Uno de los autores que otorga renombre a esta edición del Festival de Sitges es Michael Winterbottom, del que podemos ver su último filme que toma como base el caso Amanda Knox de hace unos años.

A partir de un documentalista que llega en pleno juicio del caso y al que se le encarga crear un largometraje sobre el caso, ayudado por una periodista que sigue todo el caso para varios medios internacionales.

El caso de la película interesa poco a Winterbottom, su narración es irregular y se diluye cuanto más avanza el metraje, porfundizando más en la creación de una obra artística y de lo que rodea al individuo creador que no la trama del crimen y los juzgados que le suceden.

Las referencias a artistas y creadores son evidentes, sobretodo en el caso de Dante Alighieri y su Divina Comedia con el que la película busca paralelismos. Aunque es evidente que el filme y su desarrollo van a decepcionar a muchos también va a sorprender a unos cuantos su cambio de rumbo y su atrevimiento; algo no tan sorprendente en Winterbottom y su filmografía.

Un filme irregular pero tremendamente magnético que profundiza en la creación artística más que interesarse en el particular caso, destacando un buen Daniel Brühl y una enigmática Cara Delevingne.

El Crítico Inquilino

El genial e irregular director Peter Bogdanovich, creador de recordados filmes como La última película (1971) busca homenajear la comedia de enredos y a cineastas como Hawks y Lubitsch en esta agradable cinta a la que por otro lado le falta la pura esencia que los tiempos actuales no pueden dar.

El filme se mueve con gracia y deja grandes personajes y momentos y aunque en ciertos instantes nos devuelve el espíritu y calidad que genios como Lubitsch dotaron a la comedia. Todo deja algo frío, como si el cine y nuestra cultura actual ya no necesite este tipo de cine.

Un ejercicio-homenaje que se levanta gracias a un coral y estupendo reparto en el que destaca la joven y talentosa Imogen Poots, desprendiendo una gran seguridad en la comedia, además de destacar a una cada vez más cómoda en el género Jennifer Aniston. Un filme de otro tiempo que también recuerda a alguna comedia menor de Woody Allen y que convencerá medianamente a los fans de la comedia clásica.

Uno de los directores míticos del cine ochentero con títulos como Gremlins y Exploradores vuelve con esta comedia de terror fallida, que deja totalmente frío al espectador por su estilo anclado a los ochenta faltándole riesgo y dejando una película muy poco perdurable.

Dante mantiene todas las bases de la comedia de Serie B ochentera siendo un ejercicio naif pero funcionando bien en su forma de screwball comedy y en sus momentos cinéfilos, siempre presentes en este tipo de filmes.

Una especie de comedia de enredo contemporánea sobre una novia posesiva que no dejará ni aceptará la ruptura con su novio ni después de su muerte. Una comedia entretenida pero poco brillante que se queda anclada en el espíritu de los ochenta sin dejar ningún momento más o menos memorable.

Juan Miguel del Castillo debuta con este honesto drama social sobre la situación de una madre soltera en los tiempos actuales y que se llevó la mayor ovación (además del Premio del Público y el de la Mejor Actriz) en el Festival de Málaga de este año.

A partir del honesto retrato de la situación social de una madre soltera y su hijo, del Castillo firma la película que habla del aquí y ahora, de la situación de nuestro país ahora mismo con una gran honestidad y claridad, sin buenos ni malos y que remite al cine de los hermanos Dardenne, aunque no contenga la poesia que los belgas añaden a sus humildes filmes.

La jóven Natalia de Molina se mete en la piel de la protagonista con abrumadora verdad formando además una conmovedora química con su hijo en la ficción, Jaime López; retratando la miseria y dignidad que muchas mujeres viven en estos duros tiempos.

Uno de los retratos sociales más honestos de los últimos años, realizada aquí, para los espectadores de aquí. Una película sobre nuestra dura situación actual llena de gran honestidad y sin populismos.

El Crítico Inquilino

Noah Baumbach uno de los nombres laureados del cine independiente actual vuelve a moverse en el terreno de la comedia reflexiva con igual gracia y chispa que maestros como Woody Allen tras filmes como Frances Ha (2012) o Una historia de Brooklyn (2005).

Baumbach vuelve a crear un gran relato sobre el miedo al paso del tiempo y la madurez a partir de esa pareja protagonista ya entrada en los cuarenta que a partir de conocer a una pareja jóven (con gustos muy hipsters) y de recordarles a ellos buscan resurgir la chispa de cuando eran jóvenes veinteañeros.

El filme se mueve a partir de sus geniales personajes en un retrato de grises conmovedora, y aunque a veces la excentricidad pueda llevar al espectador a tomar cierta distancia, los personajes y las interpretaciones tienen el suficiente gancho para sentir en ellos ese miedo al tiempo y la diferencia generacional en el modo de vida.

Baumbach forma aquí una de sus mejores y más accesibles obras a partir de buscar las reacciones chispeantes de sus intérpretes (donde destaca una encantadora Watts) y al formalizar una de los relatos más honestos sobre la diferencia generacional del mundo actual. Un encantador filme imperdible para toda la esfera indie.