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7,2
83.501
9
1 de febrero de 2016
1 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya no hacen películas como esta. La década del noventa fue muy buena para este tipo thriller y Fincher fue un buen exponente.
No me canso de ver esta película. Es de esos films que tienen de todo (acción, suspenso psicológico, drama, etc.), en su justa medida, que uno los vuelve a ver luego de un tiempo y vuelve a sentir ansiedad, temor, intriga.
Uno puede entrar en esta película de varios modos: desde el lado de la acción en las persecuciones, desde el lado de la venganza, desde el drama de un hombre solitario que lo tiene todo pero no tiene nada, desde las relaciones y el trato que dispensa Nicholas Van Orton (hasta el nombre impone respeto y miedo) a sus familiares, a sus subordinados, a sus colegas. Desde el lado psicológico y la historia personal de Nicholas, historia que tiende a repetir como siempre repetimos todo. Desde la psicología el juego se trata de una terapia de exposición: un modo de sanar es enfrentarnos precisamente a eso que tememos. Pero el modo de llegar a esta resolución es macabro. Son idas y vueltas de juegos mentales en los cuales el personaje se pierde y nosotros nos perdemos con él. A veces creemos que vamos más adelante que el personaje y luego nos damos cuenta de que el director nos hizo trampa a nosotros y volvió a burlarse.
Las actuaciones están fabulosas: nunca un mejor papel para Michael Douglas que el de millonario prepotente, irónico, despectivo (estos papeles le caen como anillo al dedo). Sean Penn está muy bien en todas sus facetas: el hermano descarriado, el hermano engañado y simulando terror, el hermano cariñoso que le regaló el juego para que su hermano de una vez por todas deje de ser tan basura.
Por otra parte, la empresa CRS, algo que si bien parece descabellado, no lo es tanto. ¿Hasta qué punto estamos hastiados de nuestra vida que necesitamos una verdadera aventura? ¿Cuándo compramos un producto o un servicio, no estamos de algún modo comprando una experiencia? ¿No es lo que nos venden cuando en un comercial de cerveza muestran grupos de gente bailando felices y sin preocupaciones? En definitiva, logremos lo que logremos, el deseo siempre se correrá hacia adelante y será el deseo de otra cosa no lograda aún.
No me canso de ver esta película. Es de esos films que tienen de todo (acción, suspenso psicológico, drama, etc.), en su justa medida, que uno los vuelve a ver luego de un tiempo y vuelve a sentir ansiedad, temor, intriga.
Uno puede entrar en esta película de varios modos: desde el lado de la acción en las persecuciones, desde el lado de la venganza, desde el drama de un hombre solitario que lo tiene todo pero no tiene nada, desde las relaciones y el trato que dispensa Nicholas Van Orton (hasta el nombre impone respeto y miedo) a sus familiares, a sus subordinados, a sus colegas. Desde el lado psicológico y la historia personal de Nicholas, historia que tiende a repetir como siempre repetimos todo. Desde la psicología el juego se trata de una terapia de exposición: un modo de sanar es enfrentarnos precisamente a eso que tememos. Pero el modo de llegar a esta resolución es macabro. Son idas y vueltas de juegos mentales en los cuales el personaje se pierde y nosotros nos perdemos con él. A veces creemos que vamos más adelante que el personaje y luego nos damos cuenta de que el director nos hizo trampa a nosotros y volvió a burlarse.
Las actuaciones están fabulosas: nunca un mejor papel para Michael Douglas que el de millonario prepotente, irónico, despectivo (estos papeles le caen como anillo al dedo). Sean Penn está muy bien en todas sus facetas: el hermano descarriado, el hermano engañado y simulando terror, el hermano cariñoso que le regaló el juego para que su hermano de una vez por todas deje de ser tan basura.
