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7,2
34.372
7
30 de enero de 2024
30 de enero de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea misma de la implantación y el teatro del absurdo que nace con ella son sin duda uno de los puntos fuertes del film. Sin embargo la trama, sustentada en el manido dilema existencial y la catharsis, no me cautiva a nivel emocional. A su favor diré que mantiene vivo cierto interés por ver cómo prosigue la historia y entretiene, eso sí.
Para mi es más interesante analizar la película a nivel de subtexto o imaginario visual. Me encuentro un Yorgos más humanista que en anteriores trabajos, menos cínico o nihilista, aunque manteniendo cierta naturaleza ácida en los fantásticos toques de humor. Se demuestra que es posible hacer reflexiones apegadas a los tiempos que vivimos desde una mirada de extrañamiento e hipérbole, que aunque algo obvias, no caen en subrayados excesivos o mensajes manufacturados a medida del posible consumidor. Y, evidentemente, a nivel de puesta en escena la película es epatante, desde el diseño de producción que mezcla el ambiente victoriano con el surrealista imaginario de artistas visuales como Dalí o Guillaume, hasta la colorimetría, las decisiones de uso de lentes o nada sutiles movimientos de cámara. Lleva la firma de Lanthimos y gustará a sus seguidores. Siendo evidente que propone un mundo, un universo y un imaginario -que aunque reciclado es- singular siempre será bien recibido por el que escribe.
Sobra decir que Emma está increíble, entregadísima, y Yorgos sigue demostrando ser un gran director de actores. Con todo, una película que juega con las claves del fantástico, el steampunk o el mito del Prometeo moderno para deconstruir los roles de género de manera muy interesante pero más conservadora en su moraleja, menos arriesgada, más convencional y amable con el público generalista de lo que cabría esperar por parte del director de Canino (2009). Ciertos cambios para con nosotros mismos y el mundo que nos rodea se me antojan algo limitados teniendo en cuenta el arco dramático en forma de boomerang de Bella. Quizás el film sea en el fondo un reflejo más fiel a nuestro mundo y nuestro conformismo de lo que me hubiera gustado.
@laquimeracultural
Para mi es más interesante analizar la película a nivel de subtexto o imaginario visual. Me encuentro un Yorgos más humanista que en anteriores trabajos, menos cínico o nihilista, aunque manteniendo cierta naturaleza ácida en los fantásticos toques de humor. Se demuestra que es posible hacer reflexiones apegadas a los tiempos que vivimos desde una mirada de extrañamiento e hipérbole, que aunque algo obvias, no caen en subrayados excesivos o mensajes manufacturados a medida del posible consumidor. Y, evidentemente, a nivel de puesta en escena la película es epatante, desde el diseño de producción que mezcla el ambiente victoriano con el surrealista imaginario de artistas visuales como Dalí o Guillaume, hasta la colorimetría, las decisiones de uso de lentes o nada sutiles movimientos de cámara. Lleva la firma de Lanthimos y gustará a sus seguidores. Siendo evidente que propone un mundo, un universo y un imaginario -que aunque reciclado es- singular siempre será bien recibido por el que escribe.
Sobra decir que Emma está increíble, entregadísima, y Yorgos sigue demostrando ser un gran director de actores. Con todo, una película que juega con las claves del fantástico, el steampunk o el mito del Prometeo moderno para deconstruir los roles de género de manera muy interesante pero más conservadora en su moraleja, menos arriesgada, más convencional y amable con el público generalista de lo que cabría esperar por parte del director de Canino (2009). Ciertos cambios para con nosotros mismos y el mundo que nos rodea se me antojan algo limitados teniendo en cuenta el arco dramático en forma de boomerang de Bella. Quizás el film sea en el fondo un reflejo más fiel a nuestro mundo y nuestro conformismo de lo que me hubiera gustado.
@laquimeracultural

6,7
6.888
7
5 de enero de 2024
5 de enero de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine como acto de sanación. Y esta película como acto de amor.
