Nota: 10.

Fellini realiza una profunda reflexión sobre la vida a través del personaje Marcello Mastoianni ("Guido") . La película concluye que debes dejar atrás tu "yo" del pasado y el "yo" en el que te quieres convertir, para ser tú mismo, para aceptarte y que te acepten. Sólo de esa forma vivirás en paz. De la misma manera que lo hace un niño (de ahí su escena final). Debes ser sincero contigo mismo y con los demás y dejar de mentir y de mentirte, es otro de los pensamientos que transmite con el film, el realizador italiano.
Federico para expresar todo esto, se centra en la figura de un director de cine que ha perdido la inspiración porque se siente confuso, desdichado. Nada tiene sentido en su vida. A través de esta lucha interior del artista, el director italiano retrata los miedos y contradicciones que cosecha el ser humano.

Además, la película está tratado con un mimo enorme. Nada sobra. Cada plano, cada escena está calculada al milímetro, todo tiene sentido.

No obstante, es importante decir que NO es una película que puedas recomendar a todo el mundo. Algunos la pueden ver lenta y carente de sentido, si no han sentido ni entienden lo que le sucede al protagonista, si no empatizan con él.

Los últimos cinco minutos de la película son la mejor parte, con mucha diferencia. El padre rebosadero de dudas, antes de robar la bicicleta, se hunde cuando acaban por pillarle. La vergüenza corroe su rostro. Vergüenza por tener que traicionar sus principios, vergüenza, porque lo vio su hijo. En cambio, su retoño entiende a su padre y se compadece de su acción. Esta escena ejemplifica que un ser humano es capaz de todo en situaciones límites.