Por otra parte, la empresa CRS, algo que si bien parece descabellado, no lo es tanto. ¿Hasta qué punto estamos hastiados de nuestra vida que necesitamos una verdadera aventura? ¿Cuándo compramos un producto o un servicio, no estamos de algún modo comprando una experiencia? ¿No es lo que nos venden cuando en un comercial de cerveza muestran grupos de gente bailando felices y sin preocupaciones? En definitiva, logremos lo que logremos, el deseo siempre se correrá hacia adelante y será el deseo de otra cosa no lograda aún.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Claro que el final es un poco arriesgado. Demasiado extremista haberlo llevado al límite a Nicholas. Con el tiempo he llegado a preguntarme ¿somos los seres humanos tan predecibles? Porque el juego basa sus estrategias precisamente en eso, en predecir qué acción realizará Nicholas y tener preparado el próximo paso. En la película dan algunas respuestas al que hubiera pasado si no... Es el caso de cuando Nicholas cae al agua dentro del taxi, y le dicen que había buzos preparados debajo. Si no se hubiera tirado desde la terraza, y le contestan que lo hubieran empujado.
Creo que sobre esta película se inspiró el realizador de la serie de Los simuladores (Damián Szifrón)
Creo que sobre esta película se inspiró el realizador de la serie de Los simuladores (Damián Szifrón)
21 de mayo de 2016
21 de mayo de 2016
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película con todos los ingredientes para convertirse en una gran receta, pero el horno se apagó a los dos minutos de meter la comida. Buena música, buena dirección de arte (los tonos verdes, amarillos, ocres, y rosas pálidos me encantaron), una historia cotidiana pero interesante (una triada familiar, un padre severo, un niño unido a su madre, el pronto reemplazo de la madre muerta por una madrastra ordinaria e interesada), y comida (¿a quién no le gusta las películas con comidas?) podría haber resultado un plato exquisito, pero nada parece resultar.
La historia no traspasa la pantalla, no nos llegan los sabores, ni texturas, ni olores de la cocina; alimentos apetecibles a la vista pero sosos al paladar. La historia transcurre como si nunca llegara a cocinarse nada, los personajes no levan, son masas amorfas que quedan crudas, que intentan amoldarse pero terminan dispersas por las mesas, por los suelos. Hay escenas descontextuadas, que no se sabe a qué vienen, sin conexión, como ingredientes que por más que se batan no terminan de unirse. Al final, una pasta cruda y llena de grumos es el resultado de esta receta fallida.
La historia no traspasa la pantalla, no nos llegan los sabores, ni texturas, ni olores de la cocina; alimentos apetecibles a la vista pero sosos al paladar. La historia transcurre como si nunca llegara a cocinarse nada, los personajes no levan, son masas amorfas que quedan crudas, que intentan amoldarse pero terminan dispersas por las mesas, por los suelos. Hay escenas descontextuadas, que no se sabe a qué vienen, sin conexión, como ingredientes que por más que se batan no terminan de unirse. Al final, una pasta cruda y llena de grumos es el resultado de esta receta fallida.
30 de septiembre de 2017
30 de septiembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una de esas pequeñas joyas que a uno le recomiendan al pasar. Cada nota musical, un cimbronazo al alma. La severidad de un padre, la admiración de un hijo, la rebeldía, las peleas, la construcción del propio camino. Los caminos oscuros de la mente, la desesperanza. Y la música y el amor. El arte como bastón y el amor como salvador. Allí donde parece que el fuego terminó de consumir la cordura y la genialidad, un alguien que se anima amar y a enseñar a amar, sin importar qué digan los demás.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay momento magistrales. El director supo atraparnos con la promesa de un concierto que se hace esperar, pero que cae en el momento justo. Y el clímax del espectador coindice con el de David al piano. Y los orgásmicos acordes finales, son vida y a la vez, muerte. Algo perece, algo se hunde en la locura, en la oscuridad; de la que podrá solo salir y volver a brillar gracias al amor y la música.

6,2
8.617
8
25 de enero de 2016
25 de enero de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encontré de casualidad esta película, poco promocionada, y me sorprendió gratamente. No conocía al actor David Hyde Pierce (Warnick Wilson), y la verdad quedé fascinada con su trabajo. Creo que el gran sostén de la película es él, imagino que con sin dicha actuación la película no hubiera merecido siquiera una crítica.
