You must be a loged user to know your affinity with KaoruTakarai88
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

6,2
2.368
8
29 de abril de 2013
29 de abril de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace muuuucho tiempo que tenía pendientes esta película y su secuela, ya no sólo por la repercusión que ambas tuvieron en el mundillo de la gente que ama Japón, sino por el director, el excéntrico Miike, y especialmente el reparto, entre el que se encuentran, y como protagonistas, dos de mis actores fetiche: Takayuki Yamada y Shun Oguri.
Cuando le preguntas a alguien qué le ha parecido cierta película/libro/serie y te responde: "Entretenida", se desprenden ciertas connotaciones negativas, sin embargo no creo que la de entretener, y hacerlo bien, sea labor sencilla. Entretener tiene muchísimo mérito, y es la industria del entretenimiento una de las más poderosas del mundo.
Crows Zero entretiene, de principio a fin. Arranca carcajadas en ocasiones y llama a nuestra concentración en otras, pero, por encima de todo, engancha. No se hace larga en ningún momento, no aburre, no pretende ser lo que no es. Es un filme sobre bandas juveniles que se pelean por ser los reyes del colegio, y eso es lo que vemos: peleas, más peleas y muchas más peleas. La violencia pocas veces había resultado tan agradable de ver.
Es también de agradecer que la historia no se quede sólo en eso y su protagonista, Genji, vaya ganándose a sus aliados no sólo a base de mamporros, sino también de otras formas más ligadas a la fortaleza mental, la amistad y la persistencia. Valores muy japoneses que hacen acto de presencia todo el tiempo entre puñetazo y puñetazo.
"Genji, tú volarás alto"; ésa es la esencia de la película, la parte que emociona y no se olvida, pues es mejor ser un cuervo y poder volar, antes que ser un pajarillo más refinado, que se queda encerrado en su jaula.
La fotografía es maravillosa, y es que Miike sabe muy bien lo que hace y, en este aspecto, jamás decepciona. Asimismo fantásticas son las escenas de lucha, bien coreografiadas y muy creíbles, cosa que era fundamental en un filme de estas características. Y todo ello al ritmo de una banda sonora de las grandes.
Tampoco hay que desmerecer las actuaciones, que son muy sólidas y convencen. Shun Oguri está maravilloso, y qué decir de Takayuki, que para mí es de lo mejorcito de su generación. Hay quien considera que el papel de Meisa Kuroki sobraba, pero tiene algún que otro momento memorable, así que tampoco me molesta demasiado; además, la escena de Genji llorando por ella es oro.
En definitiva, me ha parecido un producto muy correcto, que sirve perfectamente a sus fines y que no hay que subestimar por su aparente superficialidad. Es difícil entretener, es difícil crear un producto que no decaiga y que sea así de hipnótico, como lo es tocar la fibra de una forma tan poco directa; por eso, chapeau.
Cuando le preguntas a alguien qué le ha parecido cierta película/libro/serie y te responde: "Entretenida", se desprenden ciertas connotaciones negativas, sin embargo no creo que la de entretener, y hacerlo bien, sea labor sencilla. Entretener tiene muchísimo mérito, y es la industria del entretenimiento una de las más poderosas del mundo.
Crows Zero entretiene, de principio a fin. Arranca carcajadas en ocasiones y llama a nuestra concentración en otras, pero, por encima de todo, engancha. No se hace larga en ningún momento, no aburre, no pretende ser lo que no es. Es un filme sobre bandas juveniles que se pelean por ser los reyes del colegio, y eso es lo que vemos: peleas, más peleas y muchas más peleas. La violencia pocas veces había resultado tan agradable de ver.
Es también de agradecer que la historia no se quede sólo en eso y su protagonista, Genji, vaya ganándose a sus aliados no sólo a base de mamporros, sino también de otras formas más ligadas a la fortaleza mental, la amistad y la persistencia. Valores muy japoneses que hacen acto de presencia todo el tiempo entre puñetazo y puñetazo.
"Genji, tú volarás alto"; ésa es la esencia de la película, la parte que emociona y no se olvida, pues es mejor ser un cuervo y poder volar, antes que ser un pajarillo más refinado, que se queda encerrado en su jaula.
La fotografía es maravillosa, y es que Miike sabe muy bien lo que hace y, en este aspecto, jamás decepciona. Asimismo fantásticas son las escenas de lucha, bien coreografiadas y muy creíbles, cosa que era fundamental en un filme de estas características. Y todo ello al ritmo de una banda sonora de las grandes.
