Quitando los primeros quince minutos (bastante graciosos en mi opinión), y el minuto final (con una frase memorable), el resto de la película es más que aburrida y sin ningún tipo de interés. En cuanto a la actuación de Brad Pitt, que muchas criticas alaban a bombo y platillo, no es que sea mejor o peor, sino que aparece casi como un secundario, y en momentos en los que casi cualquiera podría actuar dada la facilidad de su papel (exceptuando dos o tres pequeños momentos, todo hay que decirlo).

Con una aceptable primera parte que contiene una buena dosis de acción/entretenimiento, la película va empeorando poco a poco debido a un guión más que previsible, una imagen bastante mareante y un hilo conductor simple y repetitivo. Convirtiéndose así en otro caso más de cinco euros que uno podía haberse ahorrado.

Lo que comienza como una pelicula de fantasia y pura ficcion, va sufriendo un intento fallido de convertirse en un drama, dejando a dos velas a los espectadores, tanto a aquellos que esperaban una pelicula pura de superheroes, como a los que aspiraban a ver un gran obra de cine. En resumen, mucho pan y poca chicha.

Después de las tres últimas obras de este hombre (Los Crimenes de Oxford, Balada Triste de Trompeta y La Chispa de la Vida), que en mi opinión harían bien quedándose en el olvido, fui al cine con la idea de que era la última oportunidad para dicho director, y afortunadamente, esta vez no me decepcionó.

La película proporciona al espectador una buena dosis de entretenimiento, con un pequeño toque de acción al inicio, un pequeño episodio de "terror" o intriga a continuación, y un humor un tanto satírico que apenas te deja parar de reír durante gran parte de la película.

Sin embargo, y muy a mi pesar, he de decir que Alex de la Iglesia de nuevo acaba fallando (aunque no tanto como en las anteriores), pues se saca un final de la película tan malo y sin sentido, que baja bastante el nivel de la misma en su totalidad. Y es que da la sensación que tanta bruja y tanto aquelarre le hizo entrar en trance psicodélico en el momento en que tomaba dicha decisión.

En fin, una pena.

Para los que no hayan visto ninguna de las otras películas de Sacha Baron Cohen, que sepan que con lo que se van a encontrar es con una comedia muy especial, aquella que hace gracia especialmente a los hombres, puesto que recuerda a las tonterías de los quince años en su mayor parte, sumado esto a una profunda critica política y social oculta bajo una apariencia de liviandad.

Por la otra cara, aquellos que disfrutaron con Borat o Bruno han de saber que en esta ocasión se pierde la magia que proporcionaba a ambas películas los momentos de cámara oculta o falso documental, convirtiéndose de esta manera en una ficción entretenida y graciosa, pero muy lejos de sus antecesoras.