero, esa película de amor ochentera.
Al terminar Arkangel se anuncia Jodie Foster como directora. Hace poco vi Un dios salvaje, y me impresionó. Busqué sobre ella, y no recordaba que era la protagonista de El silencio de los corderos, película que vi de niño sin entusiasmarme y volví a ver con unos veinte, y la recuerdo irregular pero con una atmósfera muy potente. Hoy vuelvo a buscar sobre ella su faceta de directora, y me sorprendo al ver que dirigió Money Monster, que vi en el cine y creo que me salí a la hora... cuánto cliché, qué poco verosímil... etcétera, que diría Fernando Aramburu.
Sin embargo Arkangel me ha gustado. No es muy verosímil tampoco, pero al ver Black Mirror enciendes el modo ''voy a creerme lo que sea'' para luego ver hasta dónde lo consiguen llevar. En este caso el cuidado y sobreprotección a una hija por medio de un chip implantado que permite localizarla y ver lo que ella está viendo en cada momento. A partir de aquí surgen cataratas de cuestiones para preguntarse, que es lo que pasa con algunos capítulos de Black Mirror, que son discutibles dilemas morales.
Una vez leí que los niños hasta cierta edad creen que los padres (y las madres) pueden ver y saber todo lo que están haciendo. Cierta sensación de eso siempre perdura.
Y en este caso la vigilancia sirve para evitar peligros y tensiones a los hijos, creando así enormes deficiencias al enfrentarse a la vida común. Que no por común es menos brutal, pero tenemos la vacuna inoculada en pequeñas brutales dosis que nos traen los mundos y los días. Hace poco mi hija vio el anuncio de Unicef sobre el hambre en África. Niños desnutridos con la piel con pliegues como de lagarto o gusano de seda a punto de morir de inanición. De lo más duro que he visto en tiempo, ya que no veo las noticias, sólo las escucho.
Pues no lo quité, ni lo quito cada vez que sale. Son vacunas de realidad, grandes tristezas en pequeñas dosis que hacen del conocimiento extenso del mundo algo soportable.
Al terminar Arkangel se anuncia Jodie Foster como directora. Hace poco vi Un dios salvaje, y me impresionó. Busqué sobre ella, y no recordaba que era la protagonista de El silencio de los corderos, película que vi de niño sin entusiasmarme y volví a ver con unos veinte, y la recuerdo irregular pero con una atmósfera muy potente. Hoy vuelvo a buscar sobre ella su faceta de directora, y me sorprendo al ver que dirigió Money Monster, que vi en el cine y creo que me salí a la hora... cuánto cliché, qué poco verosímil... etcétera, que diría Fernando Aramburu.
Sin embargo Arkangel me ha gustado. No es muy verosímil tampoco, pero al ver Black Mirror enciendes el modo ''voy a creerme lo que sea'' para luego ver hasta dónde lo consiguen llevar. En este caso el cuidado y sobreprotección a una hija por medio de un chip implantado que permite localizarla y ver lo que ella está viendo en cada momento. A partir de aquí surgen cataratas de cuestiones para preguntarse, que es lo que pasa con algunos capítulos de Black Mirror, que son discutibles dilemas morales.
Una vez leí que los niños hasta cierta edad creen que los padres (y las madres) pueden ver y saber todo lo que están haciendo. Cierta sensación de eso siempre perdura.
Y en este caso la vigilancia sirve para evitar peligros y tensiones a los hijos, creando así enormes deficiencias al enfrentarse a la vida común. Que no por común es menos brutal, pero tenemos la vacuna inoculada en pequeñas brutales dosis que nos traen los mundos y los días. Hace poco mi hija vio el anuncio de Unicef sobre el hambre en África. Niños desnutridos con la piel con pliegues como de lagarto o gusano de seda a punto de morir de inanición. De lo más duro que he visto en tiempo, ya que no veo las noticias, sólo las escucho.
Pues no lo quité, ni lo quito cada vez que sale. Son vacunas de realidad, grandes tristezas en pequeñas dosis que hacen del conocimiento extenso del mundo algo soportable.

6,5
13.399
7
27 de septiembre de 2018
27 de septiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si la intención es maniquea al mostrarnos al vil fundador de la corporación McDonalds Ray Kroc (que no creador de la idea del restaurante, ese mérito pertenece a los hermanos Mc Donald) o por el contrario lo que pretende es mostrarnos la ambigüedad del bien y del mal en esta historia.
