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4,9
8.044
5
19 de abril de 2023
19 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terrifier es una película que se ha hecho un pequeño hueco entre los fans del género de terror, gracias a una dirección correcta de Damien Leone, pero, sobre todo, por la estrella de la función, Art.
Un payaso silencioso que sale en las noches de Halloween para realizar asesinatos, y que está al acecho de nuestras dos protagonistas, Tara y Dawn, dos chicas fiesteras que pagarán la desdicha de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Buscando rememorar los años dorados del género de terror
Desde el minuto 1, en un algo extraño prólogo en forma de entrevista, donde ya nos deja clara la película, cierto toque gamberro y de desenfreno, vamos a ver en Terrifier una película que mira mucho al pasado del género; esos inolvidables años 80 donde reinaba el slasher en la cartelera.
Y lo cierto es que esto lo consigue, en parte, no faltarán guiños a Pesadilla en Elm Street, o hasta de la más reciente Saw, con Art dando vueltas en círculos montado en un diminuto triciclo; todo ello con una comedia marcada, con ganas de irse a extremos, y, si bien, en calidad, la película queda lejos de mucho de lo que homenajea, los fans del terror se sentirán satisfechos por estos guiños.
Y no será esto lo único que contentará a la fanaticada; Terrifier cuenta con grandes escenas de muertes, siendo explícita, generosa en la cantidad de sangre que muestra e impactando; no faltarán cortes y apuñalamientos; escenas que todo director de slasher debe prestar atención y cuidar mucho estéticamente y aquí se consigue esto.
Es una pena que Terrifier no cuente con un guion más cuidado, quizás su mayor lastre. Cuando Art, indiscutible protagonista, no está en pantalla, la cosa pierde bastante más de lo que debería; su historia es sencilla, de diálogos realmente flojos en todo momento, a ratos todo es un desfile de tópicos, algunos agradables de la que el propio director se regodea, pero están presentes otros, en su mayoría para hacer que la trama avance, que dan algo de aburrimiento a lo que nos cuenta.
Las escenas de Art son las que salen mejor paradas, brutal en varias de sus muertes, y dando alguna sorpresa, sobre todo una que ocurre en el minuto 40 más o menos que no vi venir. A ello le sumamos un juego con el escenario bueno, que se aprovecha para momentos de persecución, de jumpscares y de encuentros fortuitos. Gran parte de la película, además, ocurre en una misma localización, acentuando un poco más la sensación de juego de gato y ratón que dedicará la película varios minutos.
Como no podía ser de otro modo, Art es lo mejor de la película con diferencia. Empezando con cierto misterio y demostrando su mala leche y crueldad sobre sus víctimas. El personaje recuerda bastante a Michael Myers (Saga Halloween) por sus silencios constantes sin llegar a dar una sensación de omnipresencia, aderezado con algo de humor directo, aprovechándose de su condición de payaso, usando alguna bocina para atormentar más a sus víctimas o gesticulando sarcásticamente.
No colocaré a Art como un clásico instantáneo de este género, pero hay que admitir que no es tampoco un personaje que cae rápidamente en el olvido como muchos otros villanos que podemos ver en otras películas; de hecho, agradecí mucho la sencillez del personaje. Lo peor de él son los minutos finales, sin entrar en spoilers, auguran algo del personaje que, aunque aún no puedo confirmar por no haber visto la secuela, no sería precisamente el camino que más me entusiasmaría, pero bueno, que eso no quite las escenas que nos regala aquí.
El resto de personajes se quedan a la sombra del payaso. Muchos de ellos desde un primer momento cuentan con la etiqueta de carnaza en la frente, y no logra desprenderse de ella, siendo lo que mejor aportan al final son muertes interesantes. Salvaría de la quema al personaje de Tara (Jenna Kanell), sin ser una actuación que sorprenda, refleja bien ese personaje de scream queen clásica, siendo esa chica con mente algo más fría, más racional, que lucha y se enfrenta, lograron en este personaje recoger y mostrar bien eso aunque en sí mismo tampoco destaque demasiado.
Tanto Art como la banda sonora, a cargo de Paul Wiley, homenajean bastante a los años dorados del terror en el cine. Todo suena como debe de sonar, sin embargo, creo que pudo haberse dado algo más de presencia a la banda sonora en algunas escenas y no estar tan al fondo. It Follows mismamente, nos transportaba mejor a aquellos años gracias a su sonido, y Terrifier creo que podía haberlo conseguido de mejor forma de lo que intenta hacer.
Los efectos especiales y, sobre todo, el maquillaje, es uno de los apartados correctos de la película, se nota que es un aspecto de la película que han prestado especial atención, ya que, realmente, tampoco estamos ante una película de gran presupuesto.
Conclusiones
Me hubiese gustado que me gustase un poco más Terrifier, la sencillez de su conjunto y sus ganas de ser una golosina para los fanáticos del terror como me considero, pero me ha aburrido en varias partes debido a las debilidades de su guion; y es que cuando no está Art en pantalla la película pierde demasiado en muchas de sus escenas. Y es una pena, porque Art no es el único acierto que tenemos aquí.
Pese a todo, no es una película de suspenso, es más, se nota en ella cierta honestidad, mostrando especial atención a aquellos colores que dan vida a los géneros que trata la película. Si lo que buscas es una golosina del género para pasar el rato, en forma de slasher con extra de sangre, no lo vas a pasar mal con la película, y, al final, esa creo que era la mayor intencionalidad de esta película.
https://marmotacinefila.com/2023/04/18/critica-terrifier-2016/
Un payaso silencioso que sale en las noches de Halloween para realizar asesinatos, y que está al acecho de nuestras dos protagonistas, Tara y Dawn, dos chicas fiesteras que pagarán la desdicha de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Buscando rememorar los años dorados del género de terror
Desde el minuto 1, en un algo extraño prólogo en forma de entrevista, donde ya nos deja clara la película, cierto toque gamberro y de desenfreno, vamos a ver en Terrifier una película que mira mucho al pasado del género; esos inolvidables años 80 donde reinaba el slasher en la cartelera.
Y lo cierto es que esto lo consigue, en parte, no faltarán guiños a Pesadilla en Elm Street, o hasta de la más reciente Saw, con Art dando vueltas en círculos montado en un diminuto triciclo; todo ello con una comedia marcada, con ganas de irse a extremos, y, si bien, en calidad, la película queda lejos de mucho de lo que homenajea, los fans del terror se sentirán satisfechos por estos guiños.
