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Críticas ordenadas por utilidad
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9
15 de mayo de 2011
15 de mayo de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero: No me gustan las series de robots. Bien, partimos de esta base. Le decidí dar una oportunidad a Tengen Toppa porque del mismo modo que vi Code Geass pese a eso y me gustó, Tengen Toppa también se merecía una oportunidad. Y ahora uno se pregunta por qué demonios tardó tanto en dársela...
Bien, pues tenemos en principio a Simon, excavador, un chaval inseguro, canijo, inocente y de buenas intenciones. Y por otro lado a Kamina, alto, fuerte, carismático, valiente, motivador... Claramente admirado por Simon. Ambos viven en Jiiha, un pueblo subterráneo donde lo único que se puede hacer es cavar y hacer caso a lo que ordena el jefe del pueblo. Pero Kamina también es algo rebelde y quiere ir a explorar la superficie como hizo su padre hace muchos años, lo cual es algo que está prohibido. Simon simplemente cava para encontrar objetos, y un día encuentra un pequeño taladro y posteriormente, una "cara" enterrada: un robot, el Lagann. Kamina y Simon están decididos a subir a la superficie, cuando de repente, cae del techo un robot (Un ganmen) gigante y hostil contra los humanos y una maciza tetuda llamada Yoko que está peleando contra él. Finalmente, le derrotan y consiguen su objetivo: Escapar a la superficie, donde tienen un gran mundo por explorar lleno de amigos y enemigos. Y según Kamina, algún día, Simon agujereará el cielo con su taladro.
Pues básicamente, esto es el primer episodio de los 27. Y la nota que merece este episodio de forma individual es un 6 siendo generoso. Pero ocurre lo mismo que con One Piece, que al principio parece una serie muy infantil, rozando la estupidez y con muchas lagunas, pero según van pasando los episodios, la serie gana fuerza continuamente, su argumento se vuelve más y más sólido, llevando la épica a todas y cada una de las batallas de la forma más extrema. Siguiendo la comparativa con One Piece, ambas combinan magistralmente los momentos de drama y comedia, siendo estos últimos bastante más numerosos, aderezados con momentos épicos y frases motivadoras que maravillarían al propio Pep Guardiola, como "Confía en el tú que cree en tí", la más repetida (O de mayor importancia) en la obra. Del mismo modo, según viajan, van logrando nuevos compañeros (nakamas) y sus robots obtienen power ups bien administrados en la serie. A esto se añade una banda sonora magnífica, muy bien escogida y que logra que las batallas sean más épicas todavía, en especial la final, que me pone los pelos como escarpias sólo recordarla.
Finalmente, recordar que a mí no me gustan nada los robots, pero esta serie merece que se pase esto por alto. Al principio los robots incluso me resultaron insignificantes, pero cuando se llegó a un punto en el que ya se hacían flipaduras de robots de las que me repugnan y alguna pequeña ridiculez, ya era demasiado tarde: La serie se había vuelto magistral, el momento donde eso ocurre era de infarto y lo último en que podía pensar es que el rollo de robots no es para mí.
Bien, pues tenemos en principio a Simon, excavador, un chaval inseguro, canijo, inocente y de buenas intenciones. Y por otro lado a Kamina, alto, fuerte, carismático, valiente, motivador... Claramente admirado por Simon. Ambos viven en Jiiha, un pueblo subterráneo donde lo único que se puede hacer es cavar y hacer caso a lo que ordena el jefe del pueblo. Pero Kamina también es algo rebelde y quiere ir a explorar la superficie como hizo su padre hace muchos años, lo cual es algo que está prohibido. Simon simplemente cava para encontrar objetos, y un día encuentra un pequeño taladro y posteriormente, una "cara" enterrada: un robot, el Lagann. Kamina y Simon están decididos a subir a la superficie, cuando de repente, cae del techo un robot (Un ganmen) gigante y hostil contra los humanos y una maciza tetuda llamada Yoko que está peleando contra él. Finalmente, le derrotan y consiguen su objetivo: Escapar a la superficie, donde tienen un gran mundo por explorar lleno de amigos y enemigos. Y según Kamina, algún día, Simon agujereará el cielo con su taladro.
