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7,2
67.395
9
22 de diciembre de 2008
22 de diciembre de 2008
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adentrarse en una sala de cine a ver una película de Clint Eastwood es un valor seguro. Cada céntimo que cuesta la entrada sale rentable.
Eastwood no cuenta historias, las disecciona línea a línea, plano a plano.
Eastwood no profundiza en los personajes, te los muestra tal cual son.
Eastwood no recrea una determinada época o situación, se dedica a transportar al espectador, cual máquina del tiempo, a donde le salga de las narices. Sin trucos de artificio, sin extras. Un par de Lincoln tipo L, unos cuantos uniformes de policía olvidados, sombrero por aquí, vestido de época por allá, y ya estás en Los Ángeles de finales de los años 20.
Eastwood no es un director clásico, es el Howard Hawks del siglo XXI.
Sus películas pueden gustar mucho, o poco, pueden dejar al espectador más o menos satisfecho, pero todas y cada una de ellas están rodeadas de una atmósfera que huele a cine puro por los cuatro costados. Con sus virtudes y sus defectos, sentarse en la butaca a ver una película suya es un placer para todos aquellos que amamos el séptimo arte.
El Intercambio no solo es la mejor película que se ha estrenado en el 2008, es también una de las mejores de su impresionante filmografía. Eastwood vuelve a convertir un guión del montón en una obra maestra. Es único en la dirección de actores, saca de ellos todo lo que le interesa para que la historia siga su curso. No pierde el tiempo en minucias ni cosas banales. Coge un poco de uno, un poco de otro y te lanza a la cara una historia, y de paso aprovecha la situación para cagarse en todo aquello que le saca de quicio. ( Otra vez dramas infantiles, otra vez periodistas manipulados, otra vez policía y sistema corruptos.)
Centrando la narración en el personaje de una fantástica Angelina Jolie, (me gustaría que se dejaran las manías y prejuicios que se tienen hacia su persona en la taquilla del cine), a la que yo si creí, desde la primera hasta la última escena, Eastwood crea una película brutal, terrorífica y en muchos momentos insoportable. Es capaz de dejar en evidencia a los más respetados realizadores del cine de terror con una sola secuencia, con un antológico flasback que pasará a los anales del cine.
Interpretaciones, banda sonora, puesta en escena, ritmo narrativo,… Es tan inconfundible su sello, que si mediada la película, alguien se sienta a verla sin saber nada de ella, con ver 10 minutos de cualquier escena, sabrá de inmediato quién está detrás de la cámara.
Una cinta desgarradora y emotiva, que te deja pegado al asiento sin pestañear y que hace, que salgas de la sala con la sensación de haber asistido a algo realmente grande.
Algo a lo que afortunadamente, Clint Eastwood, nos tiene cada vez más acostumbrados.
Eastwood no cuenta historias, las disecciona línea a línea, plano a plano.
Eastwood no profundiza en los personajes, te los muestra tal cual son.
Eastwood no recrea una determinada época o situación, se dedica a transportar al espectador, cual máquina del tiempo, a donde le salga de las narices. Sin trucos de artificio, sin extras. Un par de Lincoln tipo L, unos cuantos uniformes de policía olvidados, sombrero por aquí, vestido de época por allá, y ya estás en Los Ángeles de finales de los años 20.
Eastwood no es un director clásico, es el Howard Hawks del siglo XXI.
Sus películas pueden gustar mucho, o poco, pueden dejar al espectador más o menos satisfecho, pero todas y cada una de ellas están rodeadas de una atmósfera que huele a cine puro por los cuatro costados. Con sus virtudes y sus defectos, sentarse en la butaca a ver una película suya es un placer para todos aquellos que amamos el séptimo arte.
El Intercambio no solo es la mejor película que se ha estrenado en el 2008, es también una de las mejores de su impresionante filmografía. Eastwood vuelve a convertir un guión del montón en una obra maestra. Es único en la dirección de actores, saca de ellos todo lo que le interesa para que la historia siga su curso. No pierde el tiempo en minucias ni cosas banales. Coge un poco de uno, un poco de otro y te lanza a la cara una historia, y de paso aprovecha la situación para cagarse en todo aquello que le saca de quicio. ( Otra vez dramas infantiles, otra vez periodistas manipulados, otra vez policía y sistema corruptos.)
