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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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15 de enero de 2011
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el título de la crítica, cualquiera que la lea se puede hacer ya a la idea de que esta era una de mis series favoritas cuando era niño, y me dedicaba a fliparme con mis amigos, con un palo en la mano y gritando "¡Espada de luz!" (eso cuando no fingíamos que los susodichos palos eran sables láser). El caso es que uno de los mayores errores que se pueden cometer en esta vida es someter a una serie de la infacia a un segundo visionado cuando, con el paso de los años, la magia de la niñez ha quedado atrás. ¿Qué ha pasado cuando, pobre iluso nostálgico de mí, he vuelto a ver esta serie? Pues que la magia se ha evaporado de golpe.
Curiosamente, esto no me pasó con Dragon Ball, serie que, por muy absurda que se me ha llegado a hacer, jamás ha perdido el encanto ante mis ojos, pero Reena y Gaudi han sucumbido cruelmente al paso de los años, y los chistes que antes hacían que me partiera de risa, y las peleas que antes hacían que mis ojos tomaran el tamaño y la forma de platos soperos, han pasado a aburrirme, y ni siquiera la llegada de Zelgadis ha logrado causar en mí la emoción que antes habría causado.
Bueno, la historia, la cual recomiendo a todos los niños y preadolescentes que lean esto, o a todos los que sean padres de niños y preadolescentes para que se la pongan a sus hijos, va de una maga mercenaria, de nombre Reena, que, después de desplumar a unos rateros de poca monta, se cruza con un joven espadachín llamado Gaudi, de sobresalientes cualidades (la tensión sexual latente entre estos dos personajes llegó a un punto en el que hasta yo, como niño que no tenía ni la más absoluta idea de lo que podía significar "tensión sexual", me daba cuenta de ello), y, tras un par de trabajillos, comienzan a correr aventuras juntos.
¿Por qué, tras un segundo visionado, he puesto un seis? Por tres razones bien sencillas:
La primera: evidentemente, por nostalgia. Soy un sentimental, y aunque sí he podido resistirme a ponerle un nueve (lo cual no he podido hacer con Dragon Ball Z), no he podido quedarme en el cinco, que era lo que pensaba en un principio.
La segunda: porque esta fue la introducción más clara a un género que aún me encanta: la fantasía épica.
La tercera: porque, después de todo, siempre podré recordar lo que significaba para mí coger cualquier rama entre mis pequeñas manos y gritar "¡Espada de luz!".
Definitivamente, un gran anime, pero solo apto para un público infantil.
15 de diciembre de 2010 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mulholland Drive... a ver... cuando era niño, mi tío, antisistema convencido, me llevaba a ver películas que él creía que eran buenas para que yo no me aficionase a "superproducciones". ¿Cuales eran las películas que mi tío consideraba buenas? Pues todas las que tuviesen bajo su título en el periódico un letrerito en el que pusiese "drama". Total, que ahí me teníais a mí con mis años preadolescentes yendo a ver la última de Fernando León, mientras mis compañeros de clase comentaban emocionados "El Señor de los Anillos", "Star Wars" o incluso "Piratas del Caribe", películas que, por otra parte y mal que le pese a mi tío, acabé viendo. ¿Cuál era el problema? Que las películas que mi tío me hacía ver eran películas que yo no estaba capacitado para entender aún. Sin embargo, la hecatombe llegó cuando vimos Mulholland Drive. Aquella película provocó tal estado de "miseria mental" en mi mente pre-puber, que tardé años en volver a disfrutar de una tarde cinematográfica con mi tío el antisistema.
El caso es que la he vuelto a ver hace un par de días, y, al contrario que con otras películas que me ponía mi tío y volví a ver tiempo después, esta sigo sin entenderla.
