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Críticas ordenadas por utilidad
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6,6
4.861
7
12 de noviembre de 2006
12 de noviembre de 2006
69 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está muy bien esta película, sobre todo por el personaje de Coronado (bueno, no tanto por el personaje como por él, que interpreta con una convicción, contención y misterio asombrosos, yo nunca le he visto mejor, ni siquiera en los anuncios del bífidus ese que tan bien le sienta). Los personajes tienden a ser de una pieza (el camionero dicharachero y ludópata, la fiel esposa insatisfecha que todo lo sufre, la amiga salida, la niñera en plena edad del pavo, el agente del Círculo de Lectores enamorado en silencio del ama de casa, el niño encantador, la tabernera envidiosa y amargada) pero la convicción con la que los actores los interpretan hace que uno tenga la sensación de que es una película casi social cuando en realidad no se parece tanto a la vida como al cine (esos personajes misteriosos, esas timbas, esos diálogos... todo es cine, cine, cine; afortunadamente, cine del bueno).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un par de escenitas me parecieron ridículas y peliculeras, la del afeitado y el baño final en una charca que debía de ser el Mar de Galilea, con la cuñada caminando sobre las aguas. La primera escena es un desliz del guionista que quiso crear una escena seudopoética, seudorromántica, seudoerótica o algo así, pero el resultado es un churro; la de la laguna parece una visión de Paolo Coelho (algo explicable en vista de los libros que compraba la señora al del Círculo; si en vez de tanto best-seller hubiera leído a Dostoievsky la película habría sido muy distinta, seguro: no me imagino yo a Raskolnikov pidiendo a Sonia que le afeite "para tener un recuerdo" y mucho a menos a ésta caminando sobre el Neva).
6
20 de octubre de 2007
20 de octubre de 2007
62 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elegantísima y muy glamurosa película, como corresponde a una obra firmada por Mankiewicz (la primera que hizo el muchacho). Muy aconsejable para ver con la abuela para que alabe lo guapa que era Gene Tierney y añore ese cine en blanco y negro de polisones, valses, servidumbre negra, chaquetas entalladas con faldones y mansiones con escalera y ama de llaves resabiada. Eso sí, el guión es una catástrofe y hace aguas por todas partes. Una de dos, o la mitad de los actores se murieron en mitad del rodaje y Mankiewicz siguió con la historia arrancando sus páginas del guión y silbando para disimular, o el montador se volvió loco con las tijeras y dejó la peli más rapada que a un quinto y completamente desfigurada, con un argumento errático.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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En la novela "El talento de los demás" de Alberto Olmos hay un personaje que quiere rodar un corto titulado "Una historia del cine en siete minutos y medio". Bueno, pues en “Dragonwyck” Mankiewicz hace lo mismo en hora y media: se ve que no sabía muy bien a qué género pertenecía la historia que quería contar así que la rodó en todos los estilos posibles: a ratos parece Dreyer, otros William Wyler, otros Orson Welles (se ven mucho las vigas del techo), luego James Whale y sólo a veces Mankiewicz. La historia nunca acaba de entrar en agujas y oscila (sin llegar a detenerse en ningún sitio) entre:
1. el drama romántico de mujeres enamoradas que podrían recitar aquello de "triunfante quiero ver al que me mata, y mato a quien me quiere ver triunfante".
2. las historias de terror (claro, tiene a Vincent Price) con sus torreones, relámpagos, niña paliducha que oye a fantasmas, retrato en el salón de una antepasada suicida, campesinos temerosos y soliviantados, etcétera;
3. el friso histórico de exaltación de los valores americanos (la religiosidad, el esfuerzo, la honradez de sus campesinos, la igualdad frente al feudalismo y la frivolidad de origen europeo)
4. lo que se quiera, porque cuando V. Price anuncia que es un drogadicto yo ya me esperaba un giro hacia lo "Trainspotting" (avant la lettre).
La película no cuaja en ningún género, hay personajes que se esfuman a mitad de la metraje (la niña, el ama de llaves) y el resto salvan los trastos a fuerza de glamour, presencia escénica y una cuidadísima fotografía.
1. el drama romántico de mujeres enamoradas que podrían recitar aquello de "triunfante quiero ver al que me mata, y mato a quien me quiere ver triunfante".
