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Críticas ordenadas por utilidad
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7,3
6.721
9
1 de junio de 2011
1 de junio de 2011
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de verla me enfrentaba a esta película sin saber prácticamente nada de ella (salvo lo típico de haber visto referencias en alguna serie al maratón de baile), por eso quizás su verdadero fondo me sorprendió, así como su arriesgada realización, su planteamiento y su ejecución por parte de un Sydney Pollack que está visto que es capaz de lo mejor y de lo peor.
El planteamiento ya de por sí es atractivo: Años 30, grave crisis en EE.UU., nadie tiene nada que perder y gente que no tiene donde caerse muerta se apunta a un maratón de baile por parejas casi circense que tiene como premio final 1.500 dólares. Para ello deben aguantar días y días bailando (o al menos sin parar de moverse) sin apenas descanso. Todo para el divertimento de un pueblo deprimido por su situación, una excusa barata para disfrutar del sufrimiento de los demás organizado por gente sin escrúpulos.
Gloria (Jane Fonda), una persona fría, cínica y desencantada de la vida, acude al concurso pero antes de apuntarse su pareja es descalificada. Un dubitativo y tímido Robert (Michael Sarrazin) es instigado por la organización para que le acompañe cuando éste observaba desde la entrada.
Todo esto del baile, que visto así parece muy festivo (y cualquiera diría que la película trata sobre quién va a ganar el concurso y poco más) se va enturbiando según se nos van presentando los personajes y la crueldad del concurso se va imponiendo.
Soberbio trabajo de actores, desde los principales hasta un elenco de secundarios interpretando a un grupo de perdedores que lo bordan. Cómo olvidar al marine retirado, a la ingenua aspirante a actriz, a la embarazada (y su tosco marido), a la "entrañable" anciana de las gradas... y llegando hasta el organizador del baile, interpretado por un Gig Young que se llevó el Oscar por este papel.
Pero el alma de la película son Jane Fonda, simplemente fantástica como mujer dura y cortante que no admite preguntas personales, con el único objetivo de ganar el concurso, y ante todo desapegada del mundo que le ha tocado vivir; y Michael Sarrazin con su eterna mirada tierna y despistada, en un personaje tímido que deja entrever el mismo desasosiego que su accidental compañera de baile.
En los aspectos técnicos y cinematográficos hay que alabar la realización de este film, desarrollado prácticamente en dos escenarios (la pista de baile y la sala de descanso) y una sola localización, y que sin embargo agudiza al máximo el ingenio para evitar cualquier monotonía (aquí también tiene mucho que ver un espléndido guión, que constantemente nos va sorprendiendo según avanza el metraje).
Sigo en "spoiler" por falta de espacio, aunque no desvelo nada importante de la trama.
El planteamiento ya de por sí es atractivo: Años 30, grave crisis en EE.UU., nadie tiene nada que perder y gente que no tiene donde caerse muerta se apunta a un maratón de baile por parejas casi circense que tiene como premio final 1.500 dólares. Para ello deben aguantar días y días bailando (o al menos sin parar de moverse) sin apenas descanso. Todo para el divertimento de un pueblo deprimido por su situación, una excusa barata para disfrutar del sufrimiento de los demás organizado por gente sin escrúpulos.
Gloria (Jane Fonda), una persona fría, cínica y desencantada de la vida, acude al concurso pero antes de apuntarse su pareja es descalificada. Un dubitativo y tímido Robert (Michael Sarrazin) es instigado por la organización para que le acompañe cuando éste observaba desde la entrada.
Todo esto del baile, que visto así parece muy festivo (y cualquiera diría que la película trata sobre quién va a ganar el concurso y poco más) se va enturbiando según se nos van presentando los personajes y la crueldad del concurso se va imponiendo.
Soberbio trabajo de actores, desde los principales hasta un elenco de secundarios interpretando a un grupo de perdedores que lo bordan. Cómo olvidar al marine retirado, a la ingenua aspirante a actriz, a la embarazada (y su tosco marido), a la "entrañable" anciana de las gradas... y llegando hasta el organizador del baile, interpretado por un Gig Young que se llevó el Oscar por este papel.
Pero el alma de la película son Jane Fonda, simplemente fantástica como mujer dura y cortante que no admite preguntas personales, con el único objetivo de ganar el concurso, y ante todo desapegada del mundo que le ha tocado vivir; y Michael Sarrazin con su eterna mirada tierna y despistada, en un personaje tímido que deja entrever el mismo desasosiego que su accidental compañera de baile.