Mulholland Drive cuenta (o eso dice Lynch) la historia de una aspirante a actriz que llega a Los Ángeles y se encuentra con una intrusa en su casa. Esta intrusa ha perdido la memoria y las dos juntas deciden recomponer la identidad de ésta. La estética es genial, las interpretaciones son apabullantes, sobre todo la de Naomi Watts, con muchísima diferencia. Pero la historia es ininteligible. Podría decirse que, lógica aparte, habría que apreciar esta película más como una exposición de cuadros que como una historia, como si estuviésemos presenciando el nacimiento de un hijo bastardo de las mentes de Luis Buñuel y Alfred Hitchcock, aunque no se parece a ninguno de los dos. ¿Qué es Mulholland Drive? Podría ser una especie de ensayo sobre la bipolaridad digno de las mejores creaciones de Aldous Huxley, o la filmación de una pesadilla de dos horas y media, pero lo único que en realidad puedo decir es que no sé qué es lo que he visto. ¿Por qué le pongo un diez entonces? Pues, sinceramente, por sus huevos toreros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mi punto de vista: al principio, sale gente bailando y Naomi Watts siendo coronada reina del baile (hecho que la impulsó a abandonar su pueblo y probar suerte como actriz) y seguidamente se aproxima una almohada. A partir de aquí empieza el sueño, en el que ella llega a Los Ángeles, acompañada de unos viejecitos (sus padres) que la desean suerte y se van, y, al llegar a la lujosa casa de su tía, que está de viaje, se encuentra a su amada, la cual no recuerda nada y depende por completo de ella. Un hombre (único testigo de su acuerdo con el asesino a sueldo) muere al ver a un vagabundo (que representa el interior de Naomi, tan podrido, horrible y vergonzoso, que su propia visión le provoca la muerte), y muere antes de poder hablar con la policía. A Naomi le dan todos los papeles, porque es genial, y al director (que en la realidad se va a casar con el personaje de Laura Elena Harring) le pasan mil perrerías, le cambian a la actriz y su mujer le pone los cuernos. Además, aparece un ladrón tan inútil que, para robar un libro, monta una carnicería (desesperada, desea que el asesino sea un incompetente) ¿Cual es la realidad cuando, al cabo de dos horas, despierta? Que vive en un apartamento de mierda, que sus padres se burlaron de ella por querer ser actriz, que su tía está muerta y ella no ha logrado alcanzar su gloria, que acaba de dejar a su novia por Laura, pero ésta solo está jugando con ella y robándole los papeles, y se va a casar con el director. No puede soportarlo más, así que contrata a un asesino a sueldo para que la mate, pero hay un posible testigo del trato (el hombre que muere al mirar al vagabundo). El símbolo del trato cumplido es una llave azul. ¿Qué abre? ¡Y qué más da! Abría una caja (en el sueño la llave que abre la caja simboliza el hecho consumado, y la caja la conciencia de Naomi, que lucha por salir a flote), pero el asesino la ha tirado (y el vagabundo la encuentra en la basura). Finalmente, Naomi no puede con los remordimientos (la llave azul ya está en casa, así que el trato ya se ha cumplido) y tiene una alucinación en la que sus padres se burlan de ella en plan "te lo advertimos". Incapaz de lidiar con ello, se suicida.
2 de enero de 2011 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás esté siendo demasiado generoso con esta película, teniendo en cuenta lo que opino sobre ella, pero no lo puedo evitar.
The Game cuenta la historia de un hombre que, en el sentido más material de la expresión. lo tiene todo. Por una parte, su éxito económico y podríamos decir que también en el escalafón social tan característico de este sistema, le han llevado, en cierto modo, a creerse superior a gran parte de la gente que le rodea, ya sean subordinados, trabajadores de cualquier lugar al que acuda o hasta su propia ex-mujer, con la que mantiene una relación de fria cordialidad. Sin embargo, por otra parte, hay algo en él que lucha por salir y revelarse, dejar patente que esa no es la vida que él ha elegido, que las responsabilidades recayeron sobre él tras el suicidio de su padre, y tuvo que aprender a convertirse en un hombre a marchas forzadas, lo cual le ha llevado a tener que ejercer de padre para su hermano pequeño, y, aun así, se ve fracasado en esa labor. El caso es que el susodicho hermano pequeño, al llegar su cumpleaños, consigue encontrar algo que regalarle: su ingreso en un club de ocio que diseñará una experiencia a su medida.
