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6,3
22.174
10
1 de mayo de 2013
1 de mayo de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me esperaba que esta película fuera tan buena. Porque es una película que reúne lo mejor de las películas de Dreamworks. Una película que nos muestra todo el esplendor prehistórico y que divierte de principio a fin , además de hacerte reír y tener una trama bastante interesante y unos personajes bien desarrollados. Buenísima.
14 de julio de 2024
14 de julio de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un gran fan de "El Planeta de los Simios" (Franklin Schaffner, 1968) y de la obra que adapta escrita por Pierre Boulle. Hasta tres veces me he leído la novela (tampoco es muy larga) y otras tantas veces me he visto aquella película protagonizada por Charlton Heston.
Soy de los que piensan que es una idea muy interesante realizar precuelas de la película original y que una sola trilogía no es suficiente para contar 2.031 años de evolución simiesca. Por eso tenía expectativas de ver este retorno a la saga. Pero sabiendo quién era el director, decidí ir con expectativas moderadas. Aún así, la película me decepcionó cuando la vi el día de su estreno.
El primer pensamiento que tuve tras salir del cine fue que Wes Ball había intentado ser Matt Reeves y no le había salido bien, generando una película carente de ritmo y mal dirigida, una película a la que le sobra media hora fácilmente y que me hizo mirar el reloj alguna que otra vez durante el visionado de la misma. Y lo peor de todo, una película en la que los personajes no generan interés y cuya evolución está muy poco trabajada.
Empecemos por el principio: la película imita la extensión de sus antecesoras, y recurre a numerosos diálogos para desarrollar la trama. Sin embargo, los diálogos son redundantes y el mensaje de la película es el mismo en el inicio y en final de la misma, es decir, nada cambia para los personajes después de todo lo acontecido.
Para explicarme mejor, realizo una comparación con “La Guerra del Plantea de los Simios” (Matt Reeves, 2017): en ambas películas la manada de simios “buenos” (por identificarlos de alguna forma) son atacados y secuestrados por los villanos, el protagonista pierde a miembros de su familia y se ve obligado a realizar un viaje con unos pocos compañeros. Claro que son similitudes muy generales, y si en la película de Mat Reeves César realizaba su viaje movido por la venganza, abandonando a su manada a su suerte, en esta película Noah realiza su viaje para salvar a su manada aceptando su responsabilidad tras la muerte de su padre. Estas diferencias y similitudes en las estructuras narrativas no son malas o buenas por sí mismas, pues su efectividad reside en cuán útiles pueden ser para desarrollar adecuadamente a los personajes.
En la película de Matt Reeves César abandona a su manada por buscar venganza, y como su manada depende de él para funcionar es secuestrada fácilmente por los villanos. Cuando César también es capturado, incapaz de salvar a los suyos, su manada decide organizarse entonces para salvarse a sí misma y a su líder. Esto lleva a César a darse cuenta de que su manada ya no depende de él, y finalmente muere en paz sabiendo que los suyos podrán subsistir sin su ayuda. En esta película había un desarrollo de los personajes acorde al mensaje de la película: un buen líder nunca abandona a los suyos y un pueblo unido es capaz de subsistir cuando su líder les falla. En otras palabras, César y su manada no son los mismos al inicio que al final de la película.
En “El Reino del Planeta de los Simios” (Wes Ball, 2024), Noah se ve obligado a salvar a su manada cuando su pueblo es atacado y secuestrado por una manada de simios liderada por Próximus César, un simio que busca replicar la tecnología humana para acabar con los hombres de forma definitiva, de forma que los simios ya no puedan ser amenazados. Como premisa está bien, pero no llega a desarrollar ninguna idea en profundidad o no parece posicionarse en un determinado mensaje, y los principales perjudicados en esto son los personajes, que no parecen tener evolución a lo largo de la película.
Esto me lleva al segundo punto: los personajes. En todo guión cada personaje tiene rol, objetivo y conflicto. El rol puede ser el de antagonista o protagonista. El personaje central de una historia es el protagonista, un personaje con un objetivo, siendo el antagonista el personaje que tenga un objetivo contrapuesto al de este. Pero este conflicto debe plantear para cada personaje, a su vez, un conflicto interno, es decir, una situación que les lleva a estar entre la espada y la pared, entre dejarse llevar por sus miedos o afrontarlos, dejarse llevar por la venganza o no, abandonar a un ser querido o no, etc.
