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Episodio

7,7
28.207
8
20 de noviembre de 2016
20 de noviembre de 2016
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada aviso, esta crítica contiene spoilers. Me resulta prácticamente imposible hacerla sin desgajar algún que otro detalle del argumento. Mi recomendación es que la vean sabiendo lo menos posible. Si aun así deciden continuar leyendo, no podrán decir que no he avisado.
Les veo en la Zona spoiler (Suena bien para el título de un programa).
Les veo en la Zona spoiler (Suena bien para el título de un programa).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Digitalizar tu yo. Vivir “para siempre” en el más allá digital. Esta es la premisa sobre la que se basa esta hermosa historia de amor más allá de la muerte. Construir el cielo en la Tierra. Concretamente en un lugar llamado San Junípero, donde es posible vivir en juventud perpetua.
Un bonito consuelo para todos aquellos sumidos en coma o con la muerte llamando a su puerta.
Y para retratar esta realidad la historia de dos mujeres que en sus últimos días acaban encontrando el amor en San Junípero.
El contraste entre la realidad fuera y dentro de la simulación es brutal. Indescriptible lo que se siente al ver a dos ancianas, una sumida en coma durante décadas (y además con un triste trasfondo familiar relacionada con su homosexualidad reprimida) y otra con un cáncer terminal, encontrarse dentro de San Junípero, de nuevo jóvenes y enamoradas. La escena en la que ambas finalmente se conocen fuera de la simulación es de una ternura sencillamente sublime.
El trabajo de Gugu Mbatha-Raw y Mackenzie Davis como pareja protagonista es extraordinario. Hay verdadera química entre ellas. Además la ambientación ochentera que acompaña buena parte del romande (la década en la que ambas fueron jóvenes) está ciertamente conseguida. Gugu Mbatha-Raw en la pista es una auténtica diva ochentera.
Naturalmente a este cuento de hadas se le pueden encontrar agujeros. Un yo digital no evoluciona, no cambia.
Quizá revivir tu juventud no sea tu idea de cielo. Quizá preferirías sumergirte en un mundo de fantasía y aventuras…
Tal vez, al cabo de unas décadas dentro de la simulación acabarías aborreciéndola. Tal vez, esa historia de amor acabará algún día sumida en la monotonía… Quién sabe.
El caso es que cuando llegan los títulos finales y ves finalmente a ambas juntas para siempre en San Junipero montadas en un descapotable con la melodía de Belinda Carlisle sonando de fondo , Heaven is a place on Earth, a uno se le hace un nudo en la garganta y le invade una gozosa sensación de vivir la vida.
Un canto a la esperanza.
Un bonito consuelo para todos aquellos sumidos en coma o con la muerte llamando a su puerta.
Y para retratar esta realidad la historia de dos mujeres que en sus últimos días acaban encontrando el amor en San Junípero.
El contraste entre la realidad fuera y dentro de la simulación es brutal. Indescriptible lo que se siente al ver a dos ancianas, una sumida en coma durante décadas (y además con un triste trasfondo familiar relacionada con su homosexualidad reprimida) y otra con un cáncer terminal, encontrarse dentro de San Junípero, de nuevo jóvenes y enamoradas. La escena en la que ambas finalmente se conocen fuera de la simulación es de una ternura sencillamente sublime.
El trabajo de Gugu Mbatha-Raw y Mackenzie Davis como pareja protagonista es extraordinario. Hay verdadera química entre ellas. Además la ambientación ochentera que acompaña buena parte del romande (la década en la que ambas fueron jóvenes) está ciertamente conseguida. Gugu Mbatha-Raw en la pista es una auténtica diva ochentera.
Naturalmente a este cuento de hadas se le pueden encontrar agujeros. Un yo digital no evoluciona, no cambia.
