Soberana estupidez de historia, y soberana moñez moralizante la que nos intenta colar con vaselina Rob Cohen disfrazada de película de acción. Mira que llegan a ser malos estos mandos americanos que con tal de salvar miles de millones de dólares de inversión en un avión con sentimientos (!!!!!!!) son capaces de cualquier cosa...
Todo lo que se ve esta cinta está más que visto, y no hay absolutamente nada que haga pensar lo contrario...Sólo, y para que más, analicemos al trío de pilotos de élite: El guaperas que pa chulo chulo, su pirulo, jefe de escuadrón y que para colmo se hace colegui del trasto descarriado; la buenorra de turno (Jessica Biel) que por si alguien durante la peli no se percata de sus atributos, hay una curiosa escena, que no viene a cuento para nada, en la que sale con un bikini azul esplendoroso; y por último contamos con Jamie Foxx cerrando el trío, que hace de amigo de ambos y de pringado de escuadrón (ya imaginarán porque motivo).
En fin, no esperen absolutamente nada de esta película, no van a gastar ni una sola neurona (a no ser que intenten descifrar que había fumado el guionista en el momento de escribir el libreto), pero eso sí como mínimo, que ya es muchísimo, se van a entretener con nuestro querido Stealth, que es como Kit pero con alas.

Impresionante y brutal película sobre sueños inalcanzables. La arriesgada apuesta del director, le sale absolutamente redonda.
Todos los elementos de este film se conjugan para dar un resultado único, atmósfera decadente y agonizante por momentos (en consonancia con el desarrollo de sus personajes), actuaciones de muchísimo mérito, Ellen Burstyn se merecía un Óscar sin ninguna duda, una banda sonora orquestal que es simplemente genial, momentos de auténtico delirio psicotrópico y por supuesto un final, uno de los más intensos y angustiosos de la historia del cine.
Esta película se ve y se siente como muy poquitas. Chapeau para Aronofsky.
PD: Ojo a los 10-15 últimos minutos al ritmo del Lux Aeterna de Clint Mansell, son absolutamente indescriptibles.

Grande, madura, dramática, oscura, preciosista, épica...Este Drácula de Coppola puede ser o no fiel a la obra de Stoker, pero es una maravillosa historia de dolor, condena, amor y sufrimiento.
Extraordinaria y gótica ambientación, vestuario oscarizado (atención al vestido de Lucy en el ataúd), y un reparto de muchos kilates, destacando a un Gary Oldman que se sale en su papel de bestia atormentada y castigada por el Todopoderoso.
Estamos ante un film lleno de sentimiento, que no te puede dejar indiferente. El guión sin duda está a la altura, buceando en los personajes principales para enseñarnos los más oscuro de cada uno de ellos, temores, sentimientos, placeres, todo, para un final predecible pero digno de la mejor épica clásica.
"He cruzado océanos de tiempo" hasta encontrar este Drácula, una obra que nadie debería perderse, toda una lección de cine.

Mala espina me dio cuando supe de esta precuela, y que además salía directamente al video. Y no me extraña.
Desde luego Jay Hernández no es Al Pacino, ni el señor Scott Bregman es De Palma...Ni esto esto es una película de gángster como Dios manda, ni los gángsters lo son. Está todo muy descafeinado, los actores mal (Van Peebles aún), ni siquiera el siempre simpático Luis Guzmán, qué también aparece en la secuela de ésta, hace gracia.
Con esa vocación de telefilme no va a llegar muy lejos. Mala.

Extraño y curioso thriller. El prolífico actor Samuel L. Jackson se saca una genial interpretación haciendo de colgado-sin-techo-compositor-pianista-detective... impresionante. Por otro lado la película está cargada de un sentido alegórico, con algunas escenas que de entrada la hacen un poco indigesta, pero que conforme va avanzando el metraje acabas por entender (más o menos).
La trama no es demasiado original, pero este director le imprime un tono muy interesante, y unido a la ya comentada actuación de Jackson, la hacen muy recomendable.