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4,1
7.134
5
2 de noviembre de 2013
2 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que viendo a Nicolas Cage con esa melena rubia en plan chico malo de la carretera, se nos despierta a todos la furia ciega, al ver a la explosiva Amber Heard poniéndose a la altura de su protagonista, en cuanto a acción y macarrismo se refiere. Y es que la sombra del motorista fantasma es alargada. Pues vemos a un Nicolas Cage, con ese aire entre chistoso y pendenciero, pero con menos llamas y mas armas de fuego, cambiando la moto flamígera por una colección de coches sacados del taller, para quemar ruedas, en pos de una secta satánica, para recuperar a su hija raptada por unos aprendices malos de la familia Manson.
La cinta nos regala una serie de escenas de humor macabro-sangriento, en una lucha extraña entre las fuerzas del mal y las del bien, con la aparición estelar del contable; seudónimo que entenderemos mas adelante, cuando veamos cual es la misión de ese misterioso personaje. Mientras tanto, la acción se concentra en un batiburrillo de explosiones, persecuciones de coches por carreteras vacías a lo Deathprof y un Nicolas Cage que se toma a coña eso de la muerte, para sumergirse en un festín de sangre y surrealismo cinematográfico, con la esperanza de intentar agradar al exigente público con el que siempre cuenta en cada una de sus películas.
Si te gustó la actitud macarrilla del motorista fantasma, puede que esta furia ciega despierte en tí un ciego furioso de placer y entretenimiento.
La cinta nos regala una serie de escenas de humor macabro-sangriento, en una lucha extraña entre las fuerzas del mal y las del bien, con la aparición estelar del contable; seudónimo que entenderemos mas adelante, cuando veamos cual es la misión de ese misterioso personaje. Mientras tanto, la acción se concentra en un batiburrillo de explosiones, persecuciones de coches por carreteras vacías a lo Deathprof y un Nicolas Cage que se toma a coña eso de la muerte, para sumergirse en un festín de sangre y surrealismo cinematográfico, con la esperanza de intentar agradar al exigente público con el que siempre cuenta en cada una de sus películas.
Si te gustó la actitud macarrilla del motorista fantasma, puede que esta furia ciega despierte en tí un ciego furioso de placer y entretenimiento.

5,6
7.180
5
2 de noviembre de 2013
2 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta última entrega, The Rock pisa el pedal del freno para hacer de padre coraje a la americana.
Por culpa de la inocencia de un adolescente que se ve envuelto en un caso de tráfico de drogas, resulta que dicho joven era el hijo de The Rock y debe evitar que su primogénito vaya a la cárcel por una larga temporada. De este modo, vemos a nuestro protagonista hacer de mensajero de un cárter de la droga, para que su hijo recupere la libertad, y para ello debe ponerse a las órdenes de la inflexible fiscal del condado, Susan Sarandon.
Aparentemente, la historia pinta bien, sin embargo, pierde fuelle con el paso de los minutos, ya que The rock nos tiene acostumbrados a darnos buenos chutes de acción. En esta ocasión, el actor se aventura mas en una trama dramática que frena, en parte, el desarrollo de la película. Y es que la verdad, esperaba ver al típico padre de familia, retirado del cuerpo de policía por problemas de comportamiento, que infiltrándose en una banda de narcos, se lía a tiros con todo el mundo, con persecuciones de coches, helicópteros que tiran misiles, explosiones de edificios, caos en la ciudad y una lucha final con el jefe de los traficantes de drogas para eregirse como el gran héroe de acción al que nos tiene acostumbrados, en otras entregas como el Rey Escorpión, etc.
Sin embargo, hay que tomárselo con calma, que el bueno de Dwayne está divorciado y casado felizmente por segunda vez con una hijita adorable, y es que el padre de familia pisa el pedal del freno para hacer de un padre coraje moderado y sin muchos sobresaltos para no perturbar su vida familiar.
Película para pasar el rato, sin aburrirse demasiado.
Por culpa de la inocencia de un adolescente que se ve envuelto en un caso de tráfico de drogas, resulta que dicho joven era el hijo de The Rock y debe evitar que su primogénito vaya a la cárcel por una larga temporada. De este modo, vemos a nuestro protagonista hacer de mensajero de un cárter de la droga, para que su hijo recupere la libertad, y para ello debe ponerse a las órdenes de la inflexible fiscal del condado, Susan Sarandon.
Aparentemente, la historia pinta bien, sin embargo, pierde fuelle con el paso de los minutos, ya que The rock nos tiene acostumbrados a darnos buenos chutes de acción. En esta ocasión, el actor se aventura mas en una trama dramática que frena, en parte, el desarrollo de la película. Y es que la verdad, esperaba ver al típico padre de familia, retirado del cuerpo de policía por problemas de comportamiento, que infiltrándose en una banda de narcos, se lía a tiros con todo el mundo, con persecuciones de coches, helicópteros que tiran misiles, explosiones de edificios, caos en la ciudad y una lucha final con el jefe de los traficantes de drogas para eregirse como el gran héroe de acción al que nos tiene acostumbrados, en otras entregas como el Rey Escorpión, etc.