En los aspectos técnicos y cinematográficos hay que alabar la realización de este film, desarrollado prácticamente en dos escenarios (la pista de baile y la sala de descanso) y una sola localización, y que sin embargo agudiza al máximo el ingenio para evitar cualquier monotonía (aquí también tiene mucho que ver un espléndido guión, que constantemente nos va sorprendiendo según avanza el metraje).
Sigo en "spoiler" por falta de espacio, aunque no desvelo nada importante de la trama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Así vemos planos que acompañan a la acción y te impregnan de lo que están viviendo los personajes, ya sea su cansancio, su agobio (las carreras...), la presión a la que se ven sometidos, etc. Destacable también el uso por ejemplo de los flashes que van salpicando la narración, yo creo que una técnica aún novedosa y poco usada de la forma en que la usa Pollack antes de 'Danzad, danzad, malditos'.
Y todo bajo un fondo que denuncia la situación que cuenta la película y que podríamos trasladar perfectamente a nuestros días: La utilización sin escrúpulos de gente necesitada para que los demás disfruten de cómo sufren. Realmente hay poca diferencia entre estos maratones de los años 30 con público jaleando en las gradas y un reality show televisivo actual.
Es una película para descubrir y disfrutar, porque pese a todo lo dicho, apenas sabes lo que de verdad te vas a encontrar verdaderamente en la película hasta que la ves.
No termino sin apuntar la importancia del título original 'They shoot horses, Don't they?' sobre el que se inventaron para España 'Danzad, danzad, malditos', sobre todo porque uno sino no entiende que salgan caballos en los créditos iniciales, entre otras cosas.
Y todo bajo un fondo que denuncia la situación que cuenta la película y que podríamos trasladar perfectamente a nuestros días: La utilización sin escrúpulos de gente necesitada para que los demás disfruten de cómo sufren. Realmente hay poca diferencia entre estos maratones de los años 30 con público jaleando en las gradas y un reality show televisivo actual.
Es una película para descubrir y disfrutar, porque pese a todo lo dicho, apenas sabes lo que de verdad te vas a encontrar verdaderamente en la película hasta que la ves.
No termino sin apuntar la importancia del título original 'They shoot horses, Don't they?' sobre el que se inventaron para España 'Danzad, danzad, malditos', sobre todo porque uno sino no entiende que salgan caballos en los créditos iniciales, entre otras cosas.
5
8 de julio de 2011
8 de julio de 2011
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Típica y tópica sitcom para pre-adolescentes de la factoría de Dan Schneider, ese orondo señor que ha perpetrado el lamentable debut de la hermana de Britney Spears en 'Zoey 101', la floja 'Drake & Josh' y alguna más mínimamente salvable como 'Lo que me gusta de ti', pero siempre tirando de lo facilón y la moralina.
Vale, ya sabemos ante qué tipo de producto estamos. Ahora cabe valorarlo no al mismo rasero que las comedias de situación "buenas" sino, pues eso, como sit-com de usar y tirar para chavalines estadounidenses (y de medio mundo). En ese contexto hay que agradecer que 'iCarly' no sea una serie tan enormemente condescendiente como son las de Disney (en general Nickelodeon busca un tipo de serie menos maniqueísta, lo cual no quiere decir que hagan algo bueno... pero intención de ser menos encrespantes que las Hannah Montana y compañía al menos la tienen).
'iCarly' eleva un poco el listón del humor y tiene algunas puyas dentro de su inofensiva estructura de toda serie de estas características: A los protagonistas se les plantea un problema (normalmente con dilema moral de por medio), se suelen dejar tentar para al final resolver que lo mejor es no caer en la tentación y seguir siendo los buenos chicos de siempre.
La serie toma cierto cariz original por su idea: Tres adolescentes hacen un programa para su página de internet desde el sótano de su casa y pronto el programa alcanza una gran popularidad en la red. La serie va dando bandazos entre el programa, los problemas que supone y la vida diaria sobre todo de Carly (Miranda Cosgrove), la protagonista; su irresponsable hermano mayor Spencer (Jerry Trainor), su deslenguada amiga Sam (Jeannette McCurdy) y su otro amigo, encargado de la parte técnica del programa, Freddie (Nathan Kress).