En el caso de “El Reino del Planeta de los Simios” (Wes Ball, 2016), hay roles de protagonista (Noah) y antagonista (Próximus César). Sin embargo, la contraposición de sus objetivos no me pareció que estuviera bien clarificada, y tampoco se ahonda en sus motivaciones como personajes: sabemos lo que quieren conseguir, pero no sabemos por qué lo quieren conseguir. Además, la forma en que lo quieren conseguir genera más confusión sobre lo que realmente quieren. Por último, los personajes no parecen aprender nada nuevo en su viaje porque no se ha profundizado en el conflicto interno de cada uno. Algunos culminan sus objetivos y otros no, como en todas las películas. También, como en todas las películas, aprenden algo nuevo sobre el mundo que les rodea. Pero no aprenden nada nuevo de ellos mismos, o por lo menos es la sensación que tuve al ver la película. Noah es el mismo en el inicio que en el final de la película, y lo mismo ocurre con el personaje de la chica humana.
Para terminar, la película tiene una falta de ritmo muy notable, hasta el punto de carecer de un clímax. El ritmo del planteamiento es el mismo durante toda la película, de forma que a uno le cuesta darse cuenta de que ha llegado al tercer acto cuando llega la media hora final. Creo que esto se debe a que Wes Ball ha querido salir de su zona de confort y acercarse a lo que hacía Matt Reeves, pero lo cierto es que como director funciona mejor con guiones más sencillos y películas más cortas. “El Corredor del Laberinto” (Wes Ball, 2014) me parece una película más efectiva y funcional que “El Reino del Planeta de los Simios” (Wes Ball, 2024).
Esta es mi opinión, cuando la vea por segunda vez, dejaré un extenso análisis en spoilers.
Soy de los que piensan que es una idea muy interesante realizar precuelas de la película original y que una sola trilogía no es suficiente para contar 2.031 años de evolución simiesca. Por eso tenía expectativas de ver este retorno a la saga. Pero sabiendo quién era el director, decidí ir con expectativas moderadas. Aún así, la película me decepcionó cuando la vi el día de su estreno.
El primer pensamiento que tuve tras salir del cine fue que Wes Ball había intentado ser Matt Reeves y no le había salido bien, generando una película carente de ritmo y mal dirigida, una película a la que le sobra media hora fácilmente y que me hizo mirar el reloj alguna que otra vez durante el visionado de la misma. Y lo peor de todo, una película en la que los personajes no generan interés y cuya evolución está muy poco trabajada.
Empecemos por el principio: la película imita la extensión de sus antecesoras, y recurre a numerosos diálogos para desarrollar la trama. Sin embargo, los diálogos son redundantes y el mensaje de la película es el mismo en el inicio y en final de la misma, es decir, nada cambia para los personajes después de todo lo acontecido.
Para explicarme mejor, realizo una comparación con “La Guerra del Plantea de los Simios” (Matt Reeves, 2017): en ambas películas la manada de simios “buenos” (por identificarlos de alguna forma) son atacados y secuestrados por los villanos, el protagonista pierde a miembros de su familia y se ve obligado a realizar un viaje con unos pocos compañeros. Claro que son similitudes muy generales, y si en la película de Mat Reeves César realizaba su viaje movido por la venganza, abandonando a su manada a su suerte, en esta película Noah realiza su viaje para salvar a su manada aceptando su responsabilidad tras la muerte de su padre. Estas diferencias y similitudes en las estructuras narrativas no son malas o buenas por sí mismas, pues su efectividad reside en cuán útiles pueden ser para desarrollar adecuadamente a los personajes.
En la película de Matt Reeves César abandona a su manada por buscar venganza, y como su manada depende de él para funcionar es secuestrada fácilmente por los villanos. Cuando César también es capturado, incapaz de salvar a los suyos, su manada decide organizarse entonces para salvarse a sí misma y a su líder. Esto lleva a César a darse cuenta de que su manada ya no depende de él, y finalmente muere en paz sabiendo que los suyos podrán subsistir sin su ayuda. En esta película había un desarrollo de los personajes acorde al mensaje de la película: un buen líder nunca abandona a los suyos y un pueblo unido es capaz de subsistir cuando su líder les falla. En otras palabras, César y su manada no son los mismos al inicio que al final de la película.