Y no será esto lo único que contentará a la fanaticada; Terrifier cuenta con grandes escenas de muertes, siendo explícita, generosa en la cantidad de sangre que muestra e impactando; no faltarán cortes y apuñalamientos; escenas que todo director de slasher debe prestar atención y cuidar mucho estéticamente y aquí se consigue esto.
Es una pena que Terrifier no cuente con un guion más cuidado, quizás su mayor lastre. Cuando Art, indiscutible protagonista, no está en pantalla, la cosa pierde bastante más de lo que debería; su historia es sencilla, de diálogos realmente flojos en todo momento, a ratos todo es un desfile de tópicos, algunos agradables de la que el propio director se regodea, pero están presentes otros, en su mayoría para hacer que la trama avance, que dan algo de aburrimiento a lo que nos cuenta.
Las escenas de Art son las que salen mejor paradas, brutal en varias de sus muertes, y dando alguna sorpresa, sobre todo una que ocurre en el minuto 40 más o menos que no vi venir. A ello le sumamos un juego con el escenario bueno, que se aprovecha para momentos de persecución, de jumpscares y de encuentros fortuitos. Gran parte de la película, además, ocurre en una misma localización, acentuando un poco más la sensación de juego de gato y ratón que dedicará la película varios minutos.
Como no podía ser de otro modo, Art es lo mejor de la película con diferencia. Empezando con cierto misterio y demostrando su mala leche y crueldad sobre sus víctimas. El personaje recuerda bastante a Michael Myers (Saga Halloween) por sus silencios constantes sin llegar a dar una sensación de omnipresencia, aderezado con algo de humor directo, aprovechándose de su condición de payaso, usando alguna bocina para atormentar más a sus víctimas o gesticulando sarcásticamente.
No colocaré a Art como un clásico instantáneo de este género, pero hay que admitir que no es tampoco un personaje que cae rápidamente en el olvido como muchos otros villanos que podemos ver en otras películas; de hecho, agradecí mucho la sencillez del personaje. Lo peor de él son los minutos finales, sin entrar en spoilers, auguran algo del personaje que, aunque aún no puedo confirmar por no haber visto la secuela, no sería precisamente el camino que más me entusiasmaría, pero bueno, que eso no quite las escenas que nos regala aquí.
El resto de personajes se quedan a la sombra del payaso. Muchos de ellos desde un primer momento cuentan con la etiqueta de carnaza en la frente, y no logra desprenderse de ella, siendo lo que mejor aportan al final son muertes interesantes. Salvaría de la quema al personaje de Tara (Jenna Kanell), sin ser una actuación que sorprenda, refleja bien ese personaje de scream queen clásica, siendo esa chica con mente algo más fría, más racional, que lucha y se enfrenta, lograron en este personaje recoger y mostrar bien eso aunque en sí mismo tampoco destaque demasiado.
Tanto Art como la banda sonora, a cargo de Paul Wiley, homenajean bastante a los años dorados del terror en el cine. Todo suena como debe de sonar, sin embargo, creo que pudo haberse dado algo más de presencia a la banda sonora en algunas escenas y no estar tan al fondo. It Follows mismamente, nos transportaba mejor a aquellos años gracias a su sonido, y Terrifier creo que podía haberlo conseguido de mejor forma de lo que intenta hacer.
Los efectos especiales y, sobre todo, el maquillaje, es uno de los apartados correctos de la película, se nota que es un aspecto de la película que han prestado especial atención, ya que, realmente, tampoco estamos ante una película de gran presupuesto.
Conclusiones
Me hubiese gustado que me gustase un poco más Terrifier, la sencillez de su conjunto y sus ganas de ser una golosina para los fanáticos del terror como me considero, pero me ha aburrido en varias partes debido a las debilidades de su guion; y es que cuando no está Art en pantalla la película pierde demasiado en muchas de sus escenas. Y es una pena, porque Art no es el único acierto que tenemos aquí.
Pese a todo, no es una película de suspenso, es más, se nota en ella cierta honestidad, mostrando especial atención a aquellos colores que dan vida a los géneros que trata la película. Si lo que buscas es una golosina del género para pasar el rato, en forma de slasher con extra de sangre, no lo vas a pasar mal con la película, y, al final, esa creo que era la mayor intencionalidad de esta película.
https://marmotacinefila.com/2023/04/18/critica-terrifier-2016/

8,0
169.070
9
2 de abril de 2023
2 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Million Dollar Baby es de esas películas que trasciende su género base; calificarla como una película de boxeo es quedarse corto, pues, en el fondo, este subgénero —que rinde tributo con grandes escenas en el ring— me parece más un pretexto para unos mensajes más poderosos que encierran no solo la película en sí misma, sino el corazón de sus 3 personajes protagonistas.
"La magia de arriesgarlo todo por un sueño que nadie más ve, excepto tú"
Con esta increíble frase podríamos resumir gran parte del personaje de Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una treintañera que empieza a practicar en un club de boxeo en decadencia, dirigido por Frankie Dunn (Clint Eastwood) y Eddie (Morgan Freeman), el boxeo ha dejado una huella en la vida de ellos, ha cambiado sus vidas. El boxeo es su ingreso económico, su pasado, protagonista de la nostalgia personal de estos 2 hombres, y de la ilusión de Maggie, y, en parte, lo único que tienen estos 3 personajes en esta etapa de sus vidas.
No puedo explicar lo mucho que amé el personaje de Maggie. Hasta el final. Personaje al pie del cañón, soportando un infierno tan duro como puede ser la frivolidad de una familia que nunca le importaste, y agarrando con sus manos ese sueño propio que tiene y que no piensa soltar. Podrá parecer un personaje ya visto en muchas historias de este tipo y tampoco es excesivamente complejo, pero no hay nada tan inspirador como ver a alguien luchar por lo que realmente ama. Y esto lo refleja este personaje.
El trío de oro del reparto lo completa un Clint Eastwood que empiezas odiando y acabas amando, manteniendo ese personaje de hombre duro, hermético, que tanto le gusta al actor hacer realmente. Si para Maggie el boxeo es futuro, para el personaje de Clint supone un presente y un pasado que le tiene atado, sabe que no puede vivir sin él, y el infierno personal del personaje es mostrado sutilmente durante la película —un infierno parecido al que sufre Maggie por dentro, el de no tener lazos con personas que te importan—. Es difícil empatizar con este personaje al principio, y es imposible no hacerlo en la recta final de la cinta.