Tampoco hay que desmerecer las actuaciones, que son muy sólidas y convencen. Shun Oguri está maravilloso, y qué decir de Takayuki, que para mí es de lo mejorcito de su generación. Hay quien considera que el papel de Meisa Kuroki sobraba, pero tiene algún que otro momento memorable, así que tampoco me molesta demasiado; además, la escena de Genji llorando por ella es oro.
En definitiva, me ha parecido un producto muy correcto, que sirve perfectamente a sus fines y que no hay que subestimar por su aparente superficialidad. Es difícil entretener, es difícil crear un producto que no decaiga y que sea así de hipnótico, como lo es tocar la fibra de una forma tan poco directa; por eso, chapeau.

6,0
3.639
8
29 de septiembre de 2012
29 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es preciosa en todos los sentidos. A nivel fotografía, está llena de colores, escenarios bellísimos y movimiento. La banda sonora acompaña perfectamente, transportándonos a un mundo lleno de magia, que no deja de ser el mundo real que a veces no sabemos apreciar.
Las interpretaciones son más que decentes, empezando por las que son dos de mis actrices favoritas - Christina Ricci y Reese Witherspoon - y continuando por un carismático James McAvoy y un siempre brillante Peter Dinklage.
Sin embargo, pasaría como una comedia más de no ser por la forma en que rompe con los tópicos y el mensaje que transmite. Ahí radica su grandeza.
Las interpretaciones son más que decentes, empezando por las que son dos de mis actrices favoritas - Christina Ricci y Reese Witherspoon - y continuando por un carismático James McAvoy y un siempre brillante Peter Dinklage.
Sin embargo, pasaría como una comedia más de no ser por la forma en que rompe con los tópicos y el mensaje que transmite. Ahí radica su grandeza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esto es lo que deberíamos enseñar a los niños: no a esperar que alguien más los quiera, sino a empezar por quererse a sí mismos. Esto deberíamos saber los adultos: que antes de compartir la vida con otra persona, debemos ser personas individualmente.
2 de mayo de 2023
2 de mayo de 2023
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los tres mosqueteros es mi novela favorita desde los catorce años y, por lo tanto, evito en lo posible ver las infinitas adaptaciones que se van haciendo del libro porque nunca siento que lleguen a representarlo.
Tanto es así, que voy a decir lo que para muchos será una aberración: la única adaptación que me gusta y que de hecho he visto varias veces es la serie de la BBC. Pero si no se parece EN NADA al libro de Dumas, diréis. Pues precisamente: ya que no se iba a parecer, agradezco que sea completamente diferente y tan sólo se valga de los nombres de los personajes y algunos detalles básicos; lo maravilloso de esa serie, para mí, es que su corazón son la aventura y la camaradería, que es lo más básico que le pido a cualquier adaptación de Los tres mosqueteros y rara vez encuentro.
Dicho esto, la película que estoy reseñando aquí NO se centra ni en la aventura, ni en la camaradería. El tono se va más a las intrigas palaciegas, a la tensión y al misterio. Partiendo de lo cual, lo raro es que me haya gustado, pero el caso es que lo ha hecho. Aquí, nuevamente estamos ante un producto MUY diferente de la obra de Dumas, en este caso no tanto por que haya enormes discrepancias en los personajes y acontecimientos (las hay, pero muchísimas menos que en la versión de la que hablaba antes), sino porque el tono es más grave y oscuro.
Sin embargo, la película está hecha con cariño y los actores tienen carisma sin necesidad de extravagancias hollywoodienses. Eva Green es una Milady inolvidable y la trama de los herretes de diamantes está desarrollada de forma inteligente, con agilidad y tensión y a la vez ligándola con tramas secundarias que sin duda tendrán peso en las siguientes entregas (aunque me habría gustado que la película fuera autoconclusiva).
No es el libro, se aleja mucho del alma del libro, y aun así crea un universo interesante que mantiene a uno entretenido las dos horas y que además se deja ver muy bien gracias a la belleza de la imagen y la banda sonora y a lo hipnótico del montaje.
De la siguiente espero no sólo más Milady (obvio) sino también más mosqueteros, pues tuve la impresión de que apenas los habíamos conocido en esta primera parte.