En “El Reino del Planeta de los Simios” (Wes Ball, 2024), Noah se ve obligado a salvar a su manada cuando su pueblo es atacado y secuestrado por una manada de simios liderada por Próximus César, un simio que busca replicar la tecnología humana para acabar con los hombres de forma definitiva, de forma que los simios ya no puedan ser amenazados. Como premisa está bien, pero no llega a desarrollar ninguna idea en profundidad o no parece posicionarse en un determinado mensaje, y los principales perjudicados en esto son los personajes, que no parecen tener evolución a lo largo de la película.
Esto me lleva al segundo punto: los personajes. En todo guión cada personaje tiene rol, objetivo y conflicto. El rol puede ser el de antagonista o protagonista. El personaje central de una historia es el protagonista, un personaje con un objetivo, siendo el antagonista el personaje que tenga un objetivo contrapuesto al de este. Pero este conflicto debe plantear para cada personaje, a su vez, un conflicto interno, es decir, una situación que les lleva a estar entre la espada y la pared, entre dejarse llevar por sus miedos o afrontarlos, dejarse llevar por la venganza o no, abandonar a un ser querido o no, etc.
En el caso de “El Reino del Planeta de los Simios” (Wes Ball, 2016), hay roles de protagonista (Noah) y antagonista (Próximus César). Sin embargo, la contraposición de sus objetivos no me pareció que estuviera bien clarificada, y tampoco se ahonda en sus motivaciones como personajes: sabemos lo que quieren conseguir, pero no sabemos por qué lo quieren conseguir. Además, la forma en que lo quieren conseguir genera más confusión sobre lo que realmente quieren. Por último, los personajes no parecen aprender nada nuevo en su viaje porque no se ha profundizado en el conflicto interno de cada uno. Algunos culminan sus objetivos y otros no, como en todas las películas. También, como en todas las películas, aprenden algo nuevo sobre el mundo que les rodea. Pero no aprenden nada nuevo de ellos mismos, o por lo menos es la sensación que tuve al ver la película. Noah es el mismo en el inicio que en el final de la película, y lo mismo ocurre con el personaje de la chica humana.
Para terminar, la película tiene una falta de ritmo muy notable, hasta el punto de carecer de un clímax. El ritmo del planteamiento es el mismo durante toda la película, de forma que a uno le cuesta darse cuenta de que ha llegado al tercer acto cuando llega la media hora final. Creo que esto se debe a que Wes Ball ha querido salir de su zona de confort y acercarse a lo que hacía Matt Reeves, pero lo cierto es que como director funciona mejor con guiones más sencillos y películas más cortas. “El Corredor del Laberinto” (Wes Ball, 2014) me parece una película más efectiva y funcional que “El Reino del Planeta de los Simios” (Wes Ball, 2024).
Esta es mi opinión, cuando la vea por segunda vez, dejaré un extenso análisis en spoilers.
8 de mayo de 2014
8 de mayo de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si repasamos la calidad de las películas de Spiderman en el cine, nos encontramos con una gráfica que comienza en un punto muy alto (Spiderman), asciende todavía más (Spiderman 2), pega un bajón estrepitoso (Spiderman 3), para que, más tarde, comienze a ascender, primero con un empujoncito (The Amazing Spiderman) y luego con una buena subida colocándose casi al igual que inicialmente (The Amazing Spiderman 2).
Así, se define una curva que se ha desarrollado durante 12 años, con un inicio realmente brillante, y no es de extrañar porque, hallá por 2002, ver a Spiderman en el cine era uno de los sueños más codiciados por los fans de Marvel. Teníamos nuestras dudas, claro está, de cómo sería el resultado, pues era el segundo gran paso de Marvel en el cine tras los X-Men. Dudas que quedaron despejadas con el talento directivo de Sam Raimi y la elección de un reparto estalelar y muy bien ajustado al canon. Sin embargo, la fórmula mágica no fue esta, sino que Raimi consiguió plasmar el espíritu de los cómics originales de Spiderman en la película, logrando que sintieras como si estuvieras leyendo un cómic de Spiderman a la vez que veías la película. Un espíritu que mantuvo durante toda la trilogía, elevándolo en Spiderman 2 pero estropeándolo en Spiderman 3 por saturación de personajes. También cabe señalar que Raimi sólo se limitó a incluir a los personajes más importantes de los comics, dejando fuera otros, como Gwen Stacy. Sin embargo, a pesar del desastre final de la trilogía, no cabe duda de que la trilogía de Sam Raimi hizo disfrutar a una generación durante 5 años, generación que coincidió con mi infancia. Sí, el Spiderman de Raimi fue el héroe de mi infancia, como lo fue el Superman de Richard Donner para mis padres.
