Perturbadora y de clima desasosegante, Eggers en su ópera prima logra, sin artificios ni efectos al uso, que un relato de época cercano al thriller psicológico más que al cine de género se convierta en una de las películas más turbadoras en años.

De elenco comprometido y técnicamente interesante, visualmente cuenta con un puñado de escenas realmente impactantes y perdurables. En cuanto al guión, resulta remarcable la contraposición entre unos progenitores de ideales religiosos ultraconservadores radicales y el rol de Anya Taylor-Joy, que intenta lidiar con el percal que le ha tocado vivir, y cómo ese entorno aboca su destino como génesis del mito.

Nadie cree en las brujas pero éste es, posiblemente, el relato más verosímil sobre ellas.

Vibrante, envolvente y magnético, el film de Aaron Sorkin logra que 141' de diálogos infinitos resulten apasionantes en una película sobre poker, pero también sobre la superación y el juego del control de las pasiones humanas. Molly's Game te atrapa en gran medida gracias a una Jessica Chastain portentosa y absolutamente seductora que se consagra como una de las actrices del momento... Huele a Oscar.

Adaptación de Stephen King más que correcta, con unos destacables Carla Gugino y Bruce Greenwood. Lo que comienza como telefilm de sobremesa de pronto se convierte en un curioso thriller psicológico entre la víctima de la situación y la representación imaginaria de su conciencia y sus miedos.

Diálogos por momentos rutinarios, pero que resultan desvelar secretos... Flashbacks aclaratorios que acrecientan el interés por una trama subyacente que transforma de nuevo el género del film.... Pinceladas gore justificadas, aunque alguna de ellas resulte un pelín extravagante... Y cuando el espectador parece controlar la situación el film sorprendende aderezándose de ciertos elementos sobrenaturales que acaban no siéndolo... aunque por el camino se conviertan en perdurables nuevos iconos.

Un film que navega por diversos géneros y que aunque por momentos puntuales decaiga, acaba sorprendiendo hasta incluso en un ligeramente forzado epílogo que, aunque desmitifique, cobra sentido moralejador.

Hombre, se deja ver... pero resulta un mal episodio de Black Mirror con demasiado que ver con "Skyline" (2010), algo que no juega a su favor. Efectos cutrillos y trama descafeinada para una premisa interesante. Lástima.

Visceral y cruda, cuenta con un poderoso Joaquin Phoenix bestia actoral en una película en que la fotografía, magistral, se torna protagonista, estilosamente absorbente y oníricamente realista. Thriller poco habitual, nada fácil, de narrativa rota por flashbacks elípticos que aportan más que marean. Socialmente reivindicativa, contemplativa y brutal por momentos, sorprendente en sus resortes y poética en todo su metraje.