Adrenalítica cinta carcelaria que basa su manido y tópico argumento en la fuerza descomunal de un hipnótico Luis Tostada y un apoteósico Resina.

En el carte el parecido de Tostada con Colilla Farinelli es bastante perturbador, por cierto.

De todos modos quién haya visto algo anterior de Tostada, ya lo tendría en mente como uno de los mejores actores del cine patrio y del otro lado del charco, La flaqueza del Bolchevique, Los Lunes al sol, recital tras recital, no creo que ahora sea ningun descubrimiento aunque aquí vuelve a estampar otro memorable puñetazo, la fuerza que desprende este tipo es devastadora, no hay duda.

El increíble lunar de la película viene encumbrado por un tal Alberto Amanerado que es lo mas rídiculo que he visto en una pantalla, superando incluso a Liberto Rabal, algo que parecía casi imposible, y como bien suponéis, deja en evidencia al discreto director.

Entretenida y adrenalítica película que aún criticando cosas, las mismas que otros dramas carcelarios, pero aquí hay fuerza desatada y entretenimiento al cien por cien, desde luego vale mas media hora de Pelma 211 que un minuto del mundo de la insoportable Coixet.

Se despide de Hong Kong

King Kong resucitado después de llevar a rajatabla la dieta de César Martín.

Sorprendente thriller setentero que para mi sorpresa resulta ciertamente desolador, y por momentos brillante, bien narrado y bien hilvanado.
Pichum en absoluto estado de gracia, con su mirada narcotizante y somnolienta, firma, seguramente, uno de los mejores papeles de su carrera.

El hombre que vino a cenar desnudo encarna como nadie a un auténtico desgarramantas y escucharle en versión original portando las bolsas de un supermercado, graznando con su tempestuosa panza es algo indescriptible, su manera de abarrotar la pantalla, de sacudir bofetadas con ese estilo indolente es inigualable.

Como solía espetar Pichum después de terminar los rodajes " Se puede trabajar más, pero no mejor", y no parece, no, es cierto.

Se despide desde el pirulí.

La lanza enfurecida de Patrick Ewing sobre la joroba de la Pitonisa Lola

Se veía venir, el cabeza lancha sigue viviendo de sus gloriosas Reservoir Dogs y Pulp Fiction, a partir de ahí, algun zarpazo con Jackie Brown y algun que otro bonito homenaje con Kill Bill, pero nada más.

Cabeza lancha en esta entrega se da un paseo en pelotas con el diplodocus duro por el corte inglés, se cuelga del techo por los testículos y crea sombras chinas de su barbilla altamente sonrojantes, y parece ser que hay que aplaudirle, y sobre todo, soportar sus gamberradas pretenciosas.

La película empieza bien, parece que nos encontramos ante algo notorio, sin embargo, poco a poco, cabeza pera, se encarga de ridiculizar la idea, caricaturizándola y lanzándose al vacío con una penthouse en la mano y un rollo de papel higiénico atándole los testículos, nada resulta creíble, y en absoluto tiene que ver con patear libros de historia, eso es algo que debería aplaudirse, la cuestión es que Federer atosiga con la idea de cómo sería la historia a su modo, es decir, de una manera pretenciosa, mete en un cine de Barrio a Adolf Hitler, Goebbles y compañía para que el respetable aplauda, y eso se lo cree mi abuela que últimamente baila danzas clitorianas sin cesar cuando acude al cine, en los últimos 15 minutos falta Parada y su pianista menenando el paquete y sodomizando osos panda, grotescos minutos finales, incluyendo un ancuncio de galletas fontaneda.

Pero vamos a ver, cabeza lancha, me parece perfecto que quieras resurgir como un auténtico héroe haciendo la historia a tu modo, eso sí, rogaría algo de credibilidad, ¿Quieres hacerme creer que meterías en un cinexin a toda la cúpula nazi y que además acudirían encantados? ¿Y la escena de la cantina? Sí, esa en la que un borracho parece Leon El profesional. Si aún se sostenía la película, cuando empieza la cantina de Star Wars el hundimiento es antológico.

