Godzilla vs Kong (2021). La verdad es que después de ver en el cine de mi barrio Godzilla vs Kong, me quedo tan frío como cuando tras entusiasmarme con una película, el crítico 'enterado' de turno la destroza sin piedad, regodeándose en su autocomplacencia y sentido de la superioridad soberbia. Godzilla vs Kong es una película que se resume de una manera muy sencilla: Godzilla odia a Kong, Kong odia a Godzilla, lo cual los lleva a darse de tortas durante dos horas. Mientras los titanes se zurraban de forma inmisericorde, mi mente divagaba pensando en lo que han prosperado los efectos visuales, en lo magnífica que estaba Rebeca Hall en aquella película de Ben Affleck titulada The Town Ciudad de ladrones, y lo bien que lo hace Millie Bobby Brown, que con apenas 17 años es una actriz de carácter, seguro que lo forjó en Stranger Things. Al final de la película tuve un ligero despertar y pude contemplar ese final que eternamente invita a una continuación. Luego seguí absorto en mis mundos de Snoopy y en el bocadillo de tortilla a la española que se estaba comiendo mi vecino de butaca mientras una chica, en la fila de delante, roía con fruición las últimas palomitas de su cubo de cartón.

Después de visionar House of Gucci (2021), solo puedo afirmar que Ridley Scott no ha perdido su toque de gran contador de historias. Bien es verdad que en El Último Duelo se perdió en un guión reiterativo, aunque su maestría en la realización obligaba a saborear con fruición cada plano, cada imagen del montaje, cada tratamiento de la luz que aparecía en la pantalla y cada sugerente elemento que enriquecía una ambientación exquisita.

House Of Gucci es la historia de la casa Gucci, por lo menos la historia de su final como negocio de los Gucci, y es precisamente eso, una historia, con todo lo que acarrea serlo: intriga, sorpresa, sobresalto, indignación, solidaridad, empatía , odio hacia ciertos personajes.

House of Gucci es una película magnífica porque cuenta de forma magnífica una gran historia, y todo ello aderezado con las grandes actuaciones de Al Pacino, Adam Driver y una increíble Lady Gaga, que uno se pregunta por qué no hace más cine, ya que nos dejó gratamente impactados con Ha Nacido Una Estrella (2018), y ahora se ratifica como un auténtico animal cinematográfico.

Si proyectan House of Gucci en el cine de tu barrio vela, porque es cine del de antes: te cuentan una historia y se acabó.

Dreamland (2020), protagonizada y producida por Margot Robbie.
En estos tiempos tan confusos de pandemia, el mundo del cine ha recibido varios cambios en un intento de adaptarse a la situación ( cine inextinguible que siempre sobrevive), uno de ellos es el estreno de películas al mismo tiempo en salas y en plataformas streaming, y otro que las estrellas de renombre producen películas para mantenerse activas. Margot Robbie, que ya ha demostrado sobradamente su valía como actriz (Yo, Tonya), y su belleza inexpugnable, produce Dreamland,

Día de Lluvia en Nueva York (2019), dirigida por Woody Allen.
La última película que había visto de Woody Allen era Café Society (2017), y recuerdo que fue una buena película. Tenía ganas de visionar lo último del genio de Manhattan.
Día de Lluvia en Nueva York es una deliciosa comedia romántica donde Allen nos demuestra lo mucho que ama a la Gran Manzana.
Una película que no se puede contemplar sin dejar de sonreír y donde brillan por su talento una genial Elle Fanning, un muy austero pero eficaz Timothée Chalamet y una fuerza de la naturaleza como es Selena Gomez, que sigue demostrando que en buenas manos tiene mucho que aportar como actriz.

Emma (2020), con la participación de Anya Taylor Joy. Película exquisita que adapta muy bien la novela del mismo nombre de Jean Austen. Los hechos básicos son los mismos, pero el marco emocional donde se desarrolla la historia de los personajes está adaptado al tiempo presente. Siempre es una delicia leer a Jean Austen, y en este caso lo ha sido contemplar en imágenes esta adaptación; eso sí, fundamental haber leído la novela para no perderse en la trama y, lo que es más importante, comprender más en profundidad a los personajes y arroparlos con las emociones que nos produjeron cuando conocimos sus andanzas sobre papel impreso.