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5,8
1.081
6
12 de junio de 2010
12 de junio de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé bien qué es. Sé que falta algo y, a diferencia de alguna crítica que leí, creo que Gasalla está impecable, casi no veo la pelicula por dejarme llevar por ciertos prejuicios. Estimo, humildemente, que Borges no funciona, es la primera vez que la veo actuar y, humildemente, estimo que no funciona. Una hermosa mujer que no está a la altura.
En lo que hace a la pelicula, a veces la ficción supera la ficción, a veces es poco creíble; a veces los grises son demasiado grises.
En fin creo que vale la pena la revisión, en algun momento hasta me emocioné, quizá sólo sea yo o quizá valga la pena la revisión...
En lo que hace a la pelicula, a veces la ficción supera la ficción, a veces es poco creíble; a veces los grises son demasiado grises.
En fin creo que vale la pena la revisión, en algun momento hasta me emocioné, quizá sólo sea yo o quizá valga la pena la revisión...

7,2
1.567
8
18 de septiembre de 2012
18 de septiembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estimo que el título es una enorme ironía. Por caso, ¿cómo re-construimos nada? Sin ser tan pretencioso, ¿cómo construimos algo? ¿Cómo nos construimos?
El azar esta al mando en la cinta, me agrada que así sea. Tengo cierta patología con el azar que me horroriza/ fascina en la misma medida. El azar, ya sea en la película o si nos escapamos de ella suscita preguntas: graciosas, dramáticas, terroríficas, etc.
¿Por qué detenernos allí? ¿Por qué no saludar? ¿Por qué hacerlo? ¿Por qué cruzamos la calle a mitad de la cuadra? ¿Por qué no dijimos que sí? Y si dijimos que sí, ¿por qué entonces no dijimos que no? A veces hurgamos un cajón de saldos editoriales en una feria y damos con “la joya” hecha papel, ¿cuántas manos pasaron por allí sin percatarse de “la joya”? Y en la circunstancia fastidiosa de no encontrar nada en el cajón de saldos, ¿Por qué se llevaron todo lo interesante y uno llega a revolver sólo lo inútil?
Hay una circunstancia tiempo-espacial que nos excede, estimo. Esto me lleva a re-planteos insondables, retóricos, a cerca de la incumbencia de la casualidad en mi insignificante vida. ¿Por qué gobierna el caos? Y si no gobernara el caos, que es lo mismo que una total y completa anarquía cósmica, ¿Qué? ¿El destino? He comido muchas papas fritas en mi vida pero la del destino y los hilos celestiales de las marionetas no me cierran, me indigestan.
Ahora bien, cuando todo se da de la mejor de las maneras posibles, ¿es el destino? Cuando no, ¿la fatal casualidad? O ¿es al revés? ¿Es una cuestión de simpatía? ¿Si somos ordenados o simpatizamos con el orden nos cae mejor el destino y lo contrario: si somos desordenados y simpatizamos con cierta beta anárquica nos engancha el imponderable azar?
Tómese mi vida por caso, una vidita. Un día porque sí, como hago muchas cosas que hago, dejo un comentario en una página que se ocupa de libros. Ni si quiera recuerdo el nombre de la página. Alguien pasa unos quince minutos después, alguien que tampoco recuerda el nombre de la página, y le resultan simpáticos mis comentarios y mi cara. Me agrega a sus amigos, no hablamos hasta pasado un mes. Le hablo y me enamoro, ¿azar? ¿destino?
Cuánto y cómo nos construimos de nuestras creencias. Cuántos pretendidos viajes de ida y de vuelta al pasado, al presente próximo o a un futuro incierto, ¿o determinado?
Notable película, inmensamente más compleja que su superficie fácil.
http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar
El azar esta al mando en la cinta, me agrada que así sea. Tengo cierta patología con el azar que me horroriza/ fascina en la misma medida. El azar, ya sea en la película o si nos escapamos de ella suscita preguntas: graciosas, dramáticas, terroríficas, etc.
¿Por qué detenernos allí? ¿Por qué no saludar? ¿Por qué hacerlo? ¿Por qué cruzamos la calle a mitad de la cuadra? ¿Por qué no dijimos que sí? Y si dijimos que sí, ¿por qué entonces no dijimos que no? A veces hurgamos un cajón de saldos editoriales en una feria y damos con “la joya” hecha papel, ¿cuántas manos pasaron por allí sin percatarse de “la joya”? Y en la circunstancia fastidiosa de no encontrar nada en el cajón de saldos, ¿Por qué se llevaron todo lo interesante y uno llega a revolver sólo lo inútil?
Hay una circunstancia tiempo-espacial que nos excede, estimo. Esto me lleva a re-planteos insondables, retóricos, a cerca de la incumbencia de la casualidad en mi insignificante vida. ¿Por qué gobierna el caos? Y si no gobernara el caos, que es lo mismo que una total y completa anarquía cósmica, ¿Qué? ¿El destino? He comido muchas papas fritas en mi vida pero la del destino y los hilos celestiales de las marionetas no me cierran, me indigestan.
