Un cinco por lo bien filmada que está. Las imágenes marinas son muy hermosas; la ambientación raya lo sublime; la fotografía es muy notable; los efectos especiales, en su sencillez, espectaculares; la música en proporción y apropiada. De lo demás, las interpretaciones, bueno, teniendo en cuenta que solo inciden en un registro fácil -la miseria y el sufrimiento lastimero- correctas; el guión también dentro de lo esperado, aunque, en mi opinión, desorbitado, se les ha ido la mano, no se lo cree nadie, por más que digan que se trata de una historia real.

En definitiva, una obra de factura magnífica que ni convence ni interesa y, peor, llega a resultar muy pesada por el abuso de sadismo en el que se complace la cámara sin evitarnos ni un solo plano desagradable (recuerda mucho al barroquismo morboso de la Pasión de Cristo de Mel Gibson). "El que resiste triunfa" le dicen un día al protagonista, y él se lo cree. De esa fe salen 140 minutos de angustia malsana que no conduce a nada. Un mal rato y un mal cuerpo y un mal recuerdo te deja. Un mal rollo te queda al salir del cine.

En este sitio, la mayoría de la críticas a La cicatriz la califican de joya del cine negro; otros menos entusiastas, de joyita. En mi opinión, bisutería; fina si me apuran, pero bisutería. Endeble técnicamente, es una película extraña que se ve con cierto grado de enganche, pero que, según avanza y a poco que uno lo piense, va adquiriendo maneras de pedrusco difícil de asimilar por lo rebuscado e inverosímil de las situaciones y las circunstancias. Uno acaba de verla porque su metraje es corto y por la curiosidad de ver cómo se resuelve un enredo imposible. Y es ahí, en el final, donde el pedrusco adquiere ciertos brillos de piedra preciosa que pueden despistar a alguno poco avisado o que se encandila fácilmente con las anécdotas.

La historia daba para mucho más, pero se queda en la anécdota. Siendo fundamentalmente una historia de amor, está muy descompensada y se echa en falta garra narrativa y profundidad psicológica. El tema del ajedrez está bien tratado, pero no es fundamental para el trasfondo de la trama. Igual hubiera funcionado con un escultor, un sastre, un albañil o un músico, como en "El pianista" de Roman Polanski, con la que guarda muchas similitudes.

Una película ambiciosa y muy correcta en el sentido más amplio que no llega a conmover, que no sorprende, que difícilmente emociona y que deja un poso de fiasco e indiferencia con un final abierto y muy pretencioso que juega a tablas entre la fatalidad y la esperanza.

Literatura de altura debe tener el best-seller homónimo de Paula Hawkins (que no he leído ni pienso leer), porque la historia, tras la presentación de los personajes, está ya vista, y el final cantado con mucho tiempo de antelación. No hay tal thriller y, en su defecto, nos queda tres retratos psicológicos de tres mujeres muy dispares con un nexo común.

Traduttore, traditore. No es lo mismo infinito que no tener final, hay matices sobre los que uno puede elucubrar. Porque precisamente de eso va The endless, de una divagación metafísica que deambula por unos personajes atrapados en un hueco muy concreto de sus respectivas existencias, quedando éstas reducidas a unos acontecimientos repetidos, reincidentes y sin término (endless). Pero algo sin final no es necesariamente infinito, en cualquier momento una maniobra, un suceso, unas circunstancias precisas o quizás simplemente la voluntad pueden romper un bucle que se antoja inquebrantable. O tal vez, no. Depende.

Con otros modos, cargados de una cierta trascendencia intelectual, aunque no exenta de cierto humor, la trama de The endless reproduce una especie de "día de la marmota" a varias bandas cuyo ciclo repetitivo, según en qué personaje, dura semanas o, en alguno incluso, horas o sólo unos pocos segundos. Desde estas premisas y sin muchos antecedentes previos, abusando de hechos que se dan por conocidos e invocando como de paso a una inteligencia dominadora y superior, nos introducen en un enredo extraño y sugerente que comienza interesando y, poco a poco, va perdiendo fuelle hasta caer en una intriga bastante burda y resuelta de cualquier manera.

Tiene cierto interés, no obstante.