He puntuado con un 7 (Buena) a esta película no porque me haya gustado, sino porque creo que ha conseguido lo que pretende: hacerte sentir mal y asqueado. El film, en sí mismo, me ha resultado desagradable, lento, molesto y retorcido, pero no tengo duda que eso es, precisamente, lo que pretende su director y sus guionistas (uno de ellos, el propio director): sumergirte al lento descenso hacia infierno de su protagonista. Si me limitará a puntuar un film por lo que me ha gustado personalmente, dejaría la nota en un 4 (Regular), pero no me cabe duda que más allá de esto, el film cuenta una historia interesante sobre la fragilidad de la mente humana ante la presión y el estrés, tiene una buena fotografía, y sabe hacer un buen estudio de lo desagradable, tanto en lo que se refiere a la vida de la protagonista, como al cortometraje de stop motion que está construyendo. En general, durante su visionado he visto varias similitudes con la película "Cisne negro" (Black Swan) dirigida por Darren Aronofsky.