Cuenta cómo un comercial de batidoras conoce a los hermanos Mc Donald en su restaurante de California y cómo se hace con el negocio, pero también cómo lo transforma en algo muy distinto de lo original.
A mí la historia me parecía curiosa, y aunque dudaba de la calidad del filme, me parece muy bien contada, con agilidad y sin la redundancia y retórica narrativa que no sé por qué me temía. Y Michael Keaton tiene la cara de crápula idónea para interpretar al ''fundador'', está muy bien.
Buscando más información sobre el fraude de Kroc hacia los Mc Donald, que lo hay (no les pagó el 0,5% de beneficios futuros tras la venta del negocio por parte de estos) uno ve que se generaliza la siguiente idea: los McDonald malvendieron un negocio millonario a un tipo que les engañó. Pero esta idea es demasiado fácil. Partamos de que los McDonald sólo tenían un restaurante y una idea, y que sin Ray Kroc jamás habría deparado en un imperio franquiciado. Que vendieron por más de un millón de dólares de la época cada uno su parte (uno de ellos murió casi cincuenta años después dejando una herencia de un par de millones actuales de dólares), y que si Ray Kroc no les pagó el 0,5% de los beneficios se cuenta que es porque no se introdujo la cláusula en el contrato para evitar al fisco.
Ellos tuvieron la idea inicial de la mecanización en la cocina y el servicio para aumentar el ritmo de ventas. Pero ellos no hicieron un imperio de esta idea genial, cosa que sí supo hacer Ray Kroc. Por lo tanto ellos no malvendieron un imperio a un desalmado, vendieron una gran idea a un desalmado. Porque el tipo lo era y bastante.
Ray Kroc sólo buscaba la rentabilidad, hacerse muy rico, y según cuenta la película los McDonald querían hacer algo único y personal en su restaurante, llevar su creación con su propio estilo, aunque no ganaran tanto dinero. Esto parece que fue lo que más les dolió, perder su creación. A cambio tuvieron sus vidas y las de sus hijos solucionadas. Y como dijo Dick McDonald al final de sus días, no tuvo que vivir en un rascacielos con ocho úlceras y rodeado de abogados.
Cuenta cómo un comercial de batidoras conoce a los hermanos Mc Donald en su restaurante de California y cómo se hace con el negocio, pero también cómo lo transforma en algo muy distinto de lo original.
A mí la historia me parecía curiosa, y aunque dudaba de la calidad del filme, me parece muy bien contada, con agilidad y sin la redundancia y retórica narrativa que no sé por qué me temía. Y Michael Keaton tiene la cara de crápula idónea para interpretar al ''fundador'', está muy bien.
Buscando más información sobre el fraude de Kroc hacia los Mc Donald, que lo hay (no les pagó el 0,5% de beneficios futuros tras la venta del negocio por parte de estos) uno ve que se generaliza la siguiente idea: los McDonald malvendieron un negocio millonario a un tipo que les engañó. Pero esta idea es demasiado fácil. Partamos de que los McDonald sólo tenían un restaurante y una idea, y que sin Ray Kroc jamás habría deparado en un imperio franquiciado. Que vendieron por más de un millón de dólares de la época cada uno su parte (uno de ellos murió casi cincuenta años después dejando una herencia de un par de millones actuales de dólares), y que si Ray Kroc no les pagó el 0,5% de los beneficios se cuenta que es porque no se introdujo la cláusula en el contrato para evitar al fisco.
Ellos tuvieron la idea inicial de la mecanización en la cocina y el servicio para aumentar el ritmo de ventas. Pero ellos no hicieron un imperio de esta idea genial, cosa que sí supo hacer Ray Kroc. Por lo tanto ellos no malvendieron un imperio a un desalmado, vendieron una gran idea a un desalmado. Porque el tipo lo era y bastante.
Ray Kroc sólo buscaba la rentabilidad, hacerse muy rico, y según cuenta la película los McDonald querían hacer algo único y personal en su restaurante, llevar su creación con su propio estilo, aunque no ganaran tanto dinero. Esto parece que fue lo que más les dolió, perder su creación. A cambio tuvieron sus vidas y las de sus hijos solucionadas. Y como dijo Dick McDonald al final de sus días, no tuvo que vivir en un rascacielos con ocho úlceras y rodeado de abogados.
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