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Críticas 65
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
28 de septiembre de 2007
49 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acostumbrados como estamos los espectadores a visionar películas de mensaje fácil, en las cuales los buenos son buenísimos y los malos malísimos, o películas simples y aptas para los encefalogramas planos de un elevado porcentaje de la audiencia, resulta sorprendente encontrar cintas como la presente, que se arriesgan y se tambalean en un delgado filo para mostrar esa parte de nosotros mismos que tanto miedo nos da aceptar, e incluso mostrar.

El gran valor de “La extraña que hay en ti” (auténtica aberración de traducción del título original, que sería algo así como “La valiente”), es lo arriesgado de su guión, así como su prodigiosa capacidad para envolver al espectador en una telaraña emocional con el único fin de conducirlo a un clímax final perfectamente medido y estudiado y de (tal vez haciendo honor al título) valiente resolución.

La estupenda y desgarrada interpretación de Foster consigue trasmitir la lenta y profunda mutación sufrida por una mujer sometida a la poderosa amenaza del miedo irracional, y cómo ese deterioro va despedazando los valores morales y trasformando al individuo en algo más cercano a un animal que un ser humano. Esa progresiva destrucción se acompaña de una carga emocional proyectada a través de la visión del personaje del policía, que asiste al proceso sin conocer las causas reales, pero involucrándose de forma evidente en la cuestión (puramente emocional), y sin dudar ni un momento en ofrecer su apoyo a la protagonista.

Jordan dirige el filme con un pulso férreo y sin fisuras que atenaza al espectador y le hace partícipe del sorprendente placer que proporciona la venganza. Un placer amoral pero absolutamente inevitable ante un proceso tan evidente de deterioro emocional. Y lo arriesgado del filme es mantener ese pulso con maestría hasta el asombroso final, donde, en equilibrio en el filo de la navaja entro lo justo y lo injusto, lo moral y lo amoral, lo obvio y lo sorprendente, el espectador descubre con pavor que el dilema dejó de ser moral hace tiempo, y se convirtió en puramente emocional.

El filme no justifica nada, ésa sería una visión simplista del asunto. Lo incorrecto sigue siendo evidente ante nuestros ojos. Lo pavoroso es con cuánta fragilidad se desmorona nuestra humanidad en las situaciones límite. Debemos creer en el sistema y en la justicia si queremos vivir en sociedad, pero, en nuestro interior, el derecho natural a la venganza –que nos es prohibido por nuestra necesidad de convivencia y nuestra concienciación como seres civilizados– siempre acecha, como un lobo agazapado. Porque aunque nuestro intelecto y nuestra ética nos impulsen –o al menos deberían impulsarnos siempre– a hacer lo correcto (hecho loable que nos convierte en animales racionales), como seres humanos, nuestra parte animal sigue ahí, en lo más profundo. Y a veces sale… Y no sabe de moral, ni de justicia, ni de paciencia… y es incontrolable.

Completamente incontrolable.
9 de mayo de 2009
27 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que a cualquiera que desconozca el personalísimo y brutal universo literario de Clive Barker le costará comprender esta película, una de las mejores adaptaciones de su obra, debido a dos elementos difíciles de digerir para el público no aficionado al género de terror.

Por un lado, la brutalidad de sus imágenes (hacía tiempo que no veía tanta hemoglobina chorreando en una película), y por otro, su curioso final (que no desvelaré, por supuesto), pero que sorprende por lo poco habitual y arriesgado que es. No tanto por lo que ocurre en sí, sino por su trasfondo siniestro y mitológico.

El tren de la carne de medianoche (no sé a qué viene eso del Vagón de la Muerte, alguna estúpida ocurrencia del distribuidor, seguro) es una película inquietantemente bien dirigida y que consigue captar de forma muy efectiva el ambiente malsano del cuento en el que se basa. Los actores hacen un buen trabajo, y entre ellos destaca el oscuro Mahoany, carnicero del horror y auténtico eje argumental de la cinta. Menuda cara de bestia tiene el muchacho. A destacar también la buena dirección de Kitamura, quizás algo farragosa en alguna escena de acción, pero destacable en su conjunto.

La cinta sorprende también por su a ratos pausado ritmo narrativo, que describe la obsesiva búsqueda del personaje para fotografiar la esencia de su ciudad, elemento hábilmente tomado del cuento que permite a Kitamura una presentación de secuencias angustiosa y profundamente inquietantes.