Centrando la narración en el personaje de una fantástica Angelina Jolie, (me gustaría que se dejaran las manías y prejuicios que se tienen hacia su persona en la taquilla del cine), a la que yo si creí, desde la primera hasta la última escena, Eastwood crea una película brutal, terrorífica y en muchos momentos insoportable. Es capaz de dejar en evidencia a los más respetados realizadores del cine de terror con una sola secuencia, con un antológico flasback que pasará a los anales del cine.
Interpretaciones, banda sonora, puesta en escena, ritmo narrativo,… Es tan inconfundible su sello, que si mediada la película, alguien se sienta a verla sin saber nada de ella, con ver 10 minutos de cualquier escena, sabrá de inmediato quién está detrás de la cámara.
Una cinta desgarradora y emotiva, que te deja pegado al asiento sin pestañear y que hace, que salgas de la sala con la sensación de haber asistido a algo realmente grande.
Algo a lo que afortunadamente, Clint Eastwood, nos tiene cada vez más acostumbrados.

6,1
75.944
1
13 de noviembre de 2007
13 de noviembre de 2007
27 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veamos, por donde empiezo...
La mayor cagada jamás filmada, vomitiva hasta decir basta. No se salva ni el tato. Panfleto propagandístico, basura cinematográfica,... en definitiva una mierda pinchada en el mastil de la bandera de las barras y estrellas.
Ben Affleck pasa a la historia por realizar aquí la peor interpretación de la historia del cine, ( y ya es dificil). Es el mayor patán que jamás haya pisado un plató, y en esta película se supera con creces.
A Michael Bay si alguna vez lo tengo enfrente le doy de ostias directamente. Nunca nadie me había hecho perder tanto tiempo delante de una pantalla. Todas sus películas son una sucesión de gilipolleces que superan la mayor de las paciencias, pero esta se lleva la palma (pongo a Dios por testigo que nunca más volveré a ver una película suya).
Creo que ya es suficiente, ahora si me disculpaís, tengo que ir al WC, cada vez que veo el cartel de esta bazofia me entran las ganas.
La mayor cagada jamás filmada, vomitiva hasta decir basta. No se salva ni el tato. Panfleto propagandístico, basura cinematográfica,... en definitiva una mierda pinchada en el mastil de la bandera de las barras y estrellas.
Ben Affleck pasa a la historia por realizar aquí la peor interpretación de la historia del cine, ( y ya es dificil). Es el mayor patán que jamás haya pisado un plató, y en esta película se supera con creces.
A Michael Bay si alguna vez lo tengo enfrente le doy de ostias directamente. Nunca nadie me había hecho perder tanto tiempo delante de una pantalla. Todas sus películas son una sucesión de gilipolleces que superan la mayor de las paciencias, pero esta se lleva la palma (pongo a Dios por testigo que nunca más volveré a ver una película suya).
Creo que ya es suficiente, ahora si me disculpaís, tengo que ir al WC, cada vez que veo el cartel de esta bazofia me entran las ganas.

6,4
1.323
4
24 de noviembre de 2011
24 de noviembre de 2011
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta Fausto. Me gusta su mensaje diabólico y su visceral romanticismo. Me gusta la ironía de Mefistófeles, la pulcritud y pureza de Margarita y su trágico desenlace.
Estoy hablando de la maravillosa ópera de Gounod, por supuesto. Música celestial para una fiel adaptación de la obra teatral de Goethe.
No me gusta el Fausto de Sokurov, su adaptación libre es un ladrillo cara vista en toda su extensión. Un interminable ejercicio de verborrea insulsa, de narrativa densa, plomiza y en gran parte insufrible. Su obsesión por plasmar ante todo la parte correspondiente a la tentación del diablo hacia la figura de Fausto y el camino que recorren ambos hasta llegar al momento cumbre de la historia llega a resultar cargante y anodino.