Ahora bien, cuando todo se da de la mejor de las maneras posibles, ¿es el destino? Cuando no, ¿la fatal casualidad? O ¿es al revés? ¿Es una cuestión de simpatía? ¿Si somos ordenados o simpatizamos con el orden nos cae mejor el destino y lo contrario: si somos desordenados y simpatizamos con cierta beta anárquica nos engancha el imponderable azar?
Tómese mi vida por caso, una vidita. Un día porque sí, como hago muchas cosas que hago, dejo un comentario en una página que se ocupa de libros. Ni si quiera recuerdo el nombre de la página. Alguien pasa unos quince minutos después, alguien que tampoco recuerda el nombre de la página, y le resultan simpáticos mis comentarios y mi cara. Me agrega a sus amigos, no hablamos hasta pasado un mes. Le hablo y me enamoro, ¿azar? ¿destino?
Cuánto y cómo nos construimos de nuestras creencias. Cuántos pretendidos viajes de ida y de vuelta al pasado, al presente próximo o a un futuro incierto, ¿o determinado?
Notable película, inmensamente más compleja que su superficie fácil.
http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar

7,7
123.007
8
3 de septiembre de 2012
3 de septiembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente thriller carcelario cuya única dificultad de este lado del Atlántico es entender completamente los diálogos.
Salvado esto, la película me ha parecido sencillamente excelente. Las actuaciones en general y en particular Tosar: es un monstruo, hace de lo que sea. Lo he visto en muchas películas a esta altura y le he tenido lástima, bronca, indiferencia y en Celda 211 le he tenido miedo, pánico. Aun le temo un poco a “Malamadre”.
Violencia en la dosis justa sin caer en la morbosidad o en la apología de la sucesión de tomas vertiginosas o de puro movimiento. Creo que aquí se ve la dificultad de plasmar un thriller en estado puro: dosis equilibradas de acción, violencia y contenidos (trama argumental bien articulada).
La película, si bien en lo que a mi respecta merece todos los halagos, es fuerte. Es una película áspera desde el lenguaje y las escenas.
Pero deseo volver a los personajes brevemente porque existen personajes y Personajes (nótese la mayúscula): Tosar ha hecho aquí un personaje inolvidable, al menos en lo que a mi respecta.
Por último, sería pretencioso profundizar filosóficamente en una cinta que no tiene pretensiones filosóficas. Sin embargo, subsiste un qué decir al respecto de la violencia en las cárceles, sabida violencia indiferente a todos… ¿evitable? ¿Secundaria? ¿Anecdótica? Priman las perspectivas.
Muy recomendable.
http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar
Salvado esto, la película me ha parecido sencillamente excelente. Las actuaciones en general y en particular Tosar: es un monstruo, hace de lo que sea. Lo he visto en muchas películas a esta altura y le he tenido lástima, bronca, indiferencia y en Celda 211 le he tenido miedo, pánico. Aun le temo un poco a “Malamadre”.
Violencia en la dosis justa sin caer en la morbosidad o en la apología de la sucesión de tomas vertiginosas o de puro movimiento. Creo que aquí se ve la dificultad de plasmar un thriller en estado puro: dosis equilibradas de acción, violencia y contenidos (trama argumental bien articulada).
La película, si bien en lo que a mi respecta merece todos los halagos, es fuerte. Es una película áspera desde el lenguaje y las escenas.
Pero deseo volver a los personajes brevemente porque existen personajes y Personajes (nótese la mayúscula): Tosar ha hecho aquí un personaje inolvidable, al menos en lo que a mi respecta.
Por último, sería pretencioso profundizar filosóficamente en una cinta que no tiene pretensiones filosóficas. Sin embargo, subsiste un qué decir al respecto de la violencia en las cárceles, sabida violencia indiferente a todos… ¿evitable? ¿Secundaria? ¿Anecdótica? Priman las perspectivas.
Muy recomendable.
http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar

7,1
12.700
6
26 de abril de 2017
26 de abril de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El punto de partida es facilista. Un intelectual extremadamente antisocial pasa de estarse burlando de una invitación a aceptarla de un momento a otro. No cierra.
El argumento en torno al cual se edifica la película resulta atractivo. Oscar Martínez ofrece una correcta interpretación. No le sobra nada y quizá carezca de algunos matices.
La película escalona una serie de argentinismos mediocres con otros geniales. Equilibra. El guion no está redondo. La dirección aparece presurosa. Hay primeros planos bastante extraños y el montaje es pésimo, serie B. Los personajes en general tienen un buen desarrollo. No hay secundarios de peso escénico. Más allá de esto, la película tiene la virtud de dejarnos pensando, en el poder del lenguaje para fijar ciertas cosas, por ejemplo. También tiene la capacidad de satirizar a una gran mayoría de los aplaudidores del asunto. La mirada argumental del film supera por lejos a la cinematografía. Es frío, tan frío que permite al espectador crear algunos vacíos en los cuales dejar colar al pensamiento sobre los lugares comunes en el cine argentino, en la miserabilidad humana e incluso algunos lugares comunes dentro de los propios lugares comunes en los que todos caemos indefectiblemente.