En fin, un producto más que digno del género (y muy gore, aviso) que incomprensiblemente no llegó a los cines españoles y pasó directamente a dvd. Si estrenan Saw y sus secuelas, la truculencia de las imágenes de esta película no es excusa para no estrenarla en cines, o al menos eso creo yo.
24 de mayo de 2010
65 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Decepción? ¿estafa? ¿fraude? ¿comedura de tarro?
Yo creo que de todo un poco

Hace unos cuantos años yo publiqué en esta web una estupenda crítica sobre esta serie. Una serie que arrancó con ritmo, con capacidad de sorprender, con inventiva. Hoy, seis temporadas después, me he visto obligado a retirar esa crítica y sólo puedo reivindicar la muerte del mayor juego de fuegos artificiales de la historia de la TV.

"Perdidos" ha logrado que su última temporada (y sobre todo su episodio final) condene la serie al más espantosos de los ridículos. Porque quizás esa sea la palabra que mejor define el final: "ridículo". Y es así por una sencilla razón: APESTA A PROPAGANDA RELIGIOSA BARATA. Si bien es cierto que no es necesario que nos lo expliquen todo (tampoco se trata de eso), no se puede orquestar una serie basándose en misterios y cerrarla de una forma no solo más que discutible, sino completamente incongruente y cargada de un misticismo completamente ajeno al ritmo anterior, absolutamente alejado del tono aventurero y científico de la serie.

Si sentamos unas bases hay que respetarlas, porque si no no se juega limpio, y el espectador, como le ha pasado a los de medio planeta, se queda no solo frustrado, sino con la intensa sensación de que se le ha tratado como un imbécil. Orquestar un crucigrama de pistas enrevesado y lleno de vueltas de tuerca inesperadas sobre unos cimientos falsos es un completo desprestigio artístico. Y eso es "Perdidos".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Empezó siendo una renovación de la TV y acabó siendo un desfile de vulgaridades facilonas, poesía barata y de odas religiosas a dioses luminosos, a islas santas y a Jesucristos atontados que tejen tapices y ridículos demonios de humo negro. Esto no es serio, hombre. ¿Y los viajes temporales? ¿Y la constante? ¿y las salidas y entradas de la isla? Da igual, eso no importa.

¿Ese estupendo "cielo" final en el que aparecen todos los protagonistas, felices y contentos, esa defensa de la vida en el más allá qué nos quiere transmitir?, ¿qué quiere decir? ¿Que hemos de ser buenos y querernos a nosotros mismos?, ¿que debemos portarnos bien con los demás? ¿Que el dios luminoso de la isla ha de ser defendido porque es implacable con los malos y caritativo con los buenos? (Bueno, en eso sí se parece al dios cristiano, que menudo sinvergüenza pelagatos y reaccionario es el desgraciao) ¿Y Benedicto XVI por qué no tenía un papel de actor invitado? Hubiera quedado la mar de mono.

Bueno, lo de siempre, propaganda religiosa barata y ridícula embadurnada de almíbar. Como en misa pero disfrazado de efectos especiales y esas cosas. En serio, la mayor decepción de lo que va de siglo. Sed buenos, sí, pero no porque lo diga dios-isla, sino porque es lo éticamente recomendable y se vive mucho más a gusto y tranquilo (y si folláis un montón mejor que mejor, además así escandalizáis a muchos de los seguidores del ridículo dios ese del que hablan y se está de mejor humor, en serio), porque, por mucho que nos pese, cuando nos muramos nos vamos todos al hoyo, no hay nada más. Así que aprovechad esta vida y no perdáis el tiempo dejando que os mareen con tanta estupidez como encierra esta absurda serie.
9 de junio de 2008
29 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alien vs Predator 2 es una basura de proporciones épicas, un excremento cinematográfico tan rotundo que insulta sin piedad la mente de los espectadores. La película es una espectacular amalgama que reúne lo peor del cine actual mezclado con una ausencia de talento tan flagrante que casi raya lo obsceno. Ni siquiera un fan de ambas sagas (como me confieso) puede defender esta absoluta mierda de película.

Los personajes son tan estúpidos que uno ni siquiera desea que los maten, desea que ni hubieran existido. El guión no es malo, es simplemente una sucesión de clichés mal encadenados. Pero lo peor, sin duda alguna, es la puesta en escena, caótica de principio a fin.

