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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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23 de abril de 2020 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuanta paja por cubrir aquí... Voy a ser caótico relatando los sinsentidos de la película porque creo que me ha afectado bastante y quiero desahogarme.
Empezamos mal si me tienes que contar cómo acabó la película anterior utilizando exactamente las mismas escenas, aparte de eso, el prólogo es como muy innecesario, puedes cortarlo y no cambia exactamente nada en el resto de la cinta.
Para una "muerte" original (la del motero negro), digo original ya que no son explícitos en la violencia, van y la fastidian haciendo un giro sorpresa en plan 'ey yo te salvaré' que no viene a cuento.
Jason es un jodido voyeur y obseso de la limpieza y de un orden muy personal porque no hay sangre en los escenarios y los cuerpos los ordena pues según le da la puñetera gana.
El arquitecto de las ventanas debe tener serios problemas cognitivos, o sea, que diseño inútil es ese en el que no eres capaz de cerrar por dentro de tu propia casa.
Minuto "36 aproximadamente, los personajes entran al coche, en la ventanilla trasera podemos apreciar no uno, ni dos, sino hasta TRES miembros del equipo de rodaje en el reflejo.
Un efecto especial con la muerte de reventar la cabeza y el ojo bastante risible.
La escena de lago en la primera película era de lo mejor, un susto muy buen logrado y ejecutado. Aquí me lo intentan emular de forma mediocre
Las transiciones a veces son ridículas, como cuando la prota relata su trauma. O sea, aclarate. O me enseñas el flashback o me haces un primer plano de la chica asustada al rememorarlo, pero no ambas que queda cutre.
La parte en la que Jason se quita la máscara en plan 'soy el ser de tu traumita' pues me ha hecho gracia. Jason es como un crío mentalmente así que se lo disculpo, igual que a los guionistas.
En fin....mira que tiene hasta alguna escena que está bien hecha y todo. Además me he echado unas risas y la puntuó con un aprobado PORQUE TIENE MÚSICA ELECTRÓNICA EN LOS CRÉDITOS xD
17 de enero de 2020 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta fábula orwelliana presenta como ya es conocido una sátira a la revolución y sobre todo al estalinismo de la URSS. Sin embargo, resulta muy útil para contrastar la tesis marxista de ‘lucha de clases’ y la tesis paretiana de ‘circulación de las élites’.

La historia comienza presentándonos la deplorable situación en la que viven los animales de la granja Jones. El humano que debe cuidarles los trata de forma hostil y les alimenta penosamente a pesar del hecho de que son los animales quienes aportan la fuerza de trabajo y el beneficio a la granja. Es entonces cuando el más anciano y sabio de todos los cerdos antes de morir propone la revolución como solución a sus problemas. Ésta se basada en ideales como Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo, ningún animal dormirá en una cama, ningún animal beberá alcohol, ningún animal matará a otro animal y el más importante de todos “Todos los animales son iguales.”

Una vez es derrocado el señor Jones (los humanos), se produce un cambio en el gobierno de la granja, los cerdos son la nueva élite. Ellos se encargan de organizar al resto de animales según sus capacidades y tratar de educarlos (aquí se muestra la heterogeneidad de la sociedad y por tanto la inevitabilidad de la desigualdad) porque son los más avanzados intelectualmente. Según Pareto, el conflicto de clases es algo inherente a la condición humana, y no, como afirmaba Marx, un fenómeno histórico transitorio. Las posiciones sociales de los distintos grupos pueden variar, pero siempre existirán elementos dominantes y subordinados.

Al principio, la granja es mucho más próspera que con los humanos. Los máximos mandatarios son Snowball y Napoleón. Sin embargo, Napoleón se deshace de Snowball (a través de los perros que representan a la policía política) para implantar su propio sistema. Poco a poco los cerdos adoptan los defectos propios del hombre, que en su día sustentaron la revolución. Con el paso del tiempo, se realizan modificaciones o supresiones en sus ideales (que habían escrito como mandamientos en la fachada de la granja) legitimando así las acciones de Napoleón y los cerdos. Así pues los cerdos terminan comportandose igual que los humanos, vistiendo con ropa, bebiendo alcohol y caminando sobre dos patas. Incluso mantienen relaciones de amistad con ellos.