El último, Morgan Freeman. Secundario de lujo y pozo enorme de sabiduría en esta película. Para él el boxeo es un pasado en parte doloroso, con secuelas físicas y anímicas, una elegante sensación de nostalgia envuelve a este personaje y que actúa como pequeña luz cuando los golpes dan tan fuertes que no te permiten ver nada más que oscuridad. Como ocurre en "Cadena Perpetua", su voz en off da un humanismo y profundidad enorme a este relato sobre luchar y sacar fuerzas.
No me olvido de los secundarios, aquí sí que es cierto que algunos personajes necesitan un tratamiento más profundo, pues se nota un poco que algunos están para cumplir un cometido concreto, y, aunque todos los consiguen, una pequeña sensación de superficialidad en algunos casos está ahí.
Obra mayor de un director experimentado
Poca gente aparte de Eastwood demuestra ser tan buen actor y a la vez director. Aquí tenemos una película rodada de una manera realista, cercana, apta para todos, pero también cruda cuando lo necesita. Los combates logran crear tensión sin caer en espectáculos exagerados, pero es que no son nada en comparación a la carga dramática que expone a los personajes en ciertos momentos. Por decir algo, eché en falta algo más de agilidad en los primeros 20 minutos, quizás los más flojos de la película, pero necesarios para entender a Frank.
En contraste, unos 40 últimos minutos brillantes. Emocionantes. De puño en el corazón y de aplaudir cuando aparecen los créditos. Ya lo advirtió una música extrañamente dulce y sentimental, muy alejada a lo que debería sonar en plena ebullición de sensaciones que solo da un estadio lleno de personas vitoreando tu nombre artístico. Aquí el combate se libra dentro de cada personaje.
Estéticamente, también resalta la película en su tramo final, con un juego de luces que tiene un gran significado que el espectador puede percatarse sin problemas. Aunque con lo que más me quedo es con los protagonistas de esta historia.
Película inspiradora
Si bien el reparto me ha parecido el mejor aspecto de la película, lo que considero más meritorio de la cinta son sus poderosos mensajes. Algunos difíciles de tratar y de exponer, otros directamente dolorosos. Me encantó el uso de la creencia y la religión en esta película, todo un ungüento para las heridas del personaje de Frank por su pasado y presente, alguna vez he leído que la película es algo efectista en sus momentos más dramáticos. Yo creo que si el golpe de drama que recibe el espectador logra su función, hay que darle el mérito y no son pocos los golpes que hay en esta historia.
Pero voy a dejar para el final la mayor huella que me ha dejado la película de Eastwood. O quizás los mayores moratones, en forma de valiosas enseñanzas, una que nos han dicho antes y de muchas formas, pero que nunca hay que olvidar: y es que no debes apartar la mirada de aquello que realmente amas. Y decidir emprender un camino largo hacia tus sueños no es solo un acto de valentía, sino también una pequeña victoria en sí misma.
Por supuesto, la película guarda varios mensajes más. Algunos de ellos, polémicos, pero me voy a quedar con los mensajes que abrazan el valor de la determinación y autosuperación; Million Dollar Baby no me ha enseñado lo hermoso que es este camino, pero sí me lo ha recordado, y que si hay algo por lo que merece la pena luchar e incluso ser un poco egoísta, es por alcanzar la felicidad de uno mismo.
En fin, que sin dar excesivos rodeos, y pese a que es una película que no inventa nada, es de las pocas películas que con sus finos dedos han acariciado un poquito de mi alma y me ha recordado lo hermoso que es también luchar por tus sueños y contra tus problemas. Una película que me ha ayudado a crecer personalmente.
https://marmotacinefila.com/2023/03/29/critica-million-dollar-baby-2004/
"La magia de arriesgarlo todo por un sueño que nadie más ve, excepto tú"
Con esta increíble frase podríamos resumir gran parte del personaje de Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una treintañera que empieza a practicar en un club de boxeo en decadencia, dirigido por Frankie Dunn (Clint Eastwood) y Eddie (Morgan Freeman), el boxeo ha dejado una huella en la vida de ellos, ha cambiado sus vidas. El boxeo es su ingreso económico, su pasado, protagonista de la nostalgia personal de estos 2 hombres, y de la ilusión de Maggie, y, en parte, lo único que tienen estos 3 personajes en esta etapa de sus vidas.
No puedo explicar lo mucho que amé el personaje de Maggie. Hasta el final. Personaje al pie del cañón, soportando un infierno tan duro como puede ser la frivolidad de una familia que nunca le importaste, y agarrando con sus manos ese sueño propio que tiene y que no piensa soltar. Podrá parecer un personaje ya visto en muchas historias de este tipo y tampoco es excesivamente complejo, pero no hay nada tan inspirador como ver a alguien luchar por lo que realmente ama. Y esto lo refleja este personaje.
El trío de oro del reparto lo completa un Clint Eastwood que empiezas odiando y acabas amando, manteniendo ese personaje de hombre duro, hermético, que tanto le gusta al actor hacer realmente. Si para Maggie el boxeo es futuro, para el personaje de Clint supone un presente y un pasado que le tiene atado, sabe que no puede vivir sin él, y el infierno personal del personaje es mostrado sutilmente durante la película —un infierno parecido al que sufre Maggie por dentro, el de no tener lazos con personas que te importan—. Es difícil empatizar con este personaje al principio, y es imposible no hacerlo en la recta final de la cinta.
El último, Morgan Freeman. Secundario de lujo y pozo enorme de sabiduría en esta película. Para él el boxeo es un pasado en parte doloroso, con secuelas físicas y anímicas, una elegante sensación de nostalgia envuelve a este personaje y que actúa como pequeña luz cuando los golpes dan tan fuertes que no te permiten ver nada más que oscuridad. Como ocurre en "Cadena Perpetua", su voz en off da un humanismo y profundidad enorme a este relato sobre luchar y sacar fuerzas.
No me olvido de los secundarios, aquí sí que es cierto que algunos personajes necesitan un tratamiento más profundo, pues se nota un poco que algunos están para cumplir un cometido concreto, y, aunque todos los consiguen, una pequeña sensación de superficialidad en algunos casos está ahí.
Obra mayor de un director experimentado
Poca gente aparte de Eastwood demuestra ser tan buen actor y a la vez director. Aquí tenemos una película rodada de una manera realista, cercana, apta para todos, pero también cruda cuando lo necesita. Los combates logran crear tensión sin caer en espectáculos exagerados, pero es que no son nada en comparación a la carga dramática que expone a los personajes en ciertos momentos. Por decir algo, eché en falta algo más de agilidad en los primeros 20 minutos, quizás los más flojos de la película, pero necesarios para entender a Frank.