Es necesario, por no decir imprescindible, que el que se disponga a visionar esta película lo haga previamente sabiéndose la historia, o de lo contrario los 135 minutos de metraje se convertirán en un viaje alucinógeno e ininteligible.
Sokurov se carga la historia original, cambia los actos de posición y mezcla situaciones a su gusto. Ironiza en exceso con la figura del diablo, caricaturizándolo hasta la saciedad y mostrando una figura carnavalesca e irrisoria. Por llamar no se llama ni siquiera Mefistófeles. Por si fuera poco, fusila sin impunidad su desenlace y deja a un lado la tragedia original para mostrarnos únicamente la visión exclusiva del protagonista.
Tampoco ayuda a la narración la soporífera voz en off que nos muestra las filosofadas del protagonista y que más que hacer fluir la historia, la enredan todavía más.
Es una lástima que Sokurov se haya equivocado en el planteamiento de la historia y que se haya ido por las ramas de ese modo, porque técnicamente la película es un monumento artístico. Su fotografía es descomunal, con una variedad de contrastes y un manejo de la iluminación tanto en interiores como en exteriores absolutamente memorable. Visualmente es una película impoluta y fascinante, de las que dejan al espectador boquiabierto y absorto ante la pantalla. Ayuda también una magnífica dirección, con infinidad de matices técnicos y mucha variedad artesanal. La escenografía es una obra de arte en si misma. El paisaje nauseabundo y deshumanizado se palpa en cada esquina de ese escenario creado a conciencia. Una de las más crueles y desoladoras recreaciones de un pueblo medieval que jamás se hayan visto en una pantalla. Ese entorno sencillamente acojona.
“Faust” es, en definitiva, una película de culto. Una cinta que incluso aburriendo se puede disfrutar y no es de extrañar que aquellos que sean capaces de entrar en el juego de divagaciones de Sokurov la consideren una obra maestra. Algo de eso debió ocurrir en Venecia.
Estoy hablando de la maravillosa ópera de Gounod, por supuesto. Música celestial para una fiel adaptación de la obra teatral de Goethe.
No me gusta el Fausto de Sokurov, su adaptación libre es un ladrillo cara vista en toda su extensión. Un interminable ejercicio de verborrea insulsa, de narrativa densa, plomiza y en gran parte insufrible. Su obsesión por plasmar ante todo la parte correspondiente a la tentación del diablo hacia la figura de Fausto y el camino que recorren ambos hasta llegar al momento cumbre de la historia llega a resultar cargante y anodino.
Es necesario, por no decir imprescindible, que el que se disponga a visionar esta película lo haga previamente sabiéndose la historia, o de lo contrario los 135 minutos de metraje se convertirán en un viaje alucinógeno e ininteligible.
Sokurov se carga la historia original, cambia los actos de posición y mezcla situaciones a su gusto. Ironiza en exceso con la figura del diablo, caricaturizándolo hasta la saciedad y mostrando una figura carnavalesca e irrisoria. Por llamar no se llama ni siquiera Mefistófeles. Por si fuera poco, fusila sin impunidad su desenlace y deja a un lado la tragedia original para mostrarnos únicamente la visión exclusiva del protagonista.
Tampoco ayuda a la narración la soporífera voz en off que nos muestra las filosofadas del protagonista y que más que hacer fluir la historia, la enredan todavía más.
Es una lástima que Sokurov se haya equivocado en el planteamiento de la historia y que se haya ido por las ramas de ese modo, porque técnicamente la película es un monumento artístico. Su fotografía es descomunal, con una variedad de contrastes y un manejo de la iluminación tanto en interiores como en exteriores absolutamente memorable. Visualmente es una película impoluta y fascinante, de las que dejan al espectador boquiabierto y absorto ante la pantalla. Ayuda también una magnífica dirección, con infinidad de matices técnicos y mucha variedad artesanal. La escenografía es una obra de arte en si misma. El paisaje nauseabundo y deshumanizado se palpa en cada esquina de ese escenario creado a conciencia. Una de las más crueles y desoladoras recreaciones de un pueblo medieval que jamás se hayan visto en una pantalla. Ese entorno sencillamente acojona.
