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1
7 de abril de 2018
7 de abril de 2018
19 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espantosa película sobre robos y policías, que demuestra que todo lo que toca Gerard "Leónidas" Butler lo hunde.
Efectivamente, el famoso espartano recurre de nuevo al género de acción para abandonar su discreta posición en la industria del entretenimiento, donde no encuentra un éxito desde hace tiempo. Sin embargo, su elección es, nuevamente, desacertada. Una construcción ridícula, personajes desagradables, diálogos esperpénticos, e interpretaciones horribles acompañan al actor escocés en este nuevo intento de demostrar que puede hacer algo más que llevar una lanza.
No obstante, debido a sus grandes limitaciones interpretativas y, sobre todo, a un guión que aburre, irrita e indigna, la película es una experiencia insultante y ofensiva. La historia es tan increíble y mal realizada que cabe preguntarse si los actores contratados carecían de mejores ocupaciones para obtener unos billetes. Productos como estos no deberían entregarse alegremente a los espectadores, disfrazados de remedos de grandes producciones pasadas a las que nunca podrán alcanzar. Su contemplación es una pérdida de tiempo asegurada, y un agravio irreparable que, con esfuerzo, puede dejarse atrás.
Terrible.
Efectivamente, el famoso espartano recurre de nuevo al género de acción para abandonar su discreta posición en la industria del entretenimiento, donde no encuentra un éxito desde hace tiempo. Sin embargo, su elección es, nuevamente, desacertada. Una construcción ridícula, personajes desagradables, diálogos esperpénticos, e interpretaciones horribles acompañan al actor escocés en este nuevo intento de demostrar que puede hacer algo más que llevar una lanza.
No obstante, debido a sus grandes limitaciones interpretativas y, sobre todo, a un guión que aburre, irrita e indigna, la película es una experiencia insultante y ofensiva. La historia es tan increíble y mal realizada que cabe preguntarse si los actores contratados carecían de mejores ocupaciones para obtener unos billetes. Productos como estos no deberían entregarse alegremente a los espectadores, disfrazados de remedos de grandes producciones pasadas a las que nunca podrán alcanzar. Su contemplación es una pérdida de tiempo asegurada, y un agravio irreparable que, con esfuerzo, puede dejarse atrás.
Terrible.
1
17 de abril de 2016
17 de abril de 2016
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dragon Ball Super es mala. Terriblemente mala.
Su problema no se encuentra en la habilidad de ilustración de Toriyama, sino en su capacidad narrativa.
Así, si en la serie Z veíamos enemigos imponentes, con una historia de más de 50 episodios dedicados sólo a ellos, y una transformación de los saiyajins, que permitía su derrota, en Super encontramos villanos lamentables cada 15 episodios, transformaciones nuevas en esos mismos períodos, y una historia tan absurda e incoherente, que da vergüenza. Ni este tal "Bills, ni Freezer, ni los sujetos del torneo, logran emocionar a nadie, sino provocar un gran rechazo, y una añoranza del buen producto que era la serie original.
Toriyama ya no posee talento para construir grandes historias. ¿Dónde quedan los grandes rivales, cuyos eventos llenaban la pantalla con su sólida aparición, y a los que se admiraba por su originalidad? ¿Dónde, las grandes sagas interminables, que un día veían su fin de manera épica y colosal? En Super, nada de eso puede verse. Ya se habla de un nuevo personaje, y de otra transformación de Goku. ¿Hasta dónde quieren llegar con el nivel de ridículo?
Lamentable producto, que presenta situaciones tan bochornosas, que habría sido preferible no mostrarlo.
Su problema no se encuentra en la habilidad de ilustración de Toriyama, sino en su capacidad narrativa.
Así, si en la serie Z veíamos enemigos imponentes, con una historia de más de 50 episodios dedicados sólo a ellos, y una transformación de los saiyajins, que permitía su derrota, en Super encontramos villanos lamentables cada 15 episodios, transformaciones nuevas en esos mismos períodos, y una historia tan absurda e incoherente, que da vergüenza. Ni este tal "Bills, ni Freezer, ni los sujetos del torneo, logran emocionar a nadie, sino provocar un gran rechazo, y una añoranza del buen producto que era la serie original.