Quizá revivir tu juventud no sea tu idea de cielo. Quizá preferirías sumergirte en un mundo de fantasía y aventuras…
Tal vez, al cabo de unas décadas dentro de la simulación acabarías aborreciéndola. Tal vez, esa historia de amor acabará algún día sumida en la monotonía… Quién sabe.
El caso es que cuando llegan los títulos finales y ves finalmente a ambas juntas para siempre en San Junipero montadas en un descapotable con la melodía de Belinda Carlisle sonando de fondo , Heaven is a place on Earth, a uno se le hace un nudo en la garganta y le invade una gozosa sensación de vivir la vida.
Un canto a la esperanza.

7,6
90.798
3
12 de mayo de 2006
12 de mayo de 2006
61 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente eso es lo que me pregunto al ver las criticas y las votaciones de esta película, que pese a ser la mejor adaptación del libro a la pantalla grande, sigue siendo pésima.
Ninguno, y cuando digo ninguno es ninguno, de los personajes esta bien caracterizado.
El libro está ambientado en la época victoriana y qué nos encontramos, un trastornado Van Helsing en vez del bondadoso sabio humanista de la novela, a un par de furcias hambrientas de sexo en vez de un par de adorables muchachas de la clase alta de aquella época, un patético Jack Seward en vez del respetable médico que hace lo imposible por salvar la vida y el alma de la mujer que le ha rechazado y que amaba.
Y lo peor de todo, un Drácula victimizado y con aires de don Juan de los Cárpatos.
La versión cinematográfica de Coppola, como suele ocurrir con todas la películas de "grandes directores" en las que al director le gusta dejar su "sello", es una reinterpretación de la novela original en la que el director hace lo que quiere con la historia y con los personajes.
El resultado, de una supuesta historia de terror-supense pasamos a este pastelón pseudoromántico con un melenudo con gafas de sol tintadas de azúl casi tipo matrix paseándose por las calles del Londres victoriano a la luz del día.
Si os gusto el libro y no habeis renegado de esta bazofia, o bien sois unos pelotas de Coppola o simplemente no teneis ningún respeto por la obra original y dejais en buen lugar este ultraje.
Para qué mencionar lo mal llevado que está el ritmo narrativo de la película (va a trompicones por falta de tiempo y el que no haya leido el libro no se entera muy bien de lo que va pasando) o los disfraces horteras de Drácula envejecido.
Sólo salvaría la ambientación en determinadas partes de la película, pero no olvidando nunca ese tren de juguete que meten en el viaje de Jonathan a los Cárpatos para visitar el castillo del conde.
Basura.
Ninguno, y cuando digo ninguno es ninguno, de los personajes esta bien caracterizado.
El libro está ambientado en la época victoriana y qué nos encontramos, un trastornado Van Helsing en vez del bondadoso sabio humanista de la novela, a un par de furcias hambrientas de sexo en vez de un par de adorables muchachas de la clase alta de aquella época, un patético Jack Seward en vez del respetable médico que hace lo imposible por salvar la vida y el alma de la mujer que le ha rechazado y que amaba.
Y lo peor de todo, un Drácula victimizado y con aires de don Juan de los Cárpatos.
La versión cinematográfica de Coppola, como suele ocurrir con todas la películas de "grandes directores" en las que al director le gusta dejar su "sello", es una reinterpretación de la novela original en la que el director hace lo que quiere con la historia y con los personajes.
El resultado, de una supuesta historia de terror-supense pasamos a este pastelón pseudoromántico con un melenudo con gafas de sol tintadas de azúl casi tipo matrix paseándose por las calles del Londres victoriano a la luz del día.
Si os gusto el libro y no habeis renegado de esta bazofia, o bien sois unos pelotas de Coppola o simplemente no teneis ningún respeto por la obra original y dejais en buen lugar este ultraje.
Para qué mencionar lo mal llevado que está el ritmo narrativo de la película (va a trompicones por falta de tiempo y el que no haya leido el libro no se entera muy bien de lo que va pasando) o los disfraces horteras de Drácula envejecido.
