Haz click aquí para copiar la URL
España España · Palafrugell
You must be a loged user to know your affinity with cinefiloman
Críticas 170
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
20 de enero de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada volver a evidenciar mi falta de empatía con los que se encargan de traducir los títulos de las películas extranjeras.
Ésta se titula en inglés “Hell or high water”, que literalmente es “infierno o agua caliente, hirviendo”, pero que en cualquier traductor de internet te explican que es una expresión hecha que viene a decir, “contra viento y marea” “que venga lo que sea””de perdidos al río” y expresiones por el estilo. Cualquiera hubiera valido, viendo el argumento del film, una especie de “thelma y louise” o de “bonnie and clyde”, pero no, le ponen el título de Comanchería, con intención de relacionar, supongo, la historia que se narra con los míticos indios comanches y su salvajismo, por lo menos cinematográfico.
Bueno, creo que es equivoco y confuso. Sólo aparece un indio y es policía. Glup. A veces las intenciones comerciales le hacen más mal que bien a una obra de arte.
Dicho esto, estamos ante otra obra cinematográfica perfecta del cine americano.
Jeff Brigdes está impecable, arma un personaje contundente, complejo, que como esos héroes solitarios que a fuerza de vivir se han elaborado su propio perfil del mundo y en base a él actúan, sin perder de vista la compasión, tan pronto bromea con su compañero en unos diálogos surrealistas como le pega un tiro a alguien como si de una pieza de caza fuera y se queda con todo el dolor de su corazón, tan tranquilo. No se podía hacer otra cosa. Eso y que se pasa toda la película leyendo lo próximo que harán los atracadores. Nadie entiende a alguien tan bien si no comparte con ese alguien algo más que la especie. Sin embargo quiere hacer justicia. Porque sabe que si deja de haberla, todos lo pasaran peor.
Los demás actores siguen la estela con la solvencia y maestría acostumbrada de los secundarios americanos. A cada cual mejor. El guion ajustado a la acción y lleno de matices, pleno. Podemos ver a los USA profundos, de pueblos destartalados, oficinas de bancos que parecen barracas, historias familiares llenas de derrota y amargura. Donde las armas se llevan encima como aquí un paquete de tabaco o donde tras un atraco los vecinos del pueblo salen en persecución de los atracadores como en los viejos tiempos del Far West.
Esta película está imbuida de la vieja filosofía de la vida: Allí donde la Justicia no llega, si vas a ir, ve preparado.
Hay dos momentos álgidos de la película para mí. Me dio escalofríos ese disparo despiadado que deja a un hombre seco, no muerto, como si fuese un bisonte, precisamente en el momento en que más bisonte y poderoso se cree. Me acordé de la forma más espeluznante de morir que he visto en cine, Terciopelo Azul. Y la posterior celebración. Todo un ejemplo de lo que puede valer una vida. Y es que en EEUU todas las vidas no valen igual, como se encarga de explicar el ránger.
Y la otra sobre la epidemia que supone ser pobre y al manera de erradicarla que se marca el hermano “bueno y listo” de la historia al final.
Y sólo un pero. Es una patada en la dinámica de perdedores que alimenta la película que alguien que durante toda la proyección ha ido sin afeitar, sucio y desharrapado, al final tras conseguir el triunfo aparezca impoluto, afeitadísimo y muy satisfecho. Con todo lo que le ha pasado. Un poco de comedimiento en la evolución del personaje hubiera impedido que a algunos se nos acabara la película antes del final.
Claro que cuando he salido y le he preguntado a mi hija que le había parecido la peli y me ha dicho que el actor era guapísimo lo he entendido. Esos afanes comerciales.
Y si yo hubiera tenido algo que decir en esta película hubiera puesto algo de Bob Dylan o Neil Young. El cuerpo me lo pedía.