Toriyama ya no posee talento para construir grandes historias. ¿Dónde quedan los grandes rivales, cuyos eventos llenaban la pantalla con su sólida aparición, y a los que se admiraba por su originalidad? ¿Dónde, las grandes sagas interminables, que un día veían su fin de manera épica y colosal? En Super, nada de eso puede verse. Ya se habla de un nuevo personaje, y de otra transformación de Goku. ¿Hasta dónde quieren llegar con el nivel de ridículo?
Lamentable producto, que presenta situaciones tan bochornosas, que habría sido preferible no mostrarlo.

4,8
1.892
1
1 de noviembre de 2015
1 de noviembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El monje" es una de las obras maestras de la literatura. Presenta una historia extraordinaria, ofrecida con prosa elevada, sobresaliente profundidad de los personajes, y una amenidad que sorprende en cada línea. Se trata de un libro que alcanza un puesto destacado entre los más notables de su género y de su tiempo, revelando una perfección tan alabable, que hace que su lectura resulte placentera y veloz.
Ninguna de estas apreciadas características se encuentra en esta película. El filme se inspira ligeramente en el texto, para ofrecer un versión muy libre de los hechos que cuenta la novela. De este modo, aquí encontraremos pasajes que no existen en aquélla, alterados otros, y, muchos de ellos, ausentes.
Sin embargo, el problema de esta película es su desastrosa realización, comenzando por una elección de actores muy desafortunada, que ofrece a un Ambrosio 15 años mayor que el hombre joven que presenta el libro, y una actuación de Cassel que es, seguramente, la peor de su carrera: vacía, sin sentimiento, sin saber nunca qué hacer, y en modo alguno, en unión con el religioso. La suya no es la única que pasa por este trance, sino que todos cuanto aquí intervienen, muestran su peor versión, hasta lograr unas interpretaciones pésimas y abominables.
Tampoco se encuentra aquí el Madrid del momento. La falta de medios que se maneja, obliga a no mostrar aquella poderosa imagen de casas, calles, palacios y abadías que construyó Gregory Lewis, pero que aquí se reducen a edificios tan pobres y, fuera de lugar, como todo cuanto puede verse. Si en la obra, las moradas que visitan los protagonistas, son tan sólidas como ellos mismos, aquí se presentan como acompañamiento de unos insustanciales personajes que nunca entienden su papel.
Nada hay en la película que pueda ser alabado. La extraordinaria pasión que es derramada en cada página del libro, aquí no existe en absoluto, sino todo lo contrario: desgana, aburrimiento, esperpento, y falta de respeto por unos textos que aún esperan un tratamiento adecuado, en manos de mejores creadores.
Una vergonzosa elaboración de una obra que no merece tal trato; una prescindible, y deshonrosa, transformación, de lo ilustre, a lo atroz.
Ninguna de estas apreciadas características se encuentra en esta película. El filme se inspira ligeramente en el texto, para ofrecer un versión muy libre de los hechos que cuenta la novela. De este modo, aquí encontraremos pasajes que no existen en aquélla, alterados otros, y, muchos de ellos, ausentes.
Sin embargo, el problema de esta película es su desastrosa realización, comenzando por una elección de actores muy desafortunada, que ofrece a un Ambrosio 15 años mayor que el hombre joven que presenta el libro, y una actuación de Cassel que es, seguramente, la peor de su carrera: vacía, sin sentimiento, sin saber nunca qué hacer, y en modo alguno, en unión con el religioso. La suya no es la única que pasa por este trance, sino que todos cuanto aquí intervienen, muestran su peor versión, hasta lograr unas interpretaciones pésimas y abominables.
Tampoco se encuentra aquí el Madrid del momento. La falta de medios que se maneja, obliga a no mostrar aquella poderosa imagen de casas, calles, palacios y abadías que construyó Gregory Lewis, pero que aquí se reducen a edificios tan pobres y, fuera de lugar, como todo cuanto puede verse. Si en la obra, las moradas que visitan los protagonistas, son tan sólidas como ellos mismos, aquí se presentan como acompañamiento de unos insustanciales personajes que nunca entienden su papel.
Nada hay en la película que pueda ser alabado. La extraordinaria pasión que es derramada en cada página del libro, aquí no existe en absoluto, sino todo lo contrario: desgana, aburrimiento, esperpento, y falta de respeto por unos textos que aún esperan un tratamiento adecuado, en manos de mejores creadores.