En contraste, unos 40 últimos minutos brillantes. Emocionantes. De puño en el corazón y de aplaudir cuando aparecen los créditos. Ya lo advirtió una música extrañamente dulce y sentimental, muy alejada a lo que debería sonar en plena ebullición de sensaciones que solo da un estadio lleno de personas vitoreando tu nombre artístico. Aquí el combate se libra dentro de cada personaje.
Estéticamente, también resalta la película en su tramo final, con un juego de luces que tiene un gran significado que el espectador puede percatarse sin problemas. Aunque con lo que más me quedo es con los protagonistas de esta historia.
Película inspiradora
Si bien el reparto me ha parecido el mejor aspecto de la película, lo que considero más meritorio de la cinta son sus poderosos mensajes. Algunos difíciles de tratar y de exponer, otros directamente dolorosos. Me encantó el uso de la creencia y la religión en esta película, todo un ungüento para las heridas del personaje de Frank por su pasado y presente, alguna vez he leído que la película es algo efectista en sus momentos más dramáticos. Yo creo que si el golpe de drama que recibe el espectador logra su función, hay que darle el mérito y no son pocos los golpes que hay en esta historia.
Pero voy a dejar para el final la mayor huella que me ha dejado la película de Eastwood. O quizás los mayores moratones, en forma de valiosas enseñanzas, una que nos han dicho antes y de muchas formas, pero que nunca hay que olvidar: y es que no debes apartar la mirada de aquello que realmente amas. Y decidir emprender un camino largo hacia tus sueños no es solo un acto de valentía, sino también una pequeña victoria en sí misma.
Por supuesto, la película guarda varios mensajes más. Algunos de ellos, polémicos, pero me voy a quedar con los mensajes que abrazan el valor de la determinación y autosuperación; Million Dollar Baby no me ha enseñado lo hermoso que es este camino, pero sí me lo ha recordado, y que si hay algo por lo que merece la pena luchar e incluso ser un poco egoísta, es por alcanzar la felicidad de uno mismo.
En fin, que sin dar excesivos rodeos, y pese a que es una película que no inventa nada, es de las pocas películas que con sus finos dedos han acariciado un poquito de mi alma y me ha recordado lo hermoso que es también luchar por tus sueños y contra tus problemas. Una película que me ha ayudado a crecer personalmente.
https://marmotacinefila.com/2023/03/29/critica-million-dollar-baby-2004/
8
23 de abril de 2023
23 de abril de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que tenemos hoy es una película realmente buena, con un director y guionista detrás que se ha consagrado merecidamente en este género, gracias a un historial interesantísimo, con obras como las estimables El Jardín de las Palabras (2013), 5 centímetros por segundo (2007) o la multipremiada Your Name (2016), película que, además, han perfilado bastante bien muchas características ya propias de su cine.
Suzume es su producto más reciente. No exenta de la ambición y el preciosismo constante de sus dos últimas obras, pero asumiendo el riesgo de apostar por una historia más aventurera que no se olvida de ser esculpida por los cinceles que ya podemos considerar favoritos de este gran autor. Y lo mejor de todo, es que con esta película vamos a poder sumar un acierto más en su carrera.
Una historia con algo de Ghibli en ella
Aunque es inevitable comparar esta película con la que puede que sea la película más célebre del autor, "Your Name" (2016), hay que tener en cuenta que esta es una obra bastante diferente. No trata de parecerse a aquel éxito en animación, de hecho, Suzume es ante todo una aventura, no un romance puro y duro, de hecho, incluso la exposición de los sentimientos de los personajes principales, algo propio de este autor, no es tampoco algo prioritario en la película, a pesar de no olvidarse de pinceladas de este tema en momentos esporádicos.
Con varias escenas vertiginosas en su primera mitad que hacen que arranque la película rápidamente, Suzume cuenta con un ritmo ejemplar, que solo le afecta el repetir ciertos recursos como el "eh, yo te llevo a x sitio", y teniendo una recta final que hubiese sido interesante alargar algo más, pues es puro espectáculo. Pese a ello, es una película que busca en todo momento entretenimiento, comodidad y accesibilidad, gracias a una trama con algunos secretos que crean interés, y que se adentra también a cierta sensación de magia en la realidad de este mundo, partiendo, como de costumbre, en la cultura nipona.
El guion, a cargo del propio Shinkai, tiene grandes momentos, sobre todo cuando la amenaza principal entra en escena, pero se quedan algunos detalles aún por pulir: Se pierde un poco en algunos momentos que, terminada la película, no acaba siendo tan relevantes y no dejan tanta huella en sus protagonistas, e incluso siento que no todos los personajes secundarios fueron necesarios aquí. Esto lo compensa un poco un humor también ligero, accesible, que busca una comodidad constante en el espectador.
La película cuenta también con una gran sensación de simpatía en todos sus personajes secundarios, potenciando indirectamente el hermoso mundo que nos trata de envolver, un Japón hermoso, mostrando más su parte rural, el modelo de vida más sencillo al que se le suele asociar al vivir en estos lugares. Desgraciadamente, aquí tengo un problema con el dúo protagonista.
Suzume no se aleja demasiado de las protagonistas femeninas que acostumbra Shinkai, pero me encantó esta chica, resaltando su valentía al estar en una historia que se inclina tanto a la aventura; a Souta si le siento algo desaprovechado por alguna cosa del guion, no pude evitar pensar que este personaje pudo dar algo más.
Un uso de la banda sonora por debajo de trabajos previos
El único apartado que me ha decepcionado de Suzume realmente es su banda sonora. Y no es porque sea mala, al contrario, pero estando detrás un nombre como Radwimps, que dejó un trabajo impresionante en Your Name, tengo que decir que iba con expectativas muy altas, y la banda sonora de Suzume se coloca, en general, por debajo de varios trabajos previos del director. Incluso la doliente canción que acompañaba la —también dolorosísima— 5 centímetros por segundos me dio más sensaciones que en esta película.
Visualmente, sí que ha estado a la altura de mis altas expectativas ante una obra de Shinkai: Una obra maestra es esta película en este apartado. Todo en la película es hermoso, incluso algún momento con cgi no desentona para nada entre tanto 2d de calidad. El diseño de sus personajes —sobre todo la propia Suzume—, interiores, exteriores, zonas dominadas por la naturaleza o la fantasía... Imágenes poderosísimas que, acompañados de más carga dramática o una música que me impactase más, podían haber hecho que la película alcanzase una liga mayor y potenciando más algunos de sus momentos más poderosos.