“Faust” es, en definitiva, una película de culto. Una cinta que incluso aburriendo se puede disfrutar y no es de extrañar que aquellos que sean capaces de entrar en el juego de divagaciones de Sokurov la consideren una obra maestra. Algo de eso debió ocurrir en Venecia.

8,2
46.147
10
20 de noviembre de 2007
20 de noviembre de 2007
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo verborrea suficiente para comentar esta película. Debería haber estudiado cine o al menos hacerme uno de esos críticos vividores que tanto abundan hoy en dia (y que encima cobran) para poder plasmar en unas lineas lo que realmente significa esta auténtica "salvajada" cinematográfica.
Todo es perfecto, nada falla, todo encaja, no sobra ni un solo plano. Las interpretaciones son antológicas, los dialogos directos, el ritmo narrativo agobiante y la fotografía deliciosamente claustrofóbica.
Toda la película es una sucesión de secuencias y momentos inolvidables, pero ese final.... ese final puede que sea el más complejo,amargo y maravilloso de la historia del cine. (Yo tambíen me cago en el happy end)
No soy cinéfilo, simplemente me encanta el cine, y esta es una de las razones por las que lo adoro.
Diez.
Todo es perfecto, nada falla, todo encaja, no sobra ni un solo plano. Las interpretaciones son antológicas, los dialogos directos, el ritmo narrativo agobiante y la fotografía deliciosamente claustrofóbica.
Toda la película es una sucesión de secuencias y momentos inolvidables, pero ese final.... ese final puede que sea el más complejo,amargo y maravilloso de la historia del cine. (Yo tambíen me cago en el happy end)
No soy cinéfilo, simplemente me encanta el cine, y esta es una de las razones por las que lo adoro.
Diez.
8 de noviembre de 2007
8 de noviembre de 2007
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante vuelta de tuerca a uno de los géneros más olvidados de los últimos años. Versión arriesgadísima y muy personal que se centra exclusivamente en los personajes, en sus sentimientos y temores, y sobre todo en sus comportamientos autodestructivos.
Con una fijación exaustiva y metódica en los detalles, una ambientación descomunal de la época y una fotografía realmente extraordinaria, nos traslada a los últimos meses de la vida de una de las mayores leyendas de los EEUU, mostrándola y desmitificándola sin tapujos.
Magnífico duelo interpretativo, con un Brat Pitt enorme,en su mejor papel hasta la fecha. Casey Affleck le da la réplica con una interpretación sobresaliente y llena de matices. Promete el chico, y lo demuestra no arrugándose en ningún momento.
En definitiva, excelente película, larga y con un ritmo narrativo denso y lento, pero acertado y necesario para mostrarnos la historía desde el punto de vista elegido. Imprescindible.
Pd: En muy pocas películas se puede ver lo difícil que era apuntar, disparar y sobre todo acertar en el blanco. A esta le sobra con una escena.
Con una fijación exaustiva y metódica en los detalles, una ambientación descomunal de la época y una fotografía realmente extraordinaria, nos traslada a los últimos meses de la vida de una de las mayores leyendas de los EEUU, mostrándola y desmitificándola sin tapujos.
Magnífico duelo interpretativo, con un Brat Pitt enorme,en su mejor papel hasta la fecha. Casey Affleck le da la réplica con una interpretación sobresaliente y llena de matices. Promete el chico, y lo demuestra no arrugándose en ningún momento.
En definitiva, excelente película, larga y con un ritmo narrativo denso y lento, pero acertado y necesario para mostrarnos la historía desde el punto de vista elegido. Imprescindible.
Pd: En muy pocas películas se puede ver lo difícil que era apuntar, disparar y sobre todo acertar en el blanco. A esta le sobra con una escena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Estratosférica puesta en escena y ritmo narrativo en lo que para mi son los dos mejores momentos de la película: Toda la escena previa al asesinato y la tensa espera antes del asalto al tren.
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