El cine funciona como ancla de un sentimiento verdadero que se sublima a través de las imágenes, ese modo de sentir que aflora en los momentos aparentemente más sencillos pero más puros, como aquella canción de “Río Bravo” (1959).
Leo en su relato (al cual creo que la duración no le pesa ya que se compone de un buen puñado de setpieces con ideosincracia propia, manteniendo el interés y el misterio) la idea de desaparecer durante años y volver en una sala de proyección, pasando por motivos y temas que le han acompañado en su trayectoria y sus quiebros. Para Erice tiene que ser allí, en ese santuario de las imágenes, donde ocurre la magia y uno se reencuentra a si mismo.
Pero sobretodo leo amor por el cine y el arte. “Una persona no es solo memoria. Es también sentimiento, sensibilidad” apela a experiencias estéticas relevantes, no a la mera acumulación de ellas en la era de las plataformas. Eso es esta película, una experiencia estética relevante que deja algunas imágenes en la memoria. Un film que se cierra y se abre en si mismo y de puertas para fuera, que es consciente de dejar marchar, no sin cierta melancolía y aferrándose a él hasta el final, a todo un modelo de cine y una tradición de creadores que fueron y pudieron haber sido. Pero los que fueron, lo fueron de un modo especial, legaron algo sagrado que se siente más allá de la palabra y la memoria, aún con los ojos cerrados.
¿Y vosotr@s qué opináis? ¿Hay milagros después de Dreyer?
@laquimeracultural
El cine funciona como ancla de un sentimiento verdadero que se sublima a través de las imágenes, ese modo de sentir que aflora en los momentos aparentemente más sencillos pero más puros, como aquella canción de “Río Bravo” (1959).
Leo en su relato (al cual creo que la duración no le pesa ya que se compone de un buen puñado de setpieces con ideosincracia propia, manteniendo el interés y el misterio) la idea de desaparecer durante años y volver en una sala de proyección, pasando por motivos y temas que le han acompañado en su trayectoria y sus quiebros. Para Erice tiene que ser allí, en ese santuario de las imágenes, donde ocurre la magia y uno se reencuentra a si mismo.
Pero sobretodo leo amor por el cine y el arte. “Una persona no es solo memoria. Es también sentimiento, sensibilidad” apela a experiencias estéticas relevantes, no a la mera acumulación de ellas en la era de las plataformas. Eso es esta película, una experiencia estética relevante que deja algunas imágenes en la memoria. Un film que se cierra y se abre en si mismo y de puertas para fuera, que es consciente de dejar marchar, no sin cierta melancolía y aferrándose a él hasta el final, a todo un modelo de cine y una tradición de creadores que fueron y pudieron haber sido. Pero los que fueron, lo fueron de un modo especial, legaron algo sagrado que se siente más allá de la palabra y la memoria, aún con los ojos cerrados.
¿Y vosotr@s qué opináis? ¿Hay milagros después de Dreyer?
@laquimeracultural

7,7
6.919
9
27 de mayo de 2023
27 de mayo de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nota: 8,5
Las palabras no pueden transmitirlo todo. Una película no debe ser la traslación de un texto. Cine sensitivo, poesía visual, metafísica de las imágenes, llamadlo como queráis pero es prácticamente imposible evocar más sensaciones y crear más iconografía en una sola película. Pero, ¿hay un único significado en cada símbolo al que todos debemos llegar? Habría que plantearse si para disfrutar un film es necesario buscar el sentido y racionalizarlo todo.
La manera de filmar la naturaleza, el cuerpo, los objetos y su significado metafórico; la mezcla de sonidos electrónicos, naturaleza y música clásica; una fotografía en la que la cámara fluye ingrávida cual cuerpo suspendido sobre esa no-cama; un montaje que mide perfectamente los tiempos al que no se le puede añadir ni quitar un plano y en el que llama la atención la inclusión de metraje documental. Narrativamente conjuga espacios, tiempos y recuerdos en clara alegoría autobiográfica (lo que la convierte en una de sus películas más personales junto a Nostalghia (1983)), desnudando su espíritu más allá de la imperfección de lo físico, reflexionando acerca de cuestiones como la ausencia y la pérdida de seres queridos, el paso del tiempo, la vida y la muerte o el sinsentido de la guerra. Además hace un uso rompedor de la figura del narrador, proponiendo el debate en torno a cuestiones como las del narrador interesado, implicado, afectado, falible, no fiable, amnésico, etc. La dirección de actores acaba de redondear la película con una Terekhova maravillosa en su ambigüedad.