La élite (cerdos) se mueve en función de sus intereses, mientras que las clases inferiores y sometidas son impulsadas por el sentimiento (ovejas, caballos, vacas, gallinas). Para alcanzar sus objetivos la élite fomenta el sentimiento social dentro de las masas (ideales de la revolución). A mayor intensidad más uniformidad, mientras que su debilitamiento llevará al cambio . La élite tiende una clara tendencia a la degeneración, que le lleva a no perdurar mucho en esa situación privilegiada (en la película animada los cerdos son derrocados por el resto de animales dirigidos por el burro Benjamín). Esto hace que necesite recuperar su vigor con la inclusión de nuevos elementos (nueva generación de cerdos). En definitiva, la lucha y circulación de las élites es la esencia de la historia, de tal modo que levantamiento popular no trae consigo el final de la élite, sino sus sustitución por otra. La circulación de las elites ayuda al cambio social porque trae la circulación de las ideas.

Al final de la historia la dictadura de Napoleón y sus seguidores se consagra de modo absoluto cuando los animales preguntan al burro Benjamín (porque sabe leer) sobre cuál es el único mandamiento que queda escrito. Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros.
7 de mayo de 2022
10 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El día que vi anunciado a Sam Raimi como director de esta película me alegre muchísimo. No sólo por ser el director de las mejores películas de Spider-Man que son parte de muchas infancias incluidas la mía, ni tampoco exclusivamente porque tenga una de las mejores trilogías de serie B como es Evil Dead, sino porque al fin Marvel decide apostar por un director con un gran estilo propio y una visión personal muy interesante. Siempre la tónica dominante ha sido tener directores por encargo o buenos directores reprimidos por la toma de decisiones en producción. Así que me encuentro con gran satisfacción ante una obra que ha dejado (dentro de lo posible en un blockbuster para el gran público de todas las edad y cuando lo permitía la ocasión) ser creativo a este querido director. Raimi ha sabido marcar pequeñas diferencias y saber aprovechar en su favor la formula Disney. Ojalá le volvamos a tener en próximas entregas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Wanda es uno de los mejores villanos que ha dado este universo. Motivaciones claras y convincentes, empatía por parte del espectador, crueldad y una fragilidad a partes iguales. En general, casi todos los personajes han tenido un buen desarrollo, pero ella se lleva la palma.
Imposible no mencionar la pelea contra los Illuminati dónde Raimi de forma implícita nos ha sabido meter, como quien no quiere la cosa, una violencia no antes vista en una película de Marvel. De igual modo, esos elementos de terror tan característicos suyos sientan un buen precedente que debe demostrar a Disney que otros tonos son posibles y que el público esta muy receptivo.
24 de junio de 2020
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, diré que comencé siendo un escéptico cuando anunciaron la serie, dado que tal como lo planteaban no sé me ocurría que interés o que innovación podría suponer. Sin embargo, mi sorpresa fue grata conforme fueron avanzando los capítulos. La trama y los protagonistas era potencialmente prometedores y se vislumbraba que había un mensaje de actualidad como es la actitud hacia el racismo. Esto es lo más destacado desde que empieza la serie, porque asuntos como la corrupción del poder, el control político se ven más de soslayo y aunque están presentes no se desarrollan.

La estética está muy bien lograda y las referencias al comic están conseguidas con éxito a mi parecer.

Si algo era visible y criticable en el carácter de Rorschach era su maniqueísmo. El mismo con el que trata esta serie a los personajes. El cómic nos señalaba esas zonas grises en la personalidad de todos los actores de la obra, pero aquí (en resumen) los buenos son buenos porque luchan contra supremacistas y los malos son malos porque son supremacistas. No tiene ninguna profundidad la razón de ser de los villanos más allá de cuatro frases clichés y se acabó. Encima situando al espectador de forma predeterminada a favor de los 'buenos', ¿por qué habría de ser ofensivo ver porque piensan así un jodido racista? Una de las críticas de la película de Snyder era que Rorschach estaba desvirtuado porque parecía más un héroe que un antihéroe ( a pesar de su carácter violento y radical). Se omitían sus comentarios políticos más relevantes en relación a su misoginia, homofobia y un patriotismo bastante rancio. Aún con todo ello, el personaje seguía siendo brillante porque era creíble, pero claro, no es un modelo a mostrar al amplio público ya que podría causar incomodidad.

El espectador no es un idiota al que le tienes que ir recordando con flashbacks o insertos lo que ha visto en el capítulo anterior. Ese montaje entorpece en varias situaciones la acción y dificulta el empatizar con los personajes.

Los personajes en cierto sentido parecen pasivos ante las tragedias que les acontecen. Siento que el arco de personajes como Laurie, Looking Glass y Ozzy está incompleto. Si, vemos (y/o sabemos) de los traumas que han sufrido y los conflictos internos con los que tienen que lidiar, pero al final de esta historia no hay una evolución o un avance en su carácter o un cambio significativo en su vida, simplemente los vemos por última vez y todas esas incógnitas de ¿cómo van a sobreponerse a lo que han vivido? se quedan en el aire.

