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6
26 de mayo de 2019
26 de mayo de 2019
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La bestia debe morir” (Román Viñoly Barreto, 1952) y “Accidente sin huella” (Claude Chabrol, 1969) están basadas en la misma novela de Nicholas Blake (“The beast must die”, 1938).
Ambas son interesantes, aunque a mí personalmente me gusta un poco más ésta que protagoniza Narciso Ibáñez Menta, la de 1952), pese a su estilo un tanto “anticuado”, que poco tiene que envidiar, en mi opinión, al de la época dorada de Hollywood.
Como apunte, comentar que hay una película del mismo título que nada tiene que ver, (La bestia debe morir / The beast must die, de Paul Annett, 1974)
Ambas son interesantes, aunque a mí personalmente me gusta un poco más ésta que protagoniza Narciso Ibáñez Menta, la de 1952), pese a su estilo un tanto “anticuado”, que poco tiene que envidiar, en mi opinión, al de la época dorada de Hollywood.
Como apunte, comentar que hay una película del mismo título que nada tiene que ver, (La bestia debe morir / The beast must die, de Paul Annett, 1974)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La interpretación del malo malísimo es un tanto desmesurada, y en la novela, el hijo de éste es un poco mayor, algo quizá más lógico.
6
21 de mayo de 2019
21 de mayo de 2019
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tenía recuerdos ciertos de esta mítica serie, aunque sí una curiosidad que sabía qué haría que algún día la viera.
Finalmente encontré en ella cierto e indefinible encanto, pero el tiempo ensombrece algunas cosas y hace lo contrario en otras. Para lo bueno y para lo malo es una obra demasiado directa de su tiempo. No puedo imaginar cómo hubiera visto entonces la serie, era demasiado niño, pero hoy no me ha supuesto más que matar la curiosidad que he comentado.
Lo que está claro es que los años y la lectura de los cuentos e historias de Poe, Bradbury... hacen que se vea de forma muy diferente.
Mi opinión sobre los capítulos, los que más me han gustado (y su puntuación, por orden alfabético):
- El cumpleaños (6)
- El pacto (6)
- El trapero (6)
- La alarma (6)
- La promesa (6)
- La zarpa (6)
Algo especiales, no de miedo:
- El cohete (5)
- El televisor (5)
- El trasplante (5)
- La espera (5)
Por otro lado, hay unas cuantas, en mi opinión, muy flojas:
- El muñeco
- El regreso
- El vidente
- La bodega
- La broma
- La cabaña
- La casa
- La mano
- La pesadilla
Hay un capítulo que no es de terror, pero pese a que tuvo y tiene buenas críticas, tampoco me gusta:
- El asfalto
Eso sí, para la época, en general me parece una serie más que digna.
Sumados todos los capítulos mi puntuación de la serie sería un 4, pero globalmente, entresacando los nueve episodios que más me gustan, le pondría un 6.
Nota:
“El caso del Señor Valdemar” (1982), de E.A. Poe, es un remake de “El pacto”(1966), la sexta entrega de “Historias para no dormir”; ambas están bastante conseguidas. En 1960, en la película “Obras maestras del terror” (Argentina) es una de las tres historias que la componen. Las tres están también muy conseguidas. Otra de las tres es “El barril de amontillado”, título original de Poe, con Narciso Ibáñez Menta, titulada en esta serie como “El tonel”. En mi opinión la versión argentina es superior a la de esta serie.
“El trapero” (1982) también es remake de otra película realizada por I.Serrador en Argentina (1974)
Finalmente encontré en ella cierto e indefinible encanto, pero el tiempo ensombrece algunas cosas y hace lo contrario en otras. Para lo bueno y para lo malo es una obra demasiado directa de su tiempo. No puedo imaginar cómo hubiera visto entonces la serie, era demasiado niño, pero hoy no me ha supuesto más que matar la curiosidad que he comentado.
Lo que está claro es que los años y la lectura de los cuentos e historias de Poe, Bradbury... hacen que se vea de forma muy diferente.