En vista del desastre en el que acabó la trilogía, y viendo que nadie se interesaba en hacer nada por arreglarla o continuarla, el estudio decidió reiniciar la saga bajo la dirección de Marc Webb, que tuvo que cargar con la responsabilidad de darnos un Spiderman que no habíamos visto nunca a pesar de que la trilogía de Raimi seguía muy reciente. Y es precisamente por este poco lapso de tiempo por el que The Amazing Spiderman no cubrió las espectativas, en parte por el cambio de tono (las de Raimi bebían de los comics originales, las de Marc Webb beben de la serie ultimate) y por la oscuridad que quisieron darle a la película. Lo que sí consiguio fue ser más fiel al comic y a los hechos de lo que lo fue la anterior trilogía, un Peter Parker/Spiderman igualito al del comic y mejor que el anterior. Sin embargo, había perdido algo precioso: Raimi nos puso a Spiderman como algo espectacular, legendario y único, apoteósico, una espectacularidad que se perdió en este reinicio.
Ahora, nos llega The Amazing Spiderman 2, con una campaña publicitaria que ha causado miedo y maravilla a la vez entre los fans: por un lado, el tono que prometía nos recordaba mucho a Spiderman 2, cosa que nos maravillaba, pero por otro el anuncio de tres villanos en la película nos hacía temer otro desastre por saturación de personajes como Spiderman 3 .
Sin embargo, la película ha resultado ser mejor de lo que se esperaba, con un buen equilibrio entre esta saga y la anterior, entre los comics ultimate y los originales. Además, hay un desarrollo de personajes mejor llevado que en la anterior, salvo excepciones como Rhino o Electro. Aparte de que la acción es disfrutable, predomina también un humor muy bien llevado y una relación entre personajes muy bien llevada. Pero lo más discutible son los villanos. Apesar de que Electro sea el principal villano y constar de un buen desarrollo inicial, una vez convertido en villano el personaje no abanza, pues no tiene mucha iniciativa y muchas veces resulta controlado por otros, rasgo que no concuerda con la personalidad de Electro en los comics. Teniendo en cuenta que Rhino resulta ser un avance de 5 minutos para la tercera parte y muy mal adaptado, el gran villano de la función es el Duende Verde/Harry Osborn, que a pesar de aparecer poco como el Duende, cuando aparece devora la pantalle, pero habrá que esperar ma´s para decidir si este es el Duende definitivo o no, aunque promete mucho para posteriores entregas. Con todo ello, esta película despeja el fantasma de Spiderman 3, turnando las distintas tramas y los villanos para no dar lugar a la saturación. No obstante, a pesar de los numerosos aciertos y de dar sentido a este reinicio, le falta algo que Raimi nos concedió: un Spiderman más espectacular, más legendario y único, porque aunque Andrew Garfield sea el mejor Spiderman y este Spiderman sea clavadito al de laz viñetas, se hecha de menos que sea tambien espactecular. Esperaremos a la siguiente entrega.
Así, se define una curva que se ha desarrollado durante 12 años, con un inicio realmente brillante, y no es de extrañar porque, hallá por 2002, ver a Spiderman en el cine era uno de los sueños más codiciados por los fans de Marvel. Teníamos nuestras dudas, claro está, de cómo sería el resultado, pues era el segundo gran paso de Marvel en el cine tras los X-Men. Dudas que quedaron despejadas con el talento directivo de Sam Raimi y la elección de un reparto estalelar y muy bien ajustado al canon. Sin embargo, la fórmula mágica no fue esta, sino que Raimi consiguió plasmar el espíritu de los cómics originales de Spiderman en la película, logrando que sintieras como si estuvieras leyendo un cómic de Spiderman a la vez que veías la película. Un espíritu que mantuvo durante toda la trilogía, elevándolo en Spiderman 2 pero estropeándolo en Spiderman 3 por saturación de personajes. También cabe señalar que Raimi sólo se limitó a incluir a los personajes más importantes de los comics, dejando fuera otros, como Gwen Stacy. Sin embargo, a pesar del desastre final de la trilogía, no cabe duda de que la trilogía de Sam Raimi hizo disfrutar a una generación durante 5 años, generación que coincidió con mi infancia. Sí, el Spiderman de Raimi fue el héroe de mi infancia, como lo fue el Superman de Richard Donner para mis padres.