Pues básicamente, esto es el primer episodio de los 27. Y la nota que merece este episodio de forma individual es un 6 siendo generoso. Pero ocurre lo mismo que con One Piece, que al principio parece una serie muy infantil, rozando la estupidez y con muchas lagunas, pero según van pasando los episodios, la serie gana fuerza continuamente, su argumento se vuelve más y más sólido, llevando la épica a todas y cada una de las batallas de la forma más extrema. Siguiendo la comparativa con One Piece, ambas combinan magistralmente los momentos de drama y comedia, siendo estos últimos bastante más numerosos, aderezados con momentos épicos y frases motivadoras que maravillarían al propio Pep Guardiola, como "Confía en el tú que cree en tí", la más repetida (O de mayor importancia) en la obra. Del mismo modo, según viajan, van logrando nuevos compañeros (nakamas) y sus robots obtienen power ups bien administrados en la serie. A esto se añade una banda sonora magnífica, muy bien escogida y que logra que las batallas sean más épicas todavía, en especial la final, que me pone los pelos como escarpias sólo recordarla.
Finalmente, recordar que a mí no me gustan nada los robots, pero esta serie merece que se pase esto por alto. Al principio los robots incluso me resultaron insignificantes, pero cuando se llegó a un punto en el que ya se hacían flipaduras de robots de las que me repugnan y alguna pequeña ridiculez, ya era demasiado tarde: La serie se había vuelto magistral, el momento donde eso ocurre era de infarto y lo último en que podía pensar es que el rollo de robots no es para mí.
8
10 de enero de 2011
10 de enero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran corto por parte de Pixar. Muy original, divertido y ágil. Expone dos conceptos contrarios, el día y la noche, los cuales al encontrarse tienen miedo uno del otro simplemente porque son diferentes. Entonces comienza un contraste de situaciones en el mismo lugar, pero según sea de día o de noche, mientras ambos personajes pelean. No hay diálogo, y todos los ruidos que hacen los personajes son los sonidos perfectos tanto para la situación "en el mundo" como para la situación entre el día y la noche, como cuando Noche se ríe de Día y justo pasa una familia de patos graznando. Esto sucede hasta que uno descubre las virtudes del otro. Entonces el enfrentamiento físico para conquistar al rival cambia a una competición para ver quién tiene más y mejores cualidades, para finalmente comprender que ambos son iguales y que son mejores combinados que por separado, con el corto finalizando con un discurso sobre el miedo y rechazo a lo desconocido en la radio y ambos personajes comprendiendo el error de las pasadas acciones.
¿Y por qué verlo? Porque en el tiempo que has leído esto ya podrías haberlo visto por ti mismo.
¿Y por qué verlo? Porque en el tiempo que has leído esto ya podrías haberlo visto por ti mismo.

6,6
23.944
5
1 de marzo de 2015
1 de marzo de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"No te metas en el coche de un extraño", eso es lo que cualquier madre le diría a sus hijos. Sin embargo, Jenny, de 16 años, ignora a su madre en un lluvioso día y así es como conoce a David, un hombre... madurito. Viviendo una aburrida vida donde todo lo que hace es estudiar para alcanzar la meta de ser aceptada en Oxford, Jenny está harta de todo lo que le rodea, especialmente de su cabezota y gruñón progenitor que sólo sabe presionarla para que estudie más y más, teniendo sólo a su empática madre y amigas para sentirse apoyada. Una vez vuelve a encontrarse con David mientras va a una cafetería con sus amigas, éste le propone ir a un concierto. Ella acepta, temiendo que su padre no le permita ir, pero David se hace cargo de todo convenciéndole. Y esto es todo lo que el manipulador David necesita para meterse a Jenny y su familia en el bolsillo. Tras varias citas, rodeada de lujos que David puede permitirse (nunca averiguamos exactamente como es de rico David, pero de la película entendemos que gana bastante dinero), Jenny conoce una vida fácil, teniendo todo lo que necesita y consiguiendo todo lo que quiere, lo cual hace que dude sobre ir a Oxford. Y así se nos presenta el dilema de este drama romántico, en el mismo modo en que se mofaron de Ron Howard en el episodio de Los Simpsons "When You Dish Upon A Star", Jenny tiene que tomar la difícil decisión de si sus estudios vivirán o morirán para así poder casarse con David. Por supuesto, la opción de casarse e ir a Oxford ni se tiene en cuenta.