9 de abril de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más constatar el poco acierto a la hora de traducir el título de las películas. El título original, “La pazza giogia”, que proviene de la expresión italiana “alla pazza giogia”, podría traducirse de unas cuantas maneras acertadas pero nunca “Locas de alegría”, porque locas están pero alegrías pasan pocas. Y si están locas no es por culpa de la alegría. Da una idea falsa del film. Con haberla titulado “A lo loco” creo que hubiera bastado. En fin.
A mí me gustó mucho “El capital humano”, la anterior película de Paolo Virzì, creo que había una reflexión de calado en aquella película y me ha gustado mucho también ésta por la misma razón.
Si miramos la vida que vivimos, seguramente todos estaríamos dispuestos a afirmar que gozamos de una libertad amplísima en cuanto a nuestras elecciones y que el libre albedrio prácticamente no tiene límites. Pero, ¿Lo hemos puesto a prueba?
Ya sé que a nadie o casi nadie le da por ir repartiendo dinero por ahí, de hecho si alguno lo ha hecho enseguida ha sido tildado de loco. ¿Lo estaba? ¿Podemos aceptar que alguien vaya repartiendo dinero por la calle y que no esté loco? Yo creo que sí. Pero seguramente el consenso sería que está de remate y su familia se apresuraría a inhabilitarlo. He puesto este ejemplo pero hay infinitos. Ejemplos de conducta seguramente las más de las veces excéntricas, atrabiliarias, insólitas, pero ¿de locos?
En realidad desde que nacemos hasta que morimos estamos constreñidos de una manera tan sutil que ni nos damos cuenta. Bueno, sí, nos damos cuenta cuando aparece uno de esos seres inadaptados que pone en solfa esa “enorme libertad” de la que disponemos, la testea y la encuentra limitadísima e insuficiente. Eso le pasa a la principal protagonista de esta historia y que describe muy bien su madre, que decir que está harta de ella es decir poco.
Valeria Bruni está fantástica en ese papel de disparatada excéntrica, la variedad de matices que le da al personaje hace pensar si no tendrá la actriz un poco de ese papel. Brilla y emociona con naturalidad y sin histrionismos y eso que el papel daba para ello.
El contrapunto a esta “loca maravillosa” lo da Micaela Ramazzoti que ya es más una loca de andar por casa y que suele abundar más. La típica desquiciada al que el abandono, la traición y la falta de amor han llevado a un callejón sin salida que la sociedad suele resolver quitándote el único flotador que tiene y así ya te hundes del todo. Estupenda también su interpretación, pero como se diría en el mundo taurino a Valeria Bruni le salió el mejor toro.
La escena de la playa de Micaela Ramazzoti, conmovedora y muy emocionante.
Esta película se podía haber traducido tranquilamente “Cuando una loca fantasiosa encontró a una loca falta de cariño y a partir de ahí nació la esperanza para ambas”, es poco comercial pero daría una idea más acertada que esta “Locas de alegría”, que ni como ironía sirve.
Hay un homenaje explicito a Thelma y Lousie, pero es sólo un homenaje. Thelma y Lousie tenían los pies sobre la tierra, perdón querían ponerlos pero no les dejaron. Mientras que al personaje de Valeria Bruni poner los pies en el suelo le parece de un aburrimiento insoportable. Lo que la da un plus de humanidad y generosidad que al personaje de Micaela Ramazzoti le viene de maravilla.
Una película cargada de significado. Estupenda.
30 de noviembre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todas las películas de ciencia-ficción o aquellas que tienen los super-poderes o los viajes en el tiempo como leitmotiv acaban decepcionando porque simple y llanamente no sabemos qué es eso que llamamos extraterrestres, ni sabemos qué hacer con los super-poderes una vez derrotados los malos ni con lo del tiempo, pues acabamos haciéndonos la picha un lío con eso de que si podemos regresar y cambiar las cosas como es que hemos necesitado regresar, ¿Eh?. Hablo, claro, del trabajo del guionista. Y alguien dirá, pero hay grandes películas de ciencia-ficción, por ejemplo. Sí, correcto. Pero si las analizamos no son propiamente de ciencia-ficción. La ciencia-ficción es una excusa para hablar de otra cosa.