Me sorprende el primer giro argumental, no lo esperaba. También inscribe un giro en lo que parecía un thriller común y corriente, y lo lleva a comedia negra. Vi dos vece esta película, y la disfrute desde los dos lugares: primero como una cinta de suspenso-thriller psicológico, y luego la segunda, disfruté de la actuación del actor como cómico. El cambio de gestos, de miradas, lo que dice con su rostro, me pareció un genio el actor.
Hay escenas que a mi entender sobran: los flashback de John Taylor (Clayne Crawford) con su novia y del asalto al banco: interrumpen el clima de locura en el que nos introduce Warnick. Lo mismo que el avance las investigaciones por parte de los detectives del caso. Hubiera sido mejor cerrar la película…
Me sorprende el primer giro argumental, no lo esperaba. También inscribe un giro en lo que parecía un thriller común y corriente, y lo lleva a comedia negra. Vi dos vece esta película, y la disfrute desde los dos lugares: primero como una cinta de suspenso-thriller psicológico, y luego la segunda, disfruté de la actuación del actor como cómico. El cambio de gestos, de miradas, lo que dice con su rostro, me pareció un genio el actor.
Hay escenas que a mi entender sobran: los flashback de John Taylor (Clayne Crawford) con su novia y del asalto al banco: interrumpen el clima de locura en el que nos introduce Warnick. Lo mismo que el avance las investigaciones por parte de los detectives del caso. Hubiera sido mejor cerrar la película…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
en la casa del anfitrión y sus invitados mentales. Cuando la cámara sale de ese lugar uno se dispersa, y quiere que vuelva. Es como rotar la cabeza y clavar la vista a la periferia en vez de disfrutar la acción que está sobre el escenario.
Creo que hubiera sigo una gran apuesta que, tal como un tablero de ajedrez, se plantee el film como un desafío mental entre los dos protagonistas. Explotar hasta último momento la cordura y la locura, el juego de dominación-sumisión entre uno y otro.
La actuación de Megahn Perry me resultó muy pobre.
Ya el final se vuelve un poco absurdo, pero no desentona con el género de comedia negra, aunque creo que no se cierra del todo bien (¿cómo se explica que John, que estaba con pedido de captura por el robo, haya cruzado así sin más la frontera?).
Igualmente la película me gustó mucho y era más de lo que esperaba.
Creo que hubiera sigo una gran apuesta que, tal como un tablero de ajedrez, se plantee el film como un desafío mental entre los dos protagonistas. Explotar hasta último momento la cordura y la locura, el juego de dominación-sumisión entre uno y otro.
La actuación de Megahn Perry me resultó muy pobre.
Ya el final se vuelve un poco absurdo, pero no desentona con el género de comedia negra, aunque creo que no se cierra del todo bien (¿cómo se explica que John, que estaba con pedido de captura por el robo, haya cruzado así sin más la frontera?).
Igualmente la película me gustó mucho y era más de lo que esperaba.
Documental

5,6
509
Documental
5
8 de marzo de 2025
8 de marzo de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
Uno más de muchos de este estilo, a mi entender, se queda a mitad de camino. No ahonda en los oscuros caminos del delito (los japoneses, tan conocidos por "la imagen", acá no muestran nada), tampoco se ahonda en el choque cultural (ya sea en la política, o en los manejos de casos policiales, ni en las diferencias de ceremonial y protocolo), tampoco en la genealogía familiar de Lucie, ni en el poder de los medios. Así que lo que podría haber sido un documental/true crime interesante por el país donde sucede, termina pasando de largo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Algo que me molesta, es el planteo de Japón como una sociedad absolutamente correcta, y que el caso aquí descripto, el criminal millonario apresado, es una excepción, un aborto de la naturaleza, y no un emergente de esa misma sociedad tan apegada a las reglas. Podría haberse tomado la línea del análisis sociológico, psicológico, cultural y ahondar y ver si se aplica, como para la cultura occidental, lo que Freud decía en El malestar en la cultura: cuanto más se desarrolla la cultura, más insatisfacción hay, y esto porque siempre hay un resto que no puede reprimirse y de algún modo vuelve a emerger (quizás peor que antes).
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