Una muy mediocre comedia, a mayor gloria del histriónico Carrey, aquí completamente desatado. Totalmente olvidable y prescindible, contiene algún que otro "gag" destacable, pero, en términos generales, no merece la pena perder el tiempo con ella.

Sólo para muy fanáticos del actor protagonista.

Primera incursión del director mexicano en nuestra guerra civil, nos encontramos con un filme fantástico bastante digno, tanto en factura técnica como en interpretaciones, una fábula cruel sobre el compañerismo y la amistad, ambientada en un entorno hostil y despiadado que permite a del Toro llevar al límite algunas situaciones.

Contando con un gran elenco en el que los actores infantiles, salvo excepciones, se meriendan a sus colegas adultos, la película basa gran parte de su fuerza en un efectismo visual nada gratuito, y que va acompañado de un guión duro y descarnado. El director potencia el elemento sobrenatural en una historia que no necesitaba de apariciones fantasmales para funcionar, pero en la que no desentonan e incluso la dotan de un carácter poético en ciertos pasajes.

En resumen, un cuento violento e impactante, no exento de ternura, sobre la avaricia, la soledad, el amor y la amistad. Recomendable.

No nos engañemos; si vamos a ver una película de Tony Scott, sabemos a lo que nos exponemos: acción trepidante, explosiones sin cuento, venganzas y ajustes de cuentas, carreras, sudor, sangre, héroes planos, algún que otro personaje oscuro y el agridulce triunfo del Bien. Es decir, cine de entretenimiento para consumo masivo, que se ve y se olvida. ¿Para que quiere Tony un guión coherente, siempre que haya tiros, muertos y especialistas saltando por los aires? Si el protagonista sabe poner cara de palo, ¿para qué vamos a ahondar en su personalidad, si así lo único que conseguimos es liar a los palomiteros que van a ver sus pelis? Si el operador de cámara tiene el Parkinson, ¿para qué vamos a contratar uno sano, con lo bonito que son los movimientos espasmódicos? Sí, claro, está por ahí “Amor a quemarropa”, pero eso fue una raya en el agua; en realidad, él no quería, le obligaron. Ridley, que es un abusón…

Es lo que hay, y Tony nunca miente ni defrauda (no como su hermano, ya que estamos…)

Pedantería filmada, el director y guionista, intentando ser original (y eso lo consigue, oye, pero ¿para qué?), se crea una especie de mundo para lelos, con una ambientación que ya quisiera para sí Jack, el Destripador, unos vampiros que harían bastante buen papel en el Cirque du Soleil, una enfermedad mortal rondando por ahí y la consabida historia de amor. El resultado no hay quien se lo trague.

No es por nada, pero me parece que nos han endilgado el piloto de una serie que no ha funcionado y han decidido recuperar parte de lo invertido estrenándola en cine. Si no es así, tiene toda la pinta…

Me gustan las películas de viajes en el tiempo, ¿qué le voy a hacer? Sí, aunque en el fondo no sean más que una excusa para vender palomitas. Aunque el argumento no se tenga en pie (se entra en su juego y ya está, que esto es cine de evasión). Aunque eso de viajar al pasado y matar a tu abuelo cuando era niño ya estaba más que visto cuando Fredric Brown aún no había nacido. Aunque se olvide en cuanto termina uno de verla. ¡Ah, las paradojas, los cambios que provocan tus acciones en el futuro...!

Sí, sí, lo que quieran, que no hay quien se la trague, pero es que me gustan las películas de viaje en el tiempo, ¿qué le voy a hacer?