La niñez es un periodo delicado de nuestra existencia, la educación, la fantasía, los miedos y temores condicionan las pautas de comportamiento de cada niño, la información que se recibe se va escribiendo en la pizarra nueva de nuestro cerebro que todo lo procesa.

Luís Buñuel dedica esta película a los traumas infantiles mas acusados, aquellos que en los casos mas complejos, extienden sus hilos como si de una tela de araña se tratara al resto de la vida desembocando en una paranoia.

La necesidad de matar de algunos individuos es un deseo atávico que les conecta con los hombres mas primitivos que cada día ponían en juego su propia supervivencia.

La historia presentada en modo de parodia desentraña los comportamientos y necesidades del protagonista aunque la trama es demasiado lineal y sencilla.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Buñuel también arremete contra las instituciones de la época, Iglesia incluida, con unas cortas frases lacónicas pero no carentes de una ácida sátira.

El dinero … siempre es el dinero el que mueve la avaricia y despierta los peores sentimientos de los hombres, algunos para obtenerlo son capaces no solo de robar sino incluso de matar.

Robert Siodmak supo presentar el argumento de esta película de cine negro mezclando con acierto momentos del presente con otros del pasado y dejando a criterio del espectador su interpretación.

De todo el reparto especial brillo para la guapísima Ava Gardner que llena la pantalla con su presencia y carisma.

Una película entretenida que nos permite apreciar este antiguo género de hombres decididos dispuestos a todo y de mujeres atractivas y sensuales.

Los triángulos amorosos no son nunca equiláteros, y en este caso el triángulo es escaleno, ninguna de sus relaciones es igual, nadie parece estar totalmente satisfecho con lo que recibe.

Esta película es un claro ejemplo del efecto que la belleza produce en la mayoría de los seres humanos, cuando la belleza está presente en alguien que se tiene delante, esa belleza ejerce un poder inhibidor sobre la percepción y la inteligencia de quien la contempla, de forma y manera que la mente y las alarmas que facilita la precaución pasan a estar “fuera de servicio”, se pasa entonces a hacer una labor de Don Quijote en busca de su Dulcinea con lo que las posibilidades de ser engañado y quedar absolutamente frustrado ascienden exponencialmente.

Esta lección magistral la llevan a la pantalla un gran Edward G. Robinson y la bella Joan Bennett que dirigidos con la mano maestra de Fritz Lang escenifican esta grotesca historia.

La adolescencia es ese periodo confuso y efervescente en el que las hormonas andan mas que descontroladas, la vida adquiere una perspectiva diferente y el descubrimiento de la sexualidad es un puente hacia la vida adulta.

Greta Gerwig dirige con acierto esta película basada en la vida de una adolescente, Saoirse Ronan encarna a la perfección a la protagonista Christine, una adolescente con ganas de amar, de vivir su propia vida y de romper todas las ataduras posibles, especialmente la que la confrontan con su propia madre.

Las relaciones madre hija no siempre son estables y plácidas, especialmente cuando las hijas quieren abandonar de forma rápida el influjo al que se sienten sometidas.

Antiguamente los periódicos eran el principal medio de comunicación con lo que las noticias de la prensa tenían una gran notoriedad, los cronistas ávidos de un artículo de primera plana utilizaban todas las argucias posibles en su mano para hacerse con la información que les permitiera ser los primeros en publicarlo.

Billy Wilder nos ofrece una atractiva película en la redacción de un periódico, versátil en su dirección le dio al film el ritmo trepidante que requería.

El reparto fantásticamente llevado por sus estrellas cómicas del momento, Jack Lemmon y Walter Matthau, que con sus gestos y rapidez mental consiguen una conexión eléctrica entre ellos.