Más allá del innegable virtuosismo del director a la hora de generar desasosiego en el espectador con el manejo de la cámara y del talento de su actor principal a la hora de interpretar a un individuo perturbado que ha entrado en crisis, la película no acierta a describir el proceso por el cual una persona se rompe internamente por la violencia que este sistema ejerce sobre la gente.

Tan solo al principio de la película se sugiere el porqué del cruzar esa línea que separa la conducta socialmente aceptable de la sociopatía. En este sentido Taxi Driver a día de hoy sigue sin ser superada.

Lo mejor: La intepretación de Ben Whishaw y el ritmo trepidante del montaje.
Lo peor: Ese registro de irritación que te acompaña al verla producto de no saber que sucedió en los primeros capítulos de este drama y que esperas, inútilmente, que se resuelva en algún momento.

“Desde pequeño siempre quise cambiar el mundo, hacer algo no solo para fastidiar al Sistema sino para ser libres y poder decirme a mí mismo que hice algo por la gente.”

Con esta declaración de principios del prota comienza la peli, para acto seguido crear una web de venta de droga, como si la droga fuera algo que ayudara a la gente y no fuera parte del mismo Sistema que dices querer cambiar. En fin…

¿Un hacker anarquista que quiere cambiar el mundo ganando pasta a través de la venta de drogas? ¿en serio? ¡Un oscar al guionista por favor!

Si la premisa hubiera sido “quiero ganar pasta vendiendo droga por internet” habría resultado un peli entretenida. Esto es un verdadero despropósito disfrazado de MR. Robot tratando de cubrir la supuesta demanda de thrillers informáticos lleno de clichés del género y alguna que otra secuencia “técnica” que produce vergüenza ajena.

Vistos los dos primeros episodios estamos ante una serie más del universo Star Wars.
Lo que la hace interesante es que en esta ocasión toma a los jedis como protagonistas de la trama. El argumento es atractivo: Una aprendiz (acólita), discípula seguramente de un Sith, ejecuta una venganza sobre cuatro jedis por algo que aconteció en el pasado.
Por el momento y, sin que llegue a ser una sorpresa positiva, se puede ver y es entretenida.

Lo mejor:
- Como siempre el apabullante diseño de producción. Se nota en cada plano que Disney tiene pasta.
- Ciertas líneas de guión donde se rescata parte de la filosofía que Yoda nos enseñó en la 2ª y 3ª entrega de la saga.

Lo peor:
- Un par de secuencias de CGI con naves estrellándose a las que se les ve las costuras.
- Charlie Barnett, que interpreta a uno de los jedis, sobreactua en exceso y te saca de la serie cada vez que aparece.
- Aunque esté ya socialmente admitido que en el universo Star Wars las explosiones en el espacio tienen que ir acompañadas de fuego, no deja de dar vergüenza ajena ver diferentes planos recreándose en un fueguito en mitad del espacio exterior mientras arreglan una nave.
Esto ya no es respeto a las leyes físicas establecidas en Star Wars 1978, esto es recochineo.