En vista del desastre en el que acabó la trilogía, y viendo que nadie se interesaba en hacer nada por arreglarla o continuarla, el estudio decidió reiniciar la saga bajo la dirección de Marc Webb, que tuvo que cargar con la responsabilidad de darnos un Spiderman que no habíamos visto nunca a pesar de que la trilogía de Raimi seguía muy reciente. Y es precisamente por este poco lapso de tiempo por el que The Amazing Spiderman no cubrió las espectativas, en parte por el cambio de tono (las de Raimi bebían de los comics originales, las de Marc Webb beben de la serie ultimate) y por la oscuridad que quisieron darle a la película. Lo que sí consiguio fue ser más fiel al comic y a los hechos de lo que lo fue la anterior trilogía, un Peter Parker/Spiderman igualito al del comic y mejor que el anterior. Sin embargo, había perdido algo precioso: Raimi nos puso a Spiderman como algo espectacular, legendario y único, apoteósico, una espectacularidad que se perdió en este reinicio.
Ahora, nos llega The Amazing Spiderman 2, con una campaña publicitaria que ha causado miedo y maravilla a la vez entre los fans: por un lado, el tono que prometía nos recordaba mucho a Spiderman 2, cosa que nos maravillaba, pero por otro el anuncio de tres villanos en la película nos hacía temer otro desastre por saturación de personajes como Spiderman 3 .
Sin embargo, la película ha resultado ser mejor de lo que se esperaba, con un buen equilibrio entre esta saga y la anterior, entre los comics ultimate y los originales. Además, hay un desarrollo de personajes mejor llevado que en la anterior, salvo excepciones como Rhino o Electro. Aparte de que la acción es disfrutable, predomina también un humor muy bien llevado y una relación entre personajes muy bien llevada. Pero lo más discutible son los villanos. Apesar de que Electro sea el principal villano y constar de un buen desarrollo inicial, una vez convertido en villano el personaje no abanza, pues no tiene mucha iniciativa y muchas veces resulta controlado por otros, rasgo que no concuerda con la personalidad de Electro en los comics. Teniendo en cuenta que Rhino resulta ser un avance de 5 minutos para la tercera parte y muy mal adaptado, el gran villano de la función es el Duende Verde/Harry Osborn, que a pesar de aparecer poco como el Duende, cuando aparece devora la pantalle, pero habrá que esperar ma´s para decidir si este es el Duende definitivo o no, aunque promete mucho para posteriores entregas. Con todo ello, esta película despeja el fantasma de Spiderman 3, turnando las distintas tramas y los villanos para no dar lugar a la saturación. No obstante, a pesar de los numerosos aciertos y de dar sentido a este reinicio, le falta algo que Raimi nos concedió: un Spiderman más espectacular, más legendario y único, porque aunque Andrew Garfield sea el mejor Spiderman y este Spiderman sea clavadito al de laz viñetas, se hecha de menos que sea tambien espactecular. Esperaremos a la siguiente entrega.
24 de diciembre de 2013
24 de diciembre de 2013
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de empezar, para los que no lo saben la trilogía de El Hobbit se corresponde con los siguientes capítulos del libro:
-El Hobbit: Un Viaje Inesperado (Una tertulia inesperada-De la Sartén al Fuego).
-El Hobbit: La Desolación de Smaug (Extraños aposentos-Nadie en casa).
-El Hobbit: Partida y Regreso (Fuego y Agua-La última jornada).
Una vez aclarado esto, comienzo con mi crítica de esta segunda parte.
En primer lugar, aclarar que esta película es mejor en algunos aspectos que su predecesora, es decir, corrige aquellos errores en los que la primera parte cayó, y eso es de agradecer. Pero primero comentaré sus errores y luego me centraré en los aciertos.
Esta película comete errores en el inicio, pues el principio se lleva de manera apresurada, como si hubiera prisa por llegar a la secuencia del bosque de las arañas. Por fortuna, la película consta de un excelente prólogo que ya nos anticipa algo de la tercera parte y que reduce los errores del inicio. Sin embargo, uno de estos errores es el poco desarrollo que le han dado a Beorn, el cambiapieles. Otro error se encuentra en el desarrollo de la secuencia en la ciudad del lago, pues resulta un poco lioso y ocurren demasiadas cosas en poco tiempo. El último error se encuentra en el final de la película, que culmina con una batalla contra Smaug innecesaria, y ese tiempo podría haberse empleado en otra cosa, como desarrollar a Beorn, por ejemplo.