Malditos Bastardos se mantiene algo a flote, eso sí, por un apoteósico Christoph Waltz, aquí hay que quitarse el sombrero, si no se lleva el oscar habrá que hacer justicia de algun modo, qué recital, qué prodigio, él solo manteniendo la pretenciosidad del Cabeza Lancha.

Lo de Brad Pitillo ya es el acabose, jamás le había visto tan sobreactúado, tan nefasto, incluso pone quijada de burro intentando imitar a Brando en el Padrino y el resultado es bastante ridículo, definitivamente este tipo es paupérrimo, inlcuso hay gente que le aplaudía en Jesse James, aquí espero que hayan despertado.

En definitiva, mejor a la ridícula y estúpida Death Proof pero inferior incluso a Kill Bill.

El Cabez lancha ha perdido el norte, con sus manguitos en la piscina seguirá cosechando buenas críticas pero si esto se parece a Pulp Fiction ahora sí que sí.

Soy, soy ,soy, soy.

El Coroneeeel Tejero.

Por cierto, el infame 7,9 de media que luce esta película en la licorería es para colgarse de un poste telefónico.

Notable e inquietante película de Carmen Maura que aquí arroja las entrañas y cuaja una de las interpretaciones mas demoledoras que recuerde, quizás en la apabullante Alma en suplicio también acercaba sus incisivos, pero el reflejo del papel de Lucy Harbin apabulla de un modo inalcanzable, esa mirada, ese tormento.

Pese a contar con un posible y previsible final consigue mantener una agonía y una tenacidad titánicas.

Cautivador también el poderoso George Kennedy que aquí luce un pelo filete filemón pi ciertamente admirable.

Poderosa Lucy Harbin, poderosa Crawford.

El consuelo.

Última acometida de Ridley Escotilla, el director que tantas horas de ganchitos nos proporcionó, aquí , una vez más, vuelve a fallar desde el punto de penalty con este homenaje a Ibiza y la fiesta espuma.

Y uno siente lástima por lo que podía haber sido, es innegable que posee alguna secuencia poderosa y más de un diálogo efectivo pero no termina de funcionar, incluso si arrojamos la toalla sabiendo que será un alboroto de personajes sin que exista un hilo conductor claro, saldremos con un ojo morado, desde luego, cuesta creer las motivaciones que mueven a unos y otros, todo huele tan a maniquí que lo mejor es buscar el cuerpo a tierra y tirarse un pedo por si acaso.

Se hace extraño contemplar a Escotilla en estos fregados, está bien que busque nuevos retos pero si hay un director que no encaja en este tipo de películas es él, puedo comprender a P.T. Andamio, Esteban Sorbete, o incluso, Cagarritu, pero, ¿Escotilla?¿Sin unos raíles que guíen al tren? Que alguien me tire del dedo.

Pese a todo, el desbarajuste tiene algún quiebro solvente donde destaca poderosamente nuestro cara asno Bardem, absolutamente antológico y que por cierto, cada día me recuerda más a Quini por su forma de aplastar la cámara, cada vez que hace acto de presencia en la fiesta espuma uno siente la incertidumbre, el desconcierto generalizado que provoca su arrolladora presencia.

Además, entiendo la excitación que hay actualmente en el mundo del cine con ese abrumador cruce entre Nacho Duato y Quique Villalobos que atiende al nombre de Fassbender pero no la comparto, no me parece para tanto , aquí además, el propio Bardem le deja el culo como la bandera de Japón.

En fin, una película en la que podrían haber aparecido Pocholo y Miguel Blesa tranquilamente jugando un ajedrez y resultado seguiría siendo el mismo.

Se despide E.P.M.

Ratatouille.
Miguel Pardeza Pichardo.