Sin embargo, hay que tomárselo con calma, que el bueno de Dwayne está divorciado y casado felizmente por segunda vez con una hijita adorable, y es que el padre de familia pisa el pedal del freno para hacer de un padre coraje moderado y sin muchos sobresaltos para no perturbar su vida familiar.
Película para pasar el rato, sin aburrirse demasiado.

5,2
18.691
6
1 de noviembre de 2013
1 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Memorias de un zombie adolescente es una cinta influenciada claramente por el fenómeno Crepúsculo.
Desde su aparición en el género adolescente, en el año 2008, el cine de terror dejó en parte, de ser tan angustioso, para conciliar al monstruo y a la víctima en una mas que dudosa aventura amorosa, a favor de la comercialidad taquillera y la sensiblería adolescente.
Atrás quedaron los sufridos adolescentes de películas ochenteras, corriendo como almas que lleva el diablo, lejos del psicópata de turno, dándoles caza con el hacha, el cuchillo jamonero, el martillo o la motosierra de ruido incesante, bajo la oscuridad fantasmal de una noche de luna llena,
Si siguiéramos la estela de Crepúsculo, ¿alguien se imaginaría hace unas cuantas décadas a Leather Face manteniendo un romance idílico con una de sus jóvenes víctimas femeninas, dejando a un lado la ruidosa motosierra para colocarle amorosamente una flor en el pelo?, ¿no, verdad?, resultaría chocante. O sino que le pregunten a Anne Rice; la creadora de las Crónicas Vampíricas ¿cómo vería a su querido Lestat haciendo de enamorado adolescente, que pierde todas sus dotes vampíricas por la chica de turno del instituto?. Está claro, que cierto sector del cine de terror se ha ido diluyendo entre el absurdo romanticismo adolescente puesto de moda en el siglo XXI.
En Memorias de un zombie adolescente, vemos como R, (Nicholas Hoult), que vendría a ser como el vampiro adolescente de Crepúculo se enamora de la rubia (Teresa Palmer) haciendo un guiño descarado a la saga mencionada. Sin embargo, la historia, lejos de ser excesivamente pastelosa, mezcla también escenas de zombis en un futuro post-apocalíptico a lo George A. Romero.
Lo novedoso de esta historia es ver como el zombi adolescente protagonista, es consciente de no haber perdido toda su humanidad, para aferrarse a la vida humana que una vez tuvo, gracias al extraviado sentimiento amoroso de su inerte corazón. De ese modo, la película va poco a poco diluyendo el género zombi para abrazar el romanticismo y salvando así el alma del cadáver andante. Y es que ya lo dice el refrán: Haz el amor y no la guerra. En esta película, ese dicho se cumple.
Desde su aparición en el género adolescente, en el año 2008, el cine de terror dejó en parte, de ser tan angustioso, para conciliar al monstruo y a la víctima en una mas que dudosa aventura amorosa, a favor de la comercialidad taquillera y la sensiblería adolescente.
Atrás quedaron los sufridos adolescentes de películas ochenteras, corriendo como almas que lleva el diablo, lejos del psicópata de turno, dándoles caza con el hacha, el cuchillo jamonero, el martillo o la motosierra de ruido incesante, bajo la oscuridad fantasmal de una noche de luna llena,
Si siguiéramos la estela de Crepúsculo, ¿alguien se imaginaría hace unas cuantas décadas a Leather Face manteniendo un romance idílico con una de sus jóvenes víctimas femeninas, dejando a un lado la ruidosa motosierra para colocarle amorosamente una flor en el pelo?, ¿no, verdad?, resultaría chocante. O sino que le pregunten a Anne Rice; la creadora de las Crónicas Vampíricas ¿cómo vería a su querido Lestat haciendo de enamorado adolescente, que pierde todas sus dotes vampíricas por la chica de turno del instituto?. Está claro, que cierto sector del cine de terror se ha ido diluyendo entre el absurdo romanticismo adolescente puesto de moda en el siglo XXI.
En Memorias de un zombie adolescente, vemos como R, (Nicholas Hoult), que vendría a ser como el vampiro adolescente de Crepúculo se enamora de la rubia (Teresa Palmer) haciendo un guiño descarado a la saga mencionada. Sin embargo, la historia, lejos de ser excesivamente pastelosa, mezcla también escenas de zombis en un futuro post-apocalíptico a lo George A. Romero.
Lo novedoso de esta historia es ver como el zombi adolescente protagonista, es consciente de no haber perdido toda su humanidad, para aferrarse a la vida humana que una vez tuvo, gracias al extraviado sentimiento amoroso de su inerte corazón. De ese modo, la película va poco a poco diluyendo el género zombi para abrazar el romanticismo y salvando así el alma del cadáver andante. Y es que ya lo dice el refrán: Haz el amor y no la guerra. En esta película, ese dicho se cumple.