Carey Mulligan interpreta a Jenny, y hace un buen trabajo. Pero hay un problema, que probablemente sea culpa del guionista y no de la actriz: Nunca te crees que tenga 16 años. Una chica de 16 años no es tan filosófica, tan estirada. No sólo no se siente superada por la situación al tener que comportarse en un contexto muy formal, es que de hecho se comporta de un modo impecable. Mulligan pareció más una chica de 16 años en Shame, de Steve McQueen, haciendo de una despreocupada veinteañera. Pero el problema no acaba aquí, porque la mayor parte del tiempo parece mayor de 16, pero hay momentos en los que parece mucho menor, sobre todo cuando se enfada o entristece con David y reacciona como una niñata malcriada de 7 años. Resumiendo, Mulligan actúa bien, te crees su interpretación, pero sólo mientras no pienses en las condiciones de su personaje. Sobre Peter Sarsgaard (David), está más que correcto. Logra encarnar al encantador David, pero siempre logrando que el espectador sienta que hay algo que no cuadra, algo sospechoso, oculto, turbio, escalofriante tras él. El resto del elenco directamente no puede destacar. Alfred Molina interpreta al plano personaje del padre de Jenny, igual que Dominic Cooper como el socio de David, que nunca tiene tiempo en cámara suficiente para afectar a la historia, y lo mismo ocurre con Rosamund Pike, que hace de su inepta novia.
La historia se centra principalmente en el dilema de Jenny, sobre escoger entre una buena educación o casarse, y lo hace presentando a varios personajes a favor de cada lado. Sus amigas y compañeras de clase animan a Jenny a casarse con David mientras que su profesora y la jefa de estudios tratan de disuadirla para que se centre en sus estudios. Jenny y su familia cambian de lado según las acciones de David y el desarrollo de la historia, la cual carece totalmente de originalidad y es frustrantemente predecible. También toca el rol de la mujer en esa sociedad (Londres en 1960), que o bien estaba en casa cuidando de los hijos o tenía una carrera y un trabajo sin futuro en el que no podían aspirar a más, al contrario que los hombres, además de como se puede vivir en una fantasía, un "mundo virtual", para acabar teniendo que afrontar la verdad tras él.
No es una película que recomendaría. Incluso teniendo en cuenta el hecho de que no soy aficionado al cine romántico, soy plenamente capaz de disfrutarlo si es de calidad, tal y como disfruté clásicos como Casablanca o Manhattan o la más reciente Her, y An Education simplemente fracasa en tan sólo entretenerme. 95 minutos de película a bajo ritmo, con una historia demasiado genérica y un trasfondo que sólo puede hacerte sentir que ya has visto esta película demasiadas veces antes, lo cual hace que sea una pérdida de tiempo, especialmente cuando puedes adivinar el final fácilmente simplemente con leer su sinopsis.
Carey Mulligan interpreta a Jenny, y hace un buen trabajo. Pero hay un problema, que probablemente sea culpa del guionista y no de la actriz: Nunca te crees que tenga 16 años. Una chica de 16 años no es tan filosófica, tan estirada. No sólo no se siente superada por la situación al tener que comportarse en un contexto muy formal, es que de hecho se comporta de un modo impecable. Mulligan pareció más una chica de 16 años en Shame, de Steve McQueen, haciendo de una despreocupada veinteañera. Pero el problema no acaba aquí, porque la mayor parte del tiempo parece mayor de 16, pero hay momentos en los que parece mucho menor, sobre todo cuando se enfada o entristece con David y reacciona como una niñata malcriada de 7 años. Resumiendo, Mulligan actúa bien, te crees su interpretación, pero sólo mientras no pienses en las condiciones de su personaje. Sobre Peter Sarsgaard (David), está más que correcto. Logra encarnar al encantador David, pero siempre logrando que el espectador sienta que hay algo que no cuadra, algo sospechoso, oculto, turbio, escalofriante tras él. El resto del elenco directamente no puede destacar. Alfred Molina interpreta al plano personaje del padre de Jenny, igual que Dominic Cooper como el socio de David, que nunca tiene tiempo en cámara suficiente para afectar a la historia, y lo mismo ocurre con Rosamund Pike, que hace de su inepta novia.