Probablemente en la vida real esto de que unas adolescente emitan por internet nos sonaría bastante a chonis del Tuenti, pero la serie es bastante blanca aunque no insultantemente blanca, lo que es muy de agradecer y es por lo que se salva. No es buena, pero se deja ver sin pretensiones en los ratos muertos.
Sus guiones son bastante limitados y llenos de chistes descafeinados, pero también hay que reconocer que uno de cada diez puede tener su punto. Que oye, no es poco si tenemos en cuenta que 'Hannah Montana' (sic) debe tener como un chiste bueno cada... ¿12 episodios? ¿una temporada entera? No sé.
'iCarly' cuenta con un personaje fundamental que es el de la amiga de Carly, Sam, que aporta ese contrapunto de mala leche que tanto oxigena lo endeble de las historias que narran. De hecho la gran diferencia respecto a las series de Disney dirigidas al mismo sector de audiencia es esa pizca de ironía mucho más marcada.
No es gran cosa, pero haciendo un balance general, es de las series medio aceptables para el entretenimiento de un pre-adolescente. Por supuesto, no apto para adultos en busca de comedias "de verdad". Pero al menos no te revolverá el estómago.
Vale, ya sabemos ante qué tipo de producto estamos. Ahora cabe valorarlo no al mismo rasero que las comedias de situación "buenas" sino, pues eso, como sit-com de usar y tirar para chavalines estadounidenses (y de medio mundo). En ese contexto hay que agradecer que 'iCarly' no sea una serie tan enormemente condescendiente como son las de Disney (en general Nickelodeon busca un tipo de serie menos maniqueísta, lo cual no quiere decir que hagan algo bueno... pero intención de ser menos encrespantes que las Hannah Montana y compañía al menos la tienen).
'iCarly' eleva un poco el listón del humor y tiene algunas puyas dentro de su inofensiva estructura de toda serie de estas características: A los protagonistas se les plantea un problema (normalmente con dilema moral de por medio), se suelen dejar tentar para al final resolver que lo mejor es no caer en la tentación y seguir siendo los buenos chicos de siempre.
La serie toma cierto cariz original por su idea: Tres adolescentes hacen un programa para su página de internet desde el sótano de su casa y pronto el programa alcanza una gran popularidad en la red. La serie va dando bandazos entre el programa, los problemas que supone y la vida diaria sobre todo de Carly (Miranda Cosgrove), la protagonista; su irresponsable hermano mayor Spencer (Jerry Trainor), su deslenguada amiga Sam (Jeannette McCurdy) y su otro amigo, encargado de la parte técnica del programa, Freddie (Nathan Kress).
Probablemente en la vida real esto de que unas adolescente emitan por internet nos sonaría bastante a chonis del Tuenti, pero la serie es bastante blanca aunque no insultantemente blanca, lo que es muy de agradecer y es por lo que se salva. No es buena, pero se deja ver sin pretensiones en los ratos muertos.
Sus guiones son bastante limitados y llenos de chistes descafeinados, pero también hay que reconocer que uno de cada diez puede tener su punto. Que oye, no es poco si tenemos en cuenta que 'Hannah Montana' (sic) debe tener como un chiste bueno cada... ¿12 episodios? ¿una temporada entera? No sé.
'iCarly' cuenta con un personaje fundamental que es el de la amiga de Carly, Sam, que aporta ese contrapunto de mala leche que tanto oxigena lo endeble de las historias que narran. De hecho la gran diferencia respecto a las series de Disney dirigidas al mismo sector de audiencia es esa pizca de ironía mucho más marcada.
No es gran cosa, pero haciendo un balance general, es de las series medio aceptables para el entretenimiento de un pre-adolescente. Por supuesto, no apto para adultos en busca de comedias "de verdad". Pero al menos no te revolverá el estómago.
26 de junio de 2011
26 de junio de 2011
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simpática comedia firmada por el muy apreciable George Roy Hill creo que algo infravalorada, que sin ser nada del otro mundo si tiene sus cosas y guarda algunos aspectos bastante recordables y meritorios que hacen de ella una película que se ve con agrado.