Como en esta historia.
Los torpes y poco creativos extraterrestres de esta película, que son ramplones y simples, tanto como sus naves, delatan que la intención es otra. Bueno otras. Hay dos líneas en esta historia a seguir. La comunicación y el ineluctable deseo de vivir aunque se sepa que va a pasar en el futuro. Porque nos hayamos dado cuenta o no, todos sabemos que va a pasar en el futuro. Que nos vamos a morir. No sabemos los detalles, pero eso qué importa.
¿Te vas a caer por un barranco? Sí
¿Y eso cómo va a ser?
¿Para qué quieres saberlo?
Para evitarlo.
No vas a poder evitarlo.
¿Entonces?
Entonces aprovecha el tiempo y vive, aunque sea doloroso.
Te vas a casar e igual te separas.
Me da lo mismo, me caso de todas las maneras.
Y entre medias, cómo nos decimos todo eso, o no nos lo decimos.
“La llegada” va de eso, y va como va, con una Amy Adams entregada a su papel y unos secundarios tan planos como los extraterrestres.
Esa es la intención. Planteada la intención, ¿Cómo se desarrolla? Pues mal.
El guión farragoso, desde la presentación de las indudables dotes de la protagonista que no me quedan muy claras hasta las explicaciones que se imagina para mostrarnos que el tiempo no cuenta para los recién llegados y ese lenguaje que por arte de birlibirloque nuestra lingüista descifra de una manera un tanto cómica, desemboca exhausto y casi inane en un final que me ha gustado mucho, enternecedor y que uno piensa que ha pesado muchísimo en el desarrollo de todo el guión. O sea, como si en un viaje te pones a invernar hasta que llegas, que el viaje no te sabe a nada. Como le pasa a esta película. Y lástima porque la idea merecía otro sostén.
Es una pena que para disfrutar del final haya que ver todo lo demás.
El relato en el que está basada la película se llama “La historia de tu vida”, mientras que ésta se llama “La llegada”. Quizás poner el foco de atención en los extraterrestres en vez de en la vida de esa historia haya sido el error del guionista. Los que la vayan a ver lo entenderán.
Una novedad se observa. Parece ser que estamos empezando a abandonar a los rusos, que sustituyeron a los alemanes, como mejores malos y ahora andamos mirando que si los chinos que si los coreanos. Esto es algo que cualquier película sería o cualquier guionista competente debería hacérselo mirar.
7 de marzo de 2017
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Animales Nocturnos es una película de intención lineal, narrar la existencia insatisfecha de la protagonista, fantástica Amy Adams encarnando un personaje lleno de matices y aristas, y de un desarrollo un tanto laberíntico que sin embargo deja el buen sabor de boca de lo que te ha sorprendido, te ha interesado y no ha terminado de quedar claro, que a mí, en arte, es algo que me gusta bastante. La ambigüedad, lo equivoco como fuente de enriquecimiento personal y de desarrollo emocional.
Comienza con unas imágenes impactantes, fragmentadas, para entrar en calor, que te dejan sobrecogido y que después ya no vuelven a tener sentido en el desarrollo de la historia. A modo de introducción en el mundo, carne informe, desvergonzada por lo inevitable de la situación. Hacerse presente o morir.
Después asistimos a dos historias que se van desarrollando a modo de mimbres entrelazadas para ir construyendo el cesto sin salida en el que se encuentra la protagonista que ya no puede recuperar el pasado y que no puede mantener el presente. Todo acompañado por una música intensa, casi obsesiva, una fotografía que en algunos encuadres recordaba lienzos en penumbra y unos decorados duros, funcionales para el presente, y más años setenta para el pasado.
Se nota que es una película realizada después de David Linch. Me acordé mucho de Mulholland Drive, al principio, en el desarrollo de algunas escenas cargadas de inconsecuencia y por qué no decirlo porque salí de la sala con la inquietud del que se ha perdido algo, como me paso con el film de Linch. Lo que, como he dicho antes, me parece muy bien.