La historia se centra principalmente en el dilema de Jenny, sobre escoger entre una buena educación o casarse, y lo hace presentando a varios personajes a favor de cada lado. Sus amigas y compañeras de clase animan a Jenny a casarse con David mientras que su profesora y la jefa de estudios tratan de disuadirla para que se centre en sus estudios. Jenny y su familia cambian de lado según las acciones de David y el desarrollo de la historia, la cual carece totalmente de originalidad y es frustrantemente predecible. También toca el rol de la mujer en esa sociedad (Londres en 1960), que o bien estaba en casa cuidando de los hijos o tenía una carrera y un trabajo sin futuro en el que no podían aspirar a más, al contrario que los hombres, además de como se puede vivir en una fantasía, un "mundo virtual", para acabar teniendo que afrontar la verdad tras él.
No es una película que recomendaría. Incluso teniendo en cuenta el hecho de que no soy aficionado al cine romántico, soy plenamente capaz de disfrutarlo si es de calidad, tal y como disfruté clásicos como Casablanca o Manhattan o la más reciente Her, y An Education simplemente fracasa en tan sólo entretenerme. 95 minutos de película a bajo ritmo, con una historia demasiado genérica y un trasfondo que sólo puede hacerte sentir que ya has visto esta película demasiadas veces antes, lo cual hace que sea una pérdida de tiempo, especialmente cuando puedes adivinar el final fácilmente simplemente con leer su sinopsis.

8,0
159.851
9
27 de agosto de 2010
27 de agosto de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y en esta época, en la que la mayoría de pelis tratan sobre beber, drogarse y asesinatos carentes de sentido, adulterados con diálogos falsamente filosóficos y/o cultos, llega Inception de la mano de Christopher Nolan. Y sólo a él se le podría ocurrir tremenda maravilla.
Anteriormente ya se trató la historia de adentrarse en los sueños, pero nunca con la profundidad y originalidad que le otorga este señor. En la película, cinco minutos en la realidad, durmiendo, equivalen a una hora en el sueño. Y lo mismo ocurre con los sueños dentro de otros sueños. Por tanto, 5 minutos en la realidad, equivalen a una hora en un sueño, que equivalen a 12 horas en el sueño de un sueño, y así sucesivamente. En efecto, es todo muy complejo, por lo tanto, más vale que antes de la peli vayas al baño y hayas cogido toda la comida que necesites, porque perderse un mínimo detalle puede suponer perder el hilo de la trama.
Resumiendo, y evitando spoilers, Dom Cobb (Leonardo DiCaprio, que por fin logra hacer una película realmente buena) fue culpado de un delito que él no cometió y por eso se fue al exilio para evitar ir a la cárcel. Su único anhelo es volver a estar con sus hijos y se le presenta, Saito, el dueño de una compañía de energía, interpretado por el magnífico Ken Watanabe dándole la oportunidad de volver a Estados Unidos y volver a estar con sus vástagos. Obviamente, Cobb tiene que hacer algo por él: Conseguir que el heredero de otra compañía, la mande a la ruina, eliminando así la competencia de Saito. Y para lograrlo, tiene que usar el arte de la Inception, la cual es supuestamente imposible, ya que se basa en imponer una idea en una persona haciendo que el sujeto piense que es su propia idea.
Sin ahondar más en la trama, todas las actuaciones están al nivel de la película y los diálogos son ágiles, expresando bien las ideas de Nolan sobre las leyes del universo que ha creado en esta obra. Y por último, añadir que supuestamente el final es abierto, aunque a mí no me lo parece para nada, de lo cual hablo en la parte con spoiler.
Para terminar, simplemente decir que si se tiene la oportunidad de verla, no es algo que se pueda dejar escapar.
Anteriormente ya se trató la historia de adentrarse en los sueños, pero nunca con la profundidad y originalidad que le otorga este señor. En la película, cinco minutos en la realidad, durmiendo, equivalen a una hora en el sueño. Y lo mismo ocurre con los sueños dentro de otros sueños. Por tanto, 5 minutos en la realidad, equivalen a una hora en un sueño, que equivalen a 12 horas en el sueño de un sueño, y así sucesivamente. En efecto, es todo muy complejo, por lo tanto, más vale que antes de la peli vayas al baño y hayas cogido toda la comida que necesites, porque perderse un mínimo detalle puede suponer perder el hilo de la trama.