Ahora iré con los aciertos, que son muchos. Para empezar, es una película que a pesar de sus 2 horas y 45 minutos, tiene un buen ritmo que evita la monotonía y el cansancio, y no parece ser tan larga como lo es en realidad,se pasa volando. Hay secuencias realmente buenas como la escapada en los barriles o la secuencia en la montaña solitaria. Por supuesto, el gato al agua se lo lleva el dragón Smaug, interpretado brillantemente por Benedict Cumberbatch. Otro acierto es que el anillo adquiere más protagonismo pero no llega a eclipsar la película y sigue empleándose como otro objeto más.
Sin duda, es mejor que la anterior y más oscura, y he vuelto a disfrutar como un niño en la Tierra Media. Impresionante.
P.D.:No digan que en el hobbit se pierde el encanto de el señor de los anillos porque el hobbit NO ES el señor de los anillos.
-El Hobbit: Un Viaje Inesperado (Una tertulia inesperada-De la Sartén al Fuego).
-El Hobbit: La Desolación de Smaug (Extraños aposentos-Nadie en casa).
-El Hobbit: Partida y Regreso (Fuego y Agua-La última jornada).
Una vez aclarado esto, comienzo con mi crítica de esta segunda parte.
En primer lugar, aclarar que esta película es mejor en algunos aspectos que su predecesora, es decir, corrige aquellos errores en los que la primera parte cayó, y eso es de agradecer. Pero primero comentaré sus errores y luego me centraré en los aciertos.
Esta película comete errores en el inicio, pues el principio se lleva de manera apresurada, como si hubiera prisa por llegar a la secuencia del bosque de las arañas. Por fortuna, la película consta de un excelente prólogo que ya nos anticipa algo de la tercera parte y que reduce los errores del inicio. Sin embargo, uno de estos errores es el poco desarrollo que le han dado a Beorn, el cambiapieles. Otro error se encuentra en el desarrollo de la secuencia en la ciudad del lago, pues resulta un poco lioso y ocurren demasiadas cosas en poco tiempo. El último error se encuentra en el final de la película, que culmina con una batalla contra Smaug innecesaria, y ese tiempo podría haberse empleado en otra cosa, como desarrollar a Beorn, por ejemplo.
Ahora iré con los aciertos, que son muchos. Para empezar, es una película que a pesar de sus 2 horas y 45 minutos, tiene un buen ritmo que evita la monotonía y el cansancio, y no parece ser tan larga como lo es en realidad,se pasa volando. Hay secuencias realmente buenas como la escapada en los barriles o la secuencia en la montaña solitaria. Por supuesto, el gato al agua se lo lleva el dragón Smaug, interpretado brillantemente por Benedict Cumberbatch. Otro acierto es que el anillo adquiere más protagonismo pero no llega a eclipsar la película y sigue empleándose como otro objeto más.
Sin duda, es mejor que la anterior y más oscura, y he vuelto a disfrutar como un niño en la Tierra Media. Impresionante.
P.D.:No digan que en el hobbit se pierde el encanto de el señor de los anillos porque el hobbit NO ES el señor de los anillos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un fallo por explicar es que la película acaba con la escapada de Smaug, y la cortan como si de un capítulo de una serie se tratara.
10
23 de diciembre de 2012
23 de diciembre de 2012
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Señores, las ganas que tenía yo de ver esta película desde que el señor de los anillos me cautivara de pequeño y para toda la vida. Y ahora el Hobbit me ha vuelto a cautivar y a rememorar grandes momentos de antaño. Es perfecta, no le falta ni le sobra nada. Un gran viaje que te llegará al corazón, sentirás la valentía de Bilbo, el deseo ardiente de Thorin Escudo de Roble por erebor y no olvidarás a esos maravillosos trece enanos, a parte de encontrarte con viejos conocidos: Elrond, Galadriel, Saruman, El Rey Brujo, Gandalf, Sauron... Sé que algunas personas se quejan de lo tedio de la película y de que es demasiado larga, pero esas mismas personas abrían dicho que la película no es nada si se hubiera recortado. Vivirás intensamente el espíritu de la aventura en la tierra media. Y aquí no se ponen cosas sin pensar, todo tiene su función y significado. Las batallas son magníficas, y una de las cosas que más me han gustado es cómo se han currado a Thorin, porque su apodo escudo de roble le viene al pelo. Martin Freeman está excelente como Bilbo, Andy Serkis vuelve a calcar a Gollum, y Gandalf tan sorprendente como siempre. Te quedarás con ganas de más al final de la peli.
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