Pese a lo que el título sugiere, el film no trata sobre Henry Orient en particular (un Peter Sellers que en este film no brilla demasiado, aunque un grande siempre es un grande y deja detalles) sino sobre dos adolescentes de 14 años, Val y Marian (Tippy Walker y Merrie Spaeth), colegialas de clase media-alta en busca de sí mismas en familias desestructuradas y con muchas ganas de escapar de la monotonía e imaginar historias muy propias de la adolescencia, como el amor platónico que Val profesa por el pianista Henry Orient que lleva a las dos inseparables amigas a emprender un objetivo común de conocer todo sobre él y perseguirle a escondidas. Lo que empieza como un pequeño juego va destapando algunos secretos en los que se ve involucrado el pianista y la propia Val.
Sin duda de lo que trata en el fondo 'El irresistible Henry Orient' es sobre el paso de la niñez a la adolescencia, un cambio vital importante, más allá de un hilo argumental que no es espectacular ni conciso pero sí mantiene el interés a través de dos colegialas en apariencia distintas pero que se compenetran a la perfección desde el momento en que se conocen. Mientras Marian es una niña feliz que vive con su madre y una amiga de esta, Val es una recién llegada que carece de un hogar estable y una familia "de verdad". Su desbordante imaginación y entusiasmo la llevan a meterse en algunos problemas.
En cuanto a su apartado técnico, es de destacar su variedad de planos y algunas secuencias destacables como esa alegoría de viveza "infantil" desbordante con las niñas saltando de mil formas a cámara lenta.
No es una comedia tan inocente como aparenta, aunque si muy bienintencionada. Uno de sus fallos es no profundizar en sus personajes. Además por el lado cómico tampoco es que sea muy brillante, más bien porque su trama es más de viaje iniciático y costumbrista que de golpes de humor. Su fuerte es la relación entre las dos amigas y la última parte del metraje se pierde en otros temas de menor interés.
Grandes actuaciones de las dos jóvenes protagonistas, debutantes en la actuación, sobre todo de una muy creíble Tippy Walker (Val). Como apunte curioso, ninguna de las dos siguió una carrera prolífica en el cine pese a ello: Tippy hizo alguna película y trabajos televisivos para retirarse en 1972 y dedicarse al arte y a la escritura. Por su parte Merrie Spaeth (Marian) no hizo carrera como actriz pero sin embargo ha llegado a ser una reconocida política, importante mujer de negocios de los medios de comunicación, periodista, escritora, profesora universitaria y también gran colaboradora de obras sociales. Toda una joya.
Una película no memorable pero sí audaz y agradable para pasar el rato.
Pese a lo que el título sugiere, el film no trata sobre Henry Orient en particular (un Peter Sellers que en este film no brilla demasiado, aunque un grande siempre es un grande y deja detalles) sino sobre dos adolescentes de 14 años, Val y Marian (Tippy Walker y Merrie Spaeth), colegialas de clase media-alta en busca de sí mismas en familias desestructuradas y con muchas ganas de escapar de la monotonía e imaginar historias muy propias de la adolescencia, como el amor platónico que Val profesa por el pianista Henry Orient que lleva a las dos inseparables amigas a emprender un objetivo común de conocer todo sobre él y perseguirle a escondidas. Lo que empieza como un pequeño juego va destapando algunos secretos en los que se ve involucrado el pianista y la propia Val.
Sin duda de lo que trata en el fondo 'El irresistible Henry Orient' es sobre el paso de la niñez a la adolescencia, un cambio vital importante, más allá de un hilo argumental que no es espectacular ni conciso pero sí mantiene el interés a través de dos colegialas en apariencia distintas pero que se compenetran a la perfección desde el momento en que se conocen. Mientras Marian es una niña feliz que vive con su madre y una amiga de esta, Val es una recién llegada que carece de un hogar estable y una familia "de verdad". Su desbordante imaginación y entusiasmo la llevan a meterse en algunos problemas.
En cuanto a su apartado técnico, es de destacar su variedad de planos y algunas secuencias destacables como esa alegoría de viveza "infantil" desbordante con las niñas saltando de mil formas a cámara lenta.
No es una comedia tan inocente como aparenta, aunque si muy bienintencionada. Uno de sus fallos es no profundizar en sus personajes. Además por el lado cómico tampoco es que sea muy brillante, más bien porque su trama es más de viaje iniciático y costumbrista que de golpes de humor. Su fuerte es la relación entre las dos amigas y la última parte del metraje se pierde en otros temas de menor interés.
