Película interesante, cosa extraña dada la hora de emisión.

Valiosos diálogos, buen doblaje (hoy en día los hay insufribles), meritorio trabajo de actores y una interesante historia rodada con ritmo y gusto.

Estamos ante un destacado guión con destellos de frases ingeniosas, que sobresalen en este mar de series y películas soporíferas e insulsas que pueblan plataformas de pago y canales de tv., que se deben de creer que la gente no piensa, ve y siente.

Recomendable.

Encuentro que es una pelicula muy bien hecha, con actores desconocidos que cumplen sobradamente; muy buena fotografía, sonido y puesta en escena, con una música a veces desacertada.

Sabiendo poner la cámara, el director nos lleva por el mundo de las trincheras, con escenas muy logradas y trabajadas con un ingente número de extras, lo que te lleva a cierto disfrute.

Pero ay, falla el guión, la historia; el inicio, nudo y desenlace están unidos, y resulta una historia plana, sin nada donde engancharse emocionalmente, salvo en contados momentos, con secuencias en general innecesariamente largas y ciertas escenas inverosímiles.

Da pena que semejante despliegue de técnica, buenos profesionales y medios, no termine de seducir por esa falta de un contenido de más calado en la historia, aunque eso sí, te metes en ella.
Para pasar el rato.

Entrañable película, con un guión sencillo pero que no aburre en ningún momento, gracias a la feliz interpretación de todos los actores, en particular la premiada Laura Linney, pero seguida muy de cerca por el resto del elenco.
Tiene un inicio un tanto anodino, pero es engañoso; rápidamente despega y coge una velocidad de crucero que te lleva a un viaje fantástico, lleno de buen humor y buenos diálogos con el eterno problema de las relaciones familiares de por medio, donde se impone el amor familiar, y con puntuales escenas muy emotivas.
Es la típica película que no quieres que acabe nunca.
Si las "series", tan de moda, tuvieran directores de la sensibilidad del Sr. Lonergan, otro gallo las cantaría.
Muy recomendable.

Y es que el aclamado director iraní da un salto a nuestras tierras con una pelicula en apariencia sustanciosa, pero que resulta un tanto normalita y en mi parecer, defrauda, sobre todo después de la magnífica Nader y Simin.
En primer lugar, se nos hace esperar más de 30 minutos hasta saber de qué va la historia, para al final darnos cuenta que se trata de un secuestro barato.
Hay que reconocer su buena mano con la cámara, sabe donde ponerla, con buenas planos y secuencias, pero poco más.
Poco pueden hacer los buenos actores que la interpretan, con papeles de telenovela de por las tardes, con la salvedad de una lacrimosa pero excelente Penélope Cruz, una actriz que demuestra que ha madurado profesionalmente, que hace una actuación muy creíble; pero no es suficiente para salvar la película.
Excelente también la fotografía del gran maestro J. Luis Alcaine.

Si, sorprendente por el fiasco que produce.
Tanto premio, tanta notaza, no se explica.
Parece una película para adolescentes, que retrata una familia sin recursos, muy humilde, precaria, pero listísima, y otra de ricos, que son tontísimos, en una sucesión de historias inverosímiles.
Su buen ritmo y el buen nivel de los actores no le sirven de mucho, porque les domina un humor barato y escenas locas y disparatadas, que ni conmueven, ni emocionan, ni entretienen.
El desenlace es de risa, a pesar de estar lejos de ser gracioso.
A salvar la magnífica casa , muy bien fotografiada y contados golpes muy agudos de humor, pero que no pueden sujetar una película larga, de más de 2 horas.
Los fans de Alex de la Iglesia la disfrutarán.