Tanto es así, que voy a decir lo que para muchos será una aberración: la única adaptación que me gusta y que de hecho he visto varias veces es la serie de la BBC. Pero si no se parece EN NADA al libro de Dumas, diréis. Pues precisamente: ya que no se iba a parecer, agradezco que sea completamente diferente y tan sólo se valga de los nombres de los personajes y algunos detalles básicos; lo maravilloso de esa serie, para mí, es que su corazón son la aventura y la camaradería, que es lo más básico que le pido a cualquier adaptación de Los tres mosqueteros y rara vez encuentro.
Dicho esto, la película que estoy reseñando aquí NO se centra ni en la aventura, ni en la camaradería. El tono se va más a las intrigas palaciegas, a la tensión y al misterio. Partiendo de lo cual, lo raro es que me haya gustado, pero el caso es que lo ha hecho. Aquí, nuevamente estamos ante un producto MUY diferente de la obra de Dumas, en este caso no tanto por que haya enormes discrepancias en los personajes y acontecimientos (las hay, pero muchísimas menos que en la versión de la que hablaba antes), sino porque el tono es más grave y oscuro.
Sin embargo, la película está hecha con cariño y los actores tienen carisma sin necesidad de extravagancias hollywoodienses. Eva Green es una Milady inolvidable y la trama de los herretes de diamantes está desarrollada de forma inteligente, con agilidad y tensión y a la vez ligándola con tramas secundarias que sin duda tendrán peso en las siguientes entregas (aunque me habría gustado que la película fuera autoconclusiva).
No es el libro, se aleja mucho del alma del libro, y aun así crea un universo interesante que mantiene a uno entretenido las dos horas y que además se deja ver muy bien gracias a la belleza de la imagen y la banda sonora y a lo hipnótico del montaje.
De la siguiente espero no sólo más Milady (obvio) sino también más mosqueteros, pues tuve la impresión de que apenas los habíamos conocido en esta primera parte.
9
12 de octubre de 2012
12 de octubre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Os acordáis de El Conde de Montecristo? Sí, hombre, aquel libro gruesísimo que Alejandro Dumas padre escribió tan sólo un año después de Los tres mosqueteros. Si la novela no ha caído en vuestras manos, estoy convencida de que al menos habréis visto alguna vez el trasero del sempiterno Gérard Depardieu encarnando a su protagonista, Edmond Dantès.
Pues bien, Revenge, la serie de televisión de la que hoy os vengo a hablar, está directamente inspirada en la obra del francés, sólo que transcurre en Los Hamptons de Nueva York, lugar de vacaciones del pijerío más célebre de los Estados Unidos, y tiene ciertos aires de culebrón. Pero que esto no os despiste: estamos ante una serie mejor que buena.
En lugar del marinero Dantès, Revenge nos presenta a la joven Emily Thorne, que alquila una preciosa vivienda situada ni más ni menos que frente a la mansión de los Grayson, una de las familias más célebres y poderosas del país, que además esconde un terrible secreto: cuando Emily (que en realidad es Amanda Clarke) contaba sólo nueve años, utilizaron a su padre, David, como cabeza de turco en un atentado terrorista que les costó la vida a todos los pasajeros de un avión comercial. David fue encarcelado hasta morir en prisión y Amanda, separada de él para siempre. Bajo un nuevo nombre y con el firme propósito de engatusar al primogénito de los Grayson, Amanda regresa a su antigua casa para vengarse de quienes le destrozaron la vida.
Hace mucho tiempo que tenía esta serie en mi lista de pendientes y me alegro de haber decidido verla, porque francamente vale la pena. Con una narración trepidante y cargada de tensión (muchos de sus episodios son cíclicos, y de hecho no comprenderemos los primeros minutos de la serie hasta llevar más de catorce horas viéndola), enseguida engancha y coloca al espectador del cuestionable lado de Emily, que no siempre tiene en cuenta los daños colaterales de sus acciones, pero que no es peor que la mayoría de los personajes con los que se relaciona. Ayudada por el multimillonario Nolan Ross, experto en nuevas tecnologías, Emily va localizando a todas y cada una de las personas que contribuyeron a hundir a su padre, y mueve los hilos necesarios para acabar con ellas; hilos que, por otra parte, se ha molestado en ir entrelazando durante varios años al tiempo que estudiaba a sus enemigos.
