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Críticas ordenadas por utilidad
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7,6
7.803
5
14 de marzo de 2020
14 de marzo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un actual revisionado de Sacrificio no me cabe duda del pernicioso arte de las modas, costumbres o estilos que, como en todas las épocas, décadas o incluso lustros, dejan su pose como en el vino. Unas películas aguantan mejor la vejez que otras, y Sacrificio, aún siendo película de culto, para mi ha dejado de ser lo que en su momento fue. Ha perdido consistencia, y dónde antaño fueron maravillosas escenas cargadas de efusividad e incontinencias verbales con ímpetu filosófico y profundo, al revisionar las escenas me viene al recuerdo una ñoñería tan específica de la década ochentera que roza el ridículo por amaneramiento de drama... Debe ser a causa de estos convulsos tiempos.
Sacrificio se me ha hecho ahora casi insoportable, más lenta que antaño, como si ya estuviera harto de escuchar a personajes extraños que ahora veo indefinidos, volátiles y efímeros. Es como si se hubiera explotado un filón y una manera de hacer arte poético en la pantalla grande, el arte de la extirpación emocional del espectador, que por respeto contempla a Tarkovsky e intenta adivinar dónde está la locura y dónde la verdad en un entorno que me pareció fantástico gracias a la fotografía y una música "novedosa" exótica y atrayente.
Y el hastío viene al final, en escenas ridículas, casi mímicas y torpes por reiteración, intentando ligar la locura del personaje central con unas imágenes que se quedan atrás, del todo innecesarias frente a la magnitud del fuego.
Sacrificio se me ha hecho ahora casi insoportable, más lenta que antaño, como si ya estuviera harto de escuchar a personajes extraños que ahora veo indefinidos, volátiles y efímeros. Es como si se hubiera explotado un filón y una manera de hacer arte poético en la pantalla grande, el arte de la extirpación emocional del espectador, que por respeto contempla a Tarkovsky e intenta adivinar dónde está la locura y dónde la verdad en un entorno que me pareció fantástico gracias a la fotografía y una música "novedosa" exótica y atrayente.
Y el hastío viene al final, en escenas ridículas, casi mímicas y torpes por reiteración, intentando ligar la locura del personaje central con unas imágenes que se quedan atrás, del todo innecesarias frente a la magnitud del fuego.

7,6
2.486
8
26 de abril de 2014
26 de abril de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El manantial de las colinas la vi hace 28 años en la sala más pequeña de unos multicines. Ha pasado el tiempo, casi tres décadas y ahí siguen tan frescas como el primer día, El Manantial de las Colinas y su secuela La Venganza de Manon. Es curioso que obras que gustan tanto al público como esta duología tengan menos fuerza en la memoria que otras obras sobrevaloradas que son verdaderos bodrios porque las arrugas las han defenestrado por su oportunismo sensacionalista y afán taquillero.
Yves Montand, Gérard Depardieu, Daniel Auteuil, Elisabeth Depardieu, Ernestine Mazurowna, Marcel Champen, Armand Meffre, y hasta el último intéprete de relleno, todos bordan una obra con sentido casi poético e imágenes que son lienzos. Bravo por Claude Berri porque supo plasmar con dignidad un perfecto escenario rural de los años 20, porque supo mostrar con maestría los sentimientos y la visceralidad de aquella época en una trama de ambiciones, envidias y malicia.
Le pongo un 8, porque sorprendentemente, tras casi treinta años, ambas películas me siiguen fascinando, es decir, me siguen emocionando, y sigo disfrutando ese buen cine que cada día me cuesta más encontrar en la actualidad. Es lo que pasa cuando se cuenta una buena historia y no quieres perderte ni un sólo detalle.
Yves Montand, Gérard Depardieu, Daniel Auteuil, Elisabeth Depardieu, Ernestine Mazurowna, Marcel Champen, Armand Meffre, y hasta el último intéprete de relleno, todos bordan una obra con sentido casi poético e imágenes que son lienzos. Bravo por Claude Berri porque supo plasmar con dignidad un perfecto escenario rural de los años 20, porque supo mostrar con maestría los sentimientos y la visceralidad de aquella época en una trama de ambiciones, envidias y malicia.
Le pongo un 8, porque sorprendentemente, tras casi treinta años, ambas películas me siiguen fascinando, es decir, me siguen emocionando, y sigo disfrutando ese buen cine que cada día me cuesta más encontrar en la actualidad. Es lo que pasa cuando se cuenta una buena historia y no quieres perderte ni un sólo detalle.
5
15 de marzo de 2014
15 de marzo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé como hacer la crítica porque pasé un buen rato adormilado a causa de la lentitud de la trama.
La sinceridad como inicio.
Digamos que interiorizar el miedo y mostrarlo en secuencias de cámara muy próximas al personaje de manera reticente puede ser un recurso muy esclarecedor al inicio de la película, para situar al espectador, pero esa treta no puede ser una constante en toda la película. Digamos que ampararse en la nimiedad de las cosas, buscando el detalle o la poética de un ambiente desarraigado de la violencia de la guerra es un recurso que juega al despiste y quizás rechaza enfatizar el verdadero drama, quizás, creo yo para darnos a entender que la protagonista en aún una adolescente que no entiende la verdadera situación que la engulle, la guerra y sus consecuencias. Esa es una parte que me parece interesante, la de mostrarnos el paso abrupto de la pubertad a la edad adulta de manera tan forzosa, mediante el denigrante ambiente de la barbárie que es la guerra, pero Cate Shortland no profundiza lo suficiente para expresar esa transmutación, se embelesa en un onírico presente que no avanza, no progresa, no se hace creíble y adormece... Literalmente, he intentado expresar lo que me ocurrió con esta película, su ritmo excesivamente lento y esa manía de interiorizar los sentimientos mediante el uso de la cámara acabó con mi paciencia. Una lástima porque el inicio parecía prometedor.
La sinceridad como inicio.
Digamos que interiorizar el miedo y mostrarlo en secuencias de cámara muy próximas al personaje de manera reticente puede ser un recurso muy esclarecedor al inicio de la película, para situar al espectador, pero esa treta no puede ser una constante en toda la película. Digamos que ampararse en la nimiedad de las cosas, buscando el detalle o la poética de un ambiente desarraigado de la violencia de la guerra es un recurso que juega al despiste y quizás rechaza enfatizar el verdadero drama, quizás, creo yo para darnos a entender que la protagonista en aún una adolescente que no entiende la verdadera situación que la engulle, la guerra y sus consecuencias. Esa es una parte que me parece interesante, la de mostrarnos el paso abrupto de la pubertad a la edad adulta de manera tan forzosa, mediante el denigrante ambiente de la barbárie que es la guerra, pero Cate Shortland no profundiza lo suficiente para expresar esa transmutación, se embelesa en un onírico presente que no avanza, no progresa, no se hace creíble y adormece... Literalmente, he intentado expresar lo que me ocurrió con esta película, su ritmo excesivamente lento y esa manía de interiorizar los sentimientos mediante el uso de la cámara acabó con mi paciencia. Una lástima porque el inicio parecía prometedor.