Sólo salvaría la ambientación en determinadas partes de la película, pero no olvidando nunca ese tren de juguete que meten en el viaje de Jonathan a los Cárpatos para visitar el castillo del conde.
Basura.
23 de abril de 2006
23 de abril de 2006
23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión es una película genial, fresca y original (si alguien quiere saber más sobre mi opinión sobre el cine de Wes Anderson le remito a mi critica a la película The Royal Tenenbaums).
Eso sí, para saber apreciar este film hay que estar en buena disposición para disfrutarlo.
Debes tener ganas de romper con todo el convencionalismo cinematográfico y sobre todo debes saber apreciar del humor de lo patético.
Si no cumples estas dos condiciones no la veas porque de lo contrario tendrás la sensación de que te han tomado el pelo.
No es una comedia al uso y hay que saber disfrutarla, hay más que humor en esta película (al igual que en todas las peliculas de Wes) y la melancolía decadente y bohemia que destila no es siempre bien entendida.
Eso sí, para saber apreciar este film hay que estar en buena disposición para disfrutarlo.
Debes tener ganas de romper con todo el convencionalismo cinematográfico y sobre todo debes saber apreciar del humor de lo patético.
Si no cumples estas dos condiciones no la veas porque de lo contrario tendrás la sensación de que te han tomado el pelo.
No es una comedia al uso y hay que saber disfrutarla, hay más que humor en esta película (al igual que en todas las peliculas de Wes) y la melancolía decadente y bohemia que destila no es siempre bien entendida.

7,0
48.452
9
7 de octubre de 2017
7 de octubre de 2017
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Pueden repetirse los milagros? Si así fuera tal vez dejarían de serlos. Y Blade Runner para mí es un milagro. Es una experiencia espiritual y personal inigualable.
Así pues, y conforme podía esperarse, esta secuela no ha sido un nuevo milagro. Ahora bien, eso no quiere decir en absoluto que no se trate de una buena película, una enorme. Lo es y además realiza importantes aportaciones al universo de Blade Runner, lo expande, pero siempre a la sombra de su predecesora.
Y es algo que aplaudo y respeto. Porque cuando anunciaron esta secuela todas mis alarmas saltaron temiendo que mancillaran el clásico de mi devoción. Pero afortunadamente el proyecto cayó en manos de un equipo que ama a Blade Runner, y se nota. Empezando por Denis Villeneuve al cual le doy las gracias por su talento y su valentía. Pocos se habrían atrevido a abordar tan titánico encargo y muchos menos salir bien parados como él.
Estéticamente la película es apabullante, totalmente equiparable en excelencia al film del 82. Sólo su fotografía justifica el visionado. Cada plano es puro deleite visual. Roger Deakins merece todos los reconocimientos habidos y por haber. Su genio es incuestionable.
En lo referente al guión se percibe el esfuerzo por enlazar los acontecimientos narrados en el film con los acaecidos en Blade Runner, habiendo una escena en particular que me revolvió por dentro (*spoiler). Con un tempo pausado pero intenso pero sin alcanzar las cotas de lirismo ni la profundidad del Blade Runner original cuando hurga en la naturaleza humana. Ver como los replicantes asumen de forma tan natural que sus recuerdos son implantados resulta como poco de un nihilismo desconcertante. El mismo nihilismo que debe sentir el personaje principal K (Joe), un conmovedor perdedor absoluto que apela a la compasión del espectador. Ryan Gosling ciertamente ha sido un acierto para encarnar este torturado personaje.
El resto del reparto cumple correctamente su cometido, gustándome particularmente el personaje de Sylvia Hoeks. En cualquier caso ninguno de ellos ofrece un momento especialmente memorable al nivel del monólogo de Rutger Hauer con sus lágrimas perdiéndose en la lluvia.