Las interpretaciones son estupendas, especialmente la de la gran Madeleine Stowe, que da vida a la "reina" Victoria Grayson, mala malísima por derecho y mérito propios. Emily VanCamp también deja buen sabor de boca, y asimismo convencen Henry Czerny y Gabriel Mann. Personalmente, he de destacar la presencia recurrente de mi queridísimo Hiroyuki Sanada en el papel de Takeda, maestro al más puro estilo Kill Bill (desgraciadamente para mí, en la segunda temporada Takeda es interpretado por otro actor).
Enganchan los personajes, todos ellos bien caracterizados y diferenciados, desde la ambiciosa Ashley hasta los honradísimos hermanos Porter, que, entre tanto vecino traicionero y ambivalente, representan la bondad y devuelven a Amanda a su vida antes de la tragedia; a ellos los acompaña Sammy, el labrador que David le regaló a su hija cuando era una niña. Destaca a mis ojos, y no puedo negarlo, el maravilloso Nolan, encantadoramente vulnerable y tierno, si bien considero que todavía tiene muchos secretos guardados. Enamoran las relaciones, las miradas y las palabras verdaderas en medio de todas las mentiras.
Es verdad que por momentos se nota que la temporada primera iba a tener la mitad de los episodios de que ha acabado constando, pues la misma historia podría haberse narrado de forma más breve, pero esto no implica que aburra ni canse; no lo hace en ningún momento. Al contrario, te tiene mordiéndote las uñas a la espera de una nueva entrega, deseando avanzar más en las investigaciones de Emily y esperando que su vendetta se vea cumplida.
Ahora me tocará aguardar semana tras semana mientras la segunda temporada se emite en Estados Unidos, y creo que cada pequeña espera será más dura que la anterior; pero estoy convencida de que valdrá la pena. Os la recomiendo a todos, aunque a priori no sea el tipo de historia que os cautiva (tampoco se parece en nada al resto de series que yo veo). Os apasionará, y prueba de ello son los cuatro minutos finales de la primera temporada, empapados en las notas de Seven devils de Florence + The Machine: sencillamente impresionantes.
Pues bien, Revenge, la serie de televisión de la que hoy os vengo a hablar, está directamente inspirada en la obra del francés, sólo que transcurre en Los Hamptons de Nueva York, lugar de vacaciones del pijerío más célebre de los Estados Unidos, y tiene ciertos aires de culebrón. Pero que esto no os despiste: estamos ante una serie mejor que buena.
En lugar del marinero Dantès, Revenge nos presenta a la joven Emily Thorne, que alquila una preciosa vivienda situada ni más ni menos que frente a la mansión de los Grayson, una de las familias más célebres y poderosas del país, que además esconde un terrible secreto: cuando Emily (que en realidad es Amanda Clarke) contaba sólo nueve años, utilizaron a su padre, David, como cabeza de turco en un atentado terrorista que les costó la vida a todos los pasajeros de un avión comercial. David fue encarcelado hasta morir en prisión y Amanda, separada de él para siempre. Bajo un nuevo nombre y con el firme propósito de engatusar al primogénito de los Grayson, Amanda regresa a su antigua casa para vengarse de quienes le destrozaron la vida.
Hace mucho tiempo que tenía esta serie en mi lista de pendientes y me alegro de haber decidido verla, porque francamente vale la pena. Con una narración trepidante y cargada de tensión (muchos de sus episodios son cíclicos, y de hecho no comprenderemos los primeros minutos de la serie hasta llevar más de catorce horas viéndola), enseguida engancha y coloca al espectador del cuestionable lado de Emily, que no siempre tiene en cuenta los daños colaterales de sus acciones, pero que no es peor que la mayoría de los personajes con los que se relaciona. Ayudada por el multimillonario Nolan Ross, experto en nuevas tecnologías, Emily va localizando a todas y cada una de las personas que contribuyeron a hundir a su padre, y mueve los hilos necesarios para acabar con ellas; hilos que, por otra parte, se ha molestado en ir entrelazando durante varios años al tiempo que estudiaba a sus enemigos.
Las interpretaciones son estupendas, especialmente la de la gran Madeleine Stowe, que da vida a la "reina" Victoria Grayson, mala malísima por derecho y mérito propios. Emily VanCamp también deja buen sabor de boca, y asimismo convencen Henry Czerny y Gabriel Mann. Personalmente, he de destacar la presencia recurrente de mi queridísimo Hiroyuki Sanada en el papel de Takeda, maestro al más puro estilo Kill Bill (desgraciadamente para mí, en la segunda temporada Takeda es interpretado por otro actor).