Resumiendo, y evitando spoilers, Dom Cobb (Leonardo DiCaprio, que por fin logra hacer una película realmente buena) fue culpado de un delito que él no cometió y por eso se fue al exilio para evitar ir a la cárcel. Su único anhelo es volver a estar con sus hijos y se le presenta, Saito, el dueño de una compañía de energía, interpretado por el magnífico Ken Watanabe dándole la oportunidad de volver a Estados Unidos y volver a estar con sus vástagos. Obviamente, Cobb tiene que hacer algo por él: Conseguir que el heredero de otra compañía, la mande a la ruina, eliminando así la competencia de Saito. Y para lograrlo, tiene que usar el arte de la Inception, la cual es supuestamente imposible, ya que se basa en imponer una idea en una persona haciendo que el sujeto piense que es su propia idea.
Sin ahondar más en la trama, todas las actuaciones están al nivel de la película y los diálogos son ágiles, expresando bien las ideas de Nolan sobre las leyes del universo que ha creado en esta obra. Y por último, añadir que supuestamente el final es abierto, aunque a mí no me lo parece para nada, de lo cual hablo en la parte con spoiler.
Para terminar, simplemente decir que si se tiene la oportunidad de verla, no es algo que se pueda dejar escapar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la película, hay unos "tótems", unos objetos personales, individuales e intransferibles (Aparentemente, pese a que Cobb usa el de su fallecida esposa), que son usados para poder comprobar si estás en un sueño o estás en la realidad. El de importancia es el de Cobb, que es una peonza. Si está en un sueño y hace girar la peonza, la peonza girará continuamente, sin llegar jamás a caerse, lo cual ocurriría en la realidad, lógicamente.
Pues bien, al final de la película, una vez Cobb se reencuentra con sus hijos, pone la peonza a girar en la mesa y luego se va a abrazarles. Bien, la peonza recibe un primer plano, y precisamente cuando la peonza comienza a tambalearse, perdiendo el equilibrio, la película acaba. Mi interpretación es que era la realidad. Si se comienza a balancear, eso implica que va a caer, y de hecho, en los sueños jamás se vio la peonza tambaleándose. Por tanto, la peonza iba a caer eventualmente, demostrando que es la realidad. Si la película se hubiera cortado en, digamos, la plenitud de giro de la peonza, entonces sí estaría realmente abierto, ya que se podría interpretar que Mal tenía razón y aún seguían en un sueño. Pero es precisamente el hecho de que se tambalee, lo que implica que la peonza caerá dando a Cobb la razón.
Pues bien, al final de la película, una vez Cobb se reencuentra con sus hijos, pone la peonza a girar en la mesa y luego se va a abrazarles. Bien, la peonza recibe un primer plano, y precisamente cuando la peonza comienza a tambalearse, perdiendo el equilibrio, la película acaba. Mi interpretación es que era la realidad. Si se comienza a balancear, eso implica que va a caer, y de hecho, en los sueños jamás se vio la peonza tambaleándose. Por tanto, la peonza iba a caer eventualmente, demostrando que es la realidad. Si la película se hubiera cortado en, digamos, la plenitud de giro de la peonza, entonces sí estaría realmente abierto, ya que se podría interpretar que Mal tenía razón y aún seguían en un sueño. Pero es precisamente el hecho de que se tambalee, lo que implica que la peonza caerá dando a Cobb la razón.

5,4
39.641
6
14 de agosto de 2010
14 de agosto de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una excusa. Eso es lo que se necesitó para reunir un gran reparto que ama repartir. Y esa excusa es la clásica "Esta isla esta tiranizada por un desgraciado que nos vendió a un yankee codicioso", la cual rápidamente cambia a "¡¡Olvidemos a los aldeanos!! ¡¡Lo único que importa es salvar a la chica!!".