Una vergonzosa elaboración de una obra que no merece tal trato; una prescindible, y deshonrosa, transformación, de lo ilustre, a lo atroz.
6
8 de febrero de 2015
8 de febrero de 2015
9 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amor es la cuestión más veces llevada al cine. Sus apariciones son interminables; los resultados, desiguales.
El amor puede darse entre familias, razas, especies y animales. Entre gente conocida, y personajes recién descubiertos. Con caracteres cercanos, y voluntades contrarias. De forma agitada, o con serena firmeza. En blanco y en negro, en proximidad y alejamiento; y puede surgir, por supuesto, entre amigos.
Rosie es una muchacha que llega al mundo a amar, a esperar ser querida, a no estar sola. Toda su actividad se dirige hacia allí. A abandonar la inquietud que le produce el aislamiento. A unirse, para siempre, con quien más quiere. Pero aquel no es otro que su mejor amigo, Alex, quien, maravillosamente, siente lo mismo por ella, pero ninguno se atreve a decirlo.
La película se convierte en enseñanza sobre la lucha del verdadero amor. Acerca de cómo debe ser perseguido, apremiado, encontrado, y protegido. A ello dedican sus fuerzas los dos protagonistas. Sólo que no son tan valientes para contar lo que hacen. Sólo lo sienten. Y esto les hiere profundamente.
A lo largo de su metraje, "Love, Rosie" revela que no importan las dificultades, si el sentimiento es sincero. Nada puede parar el brío entrañable, el afecto cariñoso que lleva a sus protagonistas a encontrarse, a separarse, y a hallarse de nuevo.
Lily Collins muestra, una vez más, sus defectos como actriz. Su bello aspecto, y la fama que le aporta su conocido progenitor, no son elemento suficiente para elevar la condición interpretativa de un papel que requiere sentimiento, pero que rara vez es transmitido con credibilidad. Sus limitaciones son notables en el aspecto dramático, donde su registro es siempre modesto y escaso.
Su acompañante tampoco ofrece una lectura solemne: estando a cargo de Collins el cometido principal, ni Claffin, ni ninguno de los personajes que son presentados, interesan al espectador más allá de que son poseedores de una réplica obligada. La película está hecha en torno a Lily Collins, y, el resto, poco importa.
"Love, Rosie" es disfrutable, si se la mira con cierta simpatía; si se es generoso con ella, y poco exigente con lo presentado. Y, sobre todo, si el contenido a comunicar es recordado tras su contemplación. El amor es irreemplazable: hay que pelear por él.
El amor puede darse entre familias, razas, especies y animales. Entre gente conocida, y personajes recién descubiertos. Con caracteres cercanos, y voluntades contrarias. De forma agitada, o con serena firmeza. En blanco y en negro, en proximidad y alejamiento; y puede surgir, por supuesto, entre amigos.
Rosie es una muchacha que llega al mundo a amar, a esperar ser querida, a no estar sola. Toda su actividad se dirige hacia allí. A abandonar la inquietud que le produce el aislamiento. A unirse, para siempre, con quien más quiere. Pero aquel no es otro que su mejor amigo, Alex, quien, maravillosamente, siente lo mismo por ella, pero ninguno se atreve a decirlo.
La película se convierte en enseñanza sobre la lucha del verdadero amor. Acerca de cómo debe ser perseguido, apremiado, encontrado, y protegido. A ello dedican sus fuerzas los dos protagonistas. Sólo que no son tan valientes para contar lo que hacen. Sólo lo sienten. Y esto les hiere profundamente.
A lo largo de su metraje, "Love, Rosie" revela que no importan las dificultades, si el sentimiento es sincero. Nada puede parar el brío entrañable, el afecto cariñoso que lleva a sus protagonistas a encontrarse, a separarse, y a hallarse de nuevo.
Lily Collins muestra, una vez más, sus defectos como actriz. Su bello aspecto, y la fama que le aporta su conocido progenitor, no son elemento suficiente para elevar la condición interpretativa de un papel que requiere sentimiento, pero que rara vez es transmitido con credibilidad. Sus limitaciones son notables en el aspecto dramático, donde su registro es siempre modesto y escaso.