También se echa de menos, y mucho, los sintetizadores de Vangelis. Algo que nos debe hacer reflexionar sobre el incalculable peso que tuvieron al crear la leyenda de Blade Runner. La música cumple, pero es absolutamente funcional.
Después de todo lo dicho aún queda un aspecto muy importante por mencionar. Cuando Blade Runner conoció a Her. ¿Qué podría decir de la fusión de dos películas que tanto significan para mí? Tan sólo que han propiciado una de las escenas más demoledoras de desamor que jamás haya visto (**otro spoiler).
En definitiva, Blade Runner 2049 es una digna sucesora. Y baste decir que se ha ganado su derecho a llevar “Blade Runner” en el título, uno de los mayores elogios que puedan hacerse a una película.
Las lágrimas en la lluvia finalmente se convirtieron en fríos copos de nieve de eterna caída.
Así pues, y conforme podía esperarse, esta secuela no ha sido un nuevo milagro. Ahora bien, eso no quiere decir en absoluto que no se trate de una buena película, una enorme. Lo es y además realiza importantes aportaciones al universo de Blade Runner, lo expande, pero siempre a la sombra de su predecesora.
Y es algo que aplaudo y respeto. Porque cuando anunciaron esta secuela todas mis alarmas saltaron temiendo que mancillaran el clásico de mi devoción. Pero afortunadamente el proyecto cayó en manos de un equipo que ama a Blade Runner, y se nota. Empezando por Denis Villeneuve al cual le doy las gracias por su talento y su valentía. Pocos se habrían atrevido a abordar tan titánico encargo y muchos menos salir bien parados como él.
Estéticamente la película es apabullante, totalmente equiparable en excelencia al film del 82. Sólo su fotografía justifica el visionado. Cada plano es puro deleite visual. Roger Deakins merece todos los reconocimientos habidos y por haber. Su genio es incuestionable.
En lo referente al guión se percibe el esfuerzo por enlazar los acontecimientos narrados en el film con los acaecidos en Blade Runner, habiendo una escena en particular que me revolvió por dentro (*spoiler). Con un tempo pausado pero intenso pero sin alcanzar las cotas de lirismo ni la profundidad del Blade Runner original cuando hurga en la naturaleza humana. Ver como los replicantes asumen de forma tan natural que sus recuerdos son implantados resulta como poco de un nihilismo desconcertante. El mismo nihilismo que debe sentir el personaje principal K (Joe), un conmovedor perdedor absoluto que apela a la compasión del espectador. Ryan Gosling ciertamente ha sido un acierto para encarnar este torturado personaje.
El resto del reparto cumple correctamente su cometido, gustándome particularmente el personaje de Sylvia Hoeks. En cualquier caso ninguno de ellos ofrece un momento especialmente memorable al nivel del monólogo de Rutger Hauer con sus lágrimas perdiéndose en la lluvia.
También se echa de menos, y mucho, los sintetizadores de Vangelis. Algo que nos debe hacer reflexionar sobre el incalculable peso que tuvieron al crear la leyenda de Blade Runner. La música cumple, pero es absolutamente funcional.
Después de todo lo dicho aún queda un aspecto muy importante por mencionar. Cuando Blade Runner conoció a Her. ¿Qué podría decir de la fusión de dos películas que tanto significan para mí? Tan sólo que han propiciado una de las escenas más demoledoras de desamor que jamás haya visto (**otro spoiler).
En definitiva, Blade Runner 2049 es una digna sucesora. Y baste decir que se ha ganado su derecho a llevar “Blade Runner” en el título, uno de los mayores elogios que puedan hacerse a una película.
Las lágrimas en la lluvia finalmente se convirtieron en fríos copos de nieve de eterna caída.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*El reencuentro de Deckard con la copia de Rachael y la posterior ejecución a quemarropa de ésta. Quizá una metáfora de lo irrepetible de Blade Runner.