En fin, vamos a ver los personajes. Sylvester es un viejo mercenario que se asemeja a Lucky Luke con su revolver. Jason Statham es habilidoso con los cuchillos, acompañado de su encanto de cuando fue Rob El Guapo en The Italian Job. Jet Li, obviamente, es un maestro de las artes marciales, casi un ninja diría yo. Terry Crews... Imagino que necesitaban a un afroamericano para dar diversidad, y que además fuese fuerte como un toro y tuviera un gran cañón (No, no es un eufemismo). Randy Couture, es mucho más divertido que sus luchas (No, no recomiendo a nadie que se vea una pelea suya, son aburridísimas). Por lo menos en la peli, Randy no se pone a abrazar a nadie contra una jaula durante 15 minutos. Y bueno, el talento especial de Couture es... Ninguno. Hace un chiste al principio sobre sus orejas de coliflor, pero ya lo había oído antes de su propia boca... Mickey Rourke sólo es un ligón. Un ex-mercenario que sólo quiere estar con una moza 30 años más joven que él, tatuar a sus compañeros, darles misiones y hacer amistosas competiciones de lanzamiento de cuchillos con Statham. Dolph Lundgren es sólo un tarado que ni siquiera sabe lo que quiere. Por el lado de los malos malísimos, sólo Stone Cold Steve Austin es digno de mención. Es un tipo duro, guardaspaldas del malévolo y ambicioso yankee, y la verdad, considero que se merecía más minutos de los que tuvo. Como mención especial, me pregunto por qué demonios Stallone dió papeles a los gemelos Nogueira, luchadores profesionales de MMA. No tienen ni una frase y no dan ni un solo puñetazo. Por no tener, ni un primer plano tuvieron. Vamos, que digo yo que hay muchos brasileños con cara de orangután, pero ya que escoges a dos expertos del Jiu Jitsu, al menos ponles a golpes con alguien y enseña al espectador que existen técnicas más allá de los puñetazos y patadas.
La primera mitad de la película, sinceramente, es soberanamente aburrida. Sin embargo, la segunda mitad es vibrante, endiabladamente entretenida, a destacar por encima de todo lo demás, las actuaciones de Jet Li y Jason Statham, dando frescura al arte de repartir, rompiendo con la sencillez vista en la peli hasta ese momento.
En fin, ¿Esta mal? No, es bastante divertida una vez se establece que lo importante es salvar a la chica. Pero podría haber sido mucho mejor. Ah, y tengo que decir esto antes de que acabe de escribir: Eché de menos a Jean Claude Van Damme. Por ningún motivo en especial, sólo que de todos los de su gremio, él es mi predilecto.
En fin, vamos a ver los personajes. Sylvester es un viejo mercenario que se asemeja a Lucky Luke con su revolver. Jason Statham es habilidoso con los cuchillos, acompañado de su encanto de cuando fue Rob El Guapo en The Italian Job. Jet Li, obviamente, es un maestro de las artes marciales, casi un ninja diría yo. Terry Crews... Imagino que necesitaban a un afroamericano para dar diversidad, y que además fuese fuerte como un toro y tuviera un gran cañón (No, no es un eufemismo). Randy Couture, es mucho más divertido que sus luchas (No, no recomiendo a nadie que se vea una pelea suya, son aburridísimas). Por lo menos en la peli, Randy no se pone a abrazar a nadie contra una jaula durante 15 minutos. Y bueno, el talento especial de Couture es... Ninguno. Hace un chiste al principio sobre sus orejas de coliflor, pero ya lo había oído antes de su propia boca... Mickey Rourke sólo es un ligón. Un ex-mercenario que sólo quiere estar con una moza 30 años más joven que él, tatuar a sus compañeros, darles misiones y hacer amistosas competiciones de lanzamiento de cuchillos con Statham. Dolph Lundgren es sólo un tarado que ni siquiera sabe lo que quiere. Por el lado de los malos malísimos, sólo Stone Cold Steve Austin es digno de mención. Es un tipo duro, guardaspaldas del malévolo y ambicioso yankee, y la verdad, considero que se merecía más minutos de los que tuvo. Como mención especial, me pregunto por qué demonios Stallone dió papeles a los gemelos Nogueira, luchadores profesionales de MMA. No tienen ni una frase y no dan ni un solo puñetazo. Por no tener, ni un primer plano tuvieron. Vamos, que digo yo que hay muchos brasileños con cara de orangután, pero ya que escoges a dos expertos del Jiu Jitsu, al menos ponles a golpes con alguien y enseña al espectador que existen técnicas más allá de los puñetazos y patadas.
La primera mitad de la película, sinceramente, es soberanamente aburrida. Sin embargo, la segunda mitad es vibrante, endiabladamente entretenida, a destacar por encima de todo lo demás, las actuaciones de Jet Li y Jason Statham, dando frescura al arte de repartir, rompiendo con la sencillez vista en la peli hasta ese momento.
En fin, ¿Esta mal? No, es bastante divertida una vez se establece que lo importante es salvar a la chica. Pero podría haber sido mucho mejor. Ah, y tengo que decir esto antes de que acabe de escribir: Eché de menos a Jean Claude Van Damme. Por ningún motivo en especial, sólo que de todos los de su gremio, él es mi predilecto.
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