El mensaje final es desolador: nunca subestimes a un imbécil armado.
El argumento en torno al cual se edifica la película resulta atractivo. Oscar Martínez ofrece una correcta interpretación. No le sobra nada y quizá carezca de algunos matices.
La película escalona una serie de argentinismos mediocres con otros geniales. Equilibra. El guion no está redondo. La dirección aparece presurosa. Hay primeros planos bastante extraños y el montaje es pésimo, serie B. Los personajes en general tienen un buen desarrollo. No hay secundarios de peso escénico. Más allá de esto, la película tiene la virtud de dejarnos pensando, en el poder del lenguaje para fijar ciertas cosas, por ejemplo. También tiene la capacidad de satirizar a una gran mayoría de los aplaudidores del asunto. La mirada argumental del film supera por lejos a la cinematografía. Es frío, tan frío que permite al espectador crear algunos vacíos en los cuales dejar colar al pensamiento sobre los lugares comunes en el cine argentino, en la miserabilidad humana e incluso algunos lugares comunes dentro de los propios lugares comunes en los que todos caemos indefectiblemente.
El mensaje final es desolador: nunca subestimes a un imbécil armado.
8
3 de septiembre de 2012
3 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica exposición con una claridad conceptual que no asombra dada la propia claridad de la novela de Orwell.
Dramatización plena de la patología del poder.
Sin pensarlo demasiado, me recuerda a una metáfora muy interesante y gráfica que se hace con el juego del ajedrez. Lo particular de la metáfora es que no está plasmada en el juego en sí del ajedrez, no es una apología de la estrategia sino una humanización de tablero y las fichas.
La metáfora o apología del poder consiste en una imagen sencilla en la que todas las fichas o de poder (torre, caballo, alfil, rey y reina) se encuentran sobre el tablero. Por debajo del tablero, está un peón, uno solo, aunque bien podrían ser varios, sosteniendo el tablero o bien, inclinándolo para hacer volar del mismo a las piezas de poder. Los peones podrían pasarse el juego ignorando el poder que tienen pero a veces se despiertan, dejan de pre-ocuparse y se ocupan de si mismos.
La película es categorizada como una sátira y la verdad, reniego de que haga reír. Creo que sólo es una fábula, un drama profundo muy bien plateado ya en su creación literaria y excelentemente adaptado al cine con algunos cambios que se notan pero que no alteran la intención de Orwell.
No ignoro la revolución rusa, ni la cubana, ni la supuesta revolución venezolana. Indefectiblemente existe una patología del poder. Aparece tan real y tan intangible el poder que en principio me lleva a la perplejidad en cuanto a la condición humana. Pero inmediatamente la bruma desaparece y veo al poder articulándose de la misma manera por doquier. En los cargos públicos, en el ámbito privado, el quiosquero que atiende a la madrugada, el grandote que custodia la entrada a un boliche, el encargado del edificio. El discurso de Orwell toma una dimensión más interesante cuando se piensa en una granja y con diversas especies animales. Hay una analogía magistral.
Muy recomendable, muy frontal e interesante desde el punto de vista pedagógico aunque cuidando muchísimo el criterio.
http://lafiligranadelpensar.blogspot.com
Dramatización plena de la patología del poder.
Sin pensarlo demasiado, me recuerda a una metáfora muy interesante y gráfica que se hace con el juego del ajedrez. Lo particular de la metáfora es que no está plasmada en el juego en sí del ajedrez, no es una apología de la estrategia sino una humanización de tablero y las fichas.
La metáfora o apología del poder consiste en una imagen sencilla en la que todas las fichas o de poder (torre, caballo, alfil, rey y reina) se encuentran sobre el tablero. Por debajo del tablero, está un peón, uno solo, aunque bien podrían ser varios, sosteniendo el tablero o bien, inclinándolo para hacer volar del mismo a las piezas de poder. Los peones podrían pasarse el juego ignorando el poder que tienen pero a veces se despiertan, dejan de pre-ocuparse y se ocupan de si mismos.
La película es categorizada como una sátira y la verdad, reniego de que haga reír. Creo que sólo es una fábula, un drama profundo muy bien plateado ya en su creación literaria y excelentemente adaptado al cine con algunos cambios que se notan pero que no alteran la intención de Orwell.
No ignoro la revolución rusa, ni la cubana, ni la supuesta revolución venezolana. Indefectiblemente existe una patología del poder. Aparece tan real y tan intangible el poder que en principio me lleva a la perplejidad en cuanto a la condición humana. Pero inmediatamente la bruma desaparece y veo al poder articulándose de la misma manera por doquier. En los cargos públicos, en el ámbito privado, el quiosquero que atiende a la madrugada, el grandote que custodia la entrada a un boliche, el encargado del edificio. El discurso de Orwell toma una dimensión más interesante cuando se piensa en una granja y con diversas especies animales. Hay una analogía magistral.
Muy recomendable, muy frontal e interesante desde el punto de vista pedagógico aunque cuidando muchísimo el criterio.
http://lafiligranadelpensar.blogspot.com
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