** Tras perder K a Joi éste se ve abordado por un anuncio holográfico gigante de la misma insinuándose de forma impersonal. Una burla cruel que le escupe a la cara que su amor no era más que una ficción, abocándole al más absoluto y desesperanzador de los desamores.
** Tras perder K a Joi éste se ve abordado por un anuncio holográfico gigante de la misma insinuándose de forma impersonal. Una burla cruel que le escupe a la cara que su amor no era más que una ficción, abocándole al más absoluto y desesperanzador de los desamores.
19 de julio de 2014
19 de julio de 2014
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía mono de simios y aquí los tenemos de nuevo, más espectaculares que nunca.
Se ha potenciado y extendido el clímax del final de la primera entrega en detrimento de la solidez argumental, que resulta como poco cada vez más cuestionable (una pequeña muestra en el spoiler).
Al final todo se reduce a un conflicto entre dos especies, en el que una de ellas está en declive, los humanos, y otra está en auge, los simios.
En ambos bandos hay voluntariosos pacifistas que buscan la concordia y el entendimiento y otros tantos que buscan todo lo contrario.
Naturalmente ya se imaginan quienes ganan, puesto que de otra forma no habría película.
De nuevo son Andy Serkins en la piel de Caesar y un desconocido Toby Kebbell (al menos para mí) en la de su simiesca némesis Koba, quienes rescatan la cinta con sus grandes interpretaciones gestuales del monótono ruido de la guerra y aportan emoción a un conjunto bastante gris.
El resto de actores, incluido el magnífico Gary Oldman, están discretos y resultan totalmente funcionales. Tanto como la BSO compuesta para el film.
Técnicamente hablando la película es sobresaliente. Los efectos visuales están muy conseguidos y por momentos puede resultar incluso desasosegante ver a esos simios humanizados hostigar con sus propias armas a unos derrotados humanos.
Tal vez una involuntaria metáfora sobre cómo la guerra transforma al hombre.
En conclusión, un film disfrutable si uno se quita antes el monóculo para entrar a la sala.
Se ha potenciado y extendido el clímax del final de la primera entrega en detrimento de la solidez argumental, que resulta como poco cada vez más cuestionable (una pequeña muestra en el spoiler).
Al final todo se reduce a un conflicto entre dos especies, en el que una de ellas está en declive, los humanos, y otra está en auge, los simios.
En ambos bandos hay voluntariosos pacifistas que buscan la concordia y el entendimiento y otros tantos que buscan todo lo contrario.
Naturalmente ya se imaginan quienes ganan, puesto que de otra forma no habría película.
De nuevo son Andy Serkins en la piel de Caesar y un desconocido Toby Kebbell (al menos para mí) en la de su simiesca némesis Koba, quienes rescatan la cinta con sus grandes interpretaciones gestuales del monótono ruido de la guerra y aportan emoción a un conjunto bastante gris.
El resto de actores, incluido el magnífico Gary Oldman, están discretos y resultan totalmente funcionales. Tanto como la BSO compuesta para el film.
Técnicamente hablando la película es sobresaliente. Los efectos visuales están muy conseguidos y por momentos puede resultar incluso desasosegante ver a esos simios humanizados hostigar con sus propias armas a unos derrotados humanos.
Tal vez una involuntaria metáfora sobre cómo la guerra transforma al hombre.
En conclusión, un film disfrutable si uno se quita antes el monóculo para entrar a la sala.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El pavo que causa el primer conflicto humanos-simios, porque supuestamente es el único trabajador superviviente de la presa hidroeléctrica que la comunidad humana de San Francisco pretende restaurar, resulta que al final no hace falta para nada en el grupo.
O sea, el tío es un capullo, la lía parda dos veces, y al final resulta que sus conocimientos no resultan tan indispensables como querían venderte... Si es que....
O sea, el tío es un capullo, la lía parda dos veces, y al final resulta que sus conocimientos no resultan tan indispensables como querían venderte... Si es que....
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