Tras entregar una de las películas de acción más divertidas y frenéticas de la última hornada (Misión Imposible: Protocolo Fantasma), Brad Bird regresa a Disney con otro producto de entretenimiento para la gran pantalla. El problema no es ya comparar o no con una cinta u otra. El problema es que con lo que sabemos que el director puede hacer (regresemos a otra suya con Disney: Ratatouille) esta película sabe a poco. Es un entretenimiento agradable, con piruetas visuales y alguna buena pregunta para pensar un poco y eso es lo que la salva de una nota peor. No obstante el balance final es frío. Todo ya se ha visto. Los trucos saben a usados. Las actuaciones y la dirección son buenas pero no ensalzan al conjunto.

“A dos metros bajo tierra” puede presumir principalmente de tener posiblemente el mejor colofón o “series finale” a una serie que jamás se haya dado en la historia. Absolutamente impresionante y emocionante. Eso es lo mejor de la serie, por increíble que parezca. Aunque por suerte un episodio final no es la razón fundamental para que una serie alcance el notable general y sea una gran serie. Como suele pasarles a muchas puede tener una temporada (probablemente la tercera o la cuarta, aún siendo bastante decentes) o varios episodios “de más” o considerados de un nivel inferior, pero consigue ser atractiva y muy entretenida a lo largo de sus cinco temporadas, convirtiéndote en un miembro más de la familia Fischer y consiguiendo transmitir sus emociones y sus evoluciones. Una muy buena serie gracias a sus dos primeras temporadas, a una historia fiel a lo que se propone y consistente y una temporada final sobresaliente con unos últimos episodios magistrales y un último episodio insuperable e inolvidable.

Otro caso más de supuestas adaptaciones cinematográficas que en verdad deberían ser consideradas episodios alargados o especiales. Si este fuese un episodio más o hasta el episodio final de “Twin Peaks”, estaríamos hablando de un episodio genial. Pero como película, pese a su entretenimiento, es incompleta, incomprendida y finalmente fallida. Consideradla un episodio más y su valoración mejorará mucho.

“Broadchurch” es uno de esos shows que probablemente hubiese sido más brillante hecho película, más que en serie o miniserie de episodios. Es interesante, sugestiva e intrigante. Pero el sentido apasionante de los primeros episodios rápida e inexplicablemente se desvanece para dar lugar a unas tramas faltas de garra, formuláticas y dejando una transición decepcionante. Tras toda la publicidad y el abrir bocas que había originado, al final la conclusión es que no es para nada una joya, ni una nueva “Twin Peaks”, por ejemplo, aunque tenga el detalle de no perderse de su punto de partida central como a la citada le pasó (aunque tampoco había para mucho debido a su reducida cantidad de episodios). No pasará a la historia, ni desde luego es una nueva obra maestra de la televisión, pero sí es un suficientemente decente producto dramático que consigue interesar mínimamente y propinar unos cuantos escalofríos una vez llegas al episodio final.

“Pecado original” cuenta con una turgente y turbadora Angelina Jolie como protagonista indiscutible. De ahí en adelante, resulta decepcionante, previsible y vacía. Puede verse hasta al final, pero sin nada que admirar o anhelar. Un vehículo de lucimiento escasamente aprovechado y que deja mucho que desear.