Enganchan los personajes, todos ellos bien caracterizados y diferenciados, desde la ambiciosa Ashley hasta los honradísimos hermanos Porter, que, entre tanto vecino traicionero y ambivalente, representan la bondad y devuelven a Amanda a su vida antes de la tragedia; a ellos los acompaña Sammy, el labrador que David le regaló a su hija cuando era una niña. Destaca a mis ojos, y no puedo negarlo, el maravilloso Nolan, encantadoramente vulnerable y tierno, si bien considero que todavía tiene muchos secretos guardados. Enamoran las relaciones, las miradas y las palabras verdaderas en medio de todas las mentiras.
Es verdad que por momentos se nota que la temporada primera iba a tener la mitad de los episodios de que ha acabado constando, pues la misma historia podría haberse narrado de forma más breve, pero esto no implica que aburra ni canse; no lo hace en ningún momento. Al contrario, te tiene mordiéndote las uñas a la espera de una nueva entrega, deseando avanzar más en las investigaciones de Emily y esperando que su vendetta se vea cumplida.
Ahora me tocará aguardar semana tras semana mientras la segunda temporada se emite en Estados Unidos, y creo que cada pequeña espera será más dura que la anterior; pero estoy convencida de que valdrá la pena. Os la recomiendo a todos, aunque a priori no sea el tipo de historia que os cautiva (tampoco se parece en nada al resto de series que yo veo). Os apasionará, y prueba de ello son los cuatro minutos finales de la primera temporada, empapados en las notas de Seven devils de Florence + The Machine: sencillamente impresionantes.
9
17 de enero de 2022
17 de enero de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se puede decir otra cosa ante una obra de este calibre. Una cinta de animación que apenas contiene animación, que se basa mayormente en imágenes estáticas y que sin embargo es arrolladoramente expresiva e hipnótica, que nunca se hace lenta o pesada, ni siquiera a la luz del siglo XXI y su dinamismo siempre cambiante. Una película dirigida a comienzos de los 70 por un señor japonés, y que gira en torno a la liberación sexual y el empoderamiento de la mujer. Una obra sobresaliente en todos los sentidos: en el acierto de todas y cada una de sus imágenes, dibujadas con estilos diferentes en función de la escena y el mensaje (desde la acuarela a la psicodelia pop); en una banda sonora inseparable de la cinta, que no acompaña sino que narra, y que es puros años 60; en el viaje de la heroína, que arranca la cinta en la más pura inocencia, sucedida del ultraje, y deberá ir descubriendo su propio poder por medio de la apropiación de su propia sexualidad, que no le pertenece a nadie más que a ella.
Una película que analiza el machismo estructural, así como los comportamientos del pueblo como masa a merced del poderoso. Una película que fascina a la par que agobia, que no se puede ir de la memoria por más que pase el tiempo. Una cinta totalmente atemporal y rompedora en el contexto en el que se gesta, provocadora, explícita de la forma menos explícita posible, como un viaje de LSD.
Hay un par de cosas que sí han envejecido: el retrato de la sexualidad exclusivamente por medio del pene (en una masculinización del placer que resulta paradójica dada la historia que estamos viendo), y cierta romantización de la violación. Sin embargo, son cosas muy pequeñas que no le restan mérito alguno a esta película, sin duda de culto, que es una joya.
La secuencia final es, sencillamente, maravillosa.
Una película que analiza el machismo estructural, así como los comportamientos del pueblo como masa a merced del poderoso. Una película que fascina a la par que agobia, que no se puede ir de la memoria por más que pase el tiempo. Una cinta totalmente atemporal y rompedora en el contexto en el que se gesta, provocadora, explícita de la forma menos explícita posible, como un viaje de LSD.
Hay un par de cosas que sí han envejecido: el retrato de la sexualidad exclusivamente por medio del pene (en una masculinización del placer que resulta paradójica dada la historia que estamos viendo), y cierta romantización de la violación. Sin embargo, son cosas muy pequeñas que no le restan mérito alguno a esta película, sin duda de culto, que es una joya.
La secuencia final es, sencillamente, maravillosa.
Más sobre KaoruTakarai88
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here