La película hace gala de una profundidad que cuesta localizar, pero cuando se consigue, su sentido es aplastante: Nicholas Van Orton es el capitalismo, es un elemento que gana en consecuencia al beneficio que produce, y cuyo progreso va dejando el camino sembrado de víctimas de dicho sistema, como su propio hermano o su ex. Nicholas Van Orton ha dejado de lado al mundo, y ya solamente le importa lo que es capaz de producir o, lo que es lo mismo, ganar. Sin embargo, al permitir que el dinero se convierta en el único pilar de su vida, por encima de las personas que le rodean, todo comienza a hacer aguas, y pierde el control. Nicholas Van Orton es la personificación de la doctrina social en la que estamos inmersos.

(sigo en el spoiler, sin revelar nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Este planteamiento, bajo una historia bastante atractiva, se antoja elegante. Además, está el pilar más fuerte de todos los que sostienen esta película: el reparto, e incluso puedes disfrutar de la agilidad de la historia, o de la violenta elegancia de Fincher tras la cámara, pero a mi cada vez me ha resultado más difícil tratar de ignorar que algo fallaba. Y es que, por mucha profundidad que tenga la historia, por mucha calidad que tengan los actores, y por mucha calidad técnica y artística que tenga la película, el juego es una estupidez como una casa, y aunque parece que se está viendo algo realmente complejo, la realidad es que estás viendo algo de una claridad diáfana. Sin embargo, atribuyo esta sensación, al menos en parte, a las grandes expectativas que tenía puestas sobre esta película desde que leí su sinopsis. Sin embargo, el punto en contra que no puedo achacar a esa razón es el final, que, sin revelar nada sobre su contenido, es más bien digno de una casa de locos.
30 de octubre de 2010 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde 1994, Kevin Smith lo hace, tanto para sus detractores (es un grosero, un intelectualoide por haber usado el blanco y negro, le han endiosado... y mil paridas por el estilo) tanto como por sus seguidores (no nos engañemos: no hace falta dar razones para ser fan de este tío). Seas de un grupo o de otro, claro está que sus películas no te dejan indiferente. Yo, por mi parte, adoro a este tío.
Sobre Zack and Miri make a porno, el argumento es bien sencillo: dos amigos comparten piso, pero su incapacidad para pagar las facturas les lleva al extremo de producir, dirigir y protagonizar su propia película porno. A medida que la producción avanza, tanto Zack como Miri van cediendo a los roces y poco a poco sus mentes van poniendo en duda la idea que tenían al principio sobre que "solo era sexo".
Lo dije en mi primera crítica, y hasta ahora no he sentido deseos de retractarme: en la crítica artística hay más de anexión a las masas que de valoración personal. Esto es mucho más evidente en el caso de directores de la talla de Kevin Smith, y sin que sea mi intención menospreciar las opiniones de mis compañeros, apuesto a que uno de los factores más influyentes de la minusvaloración de esta cinta es el hecho de que no sea una de las obras al uso del director. No hay Jay y Bob el silencioso, no hay referencias a otras películas, no hay Ben Affleck (a Dios gracias)... pero, valorando esta película de una forma un tanto objetiva: distinto no tiene por qué significar peor. En esta película, sin embargo, se evidencia la importancia del guión, lo cual, según mi valoración personal, es el pilar fundamental de una película (más importante que la destreza tanto detrás como delante de las cámaras, es la historia que se está contando). Aquí, lo que Kevin Smith ha ganado en habilidad tras las cámaras, ha sido en detrimento de un guión menos elaborado que en otras ocasiones: menos dialogos ágiles, menos acidez, una historia más directa y a la vez más endeble. Pero lo dicho, a pesar de lo que pierde en guión, lo gana en estilo visual, ya que incluso las bromas más escatológicas tienen su encanto. Incluso reconociendo lo extraño de poner semejante título y dotar de semejante argumento a lo que és esta película, una comedia romántica, no deja de ser una buena comedia si se ve sin la intención de valorarla negativamente solamente por no pertenecer al ya consagrado View Askewniverse.