Conclusiones
Ante todo, Suzume es una correctísima película. De esas que recordaremos con cariño cuando repasemos la filmografía de este director. Algunos de sus apartados son tan buenos, que es una auténtica pena que sus defectos emborronen algo tan brillante como su apartado visual o sus sensaciones de aventura. Es inevitable pensar también en el peso de Makoto Shinkai, que ya tiene un nombre que, igual que aporta garantías aparte de su público, también va acompañado de un listón que no es bajo precisamente. Incluso habrá quien note algo de agotamiento del adn propio de Shinkai en sus obras aquí, en mi caso creo que Suzume guarda aún frescura y encanto y que sus mayores fallos recaen en algunos aspectos por pulir del guion.
Igualmente, un gran espectáculo visual más en la carrera de este director, volviendo a acertar con la sencillez de sus personajes, su accesibilidad y un toque liviano de romance. Estando ahora mismo en las carteleras de España, recomiendo mucho esta película a cualquier fan del género de la animación.
Nota: 7'5
https://marmotacinefila.com/2023/04/23/critica-suzume-2022/
Suzume es su producto más reciente. No exenta de la ambición y el preciosismo constante de sus dos últimas obras, pero asumiendo el riesgo de apostar por una historia más aventurera que no se olvida de ser esculpida por los cinceles que ya podemos considerar favoritos de este gran autor. Y lo mejor de todo, es que con esta película vamos a poder sumar un acierto más en su carrera.
Una historia con algo de Ghibli en ella
Aunque es inevitable comparar esta película con la que puede que sea la película más célebre del autor, "Your Name" (2016), hay que tener en cuenta que esta es una obra bastante diferente. No trata de parecerse a aquel éxito en animación, de hecho, Suzume es ante todo una aventura, no un romance puro y duro, de hecho, incluso la exposición de los sentimientos de los personajes principales, algo propio de este autor, no es tampoco algo prioritario en la película, a pesar de no olvidarse de pinceladas de este tema en momentos esporádicos.
Con varias escenas vertiginosas en su primera mitad que hacen que arranque la película rápidamente, Suzume cuenta con un ritmo ejemplar, que solo le afecta el repetir ciertos recursos como el "eh, yo te llevo a x sitio", y teniendo una recta final que hubiese sido interesante alargar algo más, pues es puro espectáculo. Pese a ello, es una película que busca en todo momento entretenimiento, comodidad y accesibilidad, gracias a una trama con algunos secretos que crean interés, y que se adentra también a cierta sensación de magia en la realidad de este mundo, partiendo, como de costumbre, en la cultura nipona.
El guion, a cargo del propio Shinkai, tiene grandes momentos, sobre todo cuando la amenaza principal entra en escena, pero se quedan algunos detalles aún por pulir: Se pierde un poco en algunos momentos que, terminada la película, no acaba siendo tan relevantes y no dejan tanta huella en sus protagonistas, e incluso siento que no todos los personajes secundarios fueron necesarios aquí. Esto lo compensa un poco un humor también ligero, accesible, que busca una comodidad constante en el espectador.
La película cuenta también con una gran sensación de simpatía en todos sus personajes secundarios, potenciando indirectamente el hermoso mundo que nos trata de envolver, un Japón hermoso, mostrando más su parte rural, el modelo de vida más sencillo al que se le suele asociar al vivir en estos lugares. Desgraciadamente, aquí tengo un problema con el dúo protagonista.
Suzume no se aleja demasiado de las protagonistas femeninas que acostumbra Shinkai, pero me encantó esta chica, resaltando su valentía al estar en una historia que se inclina tanto a la aventura; a Souta si le siento algo desaprovechado por alguna cosa del guion, no pude evitar pensar que este personaje pudo dar algo más.
Un uso de la banda sonora por debajo de trabajos previos
El único apartado que me ha decepcionado de Suzume realmente es su banda sonora. Y no es porque sea mala, al contrario, pero estando detrás un nombre como Radwimps, que dejó un trabajo impresionante en Your Name, tengo que decir que iba con expectativas muy altas, y la banda sonora de Suzume se coloca, en general, por debajo de varios trabajos previos del director. Incluso la doliente canción que acompañaba la —también dolorosísima— 5 centímetros por segundos me dio más sensaciones que en esta película.
Visualmente, sí que ha estado a la altura de mis altas expectativas ante una obra de Shinkai: Una obra maestra es esta película en este apartado. Todo en la película es hermoso, incluso algún momento con cgi no desentona para nada entre tanto 2d de calidad. El diseño de sus personajes —sobre todo la propia Suzume—, interiores, exteriores, zonas dominadas por la naturaleza o la fantasía... Imágenes poderosísimas que, acompañados de más carga dramática o una música que me impactase más, podían haber hecho que la película alcanzase una liga mayor y potenciando más algunos de sus momentos más poderosos.
Conclusiones
Ante todo, Suzume es una correctísima película. De esas que recordaremos con cariño cuando repasemos la filmografía de este director. Algunos de sus apartados son tan buenos, que es una auténtica pena que sus defectos emborronen algo tan brillante como su apartado visual o sus sensaciones de aventura. Es inevitable pensar también en el peso de Makoto Shinkai, que ya tiene un nombre que, igual que aporta garantías aparte de su público, también va acompañado de un listón que no es bajo precisamente. Incluso habrá quien note algo de agotamiento del adn propio de Shinkai en sus obras aquí, en mi caso creo que Suzume guarda aún frescura y encanto y que sus mayores fallos recaen en algunos aspectos por pulir del guion.
Igualmente, un gran espectáculo visual más en la carrera de este director, volviendo a acertar con la sencillez de sus personajes, su accesibilidad y un toque liviano de romance. Estando ahora mismo en las carteleras de España, recomiendo mucho esta película a cualquier fan del género de la animación.
Nota: 7'5
https://marmotacinefila.com/2023/04/23/critica-suzume-2022/

6,8
29.952
8
21 de abril de 2023
21 de abril de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tren a Busan es estupenda. Entretenimiento en estado puro que pocas veces deja respirar al espectador. Supuso un gran punto y aparte en la filmografía de Yeon Sang-ho, quien ya había hecho algún trabajo más de nicho en animación coreana, con películas de temáticas más adultas.
