El caso es interesante y el reparto está magnífico.
Lo mejor, lo bien que queda reflejada la revictimización. Para quien sea capaz de captar esa violencia que rodea a Miren: ver en ayunas, porque revuelve el estómago.

Lo peor, tres cosas:
-Una resolución del asunto "hijo mayor" absolutamente inverosímil y simplista.
-Una supuesta secuela física que pongo en duda y que, en caso de ser falsa, es peligroso transmitir la idea de que es verosímil.
-La sobrerrepresentación infantiloide e irreal de nombres vascos me sacaba de la historia (que parece que no haya en Bilbao un Javier, ni una Mari Carmen, ni un Antonio).
-La obvia representación maniquea y cliché del hijo "abierto" bisexual y progre (incluyendo pelo mullet, piercings y ropa agujereada) y del hijo "cerrado" de imagen clásica y vida familiar tradicional.