En la película NO SE VE ABSOLUTAMENTE NADA. Todo transcurre de noche, en sitios sin luz, y nunca sabes que estás viendo, si a los humanos, al alien, al depredador, al predialien o la madre que los parió a todos (que se debió de quedar de un a gusto que no veas). La planificación de las luchas es tan nefasta que no se entiende nada; el montaje es convulso y atropellado, recargado de primeros planos en los que no se distingue nada. No sabes si es el guante del depredador, las rastas del predialien, los morros de los aliens normales o las bragas de la protagonista. No sabes a quién matan, quién sobrevive o quién huye, no sabes dónde van los personajes, adónde llegan, por dónde se mueven, ni comprendes que haces tú viendo esta película y perdiendo un precioso tiempo de tu vida que podrías dedicar a cualquier otro menester seguramente más productivo. No sabes qué pasa ni por qué, ni te importa, la verdad. Y para colmo, el supuesto final sorprendente es tan ridículo que a uno le dan ganas de llorar.

En fin, que esto se acabó, en serio. Yo fui de los pocos que defendió la primera parte, que, pese a ser una película irregular y llena de personajes patosos, contaba con momentos inquietantes e ideas medianamente aceptables (como la pirámide enterrada en el hielo), y en la que se podía ver perfectamente a los aliens y a los depredadores, en unas luchas rodadas con, al menos, un mínimo de coherencia y respeto por el espectador.

Los hermanitos Straus, que serán unos técnicos de efectos excelentes, nadie lo niega, han engendrado uno de los bodrios cinematográficos más sólidos de los últimos tiempos.

Infumable, incomprensible, mareante y sobre todo, muy muy ridícula.
23 de noviembre de 2011
26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo defendí la primera parte porque, aunque partía de una premisa repulsiva, jugaba mucho con la sugerencia y utilizaba los resortes del cine clásico de psicópatas para provocar el miedo (y también el asco a veces, por cierto). Era una película difícil, incómoda, un poco enferma incluso, pero medianamente digna como pieza del género de terror y con algunos valores cinematográficos.

Creo que Six ha necesitado gozar del beneplácito de ciertos sectores de la crítica especializada con respecto a la primera parte para afrontar esta segunda, la película que probablemente quería hacer desde un principio y no se atrevió. Y es que THC2 es, probablemente, una de las atrocidades más sádicas y truculentas que se han visto jamás en una pantalla; vamos, que deja las sagas de Hostel y Saw en pañales y convierte las dos partes de Nekromantik en películas infantiles.

No estoy demasiado seguro de si eso es algo positivo o bueno; es decir, si alcanzar estos niveles de enfermiza crueldad visual aporta algo al género. Está claro que si valoramos el cine por lo que hace sentir, esta película sin duda hace sentir muchas cosas, y probablemente hasta puede hacerte vomitar. ¿Pero eso justifica esta exhibición de atrocidades (un abrazo, querido Ballard)? Six no es un mal director, ojalá lo fuera, porque sería más fácil criticarlo; pero no lo es, y la maestría con la que ha dirigido al psicópata protagonista lo demuestra (realmente escalofriante, lo mejor, sin duda; por eso la voté con un 2 y no un 1). Pero ¿justifica esto la exhibición en primer plano de la más cruel e inimaginable de las torturas físicas?, ¿el recreamiento malsano en lo repulsivo y lo escatológico?, ¿hacer presenciar estas barbaridades al espectador? Desde mi punto de vista no. Yo, de hecho, no pude ver algunas escenas ni pienso verlas jamás. Y eso que se vio obligado a cortarle 3 minutos para su estreno. Ni quiero imaginarme cómo serán.

Por supuesto, todo está sujeto a opinión, porque supongo que habrá gente que realmente "disfrutará" viendo esto. No lo juzgo, de todo ha de haber en la vida y que cada cual disfrute con lo que quiera mientras no haga daño a nadie; pero pera mí la contemplación de la humillación y tortura de un grupo de seres humanos de una forma tan cruda, abominable y repulsiva (y, ojo, sobre todo tan explícita, que es lo que eludía la primera) solo me produce desazón, asco y una profunda turbación física e intelectual. Que me desagrada mucho, vamos, y que no me produce ningún placer ni me permite disfrutar de los otros posibles valores cinematográficos de la película, que los tiene, de ello estoy seguro.

Dice Six que la tercera dejará a esta como si fuera una película de Disney. Desafortunadamente yo no tendré oportunidad de comprobarlo. Por mi parte la línea está cruzada, y algo que no me divierte (ni siquiera a nivel intelectual) ya no merece mi atención. Creo que mi salud mental merece más la pena que seguir valorando a este complejo, perturbado y sádico director.
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