Tren a Busan tiene el acierto de ser increíblemente accesible: creo que hoy por hoy, puede ser la película del género zombi que recomendaría a cualquiera que se quiera meter en este subgénero, popularizado principalmente por George A. Romero. Su accesibilidad es favorecida también, por no ser una película muy cruda visualmente, y, aunque no haya mucha sangre en la película, estos zombis logran su cometido. Incluso los que ya hemos visto varias películas de estas criaturas saldremos satisfechos por el buen hacer que tiene esta cinta surcoreana en muchos de sus aspectos.
El día que cambió todo
La historia de Tren a Busan llevan rápidamente al espectador a la chicha de su historia, sus explicaciones son reducidas y repartidas por la primera mitad de su metraje, utilizando la tecnología, como puede ser un telediario, una llamada dramática por teléfono… Todo lo necesario para montar el escenario en el que se prepare el espectáculo que pretende ofrecer rápidamente la película, de manera realista, pero consciente de que el espectador medio ya sabe como suelen empezar este tipo de historias.
Destaca muchísimo como el espectador logra empatizar con los personajes de la película, por la situación a la que están expuestos más que por sus —en la mayoría de casos, anecdóticas— presentaciones; diría que lo mejor de la película son sus personajes, capaces de crear muchas sensaciones, así como el ritmo de la cinta, muy insistente y priorizando el entretenimiento.
Película cuidada en todos sus aspectos
Mirando globalmente a la película, realmente la considero una película de entretenimiento ejemplar: Su historia, que no inventa nada realmente, juega bien gran parte de las cartas de su baraja, no toca solo el terror y la acción, aquí hay también una gran utilización del drama o el —ya imprescindible en este subgénero— retrato del egoísmo humano en situaciones extremas.
Y el drama surge sobre todo gracias a los enormes personajes de la película. Personajes ejemplares en una película de terror, con los que te encariñas por su lucha incesante y desesperada por sobrevivir, y también por el humanismo que desprende. Aún no he visto a nadie que le haya caído mal el personaje que interpreta el actor Ma Dong-seok en esta película.
No solo merece mención este personaje, el protagonista, interpretado por un correcto Gong Yoo te acaba ganando algo más tarde, con su propio arco y evolución motivada por el maravilloso personaje de su niña pequeña que en absoluto supone una carga para el guion tenerla en varias de las escenas más tensas. Grandes secundarios como el despiadado señor Yon-suk o la animadora y el jugador de béisbol, dando un cierto toque anime estos dos últimos, y engrandeciendo más el conjunto de la película, porque ya sabemos que si los personajes no nos transmiten nada, por muy bien rodada que esté la acción, la cosa puede caerse en pedazos.
En cuanto a la dirección, merece también muchísima mención el trabajo de Sang-ho Yeon, muy dinámico en casi toda la película, sin olvidarse de los necesarios descansos para que conozcamos a los personajes, y dando algunos planos que impactan como algunos aéreos con una multitud de zombis a la vista. Llama la atención lo bien que ha hecho su trabajo teniendo también en cuenta que previamente se dedicó sobre todo al cine de animación, con películas algo de nicho, como mencioné antes, como The King of Pigs (2011).
En su apartado técnico, resulta muy resultona, tenemos momentos en que los efectos especiales ponen bastante de su parte, crean ese caos necesario para ahogar al espectador y resaltan algo tan importante a la hora de mostrar zombis como es dar esa sensación de masa enorme e implacable que se lleva todo por delante.
La banda sonora también es muy cumplidora, al servicio de la tensión y hasta del drama, lo que le ocurre un poco es que esta película expone situaciones visualmente tan tensas que quizás la música pasa algo más desapercibida en comparación. Igualmente, tirando al final, recibe bastante protagonismo y ahí ya vemos sin problemas que es otro apartado cuidado de la película.
Conclusiones
Tren a Busan me parece y, en revisiones posteriores, me sigue pareciendo magnífica. Una muestra más que puedes hacer una joya del género (en este caso, zombi) sin inventar nada, simplemente haciendo bien todo lo que realmente importa y usando con imaginación un escenario como el que utiliza gran parte del metraje de la película.
De esas joyas que pueden mirar a los ojos a las grandes del género zombi como "Zombi" (1978) o "El Amanecer de los Muertos" (2004), el frenético remake que hizo Zack Snyder.
https://marmotacinefila.com/2023/04/21/critica-tren-a-busan-2016/
Tren a Busan tiene el acierto de ser increíblemente accesible: creo que hoy por hoy, puede ser la película del género zombi que recomendaría a cualquiera que se quiera meter en este subgénero, popularizado principalmente por George A. Romero. Su accesibilidad es favorecida también, por no ser una película muy cruda visualmente, y, aunque no haya mucha sangre en la película, estos zombis logran su cometido. Incluso los que ya hemos visto varias películas de estas criaturas saldremos satisfechos por el buen hacer que tiene esta cinta surcoreana en muchos de sus aspectos.
El día que cambió todo
La historia de Tren a Busan llevan rápidamente al espectador a la chicha de su historia, sus explicaciones son reducidas y repartidas por la primera mitad de su metraje, utilizando la tecnología, como puede ser un telediario, una llamada dramática por teléfono… Todo lo necesario para montar el escenario en el que se prepare el espectáculo que pretende ofrecer rápidamente la película, de manera realista, pero consciente de que el espectador medio ya sabe como suelen empezar este tipo de historias.
Destaca muchísimo como el espectador logra empatizar con los personajes de la película, por la situación a la que están expuestos más que por sus —en la mayoría de casos, anecdóticas— presentaciones; diría que lo mejor de la película son sus personajes, capaces de crear muchas sensaciones, así como el ritmo de la cinta, muy insistente y priorizando el entretenimiento.
Película cuidada en todos sus aspectos
Mirando globalmente a la película, realmente la considero una película de entretenimiento ejemplar: Su historia, que no inventa nada realmente, juega bien gran parte de las cartas de su baraja, no toca solo el terror y la acción, aquí hay también una gran utilización del drama o el —ya imprescindible en este subgénero— retrato del egoísmo humano en situaciones extremas.
Y el drama surge sobre todo gracias a los enormes personajes de la película. Personajes ejemplares en una película de terror, con los que te encariñas por su lucha incesante y desesperada por sobrevivir, y también por el humanismo que desprende. Aún no he visto a nadie que le haya caído mal el personaje que interpreta el actor Ma Dong-seok en esta película.