23 de octubre de 2013
23 de octubre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Encuentros Paranormales" es la historia de un grupo de jóvenes que dirigen un programa de caza-fantasmas de bajo presupuesto. Ilusionados con su nueva aventura sobrenatural, viajan hasta un antiguo manicomio abandonado, donde esperan pasar una noche entera encerrados en ese lugar, para grabar los fenómenos paranormales que allí se puedan dar.
Pronto la excitante aventura sobrenatural adolescente; (bien podría ser la típica historia de un grupo de jóvenes que van una noche a un cementerio a ver si ven paseando a un muerto), se transforma en una serie de fenómenos inexplicables impactantes, grabados en primera persona.
Lo paradójico de esta historia es ver como de repente, los intrépidos aventureros de lo sobrenatural se mean en los pantalones, ante la serie de fenómenos extraños que se suceden, y es que la película pronto deja de jugar de lleno con lo sobrenatural para adentrarse en el terreno del género slasher, desembocando en un final inquietante.
Sin duda, una película que gustando mas o menos, no pasará desapercibida para ningún aficionado a lo sobrenatural.
Pronto la excitante aventura sobrenatural adolescente; (bien podría ser la típica historia de un grupo de jóvenes que van una noche a un cementerio a ver si ven paseando a un muerto), se transforma en una serie de fenómenos inexplicables impactantes, grabados en primera persona.
Lo paradójico de esta historia es ver como de repente, los intrépidos aventureros de lo sobrenatural se mean en los pantalones, ante la serie de fenómenos extraños que se suceden, y es que la película pronto deja de jugar de lleno con lo sobrenatural para adentrarse en el terreno del género slasher, desembocando en un final inquietante.
Sin duda, una película que gustando mas o menos, no pasará desapercibida para ningún aficionado a lo sobrenatural.

5,5
33.601
7
23 de septiembre de 2013
23 de septiembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente comedia que trata sobre un tema un tanto chocante. La pregunta que nos plantean en esta película es; ¿se puede ser virgen a los 40?. Según su director Judd Apatow parece ser que sí.
Lo cierto es que por la aburrida vida que lleva Andy Stitzer (Steve Carell), que colecciona desde niño muñecos de películas, se pasa horas jugando a la video-consola en su mega sillón de videojuegos o no se pierde ni un sólo capítulo de "Supervivientes"; su serie nocturna favorita, hace que la atípica vida de este friki cuarentón resulte interesante de observar.
Sin duda, el mayor problema que tiene Andy es que aún no se ha estrenado con ninguna mujer. Tampoco estimula su carente apetito sexual viendo películas porno, ni auto-aliviándose mediante la antigua costumbre de darle al manubrio o la zambomba. Prefiere centrar su atención en otras cosas como pasarse tres horas haciéndose un gran sandwich que luego no se va a comer.
Por su aspecto tímido, su falta de vida social y su retraimiento hacia el sexo opuesto, sus compañeros del trabajo lo consideran desde friki a asesino en serie, pero nunca se podrían imaginar que el callado de Andy podría ser virgen.
Cuando se enteran de su chocante situación, procuran hacer todo lo posible para que pierda la virginidad cuanto antes, pero va a costar sacarle de ese estado crónico de abstinencia, puesto que las situaciones cómicas que se producen harán arrancarte mas de una carcajada. Ese es el punto fuerte de esta comedia, llena de un humor refrescante y espontáneo, alejado del humor vomitivo y casposo de la parodia que hicieron de esta película titulada: "Virgen y culpable a los 41".
Lo cierto es que por la aburrida vida que lleva Andy Stitzer (Steve Carell), que colecciona desde niño muñecos de películas, se pasa horas jugando a la video-consola en su mega sillón de videojuegos o no se pierde ni un sólo capítulo de "Supervivientes"; su serie nocturna favorita, hace que la atípica vida de este friki cuarentón resulte interesante de observar.
Sin duda, el mayor problema que tiene Andy es que aún no se ha estrenado con ninguna mujer. Tampoco estimula su carente apetito sexual viendo películas porno, ni auto-aliviándose mediante la antigua costumbre de darle al manubrio o la zambomba. Prefiere centrar su atención en otras cosas como pasarse tres horas haciéndose un gran sandwich que luego no se va a comer.
Por su aspecto tímido, su falta de vida social y su retraimiento hacia el sexo opuesto, sus compañeros del trabajo lo consideran desde friki a asesino en serie, pero nunca se podrían imaginar que el callado de Andy podría ser virgen.
Cuando se enteran de su chocante situación, procuran hacer todo lo posible para que pierda la virginidad cuanto antes, pero va a costar sacarle de ese estado crónico de abstinencia, puesto que las situaciones cómicas que se producen harán arrancarte mas de una carcajada. Ese es el punto fuerte de esta comedia, llena de un humor refrescante y espontáneo, alejado del humor vomitivo y casposo de la parodia que hicieron de esta película titulada: "Virgen y culpable a los 41".
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