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Críticas 90
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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25 de enero de 2019 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo los chinos y yo creemos en los fantasmas. Incluso en este, envuelto en una sábana blanca con dos agujeros negros para los no ojos, que merodea por la casa de su ex mujer una vez muerto, bailando entre diferentes edades.

En realidad la cita del título es de Héctor Aguilar Camín y dice textualmente que "en una realidad más estricta todos seríamos fantasmas". Quizá no tan poéticos y melancólicos como el que interpreta el magnífico Casey Afflek, reverso luminoso del cretino de su hermano Ben, al que da réplica Rooney Mara apoyada en un físico tan singular.

El director ha optado por el formato 4:3 con esquinas redondeadas y brinda toda una lección sobre el encuadre. La crítica bienpensante la ha comparado con El árbol de la vida de Malick. No gustará a casi nadie que no sepa mirar sin ver.

Hay que dejarse llevar por la poesía y flotar como el espectro sobre la áspera realidad hasta la disolución. Ojalá que todos los que nos rodean fueran como este. Yo prometo serlo.
alfonso

(...) seguir el primer imperativo fenomenológico: ir a las propias cosas para describirlas, intentar poner rigurosamente en palabras lo que normalmente no se suele poner en palabras, lo que se suele considerar inexpresable… Coger el mundo, rehacerlo y devolverlo casi sin cambiar excepto por lo que se ha observado. Este estilo cinematográfico divergente gira en torno a cuestiones de la identidad humana, el propósito y la libertad.

(Sobre el cine de Malick) en En el café de los existencialistas, Sarah Backwell
12 de junio de 2022 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del calentamiento global, la destrucción de los océanos y la escasez del Rioja alavesa, la manipulación es una de las siete plagas que amenazan al hombre y menos a la mujer que suele ser una virtuosa de ese dudoso arte.

Un millonario francés compra una suntuosa villa que fue suya de niño a orillas de la Costa Azul, fruto de dinero negro y de un tejemaneje con el ayuntamiento local. Un Algarrobico en plan pijo. Una mujer abandonada por su marido, socio del otro, denuncia todos los trapos sucios de la operación y el empresario llama a un célebre abogado para que le saque las castañas del fuego. Se trata de uno de los últimos trabajos del extraordinario Niels Arestrup, recordado como el mafioso corso, perdón por la redundancia, de Un profeta.

Un magnífico guion, con afiladísimas frases, al que, no obstante hay que perdonar el truco barriobajero de la conversación en el coche, que delinea un personaje inolvidable y con un final que, por alguna dichosa vez, no acaba con la losa cadavérica del happy end hollywoodiano.

Si naciéramos con más habilidades y algo de experiencia trasmitida genéticamente, por HDMI o Bluetooth, no caeríamos con tanta facilidad en las trampas que nos prepara el destino. Seríamos como viejos prematuros, solitarios, cínicos, descreídos y entregados al alcohol y la melancolía.
O sea, tan ricamente.
alfonso
http://www.delgadalinearoja.com/2022/06/villa-caprice.html
17 de julio de 2022
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta vez es Escandinavia quien le devuelve la pelota a Woody Allen, tras su apropiación de lo mejor y lo peor de Ingmar Bergman. Y lo hace de la mano de un director llamado a ser uno de los grandes, sobrino del Trier zumbado, antiguo militante Dogma y autor ya de varias películas muy estimables, entre las que destaca Oslo.

Posee una narrativa fácil como el respirar y una capacidad visual enorme, sobre todo en una ciudad como Oslo, con interiores bañados de un diseño de luz y un elenco de actores magnífico, en el que destaca Renate Reinsve, llamada a cosas muy grandes, que construye un personaje inolvidable, que recuerda a veces a Frances Ha

Cuenta en once capítulos, prólogo y epílogo, la historia de una mujer cambiante, sin rumbo fijo, al garete de la vida, que oscila entre parejas, maternidad, oficios, estados de ánimo y escenas al filo: para enmarcar la de la bronca que le monta sin motivo aparente a su pareja, que se queda atónito y desarmado sin saber de dónde ni por qué.

El director va dando ligeros brochazos impresionistas desde la cercanía hasta que hacia el último tercio, el espectador se separa algo del objeto para verlo en perspectiva y plenitud.

El que camina sin rumbo llega más lejos, decía el poeta. ¿Y a quién le importa llegar lejos o quedarse mirando el fiordo hasta que te alcance el destino?
alfonso
10 de febrero de 2024 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Trueba es un gran tipo y eso se refleja en su vida y en su cine, sencillo, directo, sin trampa ni cartón. Así es este biopic de Eugenio, un humorista de los muchos buenos que ha producido este país, por suerte, para compensar los mala sombra que se acumula en el Congreso y otros lugares de circo sin gracia. Con una personalidad arrolladora, encubierta tras unas gafas, una barba, un vaso de tubo y otras trampas del atrezo.

Destaca la actuación de la pareja, él literalmente abducido por el personaje, ella muy profesional, danto muy bien el tipo y el papel de la morena más guapa de Sierra Morena, con una puesta en escena muy efectiva aun sin grandes alharacas, pero que los maduros del lugar, su seguro servidor, agradecen porque les suena en el alma.

No esperen grandes personajes, ni aristas, ni dudas, ni nada que no sea la vida de una Barcelona de provincias, contada con sinceridad y amor por los personajes, con especial atención a ella. Sin burbujas ni azúcar añadido.

Altamente recomendable para una tarde desmayada en la que escuchar, "¿Tu mujer grita cuando hace el amor? Y tant, nen, la oigo desde el bar de enfrente".

Y además te ríes. Un regalo de una buena persona sin rastro de rencor.
alfonso
6 de marzo de 2023 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia que es cara a la literatura y con leve acento pasoliniano, cómo un personaje entra en un universo y lo modifica en mayor o menor medida. Es casi una ópera prima de Avelina Prat, una valenciana que filma en su tierra con una fotografía reseñable y algunos desajustes de primeriza.

Entre estos se encuentra una floja actuación del siempre efectivo Karra Elejalde, sobre todo en las escenas de bronca a su compañero de reparto, que están mal escritas y peor filmadas. Este, el búlgaro de la historia, está espléndido y se acaba comiendo al gazteiztarra con patatas fritas.

Un búlgaro ronda sin hogar ni oficio por Valencia y es acogido por un jubilado con el que comparte pasión por el ajedrez y, como es natural en ambos, por los yogures. Y le cambiará la vida, de forma sutil pero determinante. Y aparece el bridge en pantalla, algo insólito, porque como bien dice Karra, "ahí hay mucha caspa".

Se trata de una de esas películas sencillas, frescas y agradables, tan difíciles de ver en las pantallas de este montuno país, tan costumbrista y casposo en su cine, ahora feminista por decreto ministerial y regido por el manchego siniestro y su tribu de actores y amiguetes amaestrados.

A disfrutarla sin moderación en Filmin, que trata inútilmente de abrasarnos con series, cine para adolescentes encelados-, más zafias y pesadas que el Boletín Oficial del Estado... búlgaro.

Que además, está escrito en cirílico.
alfonso
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