No solo merece mención este personaje, el protagonista, interpretado por un correcto Gong Yoo te acaba ganando algo más tarde, con su propio arco y evolución motivada por el maravilloso personaje de su niña pequeña que en absoluto supone una carga para el guion tenerla en varias de las escenas más tensas. Grandes secundarios como el despiadado señor Yon-suk o la animadora y el jugador de béisbol, dando un cierto toque anime estos dos últimos, y engrandeciendo más el conjunto de la película, porque ya sabemos que si los personajes no nos transmiten nada, por muy bien rodada que esté la acción, la cosa puede caerse en pedazos.
En cuanto a la dirección, merece también muchísima mención el trabajo de Sang-ho Yeon, muy dinámico en casi toda la película, sin olvidarse de los necesarios descansos para que conozcamos a los personajes, y dando algunos planos que impactan como algunos aéreos con una multitud de zombis a la vista. Llama la atención lo bien que ha hecho su trabajo teniendo también en cuenta que previamente se dedicó sobre todo al cine de animación, con películas algo de nicho, como mencioné antes, como The King of Pigs (2011).
En su apartado técnico, resulta muy resultona, tenemos momentos en que los efectos especiales ponen bastante de su parte, crean ese caos necesario para ahogar al espectador y resaltan algo tan importante a la hora de mostrar zombis como es dar esa sensación de masa enorme e implacable que se lleva todo por delante.
La banda sonora también es muy cumplidora, al servicio de la tensión y hasta del drama, lo que le ocurre un poco es que esta película expone situaciones visualmente tan tensas que quizás la música pasa algo más desapercibida en comparación. Igualmente, tirando al final, recibe bastante protagonismo y ahí ya vemos sin problemas que es otro apartado cuidado de la película.
Conclusiones
Tren a Busan me parece y, en revisiones posteriores, me sigue pareciendo magnífica. Una muestra más que puedes hacer una joya del género (en este caso, zombi) sin inventar nada, simplemente haciendo bien todo lo que realmente importa y usando con imaginación un escenario como el que utiliza gran parte del metraje de la película.
De esas joyas que pueden mirar a los ojos a las grandes del género zombi como "Zombi" (1978) o "El Amanecer de los Muertos" (2004), el frenético remake que hizo Zack Snyder.
https://marmotacinefila.com/2023/04/21/critica-tren-a-busan-2016/

7,4
56.935
8
11 de abril de 2023
11 de abril de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto largometraje de David Lynch, dos años después de la problemática Dune (1984) y de las ya por aquel entonces aclamadas Cabeza Borradora —en pequeños círculos— y El hombre elefante, aquí el director tuvo mucha más libertad que en su cinta anterior, y nos trae una historia escrita también por él, donde el misterio acaba sobreponiéndose a lo cotidiano.
Una historia oscura que puede estar cerca de nosotros
La película cuenta una aventura neo noir en estado puro, que comienza con el encuentro de una oreja humana cortada y encontrada entre unos arbustos por nuestro protagonista (Kyle MacLachlan) y que tendrá detrás una historia de locura, miedos, sentimientos oprimidos y las excentricidades propias de Lynch.
En el propio MacLachlan veremos varios rasgos del género, siendo un personaje principal sencillo, quizás en una pequeña crisis existencial, al que le empieza a devorar la curiosidad, al punto de trastocar su tranquila vida y sumergirle en el lado más oscuro del entorno que le rodea.
Lynch usa aquí el contraste en el escenario y en sus personajes. En el genial prólogo ya vemos que nada es lo que parece y bajo las apariencias hay algo amargo que está atormentando a los personajes de esta historia. O, en casos como el protagonista, es capaz de sacar su lado más oscuro en una incomodísima escena en una cama.
Aunque, quien mejor refleja esto es, sin duda, el personaje de Isabella Rossellini. Ella es la más interesante, en una desdicha, a ratos es un animal herido y en otros, una elegancia personificada, con escenas sublimes como la que canta Blue Velvet envuelta en, como no, un azul intenso, en un momento que demuestra lo mucho que puede transmitir una buena música en una gran escena. Una parte de mí se quedó en Carolina del Norte tras esta escena, y la hermosa voz de la Rossellini sigue en mi cabeza. Extraño y hermoso como su personaje.
Pero en la película ella también es un monstruo. Casi todos lo son en algún momento. La trama de Isabella y el personaje de Dennis Hopper intriga sin dejar de lado las peculiaridades de Lynch —esa máscara para respirar, o un disfraz ciertamente cómico en un momento de tensión—, y sabemos que en ambos casos, con cierta sutilidad, los infiernos de ambos.
Una lástima que no sea así en otras subtramas, como la de Laura Dern, en un personaje que se queda pequeño comparado al resto, más usada de complemento que brillando con su propia luz. Hay otros elementos que parecían tener importancia, como lo que ocurre con el padre del protagonista —que resulta ser un simple pretexto— o un Dean Stockwell con una escena enorme y que queda ahí la cosa.
El propio Kyle MacLachlan, sin ser el mejor del reparto, guarda también un par de momentos como ese “voy a dejar que os encuentren tal cual” en una ruptura de una faceta de su personaje. Pese a todo, es innegable que Terciopelo Azul es algo irregular, debido también a que en los momentos que más brilla lo hace con bastante fuerza.
“No se si eres un detective o un pervertido”
La dirección de Lynch está aquí increíble. No me extraña la nominación al Óscar. La película transmite una sensación ochentera en todo momento, pero también me recordó en algunos momentos a algunas películas de Hitchcock. Logra conseguir en muchas escenas que lo que vemos no sea lo que debe transmitirnos —las escenas eróticas resultan difíciles de ver, como ocurría en Cabeza Borradora, aquí el sexo se ve como una condena para sus personajes—.
Pero la dirección también se ayuda de la música. Terciopelo Azul es música. Si ya en su primer largometraje Lynch demostraba un uso magistral del sonido para crear un ambiente enrarecido, aquí lo vuelve a hacer sin sacrificar una estética más convencional; su uso en ella, potenciando escenas y envolviendo las mismas de buen cine.
Como en otras películas del autor, no faltan aquellos personajes llenos de misterio hasta incluso finalizada la película, o escenas y comportamientos extraños, hasta lo repulsivo, que dicen mucho de los personajes realmente. Y ya no hablemos de las excentricidades propias de Lynch, y es que hay rarezas en su cine que o te gustan o te chirrían y eso pasa aquí también.
Aquí me volvió a encantar su simbología, como con la llama tambaleante de una vela nos muestra la gradual destrucción de la inocencia de nuestro protagonista, o como adentra al espectador al interior de la dichosa oreja para advertirnos que estamos ante un retrato sobre las oscuras profundidades de varios de sus personajes.