Grandes actuaciones de las dos jóvenes protagonistas, debutantes en la actuación, sobre todo de una muy creíble Tippy Walker (Val). Como apunte curioso, ninguna de las dos siguió una carrera prolífica en el cine pese a ello: Tippy hizo alguna película y trabajos televisivos para retirarse en 1972 y dedicarse al arte y a la escritura. Por su parte Merrie Spaeth (Marian) no hizo carrera como actriz pero sin embargo ha llegado a ser una reconocida política, importante mujer de negocios de los medios de comunicación, periodista, escritora, profesora universitaria y también gran colaboradora de obras sociales. Toda una joya.
Una película no memorable pero sí audaz y agradable para pasar el rato.
10
11 de mayo de 2006
11 de mayo de 2006
21 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es extenso y amplio, sin embargo el concepto cinematográfico se queda pequeño para la obra maestra que es 'El viaje de Chihiro', una de las mejores películas de la historia del cine (si, de todo el cine) para el mundo en general, para mi en particular la mejor película que se ha realizado. ¿Por qué puedo hacer una afirmación tan categórica? Pues porque 'El viaje de Chihiro' hechiza, emociona, hipnotiza, te sumerge en un mundo maravilloso y en una historia inusualmente mágica, poética incluso filosófica basada sobre todo en los sentidos y los sentimientos. Cómo cada pequeño detalle significa algo para pensar, cómo no hay nada gratuito y todo tiene un por qué, cómo todos los elementos se conjugan de manera tan armoniosa para crear lo más cercano a la perfección narrativa y visual.
El carisma de Chihiro traspasa los sentimientos para meterse dentro del espectador. El miedo de una niña asustada y su decisión, su coraje, sus buenos sentimientos que contrastan con los turbios deseos de los que la rodean, los buenos que no son tan buenos y los malos que no son tan malos, los cambios de personalidad que se reflejan físicamente... Todo es simplemente una maravilla irrepetible.
Desde el planteamiento hasta el final es una sucesión de hechos que deja ensimismado al más exigente cinéfilo (cinéfilo de verdad, se entiende).
Única e imprescindible, simplemente una genialidad salida de un gran genio que encontró unión y reconocimiento a toda su enorme trayectoria con 'El viaje de Chihiro', Hayao Miyazaki.
El carisma de Chihiro traspasa los sentimientos para meterse dentro del espectador. El miedo de una niña asustada y su decisión, su coraje, sus buenos sentimientos que contrastan con los turbios deseos de los que la rodean, los buenos que no son tan buenos y los malos que no son tan malos, los cambios de personalidad que se reflejan físicamente... Todo es simplemente una maravilla irrepetible.
Desde el planteamiento hasta el final es una sucesión de hechos que deja ensimismado al más exigente cinéfilo (cinéfilo de verdad, se entiende).
Única e imprescindible, simplemente una genialidad salida de un gran genio que encontró unión y reconocimiento a toda su enorme trayectoria con 'El viaje de Chihiro', Hayao Miyazaki.
7
9 de julio de 2011
9 de julio de 2011
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Penúltimo trabajo de Satoshi Kon como director antes de su prematuro fallecimiento en 2010. No es fácil hacer una crítica de un corto tan corto que solo dura 1 minuto. Pero la genialidad de Kon daba para hacer que un minuto resultara fascinante.
Muy abierto a la interpretación, el corto es simplemente el despertar de una joven en un pequeño apartamento. O dos despertares que en realidad son uno mismo... además de una referencia a su cumpleaños que abre el abanico de posibilidades para dar rienda suelta a la imaginación.
Su belleza plástica resulta cautivadora, su música, sus sonidos (gran momento bajo la ducha) y la sensación entre la realidad y el sueño a la vez que la cotidianidad de la propuesta logran que sea una experiencia muy efectiva.
Satoshi Kon siempre fue un grande.
Muy abierto a la interpretación, el corto es simplemente el despertar de una joven en un pequeño apartamento. O dos despertares que en realidad son uno mismo... además de una referencia a su cumpleaños que abre el abanico de posibilidades para dar rienda suelta a la imaginación.
Su belleza plástica resulta cautivadora, su música, sus sonidos (gran momento bajo la ducha) y la sensación entre la realidad y el sueño a la vez que la cotidianidad de la propuesta logran que sea una experiencia muy efectiva.
Satoshi Kon siempre fue un grande.
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