Su acompañante tampoco ofrece una lectura solemne: estando a cargo de Collins el cometido principal, ni Claffin, ni ninguno de los personajes que son presentados, interesan al espectador más allá de que son poseedores de una réplica obligada. La película está hecha en torno a Lily Collins, y, el resto, poco importa.
"Love, Rosie" es disfrutable, si se la mira con cierta simpatía; si se es generoso con ella, y poco exigente con lo presentado. Y, sobre todo, si el contenido a comunicar es recordado tras su contemplación. El amor es irreemplazable: hay que pelear por él.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En los primeros compases de la película, algunos de los protagonistas bailan "Aserejé".

7,1
93.044
10
16 de mayo de 2023
16 de mayo de 2023
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra maestra del cine deportivo, Rocky, es sin lugar a dudas una de las películas más icónicas y cautivadoras de todos los tiempos. Dirigida por el legendario cineasta John G. Avildsen y protagonizada por el talentoso actor Sylvester Stallone, esta película ha sido aclamada por su actuación magistral, guion conmovedor, intensa cinematografía y memorable banda sonora.
La película sigue la historia de Rocky Balboa, un joven boxeador que vive en los barrios bajos de Filadelfia y lucha por conseguir su oportunidad de brillar en el ring. Con la ayuda de su entrenador y amigo Mickey Goldmill, Rocky experimenta un emocionante viaje de autodescubrimiento y valentía mientras se prepara para su gran oportunidad de enfrentarse al campeón mundial de peso pesado, Apollo Creed.
La habilidad de Stallone para encarnar al personaje de Rocky es impresionante, transmitiendo un aspecto vulnerable y sencillo con una pasión y determinación que inspira. Además, la química entre Stallone y su coestrella Talia Shire, quien interpreta a Adrian, su pareja sentimental, es brillante e irresistible. La película también destaca por la aparición de Burgess Meredith como el entrenador de Rocky, un personaje interpretado con energía y sabiduría con conmovedores diálogos llenos de fuerza.
La cinematografía de James Crabe es, simplemente, espectacular, enfocando la cámara con una sensibilidad estética y una visión única que añade un estilo visual memorable. Los momentos claves de la película, como el entrenamiento de Rocky en las calles de Filadelfia o la épica pelea del título son particularmente cautivadores y emocionantes.
Por último, la icónica banda sonora de Bill Conti es extremadamente conmovedora, y la famosa canción "Gonna Fly Now" es capaz de inspirar y motivar a cualquier persona para luchar por sus sueños.
En resumen, Rocky es una obra maestra del cine deportivo que ha cautivado y entusiasmado a generaciones de espectadores. Una película que permanece en la memoria del público y es necesaria para cualquier colección de cine en casa.
La película sigue la historia de Rocky Balboa, un joven boxeador que vive en los barrios bajos de Filadelfia y lucha por conseguir su oportunidad de brillar en el ring. Con la ayuda de su entrenador y amigo Mickey Goldmill, Rocky experimenta un emocionante viaje de autodescubrimiento y valentía mientras se prepara para su gran oportunidad de enfrentarse al campeón mundial de peso pesado, Apollo Creed.
La habilidad de Stallone para encarnar al personaje de Rocky es impresionante, transmitiendo un aspecto vulnerable y sencillo con una pasión y determinación que inspira. Además, la química entre Stallone y su coestrella Talia Shire, quien interpreta a Adrian, su pareja sentimental, es brillante e irresistible. La película también destaca por la aparición de Burgess Meredith como el entrenador de Rocky, un personaje interpretado con energía y sabiduría con conmovedores diálogos llenos de fuerza.
La cinematografía de James Crabe es, simplemente, espectacular, enfocando la cámara con una sensibilidad estética y una visión única que añade un estilo visual memorable. Los momentos claves de la película, como el entrenamiento de Rocky en las calles de Filadelfia o la épica pelea del título son particularmente cautivadores y emocionantes.
Por último, la icónica banda sonora de Bill Conti es extremadamente conmovedora, y la famosa canción "Gonna Fly Now" es capaz de inspirar y motivar a cualquier persona para luchar por sus sueños.
En resumen, Rocky es una obra maestra del cine deportivo que ha cautivado y entusiasmado a generaciones de espectadores. Una película que permanece en la memoria del público y es necesaria para cualquier colección de cine en casa.
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