Mi opinión sobre los capítulos, los que más me han gustado (y su puntuación, por orden alfabético):
- El cumpleaños (6)
- El pacto (6)
- El trapero (6)
- La alarma (6)
- La promesa (6)
- La zarpa (6)
Algo especiales, no de miedo:
- El cohete (5)
- El televisor (5)
- El trasplante (5)
- La espera (5)
Por otro lado, hay unas cuantas, en mi opinión, muy flojas:
- El muñeco
- El regreso
- El vidente
- La bodega
- La broma
- La cabaña
- La casa
- La mano
- La pesadilla
Hay un capítulo que no es de terror, pero pese a que tuvo y tiene buenas críticas, tampoco me gusta:
- El asfalto
Eso sí, para la época, en general me parece una serie más que digna.
Sumados todos los capítulos mi puntuación de la serie sería un 4, pero globalmente, entresacando los nueve episodios que más me gustan, le pondría un 6.
Nota:
“El caso del Señor Valdemar” (1982), de E.A. Poe, es un remake de “El pacto”(1966), la sexta entrega de “Historias para no dormir”; ambas están bastante conseguidas. En 1960, en la película “Obras maestras del terror” (Argentina) es una de las tres historias que la componen. Las tres están también muy conseguidas. Otra de las tres es “El barril de amontillado”, título original de Poe, con Narciso Ibáñez Menta, titulada en esta serie como “El tonel”. En mi opinión la versión argentina es superior a la de esta serie.
“El trapero” (1982) también es remake de otra película realizada por I.Serrador en Argentina (1974)
26 de mayo de 2019
26 de mayo de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recordaba vagamente, desde muy niño, y no sé por qué, la imágen en televisión de un hombre caminando de noche por una calle gris, solitaria y empedrada, y en medio plano el paraguas y la parte inferior del hombre sigiloso con gabardina. No recordaba más, y resultó ser esta historia contada en nueve capítulos.
Está basada en la novela del escritor y actor belga Fernand Crommenlynch “Monsieur Larose est-il l’assassin?”. Ibáñez Menta ya la había adaptado para la tv argentina en 1961.
Tiene un punto de ingenua y sobreactuada, incluso para la época, haciéndose excesivamente presente su planteamiento teatral y escasez de medios, aunque aun así, no le falta cierto encanto.
Nota:
Algún chiste, o diálogo, como quien no quiere la cosa, muy bueno.
Algunos secundarios muy bien, otros mal. Narciso Ibáñez Menta genial, como siempre.
Daría para hacer un remake de ella, sería una interesante película.
Está basada en la novela del escritor y actor belga Fernand Crommenlynch “Monsieur Larose est-il l’assassin?”. Ibáñez Menta ya la había adaptado para la tv argentina en 1961.
Tiene un punto de ingenua y sobreactuada, incluso para la época, haciéndose excesivamente presente su planteamiento teatral y escasez de medios, aunque aun así, no le falta cierto encanto.
Nota:
Algún chiste, o diálogo, como quien no quiere la cosa, muy bueno.
Algunos secundarios muy bien, otros mal. Narciso Ibáñez Menta genial, como siempre.
Daría para hacer un remake de ella, sería una interesante película.
10
14 de marzo de 2019
14 de marzo de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he visto nada igual. No hay forma de describir este viaje a lo mas profundo del universo. Y en el universo está todo. Y su génesis.
No son fotos, no es un documental,
no es ciencia, no es una película,
no es una biografía, no es historia,
no es filosofía...
Es luz, es oscuridad, es un canto a la esperanza, que no sé por qué, trae a la memoria los versos de Jaime Dávalos:
“Vengo del ronco tambor de la luna
en la memoria del puro animal,
soy una astilla de tierra que vuelve
hacia la oscura raíz mineral...
Vengo de adentro del hombre dormido
bajo la tierra gredosa y carnal,
rama de sangre, florezco en el vino
y el amor bárbaro del carnaval.”
Imprescindible.
No son fotos, no es un documental,
no es ciencia, no es una película,
no es una biografía, no es historia,
no es filosofía...
Es luz, es oscuridad, es un canto a la esperanza, que no sé por qué, trae a la memoria los versos de Jaime Dávalos:
“Vengo del ronco tambor de la luna
en la memoria del puro animal,
soy una astilla de tierra que vuelve
hacia la oscura raíz mineral...
Vengo de adentro del hombre dormido
bajo la tierra gredosa y carnal,
rama de sangre, florezco en el vino
y el amor bárbaro del carnaval.”
Imprescindible.
7
10 de enero de 2019
10 de enero de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me pareció una buena serie, con mucha personalidad.