2. las historias de terror (claro, tiene a Vincent Price) con sus torreones, relámpagos, niña paliducha que oye a fantasmas, retrato en el salón de una antepasada suicida, campesinos temerosos y soliviantados, etcétera;
3. el friso histórico de exaltación de los valores americanos (la religiosidad, el esfuerzo, la honradez de sus campesinos, la igualdad frente al feudalismo y la frivolidad de origen europeo)
4. lo que se quiera, porque cuando V. Price anuncia que es un drogadicto yo ya me esperaba un giro hacia lo "Trainspotting" (avant la lettre).
La película no cuaja en ningún género, hay personajes que se esfuman a mitad de la metraje (la niña, el ama de llaves) y el resto salvan los trastos a fuerza de glamour, presencia escénica y una cuidadísima fotografía.
15 de enero de 2006
15 de enero de 2006
57 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Retrato minucioso de la psicología del rey y de su progresiva decadencia, es una película desmesurada (cuatro horas), elegantísima, rodada con una belleza y una sensación de realidad que, a diferencia de casi cualquier folletón histórico, uno puede sentir que se está asomando realmente a la corte bávara y no a una recreación moderna de bigotes postizos, trajes de guardarropía y pelucones de ópera. La sensación de verdad es tan grande y los actores encarnan a sus personajes de forma tan convincente que, seguramente, nos decepcionaría comprobar que Luis II no tenía los andares de Berger, Wagner los gestos de Howard, Cósima la elegancia de la Mangano (en esta película se entiende por qué hay gente que la considera la mujer más hermosa del cine italiano) o Isabel de Austria la seducción de Schneider. Estoy seguro de que mejoran a los originales y que estos, desde el Más Allá, desearían borrar la Historia y suplantar su paso en el mundo por estos rollos de celuloide.

5,4
28.047
4
11 de abril de 2009
11 de abril de 2009
95 de 139 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como esto va de profecías, yo también suelto la mía: Proyas en el futuro merecerá la misma consideración que hoy tenemos de Roger Corman o de Terence Fisher, esto es, estará dentro de ese grupito de directores de género cuyas destartaladas y a menudo mediocres películas contienen sin embargo un tono personal indiscutible y algunos destellos de genialidad que, para algunos aficionados muy motivados, compensan los convencionalismos y defectos generales de sus obras. La obra maestra de Proyas será «Dark City» y todas las demás películas estarán varios escalones por debajo. En uno de los rellanos más bajos (pero no por ello carente de interés) encontraremos esta «Knowing», cuyo arranque es muy sugerente: una escuela celebra el día de su inauguración oficial enterrando una urna con dibujos en los que los escolares imaginan cómo será el mundo cincuenta años después, fecha en la que sus sucesores en las aulas abrirán de nuevo la urna. El apacible mundo de finales de los cincuenta está muy bien recreado, con una punta de ironía muy graciosa (esa maestra digna y repeinada, la ceremonia con banderas al viento y música de Holst tocada por una banda), y también está muy lograda la atmósfera inicial de expectativa y misterio. Luego llegamos al futuro (nuestro presente) y ahí aparece Nicholas Cage en su papel de padre borrachín y en crisis existencial por su viudez y ya todo en la peli se tuerce, y no por Cage precisamente (ningún actor del mundo podría haber dado verosimilitud a su papel, y esto lo dice alguien que juró no volver a ver una película donde apareciera Cage, quien –por cierto– tiene aquí un sorprendente parecido a Claudio Abbado, reforzado además por la música beethoveniana que suena de fondo un par de veces). Bueno, a lo que iba: a partir del minuto dos o así, la película pincha y, como un globo loco, va dando bandazos hasta que se queda sin presión y cae. «Knowing» tiene un guión desastroso que intenta conciliar varios géneros, todos muy caros al gran público norteamericano: la exaltación de la familia tradicional, el cine de catástrofes, el de terror y el de ciencia-ficción. La psicología de los personajes es inconsistente y sus relaciones (las paterno-filiales, las fraternales, las amistosas, las docentes –las escenas de divulgación científica son de sonrojo, por ejemplo–) están presentadas de la forma más inverosímil, falsa y convencional (esto es, con arreglo a las convenciones del peor cine comercial americano). Proyas sabe crear atmósferas, pero caracteriza a los personajes de una forma sonrojante. Su efectismo es tan connatural a su estilo que no sé si reprochárselo o elogiarlo, porque son los momentos efectistas (normalmente en forma de sustitos y catástrofes) los que apuntalan la ruina narrativa de la película. Sin ellos, «Knowing» sería un campo de ruinas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Aparte de todo, me interesa descubrir en esta película algo que ya llevo viendo en muchas otras obras estadounidenses: no sólo el reflejo de su convicción –o intuición– de que el cambio de su sensibilidad hacia lo religioso. Estados Unidos ha dejado de creer en Dios o, al menos, su religiosidad no tiene nada que ver con la de hace algunos años. Ahora la Biblia no es más que un baúl extravagante de profecías y supersticiones varias, no una guía moral ni un depósito infalible de certidumbre. Ha desaparecido la fe inquebrantable en la protección divina a América, el providencialismo optimista y patriota norteamericano (de hecho, aquí Dios no sólo no bendice América sino que la arrasa por completo). Ya no son el pueblo elegido, Dios no está de su parte, y ven signos de su acabamiento en todo: en el cambio climático, el terrorismo internacional, los accidentes aéreos, la crisis de la familia tradicional (¿cuántas películas tienen como foco una familia monoparental?; las que yo veo en los autobuses, casi todas).
