Libre adaptación del relato bíblico. Hay que considerarla y verla con esos ojos, más allá de toda fe, de toda creencia, para poder intentar comprender todas esas licencias. No hay Dios que avise, todo es oscuro, onírico. Todos quieren salvarse y la idea del castigo divino simplemente se va por los caños. El guión, para no variar, se hunde en conceptos pseudo filosóficos y violencia gratuita. Mucho efecto especial, mucha imaginación para un proyecto que hace agua por todos lados y que no lo salva ni el Arca de Noé, valga la redundancia.

Enredos a la argentina, en esta comedia cuyo motor es el histrionismo de Jorge Porcel, la sensualidad desenfadada de Moria Casán, las grandes dotes de Susana Giménez para la comedia, siempre tan desperdiciadas, y un variopinto conjunto de personajes bastante estereotipados para una historia liviana. Para ver sin ningún esfuerzo mental.

Lo confieso: nunca pude entender qué le veían las mujeres a Clark Gable, con ese bigotito y esas orejas, pero en fín era el galán en boga de aquellos años aunque ya un tanto devaluado. Tenía que estar a la altura de su personaje autosuficiente, misterioso, solitario y seductor (?).
Ava Gardner inmensa en su desenfado, sarcasmo, sex appeal y naturalidad frente a la insipidez de una bellísima como insoportable Grace Kelly en sus pobres dotes para la actuación. Cuenta la leyenda que Grace tuvo un escarceo con el "irresistible" de Clark durante la filmación, espero que de ser cierto, no se hubiese comportado tan "bobalicona".
¿La película? Un guiño abierto a la nostalgia de una forma de hacer cine que no existe más.

Situaciones previsibles en un guión muy bien llevado, un Hoffman que se come la pantalla y que a pesar de travestirse no hace el ridículo. Una comedia estupenda, acertada, aceitada y por sobre todas las cosas que cumple con su cometido, además de hacernos pensar en algunas cosas. Una de esas películas que te dejan con una sonrisa embelesada al final de la misma. Uno de los grandes golpes de taquilla de los 80's

Lamento discrepar con todos aquellos que catalogan a esta película como interesante. A mí me resultó bastante torpe. Si el guión hubiese estado más prolijo otra sería la historia. Para lo pacato que aún era el mundo en 1980, sí este film fue un escándalo, pero visto hoy, no sobresalta a nadie. Caine en uno de sus peores papeles, la Dickinson que se desnuda doble mediante, y Allen que muestra su carnecitas blancas apenas cubiertas por lencería negra y poco más. Querer copiar a Hitch en sus giros de cámara y silencios que dicen mucho no es lo mismo que ser el mismísimo Hitch. Decepcionante.