También siempre me he preguntado una cosilla:
De sus 70 capítulos, todos y cada uno tienen por culpable (o culpables) y principal sospechoso a la primera persona que se encuentra al llegar al escenario en cuestión. Y creo que todos, absolutamente todos, están directamente relacionados con el asesino.
Sabemos que en la vida real un alto porcentaje es así, pero una cosa es una cosa y otra un paraguas. Colombo no se encuentra con ni un solo asesinato que, por ejemplo, lo haya cometido uno que pasaba por allí, o un ladrón ajeno a la víctima, o mil opciones distintas que se podrían dar.
Qué se le va a hacer, misterios de la Santísima Trinidad.
No obstante, ese detalle no hace a la serie menos entretenida, y al menos no le pasa lo que a la agorera de la Jessica Fletcher y su serie, mal llamada “Se ha escrito un crimen”, porque se debería llamar “Cuando llegue la señorita Fletcher ocurrirá un crimen, o dos”, según me han contado, pues yo no he tenido el gusto de ver ningún capítulo.
Y como curiosidad, decir algo ya conocido:
Peter Falk (Danny Colombo, según capítulo “Étude in black”), que no era de descendencia italiana sino de Europa del Este, perdió un ojo en su infancia por un cáncer, algo que le hacía tener la dificultad normal de esa pérdida lateral de visión. Pues bien, en determinados rodajes de interior se usaba en la época la técnica de que el actor seguía el desarrollo de la escena fijándose discretamente en unas marcas o cintas que se ponían en el suelo para facilitar el trayecto de la cámara y que el actor no se moviera por sitios donde no llegara adecuadamente la iluminación o el sonido. A veces Colombo, por su defecto, perdía de vista esa señalización y hacía un poco el paripé rascándose la cabeza y mirando hacia abajo, como pensando, hasta que volvía a orientarse. Esto parece que le gustó y lo adoptó como gesto característico del personaje, hubiera necesidad o no.
Nota:
A partir de la 7ª temporada su calidad cae muchísimo, hasta el punto de poder considerar la serie solo de 1968 a 1978. (De 1ª a 7ª). Después, únicamente para incondicionales.
También siempre me he preguntado una cosilla:
De sus 70 capítulos, todos y cada uno tienen por culpable (o culpables) y principal sospechoso a la primera persona que se encuentra al llegar al escenario en cuestión. Y creo que todos, absolutamente todos, están directamente relacionados con el asesino.
Sabemos que en la vida real un alto porcentaje es así, pero una cosa es una cosa y otra un paraguas. Colombo no se encuentra con ni un solo asesinato que, por ejemplo, lo haya cometido uno que pasaba por allí, o un ladrón ajeno a la víctima, o mil opciones distintas que se podrían dar.
Qué se le va a hacer, misterios de la Santísima Trinidad.
No obstante, ese detalle no hace a la serie menos entretenida, y al menos no le pasa lo que a la agorera de la Jessica Fletcher y su serie, mal llamada “Se ha escrito un crimen”, porque se debería llamar “Cuando llegue la señorita Fletcher ocurrirá un crimen, o dos”, según me han contado, pues yo no he tenido el gusto de ver ningún capítulo.
Y como curiosidad, decir algo ya conocido:
Peter Falk (Danny Colombo, según capítulo “Étude in black”), que no era de descendencia italiana sino de Europa del Este, perdió un ojo en su infancia por un cáncer, algo que le hacía tener la dificultad normal de esa pérdida lateral de visión. Pues bien, en determinados rodajes de interior se usaba en la época la técnica de que el actor seguía el desarrollo de la escena fijándose discretamente en unas marcas o cintas que se ponían en el suelo para facilitar el trayecto de la cámara y que el actor no se moviera por sitios donde no llegara adecuadamente la iluminación o el sonido. A veces Colombo, por su defecto, perdía de vista esa señalización y hacía un poco el paripé rascándose la cabeza y mirando hacia abajo, como pensando, hasta que volvía a orientarse. Esto parece que le gustó y lo adoptó como gesto característico del personaje, hubiera necesidad o no.
Nota:
A partir de la 7ª temporada su calidad cae muchísimo, hasta el punto de poder considerar la serie solo de 1968 a 1978. (De 1ª a 7ª). Después, únicamente para incondicionales.
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