He oído interpretaciones de todo tipo para explicar el final. Yo no tengo ninguna, ni lo intento. La siento, me emociona. Creo que no se puede pedir más.
La veré más veces, seguro.
2 de septiembre de 2014
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que la campaña publicitaria de Telecinco, pasado lo que es normal, es decir hablar de la película favorablemente una vez al día antes de su lanzamiento y una vez cada dos o tres días después, ha resultado indigesta y un pelín contraproducente. Ya se sabe aquello de que de tanto como alaban algo nace la sospecha de que tal vez no sea lo que se dice. Pero claro, como es de la casa y se han puesto dineritos, pues a cargar las tintas. Ya a nadie extraña que en plenos programas de noticias, lo que se llamaba antes el Telediario, se dediquen las cadenas de televisión a alabar sus propios productos. O a ignorarlos cuando no son propios. Porque el día de la presentación de este film, en TVE1, en un reportaje sobre los estrenos de las películas de ese fin de semana se la ignoró totalmente.
¿Dónde queda el respeto por el telespectador? Eso digo yo, ¿Dónde?
Pero vayamos con la película.
En algún medio escrito he leído que era tildada de peliculón. Pues si peliculón es Apocalypse Now, Blade Runner o Terciopelo Azul, El niño no es un peliculón. Es un film de acción, muy bien llevado a término, con un guión respetable y con algunos actores excelentes. A más de darnos una visión de lo que pasa en el Estrecho de Gibraltar, frontera con Marruecos incluida, que llama la atención el que teniéndolo tan cerca sepamos tan poco los españoles que no andamos cerca. Pero eché a faltar unos personajes con más entraña. Luis Tosar hubiera dado para mucho más y el niño para mucho menos. Tanta mirada salvaje y tanta pose lo desvirtuaba como personaje de carne y hueso, sobre todo cuando se enfrentaba a su enamorada, muy intensa y con más humanidad. Tampoco hubiera estado mal profundizar un poco más en los entresijos del puerto. Profundizar no es poner unas escenas de la pesca del atún o unos esquiadores surfistas en la playa. Lo que le hubiera dado a la historia consistencia.
En cuanto a los actores, Luis Tosar se ha puesto a la altura de Javier Bardem y rebasada la frontera de actor secundario de lujo, no tiene límites y el film hubiera ganado si él hubiese sido el pivote sobre el que girase la historia y no el niño. Eduard Fernández y Sergi López, dos lujos para la película. La naturalidad de Sergi López interpretando es toda una lección de sumersión en un personaje. Los trozos de él y Luis Tosar, estupendos. Los segundos finales en la playa entre Eduard Fernández y Luis Tosar, miraditas van y vienen, antológicos.
Barbara Lennie y Mariem Bachir, correctas en su papel de relleno en un mundo de hombres.
El compi, un poco excesivo, parecía sacado de Aida.
El atractivo de Jesús Castro no sale bien parado al lado de los tres actores que le rondan toda la película. Si quiere ganarse la vida de actor, deberá ponerse a estudiar. Si quiere ser actor, claro. Si sólo quiere hacer películas no hace falta. Ver las pelis de Paul Newman y Robert Redford le ayudaría. O de Brad Pitt.
Pasé un buen rato. Me gustó mucho el plano de las grúas bailoteando en el muelle, conteiner para acá, conteiner para allá. Siempre son estimulantes unas imágenes de los pueblos marroquís y sobre todo agradecí mucho el final: Real como la vida misma.
Daniel Monzón no ha podido mantener el nivel de Celda 211. La tensión dramática tan bien llevada en aquella película aquí es irregular a pesar de tanta persecución. En Celda 211 la línea narrativa estaba marcada por el escenario y los personajes. En esta película al abrirse el escenario y ampliarse los personajes con sus diversas vicisitudes, la historia no es ni de uno ni de otro y tampoco es de todos. Se ha llamado El niño pero se podía haber llamado Estrecho.
Vamos, es mi modesta opinión.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para