Muy a mi pesar, le doy un aprobado raspado.
Aunque se aleje mucho de la típica y clásica película romántica americana, puedo decir con franqueza que la actuación de Natalie Portman y, en especial, la de Clive Owen, la han salvado del suspenso.

Demasiada intensidad en tan pocos minutos hacen del filme una historia pesada y cargante.

Una película preciosa, el amor de Hana y el chico (David Cross) y los placeres y sufrimientos que conlleva dicho amor.

Su escatimoso contenido sobre la Segunda Guerra Mundial me hace pensar que es, simplemente, un drama romántico como otro cualquiera y que el tema del nazismo es tan solo un relleno que se introduce para que se pueda desarrollar la acción.

Tal vez mi decepción se debiera a que me recomendaron tantas veces la película y me convencieron de que era tan buena que me haría llorar hasta quedarme sin lágrimas o que me crearan unas expectativas demasiado elevadas. La película es indudablemente buena, conmovedora e impactante, relata perfectamente el horror del genocidio judío y la actuación de los actores es realmente buena. Aún así, no pude evitar sentirme decepcionada. No recomendéis con tanto ímpetu las películas, por favor.

La película no está mal; es triste, la historia de la pobre vida de una mujer que sobrevivió a un campo de concentración.
No obstante, creo que si se profundizara más en la historia aumentaría mucho su calidad, pues la vida que lleva ya en la actualidad puede resultar un poco pesada para el espectador.