Un espejo en el que Tarkovski reflejó su vida para que cada cuál pueda ver la suya. Obra mestra.
@laquimeracultural
Las palabras no pueden transmitirlo todo. Una película no debe ser la traslación de un texto. Cine sensitivo, poesía visual, metafísica de las imágenes, llamadlo como queráis pero es prácticamente imposible evocar más sensaciones y crear más iconografía en una sola película. Pero, ¿hay un único significado en cada símbolo al que todos debemos llegar? Habría que plantearse si para disfrutar un film es necesario buscar el sentido y racionalizarlo todo.
La manera de filmar la naturaleza, el cuerpo, los objetos y su significado metafórico; la mezcla de sonidos electrónicos, naturaleza y música clásica; una fotografía en la que la cámara fluye ingrávida cual cuerpo suspendido sobre esa no-cama; un montaje que mide perfectamente los tiempos al que no se le puede añadir ni quitar un plano y en el que llama la atención la inclusión de metraje documental. Narrativamente conjuga espacios, tiempos y recuerdos en clara alegoría autobiográfica (lo que la convierte en una de sus películas más personales junto a Nostalghia (1983)), desnudando su espíritu más allá de la imperfección de lo físico, reflexionando acerca de cuestiones como la ausencia y la pérdida de seres queridos, el paso del tiempo, la vida y la muerte o el sinsentido de la guerra. Además hace un uso rompedor de la figura del narrador, proponiendo el debate en torno a cuestiones como las del narrador interesado, implicado, afectado, falible, no fiable, amnésico, etc. La dirección de actores acaba de redondear la película con una Terekhova maravillosa en su ambigüedad.
Un espejo en el que Tarkovski reflejó su vida para que cada cuál pueda ver la suya. Obra mestra.
@laquimeracultural

7,9
41.873
8
6 de mayo de 2023
6 de mayo de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nota: 8,5
El pasado siempre vuelve y nos recuerda quiénes somos y cuál es nuestro lugar en la historia (así como las buenas películas de De Palma siempre estarán ahí para definirle le pese a quien le pese).
El paraíso nos espera. El futuro está escrito (en blanco y negro) desde la primera secuencia. ¿Acaso no es esta una gran historia moderna de cine negro? Tragedia, redención, drama, romanticismo. Y todo perfectamente narrado y filmado. Si algo destaca es la elegancia de una fotografía que da una lección magistral en cuanto a composición, movimientos de cámara y color (además de numerosos guiños a clásicos del medio). En sus secuencias, en las que maneja los tiempos como pocos, siempre hay un mundo vivo a varios niveles de protagonismo, la diégesis es inagotable y la experiencia de revisitar el film es una gozada. El suspense y la tensión en los momentos de acción están perfectamente ejecutados, especialmente en un tramo final que nos mantiene en vilo. Pacino magistral. En mi top del director.
@laquimeracultural
El pasado siempre vuelve y nos recuerda quiénes somos y cuál es nuestro lugar en la historia (así como las buenas películas de De Palma siempre estarán ahí para definirle le pese a quien le pese).
El paraíso nos espera. El futuro está escrito (en blanco y negro) desde la primera secuencia. ¿Acaso no es esta una gran historia moderna de cine negro? Tragedia, redención, drama, romanticismo. Y todo perfectamente narrado y filmado. Si algo destaca es la elegancia de una fotografía que da una lección magistral en cuanto a composición, movimientos de cámara y color (además de numerosos guiños a clásicos del medio). En sus secuencias, en las que maneja los tiempos como pocos, siempre hay un mundo vivo a varios niveles de protagonismo, la diégesis es inagotable y la experiencia de revisitar el film es una gozada. El suspense y la tensión en los momentos de acción están perfectamente ejecutados, especialmente en un tramo final que nos mantiene en vilo. Pacino magistral. En mi top del director.