En resumen: nuestra sociedad –según los guionistas de Hollywood– está en profunda decadencia, Dios no existe, la Biblia se equivoca y el planeta tiene las horas contadas.
Sólo nos queda confiar en los extraterrestres.
En resumen: nuestra sociedad –según los guionistas de Hollywood– está en profunda decadencia, Dios no existe, la Biblia se equivoca y el planeta tiene las horas contadas.
Sólo nos queda confiar en los extraterrestres.

6,7
3.038
8
4 de febrero de 2007
4 de febrero de 2007
57 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kaurismäki vuelve por sus fueros y, una vez más, la arma: una película sobre la infelicidad y la incomunicación, una historia tristísima de personas incapaces de expresar sus sentimientos, que se mueven en un mundo urbano desolador, feo, frustrante a más no poder. Kaurismäki es una especie de Bresson con sorna (1), posee un humor muy particular, soterrado, que circula bajo la historia oculto como una cloaca, y es fiel a su estilo lleno de silencios, de miradas huidizas. La retórica del cine de Kaurismäki tiene algo muy intenso y puro: no busca el naturalismo, en ningún momento nos oculta que estamos viendo una actuación, pero consigue con ello una sensación de verdad que cualquier otra retórica al uso raramente consigue (por ejemplo, la del cine norteamericano, que asumimos como realista sin serlo, por no hablar del español). En fin, "Luces al atardecer" es una película de Kaurismäki y con eso está dicho todo para quien conozca su obra: cine de una sencillez casi franciscana y cine de altísima calidad que (particularmente) me parece divertidísimo y conmovedor, aunque entiendo también que no guste a todo el mundo (y esto no supone ningún desprecio hacia la sensibilidad de los espectadores que no compartan estos gustos porque reconozco que Kurismäki es un poco especial). Para los que amamos su cine, su presencia en las carteleras españolas es oxígeno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1. Esa femme fatale que pasa la aspiradora mientras los hombres juegan a las cartas, ese concierto de rock, esos bares, esos camareros, ese puesto de salchichas en un descampado...
2. Las autoridades turísticas finlandesas deberían pagar a Kaurismäki para que se vaya a rodar a otro sitio (qué sé yo, a Marbella, por ejemplo) porque no creo que a nadie le queden ganas de viajar a Finlandia ni de conocer a un finlandés después de ver su cine (al lado del Helsinki que retrata en sus películas hasta Burgos parece una ciudad amable y chistosa).
3. La película no es nada aconsejable para los que estén dejando de fumar, porque aquí encienden cigarrillos en todas partes (hasta dentro del cine) y fuman hasta las guitarras eléctricas.
2. Las autoridades turísticas finlandesas deberían pagar a Kaurismäki para que se vaya a rodar a otro sitio (qué sé yo, a Marbella, por ejemplo) porque no creo que a nadie le queden ganas de viajar a Finlandia ni de conocer a un finlandés después de ver su cine (al lado del Helsinki que retrata en sus películas hasta Burgos parece una ciudad amable y chistosa).
3. La película no es nada aconsejable para los que estén dejando de fumar, porque aquí encienden cigarrillos en todas partes (hasta dentro del cine) y fuman hasta las guitarras eléctricas.
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