8,0
13.826
9
26 de septiembre de 2013
26 de septiembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Erase un sheriff que pretendía ser correcto y justo en un lugar perdido del sur de USA. Qué duda cabe que el hecho de la denuncia social constante en toda la trama tiene gran mérito, pero lo realmente sorprendente de esta obra maestra es la perfección que describe cada secuencia de la cámara. No hay plano perdido o falto de sentido en una historia que muestra una realidad quizás algo exagerada, o no, porque a la gran mayoría de espectadores la temática ya les puede perecer anacrónica e incluso increíble, sin embargo la historia de la humanidad está plagada de hechos similares, momentos de locura social incontrolada, venganzas, asesinatos y toda índole de injusticias al amparo de la multitud, tan perfectamente plasmadas en "La Jauría Humana" por Arthur Penn. Brando aquí es un héroe como actor, un esquema, un modelo a seguir, perfectamente atado a su personaje. Angie Dickinson se muestra visceral, ambivalente entre el carácter y la más profunda feminidad. Esta es una de esas obras maestras en las que Todo el elenco de actores y actrices, uno tras otra, consiguen su momento de gloria y la máxima expresión, ya sea en la tesitura de la borrachera barruntando sus desgracias, ya sea haciendo el conciso papel de persona estúpida, o simplemente el papel gentuza ansiosa de sangre con la que disfrazar sus fracasos como seres humanos. De ahí imagino que nace el brillante título de la obra, LA JAURÍA HUMANA, perfectamente extrapolable a lo que significaría la locura de las bestias.
Película imprescindible, necesaria y difícilmente superable.
Película imprescindible, necesaria y difícilmente superable.

7,3
13.979
3
23 de agosto de 2013
23 de agosto de 2013
16 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un insulto a la inteligencia, una aberración a las ilustres citas finales.Una falta de respeto a la historia del racismo. Película manipuladora, soez, hecha para la reivindicación de la raza negra mediante un pueril argumento sin pies ni cabeza. Si Spike Lee busca la reivindicación debería empezar por lo básico, respetar a las otras razas, etnias y culturas. Su mensaje consigue el efecto contrario, ensalza el odio, la violencia gratuita y la permisividad en los errores. Es la peor película que he visto sobre la temática racial. Es más, tanto va el cántaro a la fuente que aquí el tema racial ya huele mal, Spike Lee, directamente denigra a su propia raza en la justificación de unos actos indefendibles y manipulados en el abuso y la exageración. De pena.
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