Si por algo brillaba Watchmen era por los matices, por hacerte dudar de tu moral y los valores que defendias, así como de las actitudes que tenían los personajes. He acabado hoy la serie con un sabor amargo, pero no porque me haga sentir mal lo que acabo de ver y me haga reflexionar, sino porque el final ha sido irregular, precipitado y simple. Ha sido respetuoso en la medida de lo posible con la obra original y pese a los fallos se ha disfrutado mucho.
9 de enero de 2023 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trabaja duro, aumenta la producción, prevé los accidentes y sé feliz. Estos son los dogmas que recitados como plegarias resuenan a lo largo de la película. En THX 1138 la sociedad se encuentra en un contexto donde el poder está regido por un modelo híbrido de tecnocracia, teocracia, socialismo y capitalismo. Sin embargo, si se ha determinar cual es el elemento predominante nos quedaremos con el extremismo religioso y el culto a la imagen del Dios Máquina. Una perfecta combinación de ciencia y fe.

Desde este planteamiento podemos observar cómo la cinta bebe de combinar clásicos de la literatura como Nosotros, Un mundo Feliz y 1984 y también del cine como Metrópolis. La película muestra casi todos los debates sociales de los años 70 nacidos del mayo de 1968 y el movimiento hippie: el amor libre, el rechazo al autoritarismo, la violencia policial, el ecologismo y el miedo a la inteligencia artificial. El problema de este planteamiento inicial es que nos encontramos con un totum revolutum de distintas ideologías combinadas entre sí, sin que podamos discernir ni captar un símil claro con la realidad social que se pretende criticar de manera específica.

De Metrópolis se toma la propuesta de una sociedad basada en la explotación laboral y la automatización, donde el ser humano tiene un horario de vida perfectamente compartimentado entre trabajo, ocio y descanso. De 1984 se toma la existencia de un orden social controlado por la tecnología, donde los propios agentes policiales no son personas deshumanizados cómo el resto de individuos que nos enseñan, sino que directamente son máquinas carentes de emoción alguna. De Un mundo feliz se adopta el consumo de drogas para mantener la inhibición de la población física y emocionalmente, además de la técnicas de reproducción artificial. De Nosotros se comparten elementos temáticos en la representación de los ciudadanos cómo la cabeza rapada, los uniformes y los nombres alfanuméricos.

Uniformidad, mecanización, estandarización, simplificación, son términos que definen todo lo que rodea la sociedad de la película. La tecnología se encuentra al servicio del poder y las cámaras de televisión son omnipresentes, asegurando el control minuciosos sobre todo y sobre todos. La identidad individual es inexistente, todo está sistematizado y calculado informáticamente.

Durante el transcurso de la historia escuchamos numerosos eslóganes que incitan al consumismo, a la dedicación plena al trabajo, al pensamiento colectivista anulador de la individualidad y al culto de una figura de Cristo. Todo ello indispensable para conseguir el mayor de todos los bienes, la felicidad. Las drogas refuerzan esta sumisión de la población al anular su voluntad y ser más dóciles a la hora de ser funcionales para el sistema de explotación laboral establecido.

Las relaciones sexuales ya sean casuales, comprometidas o no consentidas están terminantemente prohibidas y conllevan la pena de cárcel y un proceso de reeducación. El comportamiento emotivo y afectivo de este sistema se ha transformado en un sinónimo de enfermedad o desviación social, un tabú social. Al asumir esta norma, el espíritu de los individuos ha flaqueado enormemente, pues su capacidad de pensamiento y creatividad ha sido empobrecida y reprimida.

La sociedad de este mundo está condenada a vivir bajo tierra bajo, ya que presumiblemente la superficie es inhabitable porque en algún momento sufrió una crisis ecológica de razones desconocidas. La naturaleza después de esta catástrofe fue sometida y sustituida por lo artificial, dando lugar a un régimen de esclavitud en una vida programada, rutinaria y anodina.

La finalidad de THX 1138 no es plantear una oposición al sistema, sino la huida del mismo. No se busca crear un sentimiento colectivo de emancipación, sólo el individuo puede liberarse a sí mismo de las cadenas que lo oprimen. El desenlace bajo esta perspectiva es desolador y no vislumbra un futuro alternativo. Es una distopía centrada más en la carencia de emociones humanas cómo motor de los males sociales que en las consecuencia lógica de unas políticas económicas atribuibles a un sistema social concreto.
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