(Sigo en el spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No es Clerks, donde toda la fuerza de la película estaba en el guión. Aquí, las interpretaciones han ganado en elegancia (ojo, que Seth Rogen no es Marlon Brando, ni Elizabeth Banks Meryl Streep, hay que saber salvar las distancias). Rogen está hilarante, y Banks un poco sobreactuada, pero en los momentos donde tiene que dar el tipo, lo hace con dignidad. El resto del reparto femenino de la película está para lo que está, y, sin ser para tirar cohetes, cumplen. En cuanto al reparto masculino, Jason Mewes es la polla, sin más descripción posible, siendo Jay o sin serlo.
Entiendo que se echa de menos uno de esos silenciosos cameos de Smith, y hasta parece raro que no esténBen Affleck (repito: a Dios gracias. Affleck es un actor cuya mediocridad conocemos todos, y, particularmente, no le soporto, pero hay que decir dos cosas en su favor: 1- éste director quien más jugo le ha sacado a su participación. 2- A pesar de sus notables faltas a la hora de actuar, parece que se está descubriendo como un gran director), Jason Lee y el resto de la troupe, pero, en cierto modo, es agradable ver a Kevin Smith hacer algo distinto, pero sin dejar de hacer lo que mejor se le da.

-----------------SPOILER----------------

Solo por la parrafada final de Jason Mewes y lo del "timón holandés" merece la pena toda la película.
29 de octubre de 2010 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial adaptación de la novela gráfica de Alan Moore (con su pertinente descontento con la película, ya que a Alan Moore NUNCA le gustan las adaptaciones de sus obras).
Trata sobre V, un hombre enmascarado, mitad vengador, mitad justiciero, que se enfrenta a un Londres totalitario, emulando en parte a Guy Fawkes, quien, el 5 de Noviembre de 1605, fue arrestado mientras intentaba volar el edificio del Parlamento. Una noche, Evey se salta el toque de queda, y es interceptada por los agentes de este "Fuego Nórdico", pero, cuando iba a ser violada, es salvada por la rápida acción de V. Así empieza una larga andadura, que se nos muestra como un tapiz en el que se entretejen los hilos de la conspiración, la represión y la revolución más visceral... y, por supuesto, la venganza.
Hay que decir que, con respecto a la obra original, tiene sus diferencias, la más destacable de ellas es la orientación política. Aquí se han suavizado los personajes, y se le ha lavado la cara al producto, de cara al público masivo, pero el mensaje sigue ahí, menos evidente y más escondido, pero ahí, al fin y al cabo.
En esta película, el papel de V estaba destinado, en un principio, a James Purefoy (Roma, Solomon Kane), pero se desesperó al tener que llevar constantemente la máscara y lo dejó, recayendo el rol sobre Hugo Weaving, que tapa su cara de palo con la máscara. Aun así, sus cualidades interpretativas no se ven mermadas, y el señor Weaving nos brinda una gran función, sin un solo fallo al convertir al personaje en un símbolo. Natalie Portman, con sus detractores o sin ellos, siempre me ha gustado mucho (una teoría que tengo: a las actrices no se las valora como se merecen, sobre todo en las últimas décadas, en las que, salvo honrosas excepciones como, por ejemplo, la actuación de Charlize Theron en Monster, se busca a una actriz que se limite a cumplir su papel de cara bonita. Pues, ¡qué coño! A mi me gusta Nathalie Portman). Curioso es también el papel de John Hurt, que interpreta al lider de Fuego Nórdico, en una completa contraposición a su papel de Winston Smith en la adaptación al cine de la novela de Orwell 1984. Todos los actores tienen su momento de lucidez (el presentador gay, el obispo pedófilo...), interactuando en un escenario con curiosas reminiscencias a una época victoriana, sin dejar de lado un ambiente y unos matices que podríamos catalogar como cyberpunk (sobre todo lo referente al gobierno totalitario).
Pero lo más digno de elogios de la película, un sentido en el que el guión de los hermanos Wachowski no han traicionado en absoluto a la novela, es esa colección de frases que llegan hasta lo más hondo, y podrían incluso servir de inspiración para cualquiera. A destacar, la lapidaria declaración de intenciones de V: "Hay mucho más que carne y hueso bajo esta máscara, bajo esta máscara hay unos ideales, y los ideales son a prueba de balas".
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