@laquimeracultural

7,1
26.871
7
8 de diciembre de 2023
8 de diciembre de 2023
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una propuesta inteligente, que deja huella y enciende el diálogo. Un film que nos abisma a lo más profundo del ser humano actual y sus modos de relación.
Justine coquetea con diversos géneros sin perder de vista lo que realmente le interesa: sus personajes. Lo que empieza como un film de intriga y suspense pronto se convierte en una película de juicios que logra mantener el interés con diferentes giros de guion centrados en el drama de pareja. No obstante, en cierto punto, casi ni me importa la resolución de la causa debido al enorme trabajo de escritura de personajes; la forma de entender las relaciones o la justicia de Sandra (tan preclara como inaccesible), la culpa y el fracaso de Samuel o las consecuencias psicológicas y dramáticas de lo acontecido para con su hijo, el maravillosamente ambiguo Daniel (aquél que hasta el final no es capaz de ver, de mirar, tal y como son sus padres).
Cuando la directora se asoma a lo más profundo del ser humano el riesgo de caída mortal está ahí. Nos damos cuenta de cuán frágil y difícil de mantener es la multiplicidad de individuos que parecen habitarnos. Cómo nos percibimos, cómo nos autoengañamos, cuál es el relato que los demás perciben de nosotros y si es suficiente para sistematizarnos. ¿Qué es lo que nos define? ¿Hay una visión privilegiada o es la suma de ellas la que contiene valor de verdad?
Y lo mismo sucede con los hechos punibles. La película se escribe en términos de relativismo moral, de posverdad, todo depende de la perspectiva, del punto de vista, no hay hecho punible porque no hay hecho factual objetivo, todo es representable y se puede relatar en base a intereses. El peligro es claro aquí.
Destacar el talento interpretativo de todo el reparto (el flashback es sobrecogedor), la importancia del sonido y las melodías de atmósfera, un uso inteligente del montaje que hace muy llevadera la experiencia y el interesante trabajo de primeros planos, movimientos de cámara recorriendo los espacios, o el uso del encuadre y las sombras en el personaje del chico.
@laquimeracultural
Justine coquetea con diversos géneros sin perder de vista lo que realmente le interesa: sus personajes. Lo que empieza como un film de intriga y suspense pronto se convierte en una película de juicios que logra mantener el interés con diferentes giros de guion centrados en el drama de pareja. No obstante, en cierto punto, casi ni me importa la resolución de la causa debido al enorme trabajo de escritura de personajes; la forma de entender las relaciones o la justicia de Sandra (tan preclara como inaccesible), la culpa y el fracaso de Samuel o las consecuencias psicológicas y dramáticas de lo acontecido para con su hijo, el maravillosamente ambiguo Daniel (aquél que hasta el final no es capaz de ver, de mirar, tal y como son sus padres).
Cuando la directora se asoma a lo más profundo del ser humano el riesgo de caída mortal está ahí. Nos damos cuenta de cuán frágil y difícil de mantener es la multiplicidad de individuos que parecen habitarnos. Cómo nos percibimos, cómo nos autoengañamos, cuál es el relato que los demás perciben de nosotros y si es suficiente para sistematizarnos. ¿Qué es lo que nos define? ¿Hay una visión privilegiada o es la suma de ellas la que contiene valor de verdad?
Y lo mismo sucede con los hechos punibles. La película se escribe en términos de relativismo moral, de posverdad, todo depende de la perspectiva, del punto de vista, no hay hecho punible porque no hay hecho factual objetivo, todo es representable y se puede relatar en base a intereses. El peligro es claro aquí.
Destacar el talento interpretativo de todo el reparto (el flashback es sobrecogedor), la importancia del sonido y las melodías de atmósfera, un uso inteligente del montaje que hace muy llevadera la experiencia y el interesante trabajo de primeros planos, movimientos de cámara recorriendo los espacios, o el uso del encuadre y las sombras en el personaje del chico.
@laquimeracultural
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