“Es un mundo extraño”
Lynch no se olvida de la crítica. No solo vemos el sexo como una condena ni lo débiles que podemos llegar a ser ante las obsesiones. Aquí también tumba el sueño americano, idealizándolo hasta lo artificial en un par de minutos, o simplemente como ser excesivamente curiosos nos puede traer serios problemas —creo que no es casualidad, que sea precisamente una oreja el inicio de toda esta historia, la cual podemos asociar como símbolo representativo del chismorreo—.
Si bien tarda un poco en arrancar, la película mantiene un buen ritmo cuando coge forma, brilla sobre todo en su trama principal —el de todo relacionado con la dama del terciopelo azul—, más dramática y oscura, y, si las otras subtramas hubiesen mantenido el mismo nivel de calidad, estaríamos ante una historia neo-noir realmente buena.
Terciopelo Azul es puro neo-noir bañado del espíritu de este autor tan especial. A ella le debemos otras obras de culto como los videojuegos Deadly Premonition o Silent Hill 2. Si bien resulta algo irregular y el guion deja algunos aspectos de lado, resulta también una puerta de entrada interesante al cine de Lynch y que, si entras en su juego, deja huella.
https://marmotacinefila.com/2023/03/20/critica-terciopelo-azul-1986/
Una historia oscura que puede estar cerca de nosotros
La película cuenta una aventura neo noir en estado puro, que comienza con el encuentro de una oreja humana cortada y encontrada entre unos arbustos por nuestro protagonista (Kyle MacLachlan) y que tendrá detrás una historia de locura, miedos, sentimientos oprimidos y las excentricidades propias de Lynch.
En el propio MacLachlan veremos varios rasgos del género, siendo un personaje principal sencillo, quizás en una pequeña crisis existencial, al que le empieza a devorar la curiosidad, al punto de trastocar su tranquila vida y sumergirle en el lado más oscuro del entorno que le rodea.
Lynch usa aquí el contraste en el escenario y en sus personajes. En el genial prólogo ya vemos que nada es lo que parece y bajo las apariencias hay algo amargo que está atormentando a los personajes de esta historia. O, en casos como el protagonista, es capaz de sacar su lado más oscuro en una incomodísima escena en una cama.
Aunque, quien mejor refleja esto es, sin duda, el personaje de Isabella Rossellini. Ella es la más interesante, en una desdicha, a ratos es un animal herido y en otros, una elegancia personificada, con escenas sublimes como la que canta Blue Velvet envuelta en, como no, un azul intenso, en un momento que demuestra lo mucho que puede transmitir una buena música en una gran escena. Una parte de mí se quedó en Carolina del Norte tras esta escena, y la hermosa voz de la Rossellini sigue en mi cabeza. Extraño y hermoso como su personaje.
Pero en la película ella también es un monstruo. Casi todos lo son en algún momento. La trama de Isabella y el personaje de Dennis Hopper intriga sin dejar de lado las peculiaridades de Lynch —esa máscara para respirar, o un disfraz ciertamente cómico en un momento de tensión—, y sabemos que en ambos casos, con cierta sutilidad, los infiernos de ambos.
Una lástima que no sea así en otras subtramas, como la de Laura Dern, en un personaje que se queda pequeño comparado al resto, más usada de complemento que brillando con su propia luz. Hay otros elementos que parecían tener importancia, como lo que ocurre con el padre del protagonista —que resulta ser un simple pretexto— o un Dean Stockwell con una escena enorme y que queda ahí la cosa.
El propio Kyle MacLachlan, sin ser el mejor del reparto, guarda también un par de momentos como ese “voy a dejar que os encuentren tal cual” en una ruptura de una faceta de su personaje. Pese a todo, es innegable que Terciopelo Azul es algo irregular, debido también a que en los momentos que más brilla lo hace con bastante fuerza.
“No se si eres un detective o un pervertido”
La dirección de Lynch está aquí increíble. No me extraña la nominación al Óscar. La película transmite una sensación ochentera en todo momento, pero también me recordó en algunos momentos a algunas películas de Hitchcock. Logra conseguir en muchas escenas que lo que vemos no sea lo que debe transmitirnos —las escenas eróticas resultan difíciles de ver, como ocurría en Cabeza Borradora, aquí el sexo se ve como una condena para sus personajes—.
Pero la dirección también se ayuda de la música. Terciopelo Azul es música. Si ya en su primer largometraje Lynch demostraba un uso magistral del sonido para crear un ambiente enrarecido, aquí lo vuelve a hacer sin sacrificar una estética más convencional; su uso en ella, potenciando escenas y envolviendo las mismas de buen cine.
Como en otras películas del autor, no faltan aquellos personajes llenos de misterio hasta incluso finalizada la película, o escenas y comportamientos extraños, hasta lo repulsivo, que dicen mucho de los personajes realmente. Y ya no hablemos de las excentricidades propias de Lynch, y es que hay rarezas en su cine que o te gustan o te chirrían y eso pasa aquí también.
Aquí me volvió a encantar su simbología, como con la llama tambaleante de una vela nos muestra la gradual destrucción de la inocencia de nuestro protagonista, o como adentra al espectador al interior de la dichosa oreja para advertirnos que estamos ante un retrato sobre las oscuras profundidades de varios de sus personajes.
“Es un mundo extraño”
Lynch no se olvida de la crítica. No solo vemos el sexo como una condena ni lo débiles que podemos llegar a ser ante las obsesiones. Aquí también tumba el sueño americano, idealizándolo hasta lo artificial en un par de minutos, o simplemente como ser excesivamente curiosos nos puede traer serios problemas —creo que no es casualidad, que sea precisamente una oreja el inicio de toda esta historia, la cual podemos asociar como símbolo representativo del chismorreo—.
Si bien tarda un poco en arrancar, la película mantiene un buen ritmo cuando coge forma, brilla sobre todo en su trama principal —el de todo relacionado con la dama del terciopelo azul—, más dramática y oscura, y, si las otras subtramas hubiesen mantenido el mismo nivel de calidad, estaríamos ante una historia neo-noir realmente buena.
Terciopelo Azul es puro neo-noir bañado del espíritu de este autor tan especial. A ella le debemos otras obras de culto como los videojuegos Deadly Premonition o Silent Hill 2. Si bien resulta algo irregular y el guion deja algunos aspectos de lado, resulta también una puerta de entrada interesante al cine de Lynch y que, si entras en su juego, deja huella.
https://marmotacinefila.com/2023/03/